Unas horas más tarde, Takeshi le había contado a Argon Brave, —presidente de la Fundación Phoenix—, lo que le había sucedido, y también le había dado una visión general de lo que estaría por suceder, considerando partes importantes que tendrían el menor impacto de cara al futuro. Además, consultó con él sobre las acciones que debería tomar a partir de ahora. Él sabía que no podía quedarse sin hacer nada.

Al principio, Argon se mostró escéptico ante la idea de que Takeshi fuera un viajero del tiempo que venía del futuro, pero cuando comenzó a mencionarle la guerra entre los Trailers y Wizard’s Breath, y escuchó que dicho conflicto culminaría con la derrota de los Trailers y que la guerra volvería desatarse diecisiete años después, su mirada cambió. La razón era que Argon Brave era un vidente usuario de magia evasiva y había hecho varias predicciones que coincidían con el futuro que Takeshi había descrito.

Cuando terminaron de hablar, Argon prometió ayudar a Takeshi. Para ese entonces, la tetera ya estaba vacía desde hacía rato.

—Bueno, he decidido confiar en ti, porque tú has decidido confiar en mí —dijo Argon—, ¿tienes alguna objeción?

Takeshi negó con la cabeza.

—No señor. Si de verdad quiere ser diferente a los Trailers y a Wizard’s Breath; si de verdad quiere ser una tercera facción que surja del C7, entonces no hay nadie mejor para confiar en esta época que usted.

Argon dejó escapar una risa sarcástica ante las palabras de Takeshi. Era un hecho conocido que la Fundación Phoenix albergaba una gran colección de rebeldes. Sin embargo, también proporcionaba cobertura a Wizard’s Breath, de otras comunidades del C7 y de la Asociación Internacional de Magos.

Argon sintió que la dirección que se habían propuesto tomar, cambiaría drásticamente con la llegada de Takeshi. Ahora solo Dios sabría si sería para bien o para mal.

—Me guardaré lo que me has dicho para mí. Sophia probablemente se entere luego, pero no es necesario que le expliques nada —dijo Argon.

Takeshi frunció el ceño.

—¿Cree que ella me crea?

—Por supuesto. Mi nieta no es ninguna tonta. Pero, si le digo que no te haga preguntas, no las hará.

Takeshi no quería que Sophia se involucrara. Y tampoco su abuelo Argon quería eso.

Sin embargo, ella tenía una rara habilidad de magia evasiva llamada «Magical Analysis» y sería sólo cuestión de tiempo para que ella se diera cuenta de todo.

Sin embargo, Argon aconsejó a Takeshi que no dijera nada para ganar algo de tiempo. Y añadió una cosa más:

—Yo tampoco sé nada de Ryusenji. Es una apuesta peligrosa. Si vas a hablar con él, no sólo no te creerá, sino que incluso puede intentar matarte.

—Lo sé —respondió Takeshi con una mirada decidida—. Pero tengo que hablar con él de todos modos. ¿Qué cree que pase a partir de ahora?.

Argon contestó con una voz rasposa:

—Si cambias el pasado, cambias el futuro.

—Tiene razón. En el momento en que hable con él, yo podría desvanecerme. Sin embargo, dado que Gekkou ya se puso en marcha, y que yo estoy aquí y ya hablé con usted, solo me queda asumir que el futuro ya ha comenzado a cambiar. Todo lo que puedo hacer ahora es decir lo que va a pasar y detener esta guerra sin sentido.

No había confusión en las palabras de Takeshi. Todo lo dijo claramente.

—Ninguna de las partes tiene nada que ganar con la guerra que se avecina.

Argon no tenía ninguna duda al respecto. La filosofía de los Trailer no permitía la existencia de Wizard’s Breath. Y lo mismo ocurría con Wizard’s Breath. La reconciliación era imposible, y cuantas más muertes hubiera entre los magos que luchasen, más odio habría y más profundas serían las secuelas dejadas por la guerra.

—Ryuusenji es la clave —dijo Argon—. Si hablaras con Wizard´s Breath, no te creerán. Incluso si pudieran hacer que leyeran las profundidades de tus recuerdos y descubrieran que es verdad, dudo mucho que abandonen la lucha.

Takeshi no tenía intención de hablar con Wizard´s Breath sobre sí mismo y el futuro. Como había dicho Argon, sólo Ryuusenji Kazuma tenía en sus manos el poder para acabar con el asunto antes de que diera comienzo.

—Existe la posibilidad de que Ryusenji Kazuma crea mi historia —dijo Takeshi.

Argon estaba de acuerdo.

—Sí, la hay. Pero también hay una probabilidad igualmente alta de que mueras.

—Soy un mago de magia evasiva. Me enseñaron la esencia de la magia evasiva.

En ese momento, Takeshi vio aparecer un círculo mágico de magia evasiva en los ojos de Argon.

El anciano sonrió y dijo:

—El poder de cambiar el futuro… ¿eh?

—Sí.

Takeshi asintió con fuerza.

—Tienes buen punto.

Argon estaba impresionado, pero Takeshi no lo escuchó, porque la puerta se abrió en ese momento.

Aquella puerta, que se encontraba en medio del jardín de flores alejado de la glorieta, se abrió y Sophia apareció gritando.

—¡¡Abue!!

Argon también se fijó en su nieta y giró la cabeza hacia ella.

—¿Puedo entrar?

A pesar de haber preguntado, Sophia ya había atravesado el jardín de flores y se había acercado a la glorieta. Argon respondió con una sonrisa amarga.

—Claro, ya terminamos de hablar así que Takeshi ya se…

—Sí. Lo sé —dijo Sophia alegremente interrumpiendo las palabras de su abuelo—, yo me iré con él.

—¿Eh? ¿Qué estás diciendo …?

—Abue, ya te había dicho que Takeshi es mi compañero predestinado. Estamos destinados a estar juntos. Es natural para mí, ir a donde vaya él —gritó Sophia rápidamente dejando a Argon consternado.

Sin embargo, Argon inmediatamente se puso de pie y le grita.

—¡No, no! Este muchacho va a ir a un lugar peligroso.

—¡Entonces con más razón tengo que ir con él! —insistió Sophia.

—¡Definitivamente no!

—¡Iré, aunque me digas que no!

Takeshi, que había estado observando cómo se miraban, llamó a Sophia cuando la discusión parecía no ir a ninguna parte.

—Sophia…

Ella se dio cuenta y le dirigió a Takeshi una mirada suplicante mientras se sentaba en la banca.

—¡No voy a estorbarte, Takeshi! ¡¡Puedo usar todo tipo de magia, soy buena arreglando cosas rotas y puedo usar mi “Magical Analysis” para averiguar cualquier cosa!!

—Sophia, voy a ir solo —dijo Takeshi de forma tajante.

Pero Sophia pisoteó el suelo de la glorieta y dijo:

—¡No! ¡Sea cual sea el camino que tomes, yo voy contigo!

—¿A dónde sea? —Takeshi la miró con desconfianza.

Sophia asintió.

—Es obvio que pretendes ir ya sea con Wizard’s Breath o con Ryuusenji Kazuma. ¿acaso no se dieron cuenta? han pasado metidos aquí cuatro horas… no hay muchas cosas de las qué hablar durante tanto tiempo. Además, he aprendido algunas cosas de ti gracias a mi “Magical Analysis”.

Mientras hablaba, Sophia miró a Takeshi y a Argon alternadamente, y luego se giró hacia otro lado.

—No importa si no me dices nada. ¡Igualmente iré contigo! ¡Iré contigo a como dé lugar!

—Una vez que se pone así, mi nieta no cambia de opinión por nada del mundo —dijo Argon con un suspiro.

La tensión que había sentido antes en aquella glorieta, no aparecía por ninguna parte, y Takeshi se preguntaba qué debía hacer, pues sabía que era imprudente y peligroso que Sophia fuera con él.

Argon pensó de repente en algo y dijo:

—Sophia, parece que este muchacho es usuario de magia evasiva. Tráeme la espada de prueba.

─¿Esa espada? —preguntó Sophia.

Argon asintió.

—De acuerdo —dijo Sophia felizmente—. Ya regreso…

Inmediatamente salió corriendo de la glorieta.

Mientras Takeshi la observaba, ella salió al pasillo.

—¡Vamos, ahora! —dijo Argon.

Takeshi parpadeó.

—¿Qué? pero, ¿y la espada?

—Solo era para deshacerme de ella.

Tras decir sólo eso al desconcertado Takeshi, Argon golpeó ligeramente el suelo con la punta de su bastón. Entonces apareció un círculo mágico en el suelo. Al mismo tiempo, un trozo de mármol, en forma de caja cuadrada del tamaño de la palma de la mano, subió a la mano del anciano.

Argon tocó la parte superior de la caja con la cabeza de caballo metálica de su bastón. La caja se abrió y luego de extraer el contenido con la punta de los dedos, se lo ofreció a Takeshi.

—Toma este botón. No lo pierdas o nunca podrás volver.

—De acuerdo.

Tras recibirlo, Takeshi se quedó mirando el objeto el cual un botón concierge.

Era una piedra esférica de color negro azabache hecha de obsidiana. En su interior, había brillantes partículas rojas y amarillas de poder mágico que giraban en un vórtice parecido a una galaxia.

***

Al salir de un espejo, Takeshi supo de inmediato a donde estaba. Justo frente a sus ojos, se alzaba la hermosa silueta del monte Fuji.

«¿Esto es Japón?»

Miró a su alrededor y vio un gran árbol de cedro en medio de un prado vacío. El cielo estaba nublado y parecía que iba a empezar a llover. No había nada más a la vista, así que se acercó al enorme árbol. Mirando desde el pie del tronco, pudo ver que era tan grande que parecía sacado de un libro de cuentos. Tenía ramas y hojas en forma de paraguas, la mitad de las cuales empezaban a ponerse rojas, y había pequeñas bellotas colgando de ellas. No obstante, había otra cosa que también colgaba un poco más abajo.

Era una colmena. Takeshi la miró fijamente; tenía unos 20 centímetros de diámetro. Las abejas zumbaban alrededor. Justo cuando estaba a punto de dar un paso atrás, se dio cuenta de que las abejas estaban impregnadas de partículas mágicas.

«Tengo un mal presentimiento de esto, pero…»

En cuanto extendió la mano y tocó suavemente a las abejas, éstas se volvieron y volaron hacia él de inmediato, como si hubieran percibido peligro.

—¡Uwaaa!

Takeshi agitó las manos para intentar deshacerse de ellas, pero muchas más abejas salieron de la colmena y volaron directamente hacia él.

—¡Largo de aquí!

Intentó huir, pero las abejas lo rodearon y tuvo que cerrar los ojos rápidamente. De pronto sintió que su cuerpo fue levantado del suelo.

—¿¡Eeh!?

En cuanto abrió los ojos, Takeshi no podía creer lo que veía: Las abejas que se aferraban a su cuerpo, eran cada vez más grandes. Y antes de que se diera cuenta, estaba siendo sujetado por docenas de ellas, que lo llevaban volando por el aire.

—¿Q-Que demonios es esto?

Las abejas lo llevaban en dirección de la colmena.  Mirando al suelo, Takeshi no podía creer lo alto que estaban. Parecía que volaban a cientos de metros del suelo.

A medida que se acercaba más y más a la colmena, Takeshi finalmente comprendió lo que estaba sucediendo: No es que las abejas se hicieran más grandes, sino que él se hacía más pequeño. Las abejas, finalmente lanzaron a Takeshi a uno de los agujeros hexagonales de la colmena.

Cayó a través del agujero con tanta fuerza que sintió que la cabeza le daba vueltas, pero logró ponerse de pie. Cuando miró a donde había ido a parar, comprobó que el interior de la colmena no era un espacio cerrado. Había una caja de cristal un poco más adentro que parecía una cabina de peaje de una autopista en la que cabía una persona, y alguien le hacía señas desde la ventana. Naturalmente no era una abeja, sino una persona.

Takeshi seguía aturdido por el shock, pero caminó lentamente hacia ella.

Había una membrana semitransparente al otro lado de la cabina, que parecía un callejón sin salida, pero había una señal de alto que estaba pintada en el suelo justo delante, como si ese fuera un puesto de control y se pudiera pasar más allá de ese punto. Mientras se acercaba, escuchó de repente una voz proveniente de otro lado.

—Ya sabía que esto iba a pasar…

—¿¡Sophia!?

Takeshi levantó la vista y sus ojos se abrieron de par en par. Sophia se acercó a él y le dijo en tono alegre:

—Es muy fácil leer los pensamientos de mi abue. Yo supe inmediatamente que él quería que me fuera a buscar la dichosa espada para que tú te fueras solo. Es un tramposo…

Levantó un objeto largo y delgado envuelto en una tela que cargaba en su brazo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Takeshi aun sorprendido.

Sophia se encogió de hombros.

—¿Como? Pues fue por mi “Magical Analysis”. Si tu destino hubiera sido Wizard’s Breath, el abuelo no se habría opuesto tanto a que yo fuera. Entonces sólo podía deducir que irías con Ryuusenji.

—Pero tú no tienes un botón.

Takeshi le mostró su joya de obsidiana.

Sofía simplemente respondió:

—Claro que tengo un botón.

—¿¡Qué!?

—Ya te lo había dicho. Somos los Braves. Todo tipo de magos vienen a buscar los servicios de nuestra forja mágica. Todos ellos utilizan botones. Y se me da bien hacer cosas. La forja no se limita a las armas, ¿sabes? También podemos hacer herramientas mágicas. Así que hice esto: ¡Ta-da-da-da-da!

Mientras cantaba, sacó una brillante esfera de obsidiana negra, exactamente igual a la que tenía Takeshi.

—Este es mi botón “Everywhere”. Es una cosa excelente que tiene la capacidad de trazar el camino de una persona que pasó por un espejo antes que tú y te lleva al mismo lugar.

Tras decir esto alegremente, Sophia vio que Takeshi guardaba silencio, y su sonrisa se tensó.

—¿Qué pasa Takeshi? ¿Por qué esa cara tan aterradora?

—Sophia…

Cuando escuchó a Takeshi murmurar su nombre, Sophia gritó rápidamente antes de que pudiera decir algo más.

—¡Por favor, no te enojes conmigo!

Sin embargo, Takeshi obviamente respondió con dureza.

—¡Vete a casa!

—No te enfades tanto. Sniff~ Sniff~

Sophia hizo un gesto simulando que lloraba.

—Sophia, no he venido a este lugar para jugar.

—Lo sé.

—¡No, tu no lo entiendes! Yo…

Sophia asintió y dijo:

—Estoy perfectamente consciente. Sé que has venido a arriesgar la vida —Luego, hizo un puchero y añadió—: Por eso quiero quedarme contigo.

—¿Es por ese rollo que tienes del “compañero predestinado”? —preguntó Takeshi con voz medio burlona—. ¿Realmente crees eso?

Takeshi no creía en la idea del “compañero predestinado” de Sophia.

Pero ella asintió con la cabeza firmemente.

—Claro que lo creo. Sé que “Magical Analysis” es sólo magia, y que la predicción de la magia evasiva y la adivinación no son perfectas, pero sigo creyendo en ella. Y también espero que así sea.

—Lo lamento, pero…

Takeshi giró la cabeza hacia otro lado y se disculpó.

La sorpresa en los ojos de Sophia era evidente.

—¿A… acaso hay alguien más?

La pregunta trajo a la mente de Takeshi a dos chicas.

—Hay alguien a quien quiero ver…

Cuando escuchó esa respuesta sincera, Sophia asintió aún más profundamente que antes.

—Ya veo… pero, aun así, no me iré a casa.

—¡Sophia, por favor!

Sophia no aceptó las objeciones de Takeshi.

—Esta fue mi decisión —declaró con firmeza—. Mia y de nadie más. Por favor, déjame quedarme contigo.

Luego quitó rápidamente la tela que envolvía el objeto que sostenía.

—Además, Vas a necesitar esto…

Cuando Takeshi vio lo que ella le ofreció, se quedó tan sorprendido que exclamó.

—Esto es…

Una espada con una empuñadura negra sin guarda y con un anillo para meter el dedo, además de una deslumbrante vaina plateada.

«¿¡Es Twilight!? No, el color de la vaina es distinto…»

La forma particular de la espada ciertamente se parecía demasiado a la de Twilight.

Y sin darse cuenta de la sorpresa de Takeshi, Sophia dijo:

—Esto es solo un prototipo. Pero es una espada creada para usuarios de magia evasiva. Mi abuelo la forjó y por fin está terminada. Se supone que se la va a entregar a alguien, pero quiere probarla primero. Tu eres usuario de magia evasiva ¿verdad? Si llegas a estar en peligro, úsala.

Cuando la espada larga fue acercada suavemente frente a su pecho, Takeshi la recibió con inquietud. Pero en cuanto sujetó la empuñadura, se atragantó y sintió ganas de llorar.

«¡¡Esta es Twilight…!!», no había duda alguna, «Está sensación… este peso…».

Takeshi no sabía cómo Twilight había vivido el paso del tiempo.  Pero si la Twilight que Gekkou tenía en su poder era la del futuro, entonces está Twilight era la del pasado. Era su forma recién forjada. Además del color diferente de la vaina, había otras diferencias al inspeccionarla más de cerca, como la falta del relieve del sol y la luna que tenía la otra.

Mientras Takeshi la miraba atónito, Sophia le entregó una carta en un sobre.

—Según mi “Magical Analysis”, el nombre de los Brave no será suficiente para reunirnos con los Trailers, así que le pedí a mi abuelo que te escribiera una carta de presentación. Con esto, estoy segura de que nos recibirán.

Takeshi también la aceptó con gratitud.

Sophia parecía entender ya la mayor parte de lo que habían hablado Takeshi y Argon Brave, a pesar de que no se le había informado de nada.  

Pero Takeshi no quería llevarla más allá, así que consiguió convencerla de que esperara en ese lugar, y se dirigió solo a la cabina que estaba al fondo.

***

Tras ser guiado al interior de la membrana translúcida, Takeshi olvidó que originalmente se encontraba en una colmena, pues el interior era un mundo en sí mismo.

Un enorme ascensor lo llevó a la planta superior, y a través de una serie de puertas automáticas hexagonales se encontró en una típica zona residencial japonesa. Y como si acabara de salir de la estación del tren, se encontró con una plaza circular, donde una mujer lo esperaba para enseñarle el lugar. Sin ninguna conversación en particular, la mujer metió invitó a Takeshi a abordar un automóvil blanco.

Sorprendido por la visión de un pueblo normal, Takeshi dudó demasiado en decir una palabra, pero a la mujer tampoco pareció importarle.

El automóvil, atravesó la zona residencial durante unos cinco minutos y luego se dirigió hacia una colina.  

Takeshi había estado mirando por la ventana todo el tiempo, y en realidad era un pueblo cualquiera. No sabía si las personas que andaban por ahí eran magos o humanos ordinarios, pero pudo ver a padres y niños paseando con pelotas, y a parejas de ancianos alineados con bolsas de la compra. Se sorprendió, porque había imaginado una base militar más racional para un escondite de los Trailers. Cuando el automóvil se detuvo frente a una casa, los ojos de Takeshi parpadearon aún más. Era una casa no muy diferente en tamaño a la residencia Isoshima, el hogar de Kurumi, la amiga de la infancia de Takeshi.

El automóvil entró tranquilamente por el portón principal de la mansión, y al llegar a la puerta de la casa, Takeshi se bajó.

Una vez allí, otra persona hizo pasar a Takeshi al interior, y cuando llegó a la sala de recepción, lo dejaron esperando, pero sólo fueron unos minutos.

Cuando vio a la persona que entró en la sala, Takeshi no supo por un momento quién era.

La pequeña y joven figura de ojos afilados extendió silenciosamente su mano cuando Takeshi se levantó del sofá, indicándole que podía quedarse sentado.

Takeshi había visto una vez a Ryuusenji Kazuma en una de las visiones que Washizu Kippei le había mostrado del pasado de los Trailers.

Pero de cerca, parecía bastante normal en comparación con esa visión.

Si se quitaba el hecho de que era una persona del pasado, el actual Ryuusenji Kazuma sería un año más joven que Takeshi. Al darse cuenta de eso, Takeshi se sintió un poco menos nervioso.

—No esperaba que tú me recibieras —dijo Takeshi a Kazuma, que se sentó frente a él mirándolo con frialdad.

—Yo tampoco esperaba recibir a nadie. Pero tratándose de un representante de la familia Brave, debo hacer una excepción.

Cruzando las piernas, se recostó en el sofá y suspiró. Una clara sensación de fatiga lo envolvía.

—¿Cómo está el viejo forjador? —preguntó Kazuma.

—Se encuentra muy bien —respondió Takeshi.

—Perfecto. Necesito que siga viviendo un poco más. Es al único que le confió mi Aspecto.

Eso quería decir que el Aspecto de Kazuma también había sido creado con la forja mágica.

Takeshi entonces, tocó suavemente a Twilight que estaba colocada a su lado.

«Sí tuviera que enfrentarme a este sujeto aquí y ahora…»

El enfrentamiento acabaría en un instante desde su punto de vista. En una visión del pasado que le había mostrado Washizu, y que Takeshi no quería recordar, Kazuma aniquiló a un mago de Wizard’s Breath en un instante.

La mirada que tenía en ese momento pasó por la mente de Takeshi.

Sus ojos rebosaban de ira y su expresión era brutal, y aunque quisiera olvidarla, no podía.

—Entonces, ¿de qué venias a hablar? —preguntó Kazuma.

Pensando por dónde debía empezar a explicar, Takeshi dijo:

—Escucha, no me vas a creer, pero, ¿estás dispuesto escuchar lo que tengo que decirte?

Takeshi le dijo a Kazuma que había llegado del futuro y también le contó lo que sucedería. Mas, sin embargo, no le hizo mención alguna de Gekkou.

No sabía si Gekkou estaba de lado de Wizard’s Breath o de los Trailers, pero de cualquier forma no quería poner a Gekko en peligro hablando sin cuidado, y Argon Brave, al que había consultado antes, le dijo que sería mejor callar.

Kazuma, que había estado escuchando en silencio las palabras de Takeshi, no tuvo reacción alguna por un rato, pero finalmente dijo:

—¿El forjador se creyó tu historia?

—Si.

—¿Y se supone que yo también debo creerlo? ¿Eres del futuro? Esa es una historia demasiado sospechosa.

En cierto modo, la reacción de Kazuma fue natural. No había forma de que pudiera creer fácilmente a alguien que dice venir del futuro a pesar de que no estaban en una sociedad de humanos ordinarios, sino de magos.

La magia podía predecir el futuro, pero no podía interferir en el pasado. La lógica de la magia evasiva, también establecía que sólo se podía afectar al eje temporal por delante de donde te encuentras, es decir: en el futuro.

No había duda de que la existencia de Takeshi era inaceptable en una sociedad mágica.

Aun así, Takeshi sabía que Kazuma creería en esta situación anómala. Así que continuó:

—Sí. Y vas a matar a mucha gente en este viaje que estas emprendiendo. Todo lo que puedo decir es que no tienes que hacerlo. Puedes hacer las paces con Wizard’s Breath. Ya te vengaste atacando a la agencia especial de magos ¿No?

Se decía que, al mes siguiente de la muerte de sus padres, Kazuma fue él solo a la Agencia Especial de Gestión de Magos, y mató a todos los que encontró allí.

Sin embargo, Kazuma se burló de las palabras de Takeshi como si fueran un chiste.

—¿Crees que maté a esos magos en ese asqueroso edificio tan solo por venganza?

—Según tu filosofía no, pero yo sí creo que fue venganza.

Cuando Takeshi dijo eso, Kazuma se rio, esta vez aún más fuerte.

—Jajaja. Puede ser… pero me da igual lo que piensen los demás.

Takeshi no estaba seguro si él realmente pensaba eso. Pero cuando Kazuma notó esa duda en Takeshi, le dijo:

—Dijiste algo sobre mi filosofía. Si supieras de qué van los Trailers, no pensarías que te escucharía y luego te dejaría ir, ¿verdad?

Takeshi asintió.

—Sí, es cierto. Pero puedes parar esto. Si quieres cambiar el mundo, hay otras maneras. No tienes que matar personas. Tienes muchos amigos, y junto a ellos puedes negociar con Wizard’s Breath y el C7.

—Ya rechacé eso.

La voz de Kazuma cortó las palabras de Takeshi, y luego volvió a su expresión fría.

—Llegas tarde —dijo con una voz inexpresiva—. Hace dos días hubo una oferta del C7 para negociar antes de luchar.

Los ojos de Takeshi se abrieron de par en par.

Tal parece que lo que sabía del pasado era muy poco. No le pareció tan importante en clase, así que sólo aprendió lo suficiente sobre la Primera gran Guerra Mágica para poder pasar los exámenes y luego olvidarlo cuanto antes. Sin embargo, Takeshi seguía intentando recordar.

«Creo que fue en Julio cuando los Trailers se organizaron y adoptaron su nombre… Después de eso, empezaron una serie de ataques furtivos dirigidos a personalidades importantes y a secuestrar magos con habilidades raras. Creo que hoy es 1 de noviembre… La primera gran guerra mágica comenzó en diciembre.»

Calculó que sólo le quedaba poco más de un mes. Sabía que sería imposible hacer cambiar de opinión a Kazuma bajo esas circunstancias.

«Tengo que convencerlo de alguna manera de detener esta guerra. Sé todo lo que va a suceder… Los Trailers acabarán siendo derrotados…».

Takeshi pensó que sería mejor hacerle creer y considerar la posibilidad de ganar algo de tiempo, aunque sólo fuera un armisticio.

Pero mientras Takeshi pensaba en esto, Kazuma le dijo:

—No hay negociaciones. No les haré ninguna propuesta. ¿Crees que ahora escucharé sus tonterías preconcebidas?

Takeshi pudo ver cómo el odio aumentaba en los ojos de Kazuma.

—Teniendo en cuenta su locura hasta ahora, No sería raro que yo torturara al que trajo aquella carta ¿verdad?

—…

Takeshi se puso rígido ante la mirada fría de Kazuma. Al ver esto, Kazuma se rio.

—Oye, no pongas esa cara. No lo maté. Se los devolví. Pero las negociaciones fallaron. No hay nada que podamos hacer más que luchar. Wizard’s Breath ha matado a demasiados magos. No tienen respeto por los derechos humanos y han matado a nuestras familias como si fueran basura.

—B-Bueno…

Takeshi intentó responder, pero no supo que decir.

Kazuma añadió:

—Se han aliado con las oligarquías y se han dedicado a acabar a todo aquel que les desobedece, sólo para su propio beneficio. Esta no es mi venganza personal. Es nuestro último acto de revolución y valentía.

Takeshi se sorprendió. No esperaba escuchar esas palabras de él. Y no pudo evitar preguntarle:

—¿Valentía? ¿Consideras un acto de valentía hacer una guerra?

—Así es —respondió Kazuma—. Sólo nos queda este pequeño ápice de vida. Los aplastaremos usándola a plenitud. Todos los que me apoyan están dispuestos a hacerlo.

—Qué ridiculez…

Kazuma inmediatamente se sorprendió al escuchar lo que Takeshi murmuró.

—¿Como dices?

Sabía que lo estaba molestando, pero Takeshi simplemente no pudo callarse y replicó:

—No vas a recuperar nada haciendo eso. En mi futuro, eventualmente caerás ante Wizard’s Breath.

En ese momento, Kazuma apartó los ojos de Takeshi y miró a un punto de la pared.

Cuando le devolvió la mirada, dejó escapar un suspiro.

Takeshi también miró a la pared, pero no había nada allí.

Sin embargo, lo que Takeshi creía que era la pared, era en realidad un doble fondo construido con magia ilusoria, y había dos magos ocultos allí, observando con curiosidad. A Kazuma ya le habían dicho antes de la llegada de Takeshi y que el destino de los Trailers era ser derrotados por Wizard’s Breath, pero que seguirían vivos y luchando como una pequeña organización. Sin embargo, se sintió obligado a negar esa predicción incluso escuchándolo una segunda vez.

—El futuro que me cuentas no es mejor que una predicción incierta. Incluso si es cierto que vienes del futuro…

Takeshi interpretó las palabras a su manera.

Kazuma no negaba que Takeshi proviniera del futuro. Eso era porque, después de todo, la primera explicación del futuro de Takeshi era algo que él creía. Takeshi no mencionó que, en la primera guerra mágica, Kazuma intentó hacer desaparecer a todos los humanos ordinarios del mundo.  Sin embargo, si mencionó que al final de la guerra, Kazuma utilizó un hechizo llamado «Last Requiem».

Esa era una parte importante de la afinidad mágica de Kazuma.

Antes de la guerra, ya se sabía que era un usuario de magia negra y que era capaz de utilizar un tipo de «magia de desintegración».

Sin embargo, los informes decían que cuando invocó el «Last Requiem», un hechizo que borró a seis mil millones de personas, Kazuma hizo aparecer en el cielo un círculo de magia singular; un hecho poco frecuente entre las afinidades mágicas, y desde entonces fue reconocido como un mago capaz de utilizar dos afinidades mágicas distintas.

Por el momento, las únicas personas que sabían que él tenía dos afinidades mágicas eran Takeshi y posiblemente Gekkou. Cabía la posibilidad de que incluso el propio Kazuma no lo supiera. Sin embargo, cuando mencionó el nombre del hechizo, Takeshi notó que las cejas de Kazuma se movieron ligeramente. Esa podría haber sido una buena palanca para convencerlo de una vez por todas de que venía del futuro. De hecho, Kazuma ya no cuestionaba que Takeshi provenía del futuro. Takeshi sostuvo a Twilight puesta a su lado con la mano sobre la tela en la que estaba envuelta. A lo mejor ya nadie tendría que usar esa espada. Si lograba convencerlo en ese momento…

Ante la cara de insatisfacción de Kazuma, Takeshi dijo:

—Es cierto que el futuro de esta línea temporal haya cambiado con respecto al futuro de donde provengo. Pero todavía tienes que elegir no luchar. Si hay vidas que salvar con tu decisión de no luchar, debes hacerlo.

Kazuma bajó ligeramente la mirada.

Takeshi pensaba que seguramente él tampoco quería ir a la guerra.

—¿Salvar vidas? —murmuró Kazuma y luego le habló a la pared—. Oigan ustedes…

Takeshi lo miró a él y a la pared a su vez, sorprendido.

—Conéctennos con “Eden”.

En cuanto Kazuma dijo eso, apareció una única puerta de madera en medio de la pared.

Mientras Takeshi miraba asombrado, Kazuma se levantó y dijo:

—Ven, te mostraré para que veas con tus propios ojos de qué clase de vidas que estás mencionando.

Mientras Kazuma se dirigía a la puerta, Takeshi se levantó apresuradamente y lo siguió.

***

La puerta daba a un lugar exterior totalmente distinto a los alrededores de la mansión en la que acababan de estar. Había varios edificios prefabricados que parecían fábricas, con una carretera de un solo carril en medio.

—¿Qué es este lugar?

Cuando Takeshi volvió a mirar hacia la puerta por la que habían salido, vio que se estaba desvaneciendo. Una puerta hecha de magia negra era como un portal que conectaba el espacio, y después de cierto tiempo se cerraba naturalmente y desaparecía.

Mientras Kazuma se alejaba a paso ligero, Takeshi corrió tras él.

—Este es “Eden”, una de las bases de los Trailers —respondió Kazuma sin tapujos.

De repente, Takeshi vio a unos niños haciendo mucho ruido delante de un pequeño edificio prefabricado de una sola planta. Con objetos de tiza en las manos, jugaban y dibujaban en el suelo.

—¿Niños?

Takeshi entrecerró los ojos con asombro.

—Esa es la residencia de los mocosos. Ven por aquí.

Kazuma señaló con la barbilla en dirección contraria.

—Eso niños son…

Cuando Takeshi volteó a mirar consternado, Kazuma dijo en tono engorroso:

—Si, son aquellos cuyos padres fueron asesinados. Bueno, sucede todo el tiempo, ¿no?

—…

Cuando Takeshi se quedó callado con la sorpresa, Kazuma le explicó que tenía otra cosa en mente.

—No tienes que preocuparte por esos niños. Hay gente que puede cuidar de ellos. El “Wizard Slayer” los convirtió en humanos ordinarios.

—¿Wizard Slayer? —preguntó Takeshi al escuchar un término que no conocía.

Kazuma suspiró con molestia y dijo:

—¿No sabes nada de eso? ¿O es que Gilliam Wiseman está muerto en el futuro de dónde vienes?

—¿Wiseman? ¿El que usó el hechizo “Gift”?

Al ver el asombro de Takeshi, Kazuma soltó una risotada nasal.

—Hmm, todavía está vivo ¿no? Su magia convierte a cualquier mago en un humano ordinario. Una vez que lo hace, no hay vuelta atrás. Wizard’s Breath permite a Wiseman utilizarla para exiliar y despojar de su lugar a aquellos que se convirtieron en humanos ordinarios.

Justo cuando pasaban por delante de otro edificio prefabricado, la mirada de Kazuma se desplazó hacia la ventana. Takeshi hizo lo mismo y miró dentro del edificio.

Había adultos de distintas edades y géneros sentados en pupitres alineados como en un aula de clases.

Kazuma les echó un vistazo y luego volvió a mirar hacia donde caminaba. Pero había un matiz de amargura en su voz mientras explicaba.

—No tienen a dónde ir, nada para vivir y valerse como humanos ordinarios.

Al escuchar eso, Takeshi volvió a echar un vistazo al edificio.

Todos ellos eran magos ahora habían sido convertidos en humanos ordinarios.

«¿Acaso se refiere a gente desamparada y sin hogar?»

Takeshi miró la espalda de Kazuma y preguntó:

—¿Se van a quedar aquí para siempre?

—Es sólo por un tiempo. Hasta que aprendan a vivir como humanos ordinarios. Luego se integrarán a la sociedad humana.

—Tú… ¿Te ocupas de ellos?

Ante la voz sorprendida de Takeshi, Kazuma respondió secamente sin mirar atrás.

—Tan solo recogí a unos perros que Wizard’s Breath castró y abandonó a su suerte.

—…

La analogía era bastante horrible e inapropiada, pero Takeshi sintió que no estaba tan mal encaminada.

Las personas que crecieron en sociedades mágicas se integraban perfectamente en la sociedad humana, pero eso no era lo mismo que vivir como un simple ser humano sin magia.

Cuando un mago se convertía en un humano ordinario, era lo mismo que perder todo lo que había tenido.

—Llegamos —dijo Kazuma.

Takeshi levantó la vista.

El lugar era completamente diferente al resto de edificios; era como un enorme invernadero de cristal octaédrico. Tenía unos tres pisos de altura y toda la superficie era de cristal, por lo que se podían ver los árboles y las plantas del interior.

—¿Un invernadero? ¿Por qué tiene una barrera…?

Cuando Takeshi observó aquello con cara de asombro, Kazuma se rio y dijo:

—No es un invernadero, es una jaula…

—¿Jaula?

Takeshi no entendió el significado de eso, y Kazuma no le aclaró nada.

Pero a Takeshi tampoco le importó, y se quedó mirando el edificio.

Al observar con atención, se podía ver que la barrera que cubría el edificio estaba formada por varias capas; cada una de las cuales era de un color diferente.

«Esa barrera tiene al menos cinco capas de grosor».

Ninguna de las barreras que Takeshi había visto, era tan gruesa como esa.

«Esta barrera es igual de gruesa que la que cubría la academia de Magia Subar… no, puede que incluso más gruesa…»

No entendía por qué ese lugar necesitaba una barrera de protección tan fuerte, y Kazuma no parecía querer explicarlo tampoco. Simplemente se acercó rápidamente a una pequeña puerta en la esquina izquierda del edificio. Takeshi corrió tras él y entró desde allí junto a Kazuma.

Cuando atravesó la barrera, se sintió un poco incómodo, pero no fue repelido, porque aparentemente estaba hecha de manera que pudiera ser atravesada desde afuera hacia adentro.

El interior del edificio estaba más ordenado de lo que parecía desde afuera. Había pasillos estrechos a lo largo de las paredes, cuya parte central estaba dividida por una pared translúcida que también estaba protegida. Era difícil ver lo que ocurría en el interior, pero en la esquina del pasillo había una pequeña habitación, también de cristal transparente.

Cuando se acercaron, una mujer se asomó desde la habitación.

—Jefe, ¿va a entrar? Yo vigilaré.

Cuando la pequeña mujer salió de la habitación y empezó a prepararse, Kazuma se negó.

—No es necesario. Espero que hayan tomado su descanso. Les dije que se tomaran un descanso cada dos horas.

La mujer desvió la mirada al recibir esas palabras con tono serio.

—Eh… si… Pero no tenemos suficientes capas para hacer turnos, así que no podemos hacer tantos descansos.

Kazuma chasqueó la lengua.

—Necesitamos más gente con afinidad de magia negra…

No se lo dijo a nadie en particular y simplemente entró a trompicones en la habitación. Takeshi lo siguió. Allí había otras dos personas; un hombre y otra mujer, pero estos dos también parecían agotados. Cuando Kazuma entró en la habitación, se levantaron a toda prisa.

—Hay algunas grietas en la barrera —dijo Kazuma.

Cuando las tres personas escucharon eso, sus ojos se abrieron de par en par con sorpresa.

—¿Dónde?

—Las cerraremos en seguida.

Pero Kazuma lo ignoró e hizo otra pregunta.

—¿Qué pasó con Inukai y Daryl?

El hombre respondió:

—Están patrullando.

—Ve a llamarlos. Todos necesitan descansar en algún momento. Yo tomaré tu lugar.

—¿Eh? pero…

—No podríamos dejar que usted…

Los tres se encontraban consternados, Pero las ordenes de Kazuma fueron claras.

—Después de que compruebe mi barrera, romperán sus hechizos y tendrán veinte minutos para descansar. ¿Tienen algún problema con eso?

Takeshi vio que los tres parecían alegres.

—No, señor.

—Muchas gracias.

Sin siquiera escuchar sus agradecimientos, Kazuma Salió rápidamente de la habitación.

Por un momento Takeshi se preguntó si debería estar también en esa habitación, pero entonces oyó a Kazuma llamándolo desde el pasillo y se apresuró a salir.

—Vamos…

Kazuma estaba esperando en medio del pasillo.

Justo cuando Takeshi estaba a punto de seguirlo, algo sucedió: De repente, se produjo una tremenda explosión que se sintió como si todo el edificio hubiera gritado. Las paredes translúcidas se hicieron añicos y Takeshi y los demás fueron bañados de escombros al mismo tiempo que salieron despedidos.

Gracias a que su «Strike Vision», que activó de forma instintiva, Takeshi levantó las manos delante de su cara y pudo bloquear un gran trozo de cristal, pero al mismo tiempo, fue alcanzado por el humo polvoriento y pequeños trozos de escombros que volaban por todos lados, así que se agachó en el lugar.

de pronto oyó la voz de Kazuma a su lado.

—Oye, ¿sigues con vida?

—S-Sí…

Cuando Takeshi levantó la cara, Kazuma estaba ileso y ya estaba de pie, con una batuta negra en la mano, mirando al frente con una expresión de consternación.

Takeshi vio un enorme agujero más allá de la pared destruida. Había algo ahí dentro que Kazuma estaba mirando fijamente.

De repente, se percibió un fuerte olor a pescado que nunca antes había sentido, y Takeshi se tapó la nariz con la mano.

—Ugh… ¿qué es esa peste?

Olía como a basura podrida, pero era un hedor que llevaba al menos unos meses. Apenas podía respirar, aunque se tapara la nariz. Era un olor era muy fuerte.

Kazuma se limitó a murmurar: «Ya lo verás» y se alejó rápidamente, con su batuta de director de orquesta en la mano.

El área estaba a oscuras, probablemente porque la explosión había cortado la energía.

Takeshi también se levantó y siguió a Kazuma, acercándose al lugar.

Dentro del agujero en la pared había lo que parecía ser un laboratorio.

había estantes con medicamentos, pero los estantes se habían caído, las mesas estaban volcadas y la habitación en general estaba en mal estado.

«Casi no ser mira nada allí dentro…».

Mientras tanto, resonó el sonido de algo que se quebraba. Fue un sonido como el de una pared de cristal rompiéndose, pero en ese momento, la «Strike Vision» de Takeshi percibió el peligro.

—¡Cuidado!

Takeshi soltó inmediatamente un hechizo «Flick» de magia básica y mandó el objeto a volar. Pero no voló tan lejos como pensó que lo haría.

Era una criatura enorme, y cuando fue golpeada por la magia, rugió.

—¿¡Q-qué pasa!?

Kazuma miró por encima del hombro sorprendido de Takeshi, y comprendió sus acciones por el círculo mágico que flotaba en esos brillantes ojos púrpura.

—Esa es una habilidad mágica muy rara… —comentó.

Parecía haber notado la capacidad de «Strike Vision», pero a Takeshi no le importó.

La criatura de antes se había levantado de nuevo y estaba a punto de saltar hacia ellos. Esta vez, sin embargo, Kazuma fue quien lo detuvo.

—¡“WRECK”!

Kazuma utilizó su magia de ataque, que era más fuerte que la de Takeshi, para enviarlo a volar más lejos.

Una criatura normal se quedaría inmovilizada durante un tiempo si hubiese sido golpeada por un «Wreck».

Sin embargo, esta criatura lanzó un gruñido grave y furioso.

—¿Q-qué es esa cosa?

Takeshi se quedó atónito y señaló a la criatura negra que voló hacia la esquina de la habitación. Kazuma lo ignoró y se precipitó hacia el lugar donde había estado antes, se agachó y gritó:

—¡¡Daryl!!

Kazuma encontró a un joven subordinado suyo llamado Daryl tirado en el suelo y cuando lo levantó, este dio una débil respuesta en forma de un suspiro.

Pero parecía que no poder levantarse por sí mismo. Takeshi también fue a su lado, pero la situación no era buena.

Daryl, sangraba abundantemente por el cuello y jadeaba.

—¡Mierda! —exclamó Kazuma.

Daryl aún se rio un poco al escuchar a Kazuma decir malas palabras.

Takeshi permaneció quieto detrás de Kazuma, sosteniendo a Twilight en su mano aun envuelta en tela.

—¡Oye!

De repente, Kazuma le llamó, y Takeshi parpadeó con un sobresalto.

—¿Q-Qué?

—Puedes usar magia básica, ¿verdad? —preguntó Kazuma.

—Sí… pero…

A Kazuma no le importaba la confusión de Takeshi y continuó:

—Pondré una barrera para mantener a los demás a salvo. ¡Tú ve a buscar al que se ha escapado!

—¿Que yo qué…?

Takeshi, que no tenía ni idea de lo que estaba pasando negó con la cabeza.

Pero Kazuma no parecía estar bromeando.

—Uno de ellos salió —dijo Kazuma en voz baja.

Daryl susurró entre sus brazos.

—Era Leon, jefe.

—Está bien, no te preocupes —dijo Kazuma con su mano en el cuello de Daryl—. Sólo mantén la boca cerrada. La magia curativa no es mi fuerte. Ya lo sabes.

En ese momento, una voz llegó desde otra dirección del edificio.

—¡¡Kyaaaaaaaaaa!!

—¡¡Uwaaaa!! ¡No te acerques!

Venía de la habitación donde Takeshi y Kazuma habían estado hace un momento.

Todo el edificio vibró y el techo crujió cuando el sonido de algo que se estrellaba contra las paredes y el impacto de la destrucción resonaron en el aire.

Estaban luchando con magia. Hubo otro rugido, y Takeshi sintió que la cosa que habían mandado a volar, estaba a punto de atacar de nuevo. Pero antes de que pudiera, Kazuma desató su magia.

—¡“SPARK”!

Cinco chispas salieron de la punta de la batuta de Kazuma, y mientras ardían entre los medicamentos caídos, las llamas se hicieron más grandes, creando un muro de fuego que los separó de la criatura.

Takeshi lo vio por primera vez a la luz del fuego.

Era una criatura espeluznante. Su piel morena colgaba como si se hubiera quemado, y tenía un escaso pelo negro en la cabeza hinchada.

Tenía el tamaño de un gran primate y un aspecto similar, pero su cara, con los dientes al descubierto frente a la luz, era deforme, y la posición y el tamaño de sus ojos estaba desalineado. Derramaba saliva de su boca caída y su nariz estaba hundida.

«¿Que es esa cosa…?»

El extraño olor de la habitación también parecía emanar de la criatura.

—Daryl, Tendrás que quedarte solo… —dijo Kazuma.

Cuando Takeshi miró hacia abajo, el joven respondió, aunque sus ojos ya estaban cerrados y sin fuerzas.

—Sí… por favor vaya…

Kazuma lo dejó suavemente en el suelo. Luego se volvió hacia Takeshi.

—Oye tu… ehmmm… Nanase Takeshi ¿no?

—Si.

—La criatura que escapó es similar a esta. Captúrala viva si puedes. No la mates. Es una persona.

—¿Qué?

Takeshi quería que le explicara, pero Kazuma le miró con desprecio e indicó el pasillo que había detrás de él con la barbilla.

—¡Ve, ahora! —gritó Kazuma y luego comenzó a hacer sus movimientos—. ¡“LIBERATE”!

En el momento en que se levantó y activó el hechizo de liberación, un poder mágico de color beige brotó de la punta de su batuta. Takeshi Se alejó unos pasos de Kazuma sin pensarlo dos veces.

Kazuma sostuvo el palo por encima de su cabeza y comenzó a recitar un encantamiento en voz baja y sin prisas.

“Cuando las nieves primaverales abrazan los pétalos pálidos…”

Las partículas de poder mágico que se desprendían de la punta de la batuta eran increíblemente grandes. Cada partícula se parecía a un pétalo de flor de cerezo, pero el color era el mismo marrón oscuro que el poder mágico. En la tenue luz de la habitación, parecía que los pétalos de flor de cerezo negros volaban por ahí, y Takeshi se limitó a mirarlos sorprendido.

Kazuma balanceó ligeramente su batuta.

“…Los pajarillos extienden sus alas y se regocijan”

En un instante, los pétalos tomaron la forma de pequeños pájaros, que, a su vez, volaron hacia las paredes y el techo del recinto con innumerables aleteos. Cuando llegaron a su destino, los pájaros regresaron a su forma de pétalos, que revoloteaban como copos de nieve, pegándose a las paredes y al techo, tiñendo de negro toda la zona.

Takeshi se dio cuenta de que la barrera de protección de cinco capas que había estado cubriendo el edificio había desaparecido. Para compensar eso, Kazuma había desplegado su propia barrera.

Kazuma agitó su batuta y confirmó que los pétalos cubrían la totalidad de las paredes interiores del edificio sin ningún hueco.

“Que un millón de voces resuenen en el gran salón”

En el momento siguiente, todo el edificio brilló de forma deslumbrante con el poder mágico Kazuma.

—¡“CHORUS”!

Con un último canto, los pétalos que cubrían el edificio se endurecieron y la barrera de protección se completó.

Takeshi se sintió como si estuviera siendo retenido. Incluso se sintió sofocado.

La criatura del otro extremo de la sala soltó un rugido de indignación y pisó el suelo, como si sintiera lo mismo.

—Impresionante…

Mientras Takeshi miraba con el aliento contenido, Kazuma, bajando su bastón de mando, dijo:

—Oye, ¿qué haces allí parado? Va a buscar al otro.

Sin embargo, respiraba un poco entrecortadamente. Takeshi miró al joven que parecía haberse desmayado.

—¿Qué vas a hacer con él?

—Lo dejaré aquí… —contestó Kazuma sin rodeos.

—Pero…

Cuando Takeshi miró a la espeluznante criatura, Kazuma ya estaba corriendo hacia el pasillo.

Takeshi dudó un momento, pero luego empezó a correr tras él.

Cuando lo alcanzó, Kazuma dijo:

—Hay que dar prioridad a los que aún pueden salvarse.

Presintiendo el significado de eso, Takeshi se dio la vuelta. Pero ya no pudo ver al joven detrás de los estantes caídos.

***

Cuando Takeshi salió del edificio, ya había mucha conmoción a su alrededor.

Corrió hacia la parte más ruidosa del edificio, donde podía oír los gritos. En parte porque Kazuma se lo exigió, pero sobre todo porque si esa espeluznante criatura andaba suelta por ahí, sin duda tenía que atraparla. Al pensar en los niños que había visto en el camino, Takeshi tuvo un mal presentimiento y corrió, esperando no tener razón.

Corrió con la esperanza de que no hubiesen sido atacados. Y justo cuando llegó, un grupo de niños saltó desde una esquina de un edificio prefabricado.

Cuatro niños en edad de primaria salieron al ver a Takeshi desenrollando la tela que envolvía a Twilight.

—¡Onii-chan, por ahí!

—¡Está adentro!

Un niño de unos diez años se puso valientemente delante de él y luego empezó a correr, Takeshi lo siguió. Oyó un gritop y corrió hacia un edificio de una planta, donde la espeluznante criatura de antes, intentaba atrapar a una niña.

La pequeña se encogía en un estrecho espacio bajo una mesa, donde la enorme criatura parecida a un primate, había metido el brazo tratando de sacarla.

No era consciente de que Takeshi había entrado en la habitación.

—¡¡Detenteeee!!

Salió corriendo sin desenfundar la vaina de Twilight y se la clavó en la cabeza. La criatura se dio la vuelta y rugió de rabia, como si no sintiera ningún dolor. Al mismo tiempo, un hedor nauseabundo llenó el aire, como si se estuviera pudriendo.

El olor a putrefacción salía de su boca a un ritmo alarmante.

Takeshi dio un paso atrás.

La niña estaba acurrucada debajo de la mesa, sus pies sangraban, como si la hubieran arañado con clavos.

—O-onii-chan… tengo miedo…

Takeshi decidió alejarse de la niña de todos modos.

—N-No te preocupes… —dijo Takeshi amablemente—. Voy hacer que salga de aquí y luego quiero que corras hacia el otro lado ¿puedes hacerlo?

La niña asintió con la cabeza de forma enérgica.

—Tú tendrás que venir conmigo —le dijo a la criatura, trató de sacar a Twilight de su vaina.

Sin embargo, recordó las palabras de Kazuma y se detuvo.

«Esa cosa… ¿es una persona?»

A simple vista era un monstruo. Medía más de dos metros, tenía puños del tamaño de la cabeza de una persona y una cara espeluznante. No sé qué pensar de él. Así que tragó saliva.

«Me dijo que lo capturara con vida? ¿Cómo se supone que lo haga?».

En ese momento, los ojos de Takeshi brillaron como un cristal de amatista.

Su «Strike Vision» se había activado.

Un puño, como un guante de carne marrón, atravesó el lado de la oreja de Takeshi. A continuación, la otra mano lo agarró.

Pero cuando Takeshi golpeó esa mano con la vaina de su espada, la criatura lanzó un grito de rabia que le hizo querer taparse los oídos.

—¿Estas enojado? ¡Entonces ven por mí!

Takeshi le hizo una señal y empezó a retroceder. Cuando se dirigió hacia la puerta de cristal rota, la criatura lo siguió con facilidad. Mientras tanto, de vez en cuando se abalanzaba sobre él con sus garras, como si tratara de desgarrarlo, pero no era capaz de hacerle ningún rasguño. Mientras tuviera activada su «Strike Vision», Takeshi podía evitar los ataques normales. Finalmente lo sacó del edificio y lo llevó a la calle.

Estar al aire libre parecía facilitar los movimientos de la espeluznante criatura, que atacaba con mayor rapidez, aunque lo hacía cuatro patas.

Unas cuantas veces, Takeshi contratacó.

—¡¡Ya… basta!!

Takeshi empujó a Twilight hacia su pecho, y la criatura se fue hacia atrás.

Pero inmediatamente se levantó, y esta vez, golpeó el suelo con sus pies como si estuviera furioso, y soltó un rugido, expulsando de su boca aquel olor fétido.

En el momento en que se vio abrumado, Takeshi adoptó una postura defensiva. Un círculo mágico apareció a los pies del monstruo.

—¿Q-Qué demonios?

Era un círculo de magia de aceleración.

Justo cuando Takeshi pensaba que su «Strike Vision» previó el ataque. Intentó defenderse con Twilight, pero fue demasiado tarde. Un puño de enorme conectó con su hombro izquierdo, haciéndole girar por el aire. Mientras rodaba varias veces por el suelo, Takeshi se retorció, conmocionado y adolorido. Aunque quería levantarse, no podía moverse como si su cuerpo estuviera entumecido. Se le cortó la respiración y sólo podía jadear tumbado en el suelo.

—A-Aaaah…

Sabía que era peligroso permanecer tirado boca abajo, pero no podía moverse. Intentaba incorporarse con sus brazos temblorosos, pero sus ojos estaban distorsionados y no podía orientarse. «Strike Vision» le avisó que venía otro ataque.

«Tengo que evitarlo»

Consiguió girar su cuerpo mientras protegía su hombro izquierdo. Pero entonces el monstruo se abalanzó directamente sobre él. Y todo lo que podía hacer era colocar a Twilight al frente para bloquear. Un rostro horrible le miró desde arriba.

Un fuerte olor a pescado flotaba en el aire con su rugido, y Takeshi pensó que iba a desmayarse mientras la baba le caía por la cara.

—Uugh…

Con sus largas garras intentó desgarrar la piel del cuello de Takeshi, pero Twilight se interponía.

Takeshi reunió fuerzas para empujar a Twilight hacia él. No había forma de que pudiera lanzar un hechizo adecuado en ese estado, pero decidió que era mejor que nada y gritó:

—¡“DRIVE»”!

Al lanzarse un hechizo que debía protegerlo, fortalecerlo y darle concentración, sintió que su fuerza regresaba. Si se observaba con detenimiento, el cuerpo de la criatura que estaba encima de él estaba cubierto de partículas grises de magia.

«¿Puede usar magia?»

Sin entender, Takeshi señaló con su dedo índice al monstruo y gritó:

—¡“SHOT”!

Una ráfaga de poder mágico golpeó en la cara de la criatura que se sobresaltó tanto que rugió como un león y saltó lejos de Takeshi.

Takeshi consiguió ponerse en pie y levantó a Twilight.

«No me dijeron que sabia usar magia. No es momento de contenerse con él».

Cuando Takeshi sostuvo su espada al frente, la espeluznante criatura se distanció, como si entendiera el asunto.

—¡“LIBERATE”!

Takeshi vertió su poder mágico en Twilight.

Inmediatamente después de eso, Twilight brilló con un deslumbrante color púrpura y luego, como una flor que se marchita, la luz se desvaneció tranquilamente y quedó como si nada.

—¿Que?

Takeshi miró a Twilight con sorpresa: Se suponía que cambiaría de forma al verter su poder mágico en ella, pero Twilight seguía teniendo la forma de siempre.

«Y-Ya veo… Esta Twilight no es como la que yo tenía».

La Twilight del futuro era capaz de transformarse en una Gun-sword utilizando sus poderes mágicos, pero ésta aún estaba nueva e incompleta. Era distinta a la otra…

En ese momento, desde una pequeña distancia, llegó una voz con un toque de risa.

—Oye, no me digas que es la primera vez que usas el hechizo de liberación…

Takeshi volteó a ver y replicó indignado:

—¡Claro que no!

Era Kazuma quien estaba sonriendo.

—Entonces será mejor que vayas a capturar a Leon. Los niños están asustados.

—¡Ya lo sé!

En esa situación, no le quedaba otra opción más que luchar sin el hechizo de liberación.

Mientras Takeshi pensaba eso y preparaba su espada, Kazuma se acercó a su lado con la batuta en la mano.

—Oye —dijo Takeshi—, ¿todo bien por allá?

Kazuma le dedicó una sutil sonrisa.

—Para ti los Trailers somos enemigos ¿no? ¿Acaso te preocupas por el enemigo?

—¿Existe algo que me impida hacerlo?

—Supongo que no… pero eso te hace un blandengue.

—…

Takeshi se quedó en silencio.

Kazuma llamó a la criatura que tenía delante.

—Oye Leon, el paseo ha terminado. Es hora de regresar.

Takeshi miró el perfil de Kazuma y luego volvió a mirar al tal Leon. Era un monstruo, se mirase como se mirase. Era espeluznante, y no había ni siquiera una pizca de humanidad en él.

—¿De verdad esa cosa es una persona? —preguntó Takeshi.

Kazuma asintió.

—Sí, es humano. Puedes verlo claramente.

 Takeshi frunció el ceño.

«No sé ni como mirarlo… o mejor dicho ni siquiera quiero hacerlo…»

—¿Cómo fue que…?

Antes de que Takeshi pudiera preguntar, Leon se precipitó de nuevo hacia el frente, y Kazuma agitó su batuta y liberó su magia.

—¡“SHOT”!

La magia de Kazuma fue el doble de poderosa que el «SHOT» que Takeshi había lanzado antes.

Los movimientos de Leon eran estimulados por la magia de aceleración, pero el monstruo, que no tenía intención de defenderse, fue lanzado hacia atrás por la magia de Kazuma.

Kazuma no se inmutó, y mientras tanto, habló con una voz tranquila:

—¿Has visto alguna vez a un mago de magia biológica convertirse en un animal?

—S-Si… —Takeshi asintió.

—Entonces, ¿has visto alguna vez a un mago convertir a otra persona en un animal?

—No, pero… quieres decir que…

Takeshi cambió su mirada de Kazuma a Leon; Era una criatura enorme que estaba expresando su rabia hacia ellos.

Leon se levantó y escupió un par de veces, resoplando en agonía por el ataque mágico que acababa de recibir.

El estremecedor hedor se hizo aún peor.

—¡No puede ser!

Cuando Leon levantó la vista, Takeshi notó que unos ojos verdes claros le miraban.

Los ojos parecían estar colocados en diferentes posiciones a la izquierda y a la derecha, y había un tenue destello de emoción tras esa turbia mirada.

Los ojos de Takeshi se encontraron con los de Leon y éste se sobresaltó.

—Eso fue lo que pasó —dijo Kazuma.

—No puede ser…

Takeshi no sabía si asustarse o asquearse, pero notó un atisbo de miedo y confusión en los ojos del monstruo que tenía delante; Parecía una chispa de inteligencia.

Sin embargo, el aspecto de Leon distaba mucho de ser humano.

—Bueno, sí fue la magia la que lo hizo así —dijo Takeshi con temor—, ¿por qué no lo han vuelto a la normalidad?

—Si pudiera hacerlo, ya lo habría hecho —respondió Kazuma con frialdad—. Ni el C7 ni la Asociación Internacional de Magos están autorizados a matar magos con magia. Sin embargo, las criaturas mágicas son un asunto distinto. Las criaturas mágicas son una amenaza tanto para las sociedades humanas como para los magos. Y a aquellas criaturas mágicas que no están registradas y controladas, se les permite legalmente matarlas.

—…

Takeshi no pudo decir nada más; su cuerpo se puso rígido de miedo.

«¿Así que esta criatura era originalmente un humano, y Wizard’s Breath lo hizo así? ¿Realizan esta clase de prácticas para deshacerse de aquellos que están en su contra…?»

Mientras Takeshi permanecía conmocionado, Leon gruñó y se arrojó sobre él, balanceando sus carnosos brazos e intentando desgarrarlos con sus garras.

Kazuma se lo quitó de encima con su magia básica y siguió explicando a Takeshi como si fuera un asunto trivial.

—Bueno, cuando alguien es convertido en un monstruo con una magia tan abominable, no dura mucho tiempo. Si lo dejas así, se pudre con el tiempo y muere en pocos días. En parte es un alivio…

—E-Eso es imperdonable —dijo Takeshi.

Kazuma sonrió sarcásticamente y dijo:

—¿No eras tú el que hace rato me pedía que hiciera las paces con Wizard’s Breath?

—¿Estás diciendo que va a morir sin volver a ser humano?

—Así es.

Kazuma asintió tajantemente con la cabeza e hizo rodar a Leon con su «Flick» cuando este, intentó atacar de nuevo.

Mientras Takeshi entraba en desesperación, Kazuma llamó a Leon, que intentaba levantarse.

—Vamos, Leon. Volvamos a casa. No pasa nada. Allí nadie te tendrá miedo.

—…

En cuanto a Leon… parecía que la voz de Kazuma no podía alcanzarlo.

Un círculo mágico de magia de aceleración volvió a aparecer a sus pies, y Leon saltó hacia Kazuma con más velocidad que antes, y con un impulso increíble para su enorme cuerpo.

—¡¡Kazuma!!

Takeshi agarró rápidamente el brazo de Kazuma y tiró de él hacia atrás para salvarlo del ataque.

Inmediatamente, Leon pasó al siguiente movimiento.

Con el efecto de la magia de aceleración, el cuerpo de Leon era capaz de moverse a velocidades de vértigo. Para poder esquivarlo, era necesario ser capaz de preverlo con antelación.

Antes de que Leon pudiera saltar sobre él, Takeshi detectó su posición y tiró de Kazuma para que todos sus ataques no lo alcanzaran.

Kazuma se rio al ver que los ojos de Takeshi brillaban de un color purpura.

—“Strike Vision” es una habilidad muy útil… —comentó.

—¿Por qué eres tan despreocupado?  —le gritó Takeshi mientras repelía los zarpazos de Leon con la vaina de Twilight.

Al poco tiempo, Kazuma se encontraba detrás de Takeshi, donde seguía riendo alegremente y con altanería, pero finalmente levantó su batuta con suavidad y señaló a Leon.

—Takeshi, ¿crees que puedes parar a Leon un momento?

Takeshi suspiró pesadamente

—En lugar de preguntar si puedo hacerlo, solo dime que lo haga.

Previendo el momento en que Leon saltaría hacia ellos, Takeshi activó su magia.

—¡“SPARK”!

Cuando las chispas estallaron entre ellos, Leon, bañado por el resplandor de la luz, se detuvo en una posición elevada que llevaba para abalanzarse y entrecerró los ojos. En esa pequeña oportunidad, Takeshi se acercó al lado de Leon y le clavó a Twilight en un ángulo perfecto en la espalda. El ataque, dirigido justo a la parte posterior del corazón, hizo que Leon saliera despedido hacia delante. En ese momento, Kazuma ya había terminado sus preparativos.

Y exclamó su hechizo sin dudarlo.

—“ALTERATION: CHAIN”

Una gran cantidad de partículas mágicas brotó de la punta de la batuta de Kazuma, y al instante se convirtieron en una cadena de acero.

La larga y serpenteante cadena se enredó rápidamente el cuerpo de Leon y lo aprisionó hasta que quedó completamente inmovilizado.

«Alteration» era un hechizo que materializaba la propia magia, pero requería un alto nivel de habilidad y una gran cantidad de poder mágico.

Kazuma bajó su batuta, se acercó a Leon y le susurró:

—Es hora de que vayas a descansar, amigo.

Inmediatamente, con su batuta puesta en la base de la oreja de Leon, Kazuma soltó un potente «Wreck».

Los ojos de Leon se pusieron blancos y cayó con la frente en el suelo.

***

Dejando que sus hombres llevaran a Leon de vuelta al edificio que parecía un invernadero, Kazuma condujo a Takeshi a la zona de espejos que sería su camino de regreso.

Mientras iba tras él, Takeshi dudaba de sus sentimientos.

Se sentía inquieto, quizás porque de repente había aprendido mucho.

—León es especial —dijo Kazuma—. Lleva tres semanas aquí y ha vivido mucho a diferencia de los otros. Estamos examinando su cuerpo a fondo y tratando de encontrar una manera de regresarlo a la normalidad.

—¿Crees que eso sea posible? —preguntó Takeshi.

Kazuma se limitó a murmurar: «No lo sé».

Takeshi miraba las hileras de edificios prefabricados sintiendo que la mirada de Kazuma estaba sobre él, así que preguntó:

—¿Por qué me trajiste aquí?

Podría no haberle mostrado nada, simplemente decirle que la guerra no se detendría y hacer que se fuera. Más, sin embargo, Kazuma lo llevó hasta allí y le mostró cosas. Quería preguntarle cuál era su intención realmente, pero Kazuma le respondió de forma despectiva:

—¿No querías verlo? ¿No querías saber qué hacía realmente Wizard’s Breath?

—…

Unos niños que jugaban con un monociclo pasaron y saludaron a Kazuma.

Y él les respondió con una sonrisa.

Takeshi volteó a ver a Leon y se sintió confundido, pero la presencia de los niños lo estremeció aún más.

Al ir a la guerra, esos niños podrían estar en peligro. Era imposible que Kazuma no estuviera consciente de eso.

Con un fuerte tono de acusación Takeshi dijo:

—Incluso si lo que dices es cierto, gente inocente morirá si vas a la guerra. ¿Vas a dejar que mueran?

En respuesta, Kazuma chasqueó la lengua con fuerza y miró a Takeshi con ira.

—Eres un estúpido ignorante… Esto no es como si nosotros quisiéramos jugar a la guerra. Tu ya lo viste. Esto es como un tren que ruge fuera de control y que viene justo hacia nosotros. Y no son los malditos hijos de puta de Wizard’s Breath los que están a bordo. Son nuestras familias. Y ese tren… los lleva directo a un maldito gulag…

Kazuma atravesó el rostro asustado de Takeshi con su aguda mirada.

—¿Qué harías tú? —preguntó—. ¿Te harías de la vista gorda?

Takeshi abrió la boca para responder, pero no pudo decir nada.

—Gracias por la ayuda que me prestaste hoy —concluyó Kazuma—. Hasta la próxima. Aah, y dale mis saludos al forjador.

Kazuma se alejó, señalado un edificio prefabricado y diciendo: «El espejo está allí».

—¡Espera! Todavía no…

Cuando Takeshi pudo finalmente hablar, la distancia entre ellos era de más de diez metros. Sin embargo, Takeshi no pudo decir el resto de sus palabras.

«¿Todavía no? No sé qué más decir aparte de eso. No tengo lo que se necesita para convencerlo…».

Los Trailers irían a la guerra con Wizard’s Breath. Takeshi comenzó a creer en su corazón que quizás eso era lo mejor.



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Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.