La esponjosa nieve flotaba en el aire desde que comenzó a caer en la mañana. El suelo ya se estaba tiñendo de blanco y Violet, se encontraba sentada en un corredor exterior de madera donde el frio calaba completamente. Sin embargo, ella no parecía tener frio. Aunque usaba un abrigo de piel, su ropa debajo de él era bastante ligera, solo llevaba una blusa de mangas largas y una falda hasta la altura de las rodillas.

La razón por la que ella no tenía frio, era porque nació en un país del nórdico donde los inviernos suelen ser muy extremos.

«Así que en este país también cae nieve», Pensaba Violet North sonriendo mientras observaba las densas nubes grises en el cielo.

En su país al norte de Europa, los inviernos eran más crudos.

«Pero esta nieve es más acuosa…».

A ella le sorprendía ver que la nieve se derretía al momento de tocar el suelo. El lugar donde ella estaba, era el corredor lateral de la casa principal de Rindou Akira, uno de los rangos cinco de los Trailer. El corredor que daba al jardín, normalmente era cerrado con gruesas persianas durante el invierno. Pero, en ese momento, estaba abierto por una razón especial. Alguien se estaba mudando a ese lugar, y la mayor parte del equipaje se estaba entrando a la casa desde ese lado, porque la entrada de allí era más ancha que la entrada principal.

El trabajo se realizó sin problemas y muy rápidamente gracias a la ayuda de varios de los magos asistentes de los Trailers. Sin embargo, Violet suspiró y volteó a ver hacia atrás frunciendo el ceño. Era impensable creer que se podría vivir en el norte de Europa o incluso en Londres donde pasó sus días de estudiante, en una casa tan fría como esa de estilo japones. Por todas partes solo estaba dividida por pantallas de papel delgado y puertas corredizas de vidrio.

«¿Realmente los japoneses viven en este tipo de casas incluso en invierno? ¿Acaso lo hacen a propósito?», Violet pensó de repente.

Sin embargo, se sacó esa idea de la cabeza inmediatamente. Era obvio que ese no era el caso. El Mismísimo fundador de los Ghost Trailer, Ryusenji Kazuma, se encontraba en la habitación que estaba justo detrás de ella. Toda la casa estaba cubierta por fuertes barreras mágicas y había cuatro magos posicionados en cada esquina de la habitación donde se encontraba él. Aparte de la casa, había dos edificios separados y un almacén. Todo el lugar se encontraba lleno de magos de los Ghost Trailers.

Al ver la casa, podían notarse multitud de entradas por las cuales un ladrón podría meterse con suma facilidad, pero no cabía la menor duda de que en ese momento, los magos la habían convertido en toda una fortaleza impenetrable. Violet frunció el ceño.

Todas esas medidas habían sido ordenadas por el concejo de los rangos cinco. Aunque se quejara, no podría hacer nada al respecto. Incluso a pesar de que ella formaba parte de los rangos cinco, de forma provisional. Sea como sea, Violet no parecía para nada interesada en algo estaba ocurriendo en el jardín frente a ella. Allí, se encontraba un muchacho que, en silencio, estaba teniendo un duelo de espadas con un caballero. Ese muchacho era Nanase Gekkou que llevaba más de una hora practicando la esgrima bajo la nieve. Su oponente vestía con una armadura grande y era 20 cm más alto que él.

En un momento en que la enorme espada del caballero parecía haberle dado a Gekkou, este desapareció dejando solo partículas mágicas de color blanco y luego, apareció inmediatamente detrás de el caballero y tan pronto lo hizo, contratacó con un golpe contundente en la parte trasera de la cabeza. Sin embargo, aquel caballero fuertemente acorazado, no se inmutó. Gekkou apretó los dientes y frunció el ceño con enojo y continuó atacando.

Él necesitaba que Violet estuviera allí para su entrenamiento y todo lo que ella podía ver a sus alrededores, era la nieve cayendo. Aun así, Violet continuó consumiendo un poco de su poder mágico para que Gekkou pudiera entrenar, ya que aquél caballero con el que él peleaba, era producto de la magia ilusoria de Violet. Ella nunca se imaginó que Gekkou estaría también allí. Sin embargo, Washizu Kippei se lo había encargado fervientemente y no le había quedado más remedio que aceptar.

De repente, alguien le habló desde atrás. Ella se sorprendió y volteó a ver con precaución. No se dio cuenta en qué momento llegó, pero cuando volteó había un hombre parado justo detrás de ella. Era un hombre joven en edad de universitario que vestía con una camiseta blanca un suéter marrón oscuro y pantalones gruesos de color gris claro. Era un hombre con una sonrisa muy gentil, pero que, al mismo tiempo, parecía como si ocultara algo.

Violet recordó algo que dijo Gekkou cuando lo conoció: “De alguna manera, aunque es joven, parece un anciano”. No solo su ropa, sino su actitud también lo era, y Violet pensó que era un tipo muy raro.

—North-san… —Dijo aquel joven—. Bueno, verá… ya es hora del reemplazo.

Él mostró un reloj que llevaba puesto en su mano izquierda.

—Está bien, entonces me marcho. —Contestó Violet.

Cuando se levantó del frio pasillo de madera, se giró hacia el jardín.

—¡Gekkou! —Exclamó.

Gekkou despegó su espada de la del caballero y contestó:

—¿Que?

Aun contestando, él no dejó de luchar ni por un segundo.

—Ya terminamos.

Violet alzó su mano hacia el caballero y se giró ligeramente. Entonces el caballero paró de moverse inmediatamente y dejó caer su espada.

—¿Eeh? pero, yo aun puedo seguir… —Respondió Gekkou que, pese a que su oponente había parado de moverse de repente, él seguía blandiendo su espada de un lado a otro completamente emocionado.

Pero al escuchar las quejas de Gekkou, Violet habló con descontento:

—No importa, dije que ya terminamos.

Gekkou apretó los labios con disgusto, y envainó su espada mientras murmuraba.
Entonces Violet habló con el caballero al que había detenido con el movimiento de su mano.

—Buen trabajo, Jack. Ya puedes marcharte.

El caballero se volteó hacia el frente luego de recibir las palabras y contestó con una voz grave desde su armadura completamente cerrada:

—Mi señora, esta es la primera vez que me divierto desde hace mucho. Le estoy inmensamente agradecido.

Sin embargo, el que contestó fue Gekkou.

—Si, yo también me divertí. volvámoslo a hacer en otra ocasión.

El caballero recibió una palmada en el brazo de parte de aquel delgado chico con el que había estado luchando hace un rato. Entonces el asintió agradecidamente y dijo:

—Por supuesto. La próxima vez luchemos a muerte.

Gekkou frunció el ceño ante la propuesta del caballero.

—No me agrada esa idea.

Entonces la figura del caballero se desvaneció convirtiéndose en partículas mágicas de color azul. Cuando las partículas mágicas volaron hacia Violet, estas, se convirtieron en un naipe. Mientras ella observaba la carta de rey de espadas sostenida entre las puntas de sus dedos con una sonrisa, Gekkou preguntó:

—Disculpa, ¿Podrías sacar a Jack mañana?

Violet dejó caer sus hombros al ver la cara de Gekkou que parecía tener muchas ganas de seguir entrenando. Ya había utilizado a Jack por más de una hora. Por lo menos, Gekkou debería haber tenido la delicadeza de dar las gracias, pero no pensó en eso. Violet suspiró y respondió:

—No puedo prometerte nada. Por cierto ¿Qué ha pasado con Kippei?

Cuando Gekkou escuchó el nombre de su guardián, su semblante decayó repentinamente y respondió:

—Washizu-san no ha estado conmigo recientemente. Parece que me tocará ir solo. —Gekkou comenzó a acercarse lentamente a la casa principal murmurando—. Si no aparece para cuando comience el torneo de los rangos cinco, me pregunto si siquiera me verá ganar…

Gekkou que se sentó al borde del corredor de madera, apretando los labios con deseocion, pero Violet, estaba sorprendida de escucharlo hablar de esa manera.

—¿Estas tan seguro de poder ganar?

Gekkou alzó la mirada extrañado por la pregunta de Violet, y respondió con total naturalidad como si dicha victoria estaba más que asegurada.

—Claro que lo estoy. Para eso estoy entrenando ¿No?

Ella estaba realmente sorprendida de ver la mirada tan segura de ese muchacho.

«¿Acaso Gekkou no entendió el asunto?»

El torneo de los rangos cinco era distinto a cualquier encuentro deportivo ya que se trataba de un duelo a muerte con magia. Los elegidos como “candidatos” recibirían el rango cinco, después de luchar contra otros candidatos y salir vencedores. Sin embargo, en una batalla mágica, la muerte podía venir fácilmente. Obviamente Violet pensó que Gekkou ya no querría ser uno de los cinco rangos si le contaba todo eso.

No importa lo que Washizu Kippei hubiera dicho, Gekkou apenas acababa de convertirse en un mago y su nivel era muy bajo. Todos los demás candidatos, eran magos que ya eran de nivel avanzado. La diferencia de poder era más que obvia y un solo ataque de ellos bastaba para matar instantáneamente a Gekkou. Violet miró al delgado chico sentado frente a ella y pensó:

«No puedo decirle eso a este chico. Mejor debería decirle a Kippei que lo reconsidere».

Entonces se acordó de algo y dijo:

—Estaré cuidándote solo hasta en la mañana así que deberías volver a tu casa.

Gekkou estaba a punto de quitarse los zapatos para entrar a la casa principal de la familia Rindou, pero de pronto se detuvo.

—¿Eh? no quieroo… —Contestó. Sin embargo, casi de inmediato Gekkou cambió de opinió—. Pero, qué remedio. Estar aquí es aburrido.

Se puso de pie se volvió a colocar los zapatos y golpeó el suelo con la punta de los pies.

—Entonces me voy. nos vemos mañana, Violet.

Sacudiendo la mano, Gekkou se despidió de espaldas sin darse la vuelta, y se dirigió a la entrada de la mansión. En dicha puerta, dos espejos de gran tamaño estaban colocados a cada lado de la pared que daba a la parte interna de la puerta. Esa era la entrada al mundo viviente.

Cuando Gekkou se alejó y desapareció de la vista en la esquina de la casa principal que conduce a la puerta principal, el hombre detrás de él, que había estado callado hasta ahora dijo:

—North-san… yo no entiendo bien el comportamiento de ese chico, pero ¿Acaso es un bromista? Dice que va a ganar el torneo de los cinco, pero apenas tiene un mes de haberse convertido en mago.

Violet deslizó fuertemente la puerta corrediza de vidrio, ignorando la cara de confusión de aquel joven, y dejó salir un suspiro con desagrado.

—Pues si es una bromista, no es nada lindo. Es solo un mocoso malcriado.

Entrando rudamente en la habitación son suelo de tatami. El hombre la siguió y mientras cerraba la puerta en silencio dijo:

—No está bien, que una mujer se pronuncie de manera tan vulgar.

Violet detuvo su andar y frunció el ceño, al ser reprendida por un hombre menor que ella.

—¿Vuelves a desafiarme?

Ella volteó a mirar al joven quien en seguida agachó la mirada y respondió:

—Para nada, le tengo mucho respeto…

Al escuchar la respuesta solemne, Violet frunció aún más el ceño:

—No te he pedido que me adules.

Luego de eso, ambos continuaron su camino en silencio hacia una habitación ubicada al fondo de la casa principal. En dicho lugar, yacía dormido nada más y nada menos que el líder de los Trailers. Frente a esa habitación, montaban guardia dos hombres y dos mujeres.

Según lo que violet sabia, ellos no se habían apartado ni un solo momento de Ryuusenji Kazuma durante 24 horas continuas, así que deberían estar cansados del arduo trabajo. Incluso en ese momento, apenas le dieron una ligera mirada a Violet y al hombre que la seguía y luego continuaron allí quietos y en silencio como si fueran estatuas de cera.

Violet finalmente alcanzó la puerta corrediza de la habitación. Cuando ella colocó su mano sobre la muesca de la puerta, una magia se activó y apareció un pequeño circulo mágico de color naranja claro. Partículas brillantes cubrieron las puntas de los dedos de Violet y luego se desvanecieron en pocos segundos.

Esa magia, hacia la función de panel de autenticación de identidad, el cual acababa de determinar que ella tenía acceso al lugar. Las barreras mágicas se debilitaron y la puerta nada más requirió que Violet la corriera aplicando poca fuerza. El hombre que la acompañaba por detrás, le dijo:

—Ridou-san dijo que, si necesita algo, se lo pida a las personas que se encuentran a fuera. Ahora, si me disculpa…

Violet sintió cuando aquel hombre se dio la vuelta y se disponía a marcharse, así que lo volteó a ver ligeramente conflictuada. entonces, lo llamó por su nombre:

—Oye, Tadayuki…

El obediente universitario Hiruzen Tadayuki, se detuvo.

—Dígame, North-san…

—Llámame Violet. Es una orden.

Cuando ella ejerció su poder como rango cinco de manera severa, el miembro de los candidatos a rango cinco respondió:

—Entendido, Violet-san.

Luego de que él chico la llamara como ella dijo, se le quedó mirando con recelo.

«¿Acaso no se da cuenta que llamarme todo el tiempo por mi apellido es algo grosero? sSerá porque es japonés? ¿o será porque él es así?».

Violet exhaló como si se diera por vencida de algo, entró y cerró firmemente la puerta. Ella se preguntaba si él también era así en su universidad. Para los estudiantes de su misma edad, un chico tan cerrado como él sería un raro. Lo más seguro es que Tadayuki haya asistido a la universidad más prestigiosa del país. Allí, había un montón de gente rara, así que puede que encajara mejor en ese lugar.

«Parece un abuelito joven»

Nuevamente recordando la descripción que Gekkou le daba, Violet sonrió levemente.

Luego, posó su mirada al centro de la habitación, donde había un futón limpio de estilo japonés. El edredón estaba ligeramente levantado porque allí se encontraba durmiendo una persona. Violet se acercó en silencio y se sentó en un cojín al lado del futón. La persona que allí dormía, era Ryuusenji Kazuma.

Su cara, era más juvenil que la de Tadayuki con quien acaba de estar. La apariencia de Kazuma que aún se conservaba su apariencia de dieciséis años, parecía como la de alguien que despertaría en cualquier momento. Pero, Violet, estaba consciente de que eso no iba a suceder.

Ella que poseía magia de adivinación, ya lo había comprobado varias veces gracias a su habilidad de magia evasiva llamada “Probability Rain”. Violet era una maga de un tipo rara vez visto, pues era capaz de usar dos tipos distintos de afinidades mágicas. La magia ilusoria, que había utilizado para convocar a aquel caballero que entrenó con Gekkou, y la magia evasiva, que le permitía predecir el futuro. Con su Aspecto el cual era una baraja de cartas, ella era capaz de usar magia, varias veces más que un mago común.

—Kazuma-sama… tiene un 86% de posibilidades de que despierte en seis meses… —Violet, impaciente le tocó gentilmente la mejilla con las yemas de los dedos—. Por favor, despierte cuanto antes y guíenos. Por alguna razón, tengo un mal presentimiento.

No hubo respuesta a su tono serio. Él ni siquiera hacia los movimientos de respiración. En varias ocasiones, Violet temió que él en realidad estuviese muerto. No había signos vitales, ni siquiera pegando la oreja a su pecho o sintiendo el pulso de su muñeca. Ni siquiera podía percibirse calor corporal en él. En pocas palabras, él no era diferente a un cadáver. Salvo por una diferencia y es que no había nada que afectara su cuerpo. Por eso no se pudría.

Violet apartó su mirada de aquel cuerpo inerte y miró a su alrededor. Ella se sintió incomodad en su vientre pues se dio cuenta que tenía hambre. No había comido nada en todo el día.

«Creo que les pediré que me traigan algo».

Se dio la vuelta dándole la espalda al durmiente Ryuzenji Kazuma para hablar con las dos personas que montaban guardia a fuera. Con una voz ligeramente fuerte Violet les pidió su cena, pero tras de ella, en el pálido rostro que parecía imperturbable, las pestañas que bordeaban sus ojos cerrados, se estremecieron como si fuesen movidas por el viento. Pero, cuando ella se volvió de nuevo, el seguía dormido. Completamente tranquilo y sereno, como si nada hubiese pasado. Aun así, el momento estaba cada vez más cerca. Toda magia tenía un límite, y sin duda, eso estaba por cumplirse.

 


Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.