Cuando Takeshi se separó de Ryuusenji Kazuma y regresó a la entrada de la colmena, se sentía agotado. Después de haber hablado con él en aquel lugar llamado «Eden» enterándose de todo lo que Wizard´s Breath había hecho, entró en un estado de confusión; Era incapaz de calmar su mente. Al salir del enorme ascensor hexagonal, la membrana translúcida se abrió y pasó por delante de una caja de cristal que parecía una cabina de peaje. El guardia de seguridad del interior lo miró fijamente, pero no le dijo nada.

A unos cuantos metros, Sophia estaba tumbada en el suelo, aburrida, observando a las abejas que revoloteaban en el exterior. Cuando vio a Takeshi asomar, se levantó y corrió hacia él.

—¿Estás bien, Takeshi?

Takeshi se limitó a asentir, sin decir una palabra.

Quería descansar un poco antes de volver a presentarse ante Argon Brave.

Había mucho que ganar al hablar con Kazuma, pero al mismo tiempo, era suficiente para sentirse desalentado.

«Es difícil hacer que cambie de opinión. Si lo que hace el Wizard´s Breath es cierto, entonces no hay nada que detenga a los Trailers».

Con una mirada sombría, Takeshi buscó la salida de la colmena. Sophia caminó a su lado, y de pronto se dio cuenta de algo al ver su expresión. Sin embargo, mantuvo la boca cerrada. Se limitó a extender la mano para sujetarse suavemente de la manga de la camisa de Takeshi.

Cuando llegaron al borde de la colmena, ambos intentaron utilizar su magia de levitación para descender al suelo, pero pronto se les acercaron varias abejas de las que habían estado revoloteando alrededor de la colmena.

Takeshi y Sophia aguardaron para ver si habían venido por ellos, pero notaron a alguien que se agarraba a las patas de una de las abejas.  En un instante, la «Strike Vision» se activó.

Sophia, que seguía agarrada a la ropa de Takeshiu, notó como su expresión se ponía tensa. Takeshi entrecerró los sus ojos, y observó a la persona que en ese momento se soltó de la pata de la abeja y enseguida saltó hacia el interior de la colmena.

Casi inmediatamente, escondió a Sophia detrás de él.

—¿¡Takeshi!? —Sophia se sorprendió y levantó la voz.

La persona que había aterrizado en la colmena, era Gekkou, que también se sorprendió de ver a Takeshi.

—¡Takeshiii!

Takeshi frunció el ceño y lo volteó a ver. Llevaba puesto un traje negro.

«Es el uniforme de la agencia especial de magos llevaba puesto la otra vez», recordaba Takeshi.

Sin embargo, era extraño que lo usara en la base de los Trailers.

«¿Eso significa que incluso en esta época Gekkou se unió a los Trailers?»

Mientras era observado, Gekkou frunció el ceño con amargura y dijo:

—¿Por qué estás aquí?

Pero antes de que Takeshi pudiera responder, Sophia señaló a Gekkou. Anonadada, ella había puesto su mirada en un objeto que colgaba de su cintura.

—Oye… se ve un poco distinta —dijo—, pero… ¿E-Esa no es la espada de mi Abue?

Takeshi no tenía intención de decirle que esa también era Twilight. Sin embargo, la que Gekkou tenía era una Twilight que había llegado del futuro.

Mientras que Takeshi portaba a la Twilight del pasado cuando solo era un prototipo. Eso indicaba que había dos variantes de la misma espada que no debían estar coexistiendo en la misma línea temporal.

Cuando vio a Takeshi guardar silencio, Gekkou volvió a preguntar con una mirada frustrada:

—Takeshi, ¿qué estás haciendo aquí?

Takeshi no estaba seguro de si debía responder.

—No habrás venido para hablarle a Kazuma de mí, ¿verdad? —preguntó Gekkou.

Takeshi negó con la cabeza.

—No vine para hablarle de ti.

—Jaa, veo que no niegas haberte reunido con Kazuma…

La expresión de Gekkou se distorsionó gradualmente con disgusto. Takeshi guardó silencio nuevamente, lo que hizo que Gekkou inquiriera con un tono rencoroso:

—Yo lo sabía… sabía que te ibas a poner a hacer estupideces.

Takeshi no pudo evitar responder a eso:

—¿Estupideces? Yo estoy tratando de detener esta maldita guerra…

—Eso es claramente una estupidez —gritó Gekkou con furia—. ¡Si metes las narices en donde no te importa, arruinarás todos mis planes!

Takeshi no pudo resistirse a responderle con el mismo tono de voz:

—¡Sé lo que has intentado hacer teniéndome encerrado y uniéndote a la agencia especial de magos y lo que sea que creas estás mal!

—¡Te encerré allí para protegerte! —replicó Gekkou.

—¿De qué? ¿De qué estás tratando de protegerme?

Cuando Takeshi exigió respuestas, Gekkou respondió de mala gana:

—Porque cuando se produzca un reinicio, ¡no querrás estar muerto!

—¿Reinicio?

Takeshi no podía creer lo que escuchaba. Era porque no podía ni entender lo que Gekkou estaba diciendo.

Gekkou dio un par de pasos en dirección a Takeshi. Cuando la distancia entre ellos se redujo a apenas dos metros, Gekkou comenzó a hablar en voz baja, como si la intensidad que acababa de mostrar hubiese sido una ilusión.

—Sí, lo hice. Me convertí en espía de los Trailers y me uní a la agencia especial de magos. Si permanezco cerca de Kazuma, después de que el mundo sea dividido en dos, él se quedará sin magia y caerá en un profundo sueño. Y cuando eso ocurra, yo… —Takeshi vio a Gekkou sonreír irónicamente en el momento en que llegó a esa última parte—.Voy a matarlo.

—¿Qué? —Takeshi se quedó perplejo.

Entonces Gekkou explicó con un tono natural:

—Si ese sujeto muere, no habrá Trailers en el futuro. Sin los Trailers, mi madre no habrá intentado matarme, tú no te convertirás en mago y Kurumi jamás se habrá visto involucrada, ¡y no estaremos luchando así!

—¿T-Tienes idea de lo que eso puede provocar?

—¡Lo sé! En el momento en que cambie el pasado, tanto tú como yo podríamos desaparecer. Pero tal vez puedas volver a aquel momento de antes de lesionarme la pierna. Ese verano… cuando estuve contigo…

Era la primera vez que Takeshi veía la apacible sonrisa en el rostro de Gekkou.

No, tal vez la había visto muchas veces antes, pero ya no la recordaba. Era como si su memoria hubiera sido reescrita por las recientes actitudes de Gekkou.

Pero la expresión de su cara ahora era la calma original de Gekkou.

—Gekkou…

Como Takeshi no sabía qué responder, Gekkou dijo:

—Hazme caso Takeshi, te pido por favor que no interfieras.

—No puedo hacer eso —Takeshi sacudió la cabeza con expresión de dolor.

—¡¡Takeshi!!

Se entristeció al ver que Gekkou lo miraba de nuevo con tanto odio.

No es que no entendiera en absoluto los sentimientos de Gekkou. Sino que su plan era arriesgado y con pocas posibilidades de éxito. Si mataba a Kazuma y cambiaba el pasado, ciertamente todo podría reiniciarse en el futuro… Pero era difícil poder pensar que eso haría que Gekkou y él se despertaran en su propia época como si nada hubiera sucedido jamás…

Takeshi no podía creer en una historia tan onírica.

—Gekkou, si hacemos lo que dices, podríamos desaparecer. Eso sería un suicidio.

Gekkou negó con la cabeza.

—¡No! ¡Estoy seguro de que funcionará!

—En lugar de eso, pensemos en detener la guerra —sugirió Takeshi—, Ya hicimos cosas que no debieron pasar. Puede que el futuro ya haya cambiado por eso. Mejor intentemos detener la guerra.

Quería volver a su tiempo, pero no podía. Al igual que Gekkou, Takeshi quería volver. Quería ver a Mui y a Kurumi. Pero también sentía que, si se encontraba allí, era por una razón.  

Gekkou lanzó una mirada de frustración a Takeshi, mientras se mordía los labios.

—¿Por qué no puedes entenderme? Siempre eres así. Quiero empezar de nuevo porque quiero tener de nuevo una relación normal de hermanos contigo… es lo que más quiero…

—Lo sé —respondió Takeshi con una voz tranquila.

Sin embargo, Gekkou gritó violentamente:

—¡No lo sabes! ¡¡Tú no sabes nada!!

En ese momento, Gekkou desenvainó a Twilight.

—¡¡Gekkou!!

A pesar del intento de Takeshi de detenerlo, Gekkou exclamó:

—¡“LIBERATE”!

Takeshi tenía un prototipo de Twilight en la mano, todavía envainada. Pero no tenía intención de sacarla.

Círculos de magia evasiva aparecieron en sus ojos y su «Strike Vision» se activó de nuevo.

Unos segundos después, Takeshi gritó, prediciendo que Towa aparecería frente a él.

—¡Detente, Gekkou!

Gekkou sostuvo a Twilight frente a su pecho, cambiando su forma a una Gun-sword y exclamando de inmediato:

—¡“NIGHTMARE”!

Un brillante círculo mágico de color blanco apareció instantáneamente a los pies de Gekkou.

La hoja de la espada se disolvió en partículas mágicas que materializaron a Towa, la forma humana de la espada.

A diferencia de la Towa que Takeshi había conocido, esta chica estaba atada con cadenas al cuello y a los brazos y piernas, y tenía los ojos vendados.

Lentamente, ella se quitó la venda de los ojos.

Sophia que se encontraba detrás de la espalda de Takeshi, jadeó con sorpresa al verla

—¡¡No puede ser!! —exclamó con los ojos bien abiertos.

Takeshi se dio la vuelta y le dijo que se marchara.

—¡Sophia, huye de aquí!

Pero Sophia tenía los ojos muy abiertos y permanecía rígida e inmóvil.

—¡¡Sophia!!

Takeshi la llamó de nuevo, pero ella mantenía los ojos fijos en una cosa y se negaba a moverse.

—E-Esa es…

Sophia se tambaleó hacia delante.

En ese momento, Gekkou soltó a Towa, y Takeshi agarró a Sophia del brazo, tirando de ella hacia atrás, intentando evitar el futuro momentáneo que había visto con su «Strike Vision».

La cadena de hierro que rodeaba el cuello de Towa golpeó la mejilla de Takeshi con fuerza, como un látigo.

—¡¡Takeshi!!

La voz de Sophia resonó con su nombre, pero él había salido despedido hacia la derecha.

Cuando abrió los ojos con su vista borrosa por el impacto, lo primero que vio fue el frío rostro de Towa a punto de blandir una espada por encima de su cabeza.

—¡“FLICK”!

Takeshi inmediatamente extendió su mano y disparó magia color purpura oscuro.  

Pero Towa esquivó el ataque dando una voltereta hacia atrás.

Como resultado, se marcó una ligera pero significativa distancia entre ambos.

Takeshi aprovechó para levantarse de inmediato.

El prototipo de Twilight que tenía podría resultar inútil, pero era la única arma que tenía disponible.  Así que puso su mano en la cremallera del cierre de la bolsa, pero Towa no iba a esperarlo.

Se levantó de un salto y atacó a Takeshi con una velocidad de vértigo, —tal vez por estar bajo la influencia de la magia de aceleración «Angel Hunt» de Gekkou— Pero él alcanzó a ver la punta de la espada con su «Strike Vision», se giró para que su ataque pasara de largo y aprovechó para agarrarla de la mano con la que sostenía la espada. Luego sujetó a Towa con ambas manos y dejo caer el prototipo de Twilight al suelo sin haber tenido la oportunidad de desenvainarla. Consiguió inmovilizarla sujetándole ambas manos, pero la chica empujó con una fuerza impresionante.

—¡¡Ya basta, Towa!!

Se giró para enfrentarse a la fría mirada fija de la chica de la chica. Pero Towa no respondió, como si no quisiera hacerlo.

Mientras tanto, Sophia se mantuvo a distancia de Takeshi, aturdida. Hasta que finalmente se dio cuenta de que la situación era peligrosa y retrocedió.

—L-Lo siento, Takeshi… yo…

—¡Sólo vete de aquí!

Takeshi gritó a Sophía mientras se enfrentaba a Towa. Pero, por alguna razón, Sophia no abandonó la escena. Por el contrario, se acercó de nuevo a Takeshi.

—Sophia… por favor… haz lo que te digo.

Mientras Takeshi suplicaba desesperadamente, Gekkou se burlaba desde la distancia.

—¿Quién es esa con la que llevas un rato tonteando, Takeshi? No te bastaron Kurumi y Aiba Mui, ¿también te buscaste una chica aquí en el pasado? Veo que eres realmente bueno en ese tipo de cosas.

El sarcasmo fue demasiado para que Takeshi se retractara. Sophia no huía, y Towa empujaba con una fuerza inhumana.

—¡Towa, acaba con él de una vez!

Al oír la voz irritada de Gekkou, Towa respondió con un tono sin emoción.

—Sí, amo.

Towa desapareció instantáneamente de la escena como si se hubiera convertido en partículas, e instantáneamente reapareció por el flanco izquierdo de Takeshi volviendo a lanzar un tajo hacia él. Pero gracias a su «Strike Vision» logró esquivarlo de nuevo.

En ese momento, Sophia se acercaba justo al lado de Towa.

—Lo sabía…

Sophia no tuvo miedo y miró el rostro inexpresivo de Towa.

—¡No hagas eso, Sophia!

Al mismo tiempo que Takeshi gritaba, Sophia, con un rostro lleno de lágrimas, exclamó:

—¡Mamá!

—¿Eeh?

Mientras Takeshi se quedaba con cara de incrédulo, Sophia puso su mano en la mejilla de Towa.

—¿Qué estás haciendo, Towa? ¡Acaba con ellos! —gritó Gekkou a la distancia. Él no pareció haber escuchado lo que dijo Sophia.  Sin embargo, Towa había dejado de moverse.

—¿Eres tú Mamá? —Sophia puso ambas manos en las mejillas de Towa y apoyó su frente en la de ella—. ¡Soy yo, Sophia!

Takeshi no entendía lo que estaba pasando.

—¿¡C-como que mamá!?

No podía creer que esto fuera cierto.

La forma de Towa era como de una niña, y Sophia parecía claramente mayor que ella. Pero Sophia no parecía dudar de sus palabras. Por el contrario, le hablaba con tristeza.

—Mamá, por qué estas… lo sabía, acabaste convertida en un Aspecto ¿verdad? Todo esto es mi culpa.

Takeshi se acercó a la tensa situación, sin saber si debía interponerse entre ellas dos.

—Sophia, aléjate de ella, no es seguro… —insistió Takeshi. Sin embargo, Sophia hizo como si no hubiese escuchado nada.

—Mamá, ¿me recuerdas? Soy yo, Sophia… ¡Mamá!

En el rostro de Towa apareció una ligera duda. A Towa le temblaron los labios y se le escapó una voz inarticulada.

—So…phi…

—¿¡Eh!?

Takeshi vio miedo, confusión y la tristeza en los ojos vacíos de Towa, que normalmente no reflejaban nada.

En ese momento, los ojos de Takeshi brillaron con un tono lavanda y tuvo una visión del futuro. La vio gritar… la vio morir…

—¡¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!

Una voz aguda atravesó sus oídos. Towa comenzó a gritar con la vista al cielo.

—¡¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!

—¡¡T-Towa!!

Takeshi la llamó, pero sus gritos no se detuvieron.

—¿Qué demonios es esto?

Gekkou también se vio sorprendido por la inusual situación.

—¡¡Iyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!

Takeshi retrocedió ante los gritos que no hacían sino empeorar. Sophia se tapó los oídos y se agachó.

Takeshi era el único que sabía lo que iba a ocurrir a continuación. Ella siguió gritando con locura, su voz era exhalada hasta el límite de su pequeño cuerpo.

—Towa… detente…

Nadie podía oír la voz de Takeshi. Eran gritos desgarradores que rasgaban el mismo aire.

Los gritos duraron varios segundos, hasta que cesó de repente. Towa, se había quedado mirando a la nada con ojos vacíos como si se hubiera quedado sin fuerzas y finalmente se desplomó y se fue de espaldas, desprendiendo partículas mágicas de color blanco mientras que su cuerpo se desvanecía lentamente.

Normalmente, luego de que Towa se desvaneciera en partículas mágicas, estas deberían volver a tomar la forma de la espada Twilight. Sin embargo, esta vez ocurrió algo totalmente distinto…

En el momento en que volvió a su forma de la espada, se oyó un sonido horrible. Hubo un sonido grave y penetrante, diferente a los gritos que acababan de escuchar, y luego la hoja de acero comenzó a fragmentarse por todas partes hasta que finalmente se hizo añicos.

—¡¡Mamaaaaaaaá!! —Sophia gritó horrorizada.

Takeshi sólo pudo quedarse mirando lo que acababa de pasar.

—Mierda, Twilight… —murmuró Gekkou con frustración al ver que de la espada solo había quedado la empuñadura.

Takeshi quitó su mirada de Twilight, para ver a Gekkou, que ya se había acercado al borde del agujero de la colmena, desde donde saltó y se fue volando con su magia de levitación.

—¡Espera, Gekkou!

Takeshi quería ir tras él, pero no podía dejar atrás a Twilight y a Sophia.

—Mamá… no puede ser…

Sophia se sentó junto a la espada destrozada, recogiendo los fragmentos con sus manos desnudas.

Las lágrimas caían de sus ojos y sus manos comenzaron a sangrar por causa de los fragmentos afilados de la hoja.

—So-Sophia…

Takeshi se apresuró a volver al lugar y le sujetó las manos. Sophia no opuso resistencia y se clavó en el pecho de Takeshi con gran fuerza.

—Mi mamá… Esa ra mi mamá… Mi mamá está muerta…

Mientras ella se aferraba desesperadamente a Takeshi, él fue incapaz de decirle algo.

Sin embargo, cuando le puso suavemente la mano en la espalda, Sophia aferró a la ropa de Takeshi y comenzó a derramar lágrimas de nuevo, estremeciendo su cuerpo.

Takeshi no sabía qué había pasado ni qué hacer al respecto.

***

Tras regresar a la Fundación Phoenix, Takeshi estaba en el taller con Sophia.

Ante ellos estaban los fragmentos destrozados de la hoja, la empuñadura, la vaina y el prototipo de Twilight fuera de su bolsa. Sophia seguía mirándolos con los ojos ligeramente enrojecidos en un gran escritorio de madera que siempre utilizaba.

—Sophia… ehm…

Cuando Takeshi la llamó, Sophia parpadeó sorprendida sin quitar los ojos en las espadas.

—Hay dos espadas idénticas aquí —dijo—. No hay forma de que esto sea posible, pero son idénticas. hay dos, en verdad esto es imposible…

Ambos estaban completamente confundidos. Sin embargo, cada uno lo estaba por razones distintas.

Takeshi estaba confundido por el hecho de que Sophia llamara “mamá” a Towa. Y Sophia estaba confundida por el hecho de que su madre hubiera salido de la espada que tenía Gekkou. 

No se dirigieron la palabra hasta que volvieron a la Fundación Phoenix.

Sophia, que siempre hablaba hasta más de la cuenta, no abrió su boca; Era una situación bastante inusual.

Ahora que estaba de vuelta en su sitio tranquilo, empezó a hablar en voz baja.

Las manos de Sophia estaban cubiertas de cortes por haber estado recogiendo los fragmentos rotos de la espada, pero Takeshi se había ocupado de eso nada más llegar y ahora tenía las manos cubiertas con vendas. Ella puso la mano en la empuñadura sin hoja de Twilight y dijo:

—Takeshi, tengo la capacidad de saber cosas que otras personas no pueden.

Takeshi solo la miró desde su lado.

Seguramente se refería a su habilidad de magia evasiva, «Magical Analysis».

Cuando Takeshi asintió, Sophia añadió:

—Antes me parecía algo maravilloso. Esta habilidad no era algo que yo deseaba, pero pensé que la había obtenido porque vivía mi vida como yo quería. Pero ahora… —Sophia se cubrió la cara con la mano vendada—. Tengo miedo de saber… Si utilizo mi “Magical Analysis” yo podría averiguar cosas sobre esta espada. Pero… no quiero. Nunca he hecho algo así.

Sophia se mostraba acongojada, pese a que tenía la cara tapada con las manos.

—Tengo que saber por qué existen dos espadas iguales. Tengo que saber todo sobre esta espada ya que esta espada es la prueba de mi pecado. Tengo que saber todo sobre esta espada. Sea lo que sea.

Sophia levantó lentamente la cabeza y se limpió las mejillas mojadas con las vendas de sus manos.

Takeshi se quedó en silencio, sin saber qué decirle.

«¿Debo contarle todo a Sophia? Tal vez sea lo mejor».

Takeshi no estaba seguro.

Twilight era la espada que perteneció a Chigi Youko, la madre de Takeshi. Hablarle de la espada era lo mismo que decirle que venía del futuro.

Ya se lo había dicho a Argon Brave, abuelo de Sophia y presidente de la Fundación Phoenix, y también a Ryuusenji Kazuma. Aparentemente ambos le creyeron, pero decírselo a Sophia era un asunto aparte.

«Sophia es una persona que poco o nada tiene que ver con la guerra. No debería hablar con alguien así…»

Takeshi pensó que cuanta menos gente supiera que venía del futuro, era mejor. Pero Sophia estuvo presente cuando Takeshi discutió con Gekkou, y lo oyó todo.

«Si Sophia utiliza la “Magical Analysis”, podría averiguar que soy del futuro. O quizás ya lo sabe…»

Takeshi miró a Sophia que seguía mirando las dos espadas Twilight en el escritorio.  Ella comparaba el prototipo con la Twilight de Gekkou, con asombro mientras balbuceaba cosas para sí misma.

—Tengo que averiguar por qué este chico tenía esta espada… de donde vino y quien la forjó…

—Sophia… —Takeshi la llamó de forma vacilante, pero ella le dirigió de repente una mirada aguda y dijo:

—Debo saber si esto tiene que ver con el secreto que guardas. Esta espada significa para nuestra familia, lo mismo que las cenizas de un familiar. Es parte del cuerpo de mi madre y tengo que investigarla. Pero… no quiero usar magia… no puedo hacerlo…

Sophia volvió a cubrirse la cara y se agachó en el suelo.

—¡Sophia!

Takeshi se agachó junto a ella. Pensó que estaba llorando, pero a través de sus manos dijo:

—Es por eso que prefiero que tú me digas lo que quiero saber, Takeshi. ¿Por qué él tenía esta espada? Esta es la espada que forjé por primera vez y fue un completo fiasco. Con esta espada maté a mi propia madre. El abuelo me la quitó y la volvió a forjar. Esta espada que vez aquí… la destrozada que llevaba aquel chico, es exactamente la misma. La existencia de esta espada es imposible.

—…

Takeshi no pudo responder nada. Un pesado silencio flotaba en el aire. Él sabía que Sophia esperaba una respuesta, pero no podía decir nada.

Ella se levantó raídamente dejando atrás a Takeshi en cuclillas, y se acercó a una gran estantería en la pared del taller de dónde sacó una caja. Rebuscó en ella durante un rato. Takeshi se levantó y miró su espalda. Cuando Sophia se dio la vuelta, tenía en sus manos algo que parecía ser un libro.

Cuando volvió hacia Takeshi, se lo ofreció.

—Mira esto.

Las vendas de sus manos estaban manchadas de sangre.

Mientras Takeshi se quedaba allí, Sophia procedió intentar abrir el libro, pero debido a sus vendajes, tuvo muchas dificultades para hacerlo.  

Entonces Takeshi se dio cuenta de que era un álbum de fotografías.

—¡Mira! —Sophia volvió a acercar el álbum contra el pecho de Takeshi.

Takeshi miró sus manos con ansiedad durante un momento, y luego lo tomó. Miró las páginas desplegadas en donde se exhibían ocho fotografías. Una de ellas mostraba a una mujer con vestido blanco y un hombre con un esmoquin, aparentemente una foto de bodas. Luego había unas cuantas fotos de dos personas simpáticas con ropa casual.

Los ojos de Takeshi finalmente se detuvieron al mirar la página de la derecha.

—Esto es…

Sophia asintió

—Sí. Somos mamá y yo. Yo soy la que está en sus brazos. La que había aparecido de la espada era mucho más joven, pero era mamá. Sin lugar a duda. Era mi madre. No importa la edad que tenga, yo la reconocería. ¿Quieres ver otras fotos? Seguro que puedo encontrar algunas fotos más antiguas.

La bebé ciertamente se parecía a Sophia. Pero los ojos de Takeshi estaban pegados a la mujer que tenía a Sophia en sus brazos. Al verla detenidamente, se podía notar que la mujer en la fotografía era la misma persona. Takeshi conocía a la Towa que salía de Twilight. Pasó mucho tiempo con ella haciéndola aparecer para poder tener sueños premonitorios.

Aunque la apariencia en la fotografía era más mayor que la de Towa en ese momento, Takeshi no podía confundirla.

—Takeshi, ¿Quieres ver más fotos?  —preguntó Sophia.

—No, gracias.

Takeshi negó con la cabeza. Pues no le pareció necesario.

«Entonces Towa es… la madre de Sophia»

No sabía por qué Towa, la chica que emergía de Twilight, había adoptado la misma apariencia que la madre de Sophia.

«No, puede que no sea eso… Towa tenía su propia personalidad».

Takeshi estaba seguro de eso. Cuando conoció a Towa, ella intentaba suprimir sus emociones. Casi parecía una máquina.  Pero después de darle un nombre y hablar con ella a menudo, Takeshi empezó a verla ya no como una muñeca, sino como una persona.

«Si Towa tenía la personalidad de la madre de Sophia, eso significaría que no la crearon solo imitando su apariencia».

«En su corazón era la madre de Sophia».

Takeshi tragó saliva. Estaba a punto de darse cuenta de algo.

De repente, sus ojos comenzaron a brillar con un tono lavanda.

—¡Takeshi!

Sophia lo miró sorprendida, pero Takeshi vislumbró algo en ese instante.

—…

—…

Sophia esperó hasta que la luz mágica se desvaneciera de los ojos de Takeshi. Sólo duró unos segundos, pero cuando Takeshi cerró el álbum con un chasquido, Sophia respiró aliviada.

Takeshi no le entregó el álbum a ella, sino que se dirigió directamente a la estantería para meterlo en su caja él mismo, y quedándose de espaldas le dijo:

—Sophia… Yo vengo del futuro… —Luego se dio Se dio la vuelta y la miró fijamente—. Esta espada fue traía por mi hermano menor Gekkou que también vino del futuro. Por eso es que hay dos espadas iguales.

La reacción de Sophia era previsible. Frunció el ceño y se enojó.

—Escucha, si es alguna clase de broma, no es gracioso. Voy a golpearte y te lo digo en serio. ¿Vienes del futuro? deja de decir cosas del futuro y… otras bobadas o no te lo perdonaré. Es una historia muy ridícula.

—Sophia…

—No puedo creer eso…

Takeshi bajó la mirada y susurró:

—Lo siento, Sophia.

Sophia se acercó a él a grandes zancadas. Intentó agarrar la manga de la camisa de Takeshi, pero no pudo hacerlo debido a las vendas. Se quedó viendo a Takeshi con una mirada de frustración por su incapacidad para hacer las cosas.

—¿Por qué te disculpas? —preguntó—. No has hecho nada malo. ¿O es porque sí se trata de una broma? ¿Estás tratando de decir que en realidad creaste una espada igual con algún tipo de magia de copia? ¿Es eso? Si es así, te creeré. Pero en ese caso, no sé por qué mi mamá apareció de una espada falsa… Te creeré si me lo explicas bien. De verdad…

Los dos estaban tan cerca que Sophia apoyó su frente en el pecho de Takeshi.

Y añadió:

—Takeshi, por favor. Dime algo como eso. No me digas falsas historias como que vienes del futuro. Solo explícame las cosas bien para que pueda entenderlas.

—Lo siento…

Takeshi se disculpó una vez más. Pensó que habría sido genial que todo hubiera sido una mentira, como ella quería creer.

Sophia lo miró y dijo:

—Entonces, esa espada… la que tenía tu hermano, ¿le pertenece a él?

—No… —Takeshi lo negó inmediatamente. Y luego le aclaró las cosas—. Le pertenecía a otra persona. Esta persona la cedió y luego yo la heredé. Sin embargo, él me la robó.

—Ya veo… por eso cuando te conocí, no tenías un Aspecto…

—Exacto…

Sophia se alejó de Takeshi y volvió al escritorio donde había colocado a las dos Twilight.

—Mamá… —Miró la hoja destrozada y suspiró—. Ahora tengo a dos mamás aquí…

Mientras observaba la triste espalda de Sophia, Takeshi sintió que estaba siendo injusto.

Le dijo que provenía del futuro porque sabía que ella se daría cuenta de todos modos.

Su «Strike Vision» le permitía intuir qué tanto podía ella averiguar con su «Magical Analysis». Tanto si Takeshi decía algo, como si no, sólo había un número limitado de respuestas que podían derivarse de la presencia de dos espadas iguales. Y aunque tuviera la capacidad mágica de copiar objetos como dijo ella, sería imposible copiar a Towa.

La única espada que podía manifestar a Towa era la que Sophia forjó. Así que Takeshi decidió decírselo. Si de todas formas se iba a dar cuenta, era mejor decírselo de una vez.

«Si hablo con ella, tal vez pueda darme lo que quiero… será solo un favor… aunque sé que con eso estoy cometiendo un acto de cobardía…»

Mientras Takeshi se deprimía por sí solo, Sophia dijo:

—Oye, me he dado cuenta de que este círculo mágico tiene una forma que nunca había visto antes. ¿Qué podría ser ……?

Takeshi se acercó a donde estaba Sophia y asomó por encima de su hombro para observar la empuñadura sin hoja de Twilight.

La vaina estaba grabada con patrones del sol y la luna. Gekkou había raspado el círculo de magia evasiva y lo había sustituido por un círculo de magia de aceleración, pero no había alterado ese otro círculo mágico.

—Takeshi, necesito un favor —Sophia se giró, miró a Takeshi—. ¿Me prestas esta espada? Quiero intentar algo. Creo que puedo arreglarla. Aunque no puedo hacerlo sola, pero… con la ayuda de mi abuelo y mi papá, podré arreglarla. Estoy segura…

Los ojos de Takeshi se abrieron de par en par. Era precisamente lo que él iba a pedirle.

Por eso decidió hablarle del futuro. Él tenía una ligera corazonada sobre el secreto de la forja mágica. Se trataba de las razones por las que Towa surgió de Twilight.

El hecho de que resultase ser la madre de Sophia, el hecho de que se dejara morir a su madre, y el hecho de que pensara ser la culpable, todas esas cosas estaban relacionadas con el secreto de la forja mágica.  Después de meditarlo, Takeshi supo que arreglar a Twilght sería lo más doloroso que podría hacer Sophia. Aun así, quisiera o no, no tuvo más remedio que encargarle el trabajo.

Una vez que Twilight regresara a ser un Aspecto funcional, podría usar «Nightmare» para predecir el futuro aún más lejos.            

«Incluso podría ser capaz de averiguar cómo detener la guerra. De todas formas, las únicas personas capaces de reparar a Twilight son la familia Brave ya que ellos la crearon»

Takeshi sonrió.

—De acuerdo, la dejo en tus manos ¿Crees que puedas arreglarla?

—No puedo prometer nada —Sophia negó con la cabeza—. Pero no puedo dejar a mamá en ese estado.

Cuando Sophia volvió a centrar su atención en la espada destrozada, Takeshi también la miró como si hubiera sido atraído. Era una vista deprimente con esos fragmentos de acero y una empuñadura sin hoja. 

—Sí, es una pena verla en ese estado —dijo Takeshi, y Sophia asintió ligeramente.

***

Habían pasado tres días desde que regresaron a la Fundación Phoenix con la espada rota. Sophia habló con su abuelo Argon y su padre Hale, y los tres se recluyeron juntos en el taller para arreglar la espada.

Argon, que también era el presidente de la fundación, salía del taller solo de vez en cuando, pero en cuanto a Sophia y su padre Hale, no habían sido vistos por Takeshi en los tres días que llevaban metidos allí.

No se presentaban en el comedor ni para desayunar o cenar, sino que comían en su taller, y la casa se llenaba día y noche con sonidos de martillazos, maquinaria en funcionamiento y algún que otro grito extraño.

Cuando Takeshi le preguntó sobre eso a Argon al que solo había visto una vez, este contestó que era sólo su imaginación, pero Takeshi no creyó en eso.  Sin embargo, era difícil ver a los Brave, así que se pasaba la mayor parte del tiempo solitario.

Le dieron una gran sala donde podía practicar su magia, o pedir prestada una espada y practicar por su cuenta, sus lecciones de kendo.

Mientras tanto, Takeshi había encontrado un buen lugar y comenzó a ir allí. Era una biblioteca. Naturalmente, todos los libros estaban escritos en una gran variedad de lenguas extranjeras. Sin embargo, fue capaz de leerlos. Parecía que la propia biblioteca era mágica de modo que los libros, sin importar el idioma en el que estuviesen escritos, se traducían automáticamente a la lengua nativa del lector.

Takeshi no sabía casi nada de las sociedades mágicas, así que tomó un par de libros y empezó a aprender un poco. Un día mientras caminaba por el largo pasillo que llevaba a la biblioteca, vio de repente a alguien que se acercaba de frente y se detuvo.

—Shijou… san…

Era Shijoi Momoka, pero no la directora Shijou que Takeshi conocía, sino la del pasado.

Momoka iba vestida con un uniforme negro y caminaba con paso ligero, como un niño.

—Vaya, aun sigues aquí —Ella se detuvo delante de Takeshi sin parecer demasiado sorprendida.

—S-Si… —Takeshi asintió.

Momoka se rio al ver los títulos de los dos libros en las manos de Takeshi.

Un libro era «Introducción a la Historia de la Magia Moderna» y el otro era «Diccionario Mágico». Sintiéndose un poco avergonzado, Takeshi se sonrojó y ocultó los libros. En su lugar se quedó viendo el uniforme negro que ella llevaba y dijo:

—Ese uniforme es de…

—Aah ¿ya lo conocías?

—Si, es el uniforme de la agencia especial de gestión de magos ¿no?

Takeshi ya había visto a Gekkou vistiendo el mismo uniforme.

Momoka suspiró y dijo:

—Irónicamente, ahora soy una oficial y jefa de la agencia especial magos

Momoka volvió a soltar un pesado suspiro y frunció el ceño. Meditaba en el hecho de que todo iba según los deseos de Argon Brave.  Y no es que hubiera algo de malo en ello, sino que a Momoka le molestaba un poco que él estuviera consiguiendo exactamente lo que quería. Todavía no podía asimilar la sensación de haber traicionado a Wizard´s Breath para convertirse secretamente en una miembro de la Fundación Phoenix. Una comunidad a la cual ni siquiera conocía muy bien.

—¿jefa de la agencia especial de magos? —dijo Takeshi—. Eso es genial.

Momoka desvió su mirada y dejó que la mirada de sorpresa de Takeshi pasara por su rostro.

La reacción de él, había sido la mejor que había recibido desde que aceptó el cargo. En wizard´s Breath, no fue tomado de buena manera, pues recibió muchas miradas de envidia y rechazo. Sin embargo, no era algo que mereciera la pena preocuparse. Momoka sólo se convirtió en la jefa de agencia especial de magos, porque hacía faltaba personal a causa de los Trailers…

Cuando Momoka se quedó en silencio con una mirada malhumorada, Takeshi habló con temor:

—O-Oye…

—¿Qué?

—¿Qué hay de… Nanase… Gekkou…?

—…

Momoka lo miró fijamente.

—Lo siento —se apresuró Takeshi encogiéndose de hombros con la cabeza agachada—, no debí preguntar al respecto.

Momoka pensó que era natural que Takeshi preguntara por Gekkou, si esté, lo había tenido cautivo hasta que ella y Sophia fueron a rescatarlo.

—Últimamente nadie lo ha visto —respondió con resignación.

Los ojos de Takeshi se abrieron de par en par.

—¿Qué?

—Es posible que Nanase Gekkou tenga alguna relación con los Trailers. Pero es solo una corazonada que yo tengo.

Al escuchar eso, Takeshi se apresuró a contestar:

—P-Pero los Trailers podrían haberlo secuestrado y quizás alteraron su memoria.

—¿De qué estás hablando?

—Que los Trailers secuestran magos de Wizard´s Breath y alteran sus recuerdos… ¿No? Quizás Ge…  Nanase Gekkou…

Takeshi sólo quería seguir la pista a Gekkou, pero Momoka tenía dudas sobre otra cosa que él acababa de decir.

—¿Dices que alteraron sus recuerdos? Eso no lo sé. ¿Estás seguro de eso?

Takeshi se quedó callado.

«Quizás hablé de más.»

Pero Momoka ahora estaba intrigada.

—Ciertamente hay magos que pueden reescribir los recuerdos, pero eso está claramente fuera de la ley de los magos. Ni siquiera los Trailers lo hacen. Ninguna comunidad lo haría… —De pronto, como si se hubiera dado cuenta de algo, Momoka se interrumpió a sí misma y miró pensativamente hacia un lado, y luego reaccionó sorprendida—. No… no puedo asegurar tal cosa…

Takeshi también se sorprendió. En el futuro, tanto los Trailers como Wizard´s Breath habían capturado magos enemigos y habían alterado sus recuerdos.

El hermano mayor de Mui, Aiba Tsuganashi, fue una vez víctima de eso. Pero Momoka no parecía estar al tanto de eso.

—¿Dices que los Trailers no lo harían? —preguntó Takeshi. mientras recibía la mirada fija y suspicaz de Momoka.

—Solamente es porque nunca había escuchado de esa posibilidad… —respondió ella.

Momoka se preguntaba por qué la cuestionaba sobre eso y cuáles eran sus intenciones.

A lo cual, Takeshi se apresuró a cambiar de tema.

—No sé si es el momento adecuado para preguntarte esto, pero ¿cómo va ahora la batalla entre los Trailers y el Wizard´s Breath?

Fue un cambio de tema muy descarado, pero Momoka lo aceptó y respondió:

—El alcance de los Trailers es mayor que antes, pero siguen prefiriendo atacar por sorpresa. Han atacado las diferentes divisiones de Wizard´s Breath y a las tropas en maniobras. Los magos están siendo secuestrados y asesinados. Este tipo de ataques no han cesado en meses. 

Takeshi asintió con la cabeza.

De pronto Momoka soltó una risita. Ella notó una sensación de alivio en la voz de Takeshi por haber podido cambiar de tema. Manteniendo una sonrisa ella preguntó:

—Ahora dime, ¿Porque me preguntaste acerca de Nanase Gekkou?  ¿por qué te preocupa tanto la persona que te tuvo encerrado? ¿Acaso temes que te vuelva a capturar?

—…

Takeshi guardó silencio, y los dos se miraron fijamente durante un rato, sus expresiones se cortaron, y de pronto…

—¡¡Takeshi!!

Una voz fuerte vino de detrás de él, seguida por el sonido de pasos corriendo.

No necesitaba mirar atrás para saber quién era, pero se dio la vuelta para escapar de la mirada penetrante de Momoka.

—¡Sophia!

Sophia venía corriendo por el pasillo, respirando agitadamente.

Iba vestida con su habitual ropa de trabajo, con su pelo rojo recogido en una coleta y las mejillas un poco hinchadas y enrojecidas.

—¡Te he estado buscando, Takeshi! Esta casa es muy grande. No te encontré en tu habitación, y tampoco en el comedor, así que pensé que estabas practicando espada en el jardín y te fui a buscar afuera. Jaaa~~ ¡Estoy tan cansada!

Takeshi se inclinó hacia delante y le sonrió a Sophia que mantenía las manos sobre sus rodillas.

—Lo siento, estaba a punto de ir a la biblioteca.

Fue entonces cuando Sophia se dio cuenta de que Momoka estaba detrás de Takeshi.

—¿Eh? ¿Qué haces aquí, Momo-tan? Oh, ya veo. Estaban coqueteando y los acabo de interrumpir. Lo siento…

Sophia rio de manera picara, pero Momoka frunció el ceño y respondió con disgusto:

—No viniste a interrumpir nada y no estábamos coqueteando.

—¿En serio? Pensé que serías una rival perfecta para mí. ¡En el amor, siempre hay rivales! ¿no? ¡Heroínas que se debaten entre la amistad y el amor! Y cosas así…

—…

Al notar la fría mirada de Momoka, la sonrisa de Sophia vaciló por un momento, pero no dejó de sonreír

—¡Cielos! Otra vez esa cara tan aterradora. ¡Momo-tan, sonríe, sonríe! ¡Las chicas deben sonreír!

—Me voy —contestó Momoka con indiferencia, ignorando a Sophia, que sonreía colocando sus dedos en las comisuras de sus labios indicándole como sonreír.

Takeshi tan solo observaba de reojo, y no estaba seguro de si ambas eran amigas.

—¡¡Heey!! —Exclamó Sophia de pronto—. Tengamos una charla de chicas. ¿Por qué no te quedas aquí hoy? Hagamos una pijamada.

—No quiero —Momoka pasó completamente de largo a Sophia comenzó a alejarse apresuradamente—. Ya me voy.

—Chee~~ —contestó Sophia con desanimo—. Eres demasiado timida Momo-tan. Eso es aburrido

—Nos vemos la próxima vez —dijo Momoka sin mirar atrás.

La sonrisa no tardó en volver a la cara de Sophia.

—¡Siií! la próxima vez si tendremos esa pijamada.

Cuando Takeshi se encontraba pensando en si esas dos eran amigas, Sophia se volvió hacia él y le dijo:

—Ah, no te preocupes, Takeshi. Valoro mis amistades, pero más que eso, valoro a las personas que quiero. No tienes que sentirte celoso, también puedo hacer una pijamada contigo. ¿Quieres que te preste una pijama? ¿Qué color te gusta? Creo que el azul te viene bien. Solamente tendrás que esperar a que la saque del armario de papá…

—¡Eso no importa ahora, Sophia!

Si no le ponía un paro, lo iba a obligar a hacer una pijamada esa misma noche, así que hizo lo posible para evitarlo.

—¿Ah no?

Sophia agachó la cabeza, un poco decepcionada.

—Mejor dime si pudieron reparar la espada.

—Ah, con respecto a eso…

Sophia miró hacia otro lado, como si fuera difícil contestar.

—No se pudo hacer nada ¿verdad?

Para reparar a la destrozada Twilight, Sophia había estado encerrada en el taller con Argon y Hale durante casi tres días. Cuando Takeshi ella lo buscaba, supuso que era para avisarle del resultado.

Ante la pregunta de Takeshi, Sophia suspiró y dijo:

—Por el momento, las cosas no van bien. Mi abuelo está haciendo todo lo posible pero ya veremos qué pasa. Mi papá ya tiró la toalla. Dice que como tenemos dos modelos, usemos el modelo roto como referencia para completar el prototipo. Es extraño, ¿no?, que quieras usar una versión futura de una espada como referencia para completar su propio prototipo. Pero estoy empezando a pensar que es una buena idea.

Sophia miró a Takeshi, que estaba escuchando su explicación, y estableció contacto visual con él.

—Esa espada se rompió a sí misma, Takeshi.

—¿Qué quieres decir con eso?

Sophia tartamudeó un poco y luego habló despacio, como si le costara decirlo.

—Hum… pues verás… los objetos creados con la forja mágica tienen un alma. Esa espada tenía el alma de mi mamá en su interior. Resulta que mamá… o Towa como tú la llamaste, había sellado sus recuerdos y borrado su personalidad para vivir como una espada. Por eso en aquel momento, ella respondió a mi llamado. Creo que recupero parte de sus recuerdos de cuando era mi madre. Entonces, como no pudo soportar eso, se rompió a sí misma.

—Creo que no entiendo muy bien… —Takeshi frunció el ceño desconcertado.

Sophia le explicó con más cuidado:

—Pues, volver la espada rota a su estado original significa que hay que volver a sellar a mamá en la espada. Si la resucitamos, el mago que use la espada podrá volver a hacer que aparezca… —Ella cortó sus palabras y miró a Takeshi con tristeza—. Significa que será utilizada como herramienta de otra persona…

—…

Takeshi no pudo contestar nada a eso.

Sophia continuó:

—Creo que antes, mi mamá Towa que surgió de esa espada mágica no tenía recuerdos de sí misma. Por eso no tenía problemas en que la usaran como herramienta, pero cuando sus recuerdos de cuando era humana comenzaron a volver… bueno, no hay nadie que pueda resistir algo así.

Al ver el dolor en la cara de Sophia, Takeshi quiso asentir. Quiso darle la razón y dejarla terminar. Pero al final tuvo que hacerle la pregunta obligatoria.

—¿Consideras que ya no debería repararse la espada?

—Lo siento, Takeshi… pero mi papá y yo estamos más del lado de mamá que de nadie más y queremos que ella descanse en paz. Intentamos reparar la espada una y otra vez. Pero los recuerdos de mamá permanecen allí y en cuanto nos veía a mí y a papá, se volvía romper. Eso pasó una y otra vez durante los 3 días que hemos estado en el taller.

Inconscientemente apretó con fuerza su otra mano.

«Twilight no tiene arreglo. No va a volver nunca».

Takeshi se dio cuenta de que había sido más optimista de lo que pensaba, al creer que Sophia arreglaría la espada.

«Esos gritos que escuché en varias ocasiones, era Towa colapsando de nuevo».

La idea de la escena hizo que el corazón de Takeshi se estremeciera.  

Después de un rato, tras un largo silencio, Takeshi dijo:

—Entonces, la otra espada prototipo…

Sophia asintió.

—Sí. Está casi terminada. No le falta mucho, pero… el abuelo ha decidido dársela a una persona de apellido Chigi que pertenece a Wizard’s Breath. No tiene sentido que mi papá o yo digamos algo. Sinceramente yo hubiese querido dártela a ti, pero mi abuelo es el jefe de la familia Brave. No hay nada que pueda hacer al respecto. Y si lo que dijiste es cierto…… ¡Ahm por supuesto que yo creo que es verdad! Según lo que dijiste, sería mejor que esa espada estuviera en manos de alguien en el futuro. De lo contrario, el futuro podría cambiar. y si el futuro cambia, puede que nunca nazcas. Vaya… incluso me puse a pensar en eso…

Takeshi se consternó cuando Sophia se obligó a reír un poco. No le había dicho que Chigi Youko era su madre. Pero seguro que, si Youko no conseguía a Twilight, existía la posibilidad de que el futuro cambiara y él no naciera.

—Yo también pienso que es mejor.

Takeshi asintió.

De repente, Sophia abrió los brazos y se lanzó a su pecho.

—O-Oye… ¿¡Sophia!?

—Solo un momento… déjame estar así…

Le paso los brazos por la espalda y lo abrazó con fuerza. Takeshi levantó las manos para quitársela de encima, pero se detuvo al oír su voz.

—L-Lo siento, Takeshi… déjame estar así contigo un momento…

—Sophia…

Apretó con fuerza su cintura y se aferró fuertemente a la camisa de Takeshi en la zona de la espalda y apretó su cara contra él.

Al darse cuenta de que estaba llorando, Takeshi miró su pelo rojo brillante.

En menos de un segundo, pero no más de un minuto, se alejó de Takeshi.

—Ejejeje… lo siento. Takeshi —dijo con los ojos rojos—. Hoy me siento un poco sensible.

—Sophia…

—Es que mamá volvió… fue solo un momento, pero volví a verla. Deseaba tanto volver a verla, aunque fuera como fantasma tan solo para decirle que lo sentía.

Las lágrimas empezaron a caer de nuevo de sus ojos y se las enjugó con los puños como si fuera una niña.

—Dejaré esa espada rota contigo… —dijo Takeshi.

Sophia lo miró con sorpresa.

—Si eso es lo que Towa… si eso es lo que quiere tu madre, creo que prefiero que tú te la quedes.

—Takeshi…

Sophia, que había estado llorando, finalmente levantó la boca y sonrió al ver que Takeshi le sonreía a ella.

—Gracias, Takeshi. Pero, ahora sí te quedaste sin Aspecto.

Takeshi se tomó muy en serio el significado de esas palabras.

«La madre de Sophia finalmente se ha ido a descansar. Debería estar feliz por eso, pero…».

Takeshi consiguió tragarse el sentimiento que le subía al pecho. Pero no podía mentirle a su corazón. Sintió como si se hubiera abierto un enorme agujero en su cuerpo. Towa se había ido… Y ya no la iba a encontrar en ninguna parte… la Towa que Takeshi conocía, ya no estaba más.

Fue algo difícil de aceptar. Pero consiguió sonreír ante la mirada de preocupación de Sophia. Aunque detrás de la sonrisa había un dolor en su corazón, que se sentía como si lo hubieran apuñalado con una hoja afilada.

Con esa sonrisa falsa, Takeshi dijo:

—He oído que los usuarios de magia evasiva no eligen Aspecto en específico, así que creo que puedo usar otra espada en su lugar. No te preocupes por mí.

Sophia asintió al escuchar eso como si ya hubiese esperado esa respuesta y animó a Takeshi.

—Hace mucho tiempo, mi abuelo me dijo que un Aspecto es como una pareja. Siempre hay alguien que está destinado a ti. Estoy segura de que tu Aspecto sigue por allí en algún lado esperándote. Seguro que lo encontrarás.

—Claro que sí —Takeshi asintió.

Sophia le tendió rápidamente la mano y cuando él se la tomó, comenzó a caminar y a se lo llevó con ella.

—¿Sophia?

—Vas a la biblioteca, ¿no? ¡Yo también voy contigo! Veré dónde están todos los libros y te ayudaré a encontrar todos los que quieras leer.

Takeshi se sorprendió al escuchar eso. De los dos libros que llevaba consigo en la mano, uno decía «¡Moeru! Diccionario Mágico». La portada tenía una ilustración de una linda chica de estilo moderno, con un traje de baño un poco atrevido.

«Y-Yo tomé prestado el diccionario porque realmente estaba tratado de aprender acerca de la magia… este fue el único que pude encontrar»

Sin darse cuenta de los pensamientos de Takeshi que no sabía qué hacer, Sophia tarareaba una melodía nostálgica mientras caminaba por delante de él.

***

Mientras Takeshi se dirigía a la biblioteca con Sophia en las instalaciones de la Fundación Phoenix, los Trailers ampliaban su abanico de actividades.

En Tokio, en la línea Yamanote, en el tren que de Ikebukuro se dirigía a Shinjuku, dos jóvenes se apoyan a ambos lados de la tercera puerta del segundo vagón.

Ambos eran magos de los Trailers, y hasta hace unos meses habían sido alumnos de la Academia de Magia de Tokio.

—Oye, mira esa chica.

De repente, las cejas de Washizu Kippei se movieron ligeramente cuando su hermano menor lo llamó desde la puerta de al lado, a la derecha.

—¿Qué pasa? —preguntó sin siquiera voltear a mirar.

El hermano menor de Kippei le sonreía mientras se apoya en la puerta con los brazos cruzados.

—¿No te parece linda?

Al escuchar eso, Kippei no pudo evitar mirar. Siguió la mirada de su hermano y miró su misma dirección. Era una tarde entre semana y el vagón estaba bastante lleno. Todos los asientos estaban ocupados. Entre los abrigos en tonos tenues de negro y gris de la gente, sólo le llamó la atención un abrigo de lona de color rojo brillante.

La chica iba sola sentada en el asiento frente a Kippei y su hermano. Ella sujetaba un bolso en su regazo con sus delgados brazos y su rostro era muy joven. Todavía estaba en quinto o sexto grado.

—¡Chi! Es una mocosa… —dijo Kippei con desprecio.

Entonces su hermano menor soltó una carcajada a su lado.

—Pero te gusta, ¿no?

Kippei miró con desprecio a su descarado hermano pequeño. Su hermano menor, Tsunehiko, era en realidad su medio hermano. Era 15 centímetros más bajo que Kippei, era gordito y tenía la barbilla redonda; su pelo seguía desaliñado luego de haberse levantado de la cama, y todavía tiene un aspecto infantil que podía calificarse de tierno. Aunque se había comportado un poco descarado últimamente, Kippei siempre había tenido debilidad por él, ya que lo había cuidado desde pequeño.

Tsunehiko volvió a mover la barbilla y señaló a la chica.

—Mira… ¿no se parece un poco a ella? La pequeña chica de Wizard´s Breath. Solías quererla mucho, ¿no, Aniki? ¿cómo era que se llamaba…? Shi… shi… ¡Ah! Shijou…

Kippei rápidamente frunció el ceño. Supuso que lo estaba haciendo apropósito ya que Tsunehiko conocía muy bien a Shijou Momoka.

Estaban en diferentes años, pero iban a la misma escuela. Además, Shijou Momoka, de Wizard’s Breath, era ahora una figura muy conocida entre los Trailers.

Shijou Momoka era una chica muy temible que se acababa de convertir en la jefa de la agencia especial de magos.

—No me hables de la Chibi… —gruñó Kippei.

El tren entró en la estación y las puertas se abrieron.

No era la estación en la que iban a bajar, así que esperaron lejos de la puerta.

Un viento frío sopló. La chica del abrigo rojo pasó junto a ellos.

—Ah, sí, esa “Chibi-chan” que tanto te gustaba —dijo Tsunehiko siguiendo a la chica con la mirada—. Es una pena lo que paso. No pudiste matarla.

—…

Kippei guardó silencio. No quería hablar de eso.

Antes de que Momoka se convirtiera en la jefa de la agencia especial de magos, Kippei fue a Nueva York para intentar matarla. Pero sobrevivió y ahora era una oficial en una de las agencias clave del Wizard’s Breath.

Es cierto que debió haberla matado, pero no quería que nadie lo mencionara. No era un asunto tan sencillo.  Kippei pensaba que solo debía ser él o Kazuma quien matara a Momoka. Él por el hecho de haber sido su amigo y Kazuma, por el hecho de que ella mató a sus padres.

Mientras Kippei permanecía en silencio, Tsunehiko continuó con una fina sonrisa en su rostro.

—Ahora que es una oficial de Wizard’s Breath, será mejor que te tomes más en serio la tarea de eliminarla, ¿no?

La puerta se cerró y el tren comenzó a moverse lentamente.

Cuando Kippeo se volteó hacia otro lado sin abrir su boca, Tsunehiuko continuó:

—Entonces, ¿por qué no secuestramos tú y yo a sus padres y la hacemos salir? Será más fácil matarla de esa forma.

—Cállate.

Incapaz de soportarlo más. Kippei alzó la voz. La cara de Tsunehiko se torció ligeramente al escuchar su voz grave y rasposa. 

—No puede ser Aniki… no me digas que no vas en serio con ella…

Kippei se cruza de brazos y volvió a apoyarse en la puerta, como había hecho antes. y para cerrarle la boca a su hermano dijo:

—Estamos en una misión. Concéntrate.

Pero Tsunehiko no se detuvo.

—Aniki, ella es una amenaza para los Trailers. Tenemos que matarla. Lo sabes, ¿verdad?

Kippei suspiró cuando Tsunehiko se apartó de la puerta para acercarse a él. Parecía que realmente quería hablar del tema.

De mala gana, Kippei respondió:

—Tsunehiko, Kazuma no permitirá que le hagas algo a los padres de ella. Es el tipo de acciones que más odia.

—¿Otra vez Kazuma-san? —Tsunehiko se llevó las manos a la cabeza con insatisfacción y dijo—: Pareces más un lacayo de Kazuma-san que su amigo…

Puede que fuera un comentario sin intenciones de nada, pero al final Kippei lo fulminó con la mirada.

—Tsunehiko, no me hagas repetirlo. Mantén la boca cerrada.

—Chee~~ Creo que deberías decírselo de una vez por todas.

Tsunehiko se encogió de hombros.

De pronto, por encima de la cabeza de su hermano, Kippei vio abrirse la puerta del siguiente vagón y a dos hombres caminaban hacia ellos.

Al girar la cabeza en dirección contraria, vio que la puerta del otro vagón se abrió de la misma manera y aparecieron también otros dos hombres.

—¡Tsunehiko, saca tu Aspecto!

Cuando la voz de Kippei se puso tensa, Tsunehiko metió inmediatamente la mano en su bolsillo y sacó su Aspecto.

Kippei desprendió las gafas, que estaban colgadas en su bolsillo del pecho, y se las puso.

—¿Es el objetivo? —preguntó Tsunehiko, sosteniendo una pequeña botella de cristal en la mano.

Pero era peligroso usar magia en ese vagón. Había al menos cuarenta personas allí. Aquí y allá había algunos jóvenes que parecían estudiantes.

Bajo la influencia de la magia, acabarían convertidos en magos.

—No nos queda de otra. Salgamos de aquí —dijo Kippei, agarrando la mano de Tsunehiko.

Actuó lo más rápido que pudo.  El tren se dirigía a la siguiente estación.

La puerta en la que se apoyaba Kippei seguía cerrada, pero los dos hermanos la atravesaron cuan fantasmas y desaparecieron del vagón.

Los cuatro hombres se aproximaron al lugar. Se miraron entre sí, y tres de ellos, dejando a uno atrás, se colaron rápidamente por la puerta cerrada y saltaron a las vías. El tren siguió como si nada hubiera pasado. Kippei sonrió mientras observaba la parte trasera del tren.

—Parece que… nos tendieron una trampa.

Ante las palabras de su hermano, Tsunehiko apretó la botella de cristal en su mano.

Los tres hombres con uniformes de Wizard’s Breath se acercaban a ellos a través de las vías. Kippei vio que uno de ellos llevaba un viejo bastón muy gastado.

—Posiblemente acabamos de cagarla… —declaró.

—¿Aniki?

La expresión de Kippei estaba más tensa que de costumbre, y Tsunehiko tragó saliva.

—Hiko…

Tsunehiko miró a Kippei. Cuando escuchó a su hermano mayor llamarlo por el nombre de su infancia, Tsunehiko supo que algo peligroso estaba a punto de suceder.

—Uno de ellos es miembro del concejo…

—¿Eeh?

Una mirada de horror cruzó el rostro de Tsunehiko. Eso significaba que el hombre pertenecía al nivel más alto de los magos de Wizard’s Breath. Ese hombre era uno de los seis magos más fuertes de Wizard’s Breath.

Kippei miró fijamente al anciano con ojos que habían empezado a brillar de un color carmesí.

—Por su edad y su cara, diría que es Gilliam Wiseman.

—Hermano… —Tsunehiko parecía angustiado.

Kippei le sonrió.

—Hiko, levanta una barrera. Me encargaré de esto. Es lo que siempre he hecho.

—Si…

Tsunehiko puso la botella de cristal que tenía en la palma de su mano y abrió la tapa.

Partículas de color marrón claro del poder mágico de Tsunehiko, salieron disparadas. Kippei dejó escapar un profundo suspiro.

Siempre había luchado tres contra dos, o seis contra dos.

Por supuesto, esos dos eran ellos. Sin embargo, la persona que estaba frente a él tenía una presencia intimidante a la que Kippei nunca se había enfrentado.

***

Una hora después de la batalla entre Kippei y Wiseman.

Gekkou estaba en uno de los almacenes del escondite de los Trailers.

Su Aspecto Twilight, se había roto, y aunque salió huyendo del lugar, había vuelto. Ya no era necesario asistir a la Academia de Magia o a Wizard’s Breath, pues la guarida de los Trailers sería su base de operaciones a partir de ahora.

Desde hace un año atrás, más o menos cuando Gekkou llegó a esa época, los Trailers se convirtieron en una comunidad.

Gekkou había permanecido infiltrado en la agencia especial de magos, pero sabía que era hora de dejar eso y seguir.

Sabía que cuando el encerrado Takeshi escapara, existiría el riesgo de que avisara a los magos de Wizard’s Breath. El objetivo de la infiltración era dar información a Kazuma y ganarse su confianza a cambio, pero ese papel había terminado.

—Siento molestarte con esto…  —dijo Gekkou mientras miraba un estante donde estaba colocada una espada, y Ryusenji Kazuma respondió detrás de él.

—Está bien. Los Aspectos se rompen todo el tiempo. No te sientas mal por eso.

—De acuerdo…

Sin esperar que Kazuma le siguiera, Gekkou asintió mientras tomaba la espada larga que tenía delante. Gekkou pertenecía a los rango 100 dentro de los Trailers.

Tres días atrás, le había dicho a otro mago de rango 100, que su Aspecto estaba roto.

Gekkou llevaba mucho tiempo esperando porque que le dijeron que necesitaba el permiso de un superior para entrar en el almacén de armas.

Y aunque sabía que vendría un mago razonablemente superior, nunca se imaginó que sería el propio Kazuma.

Aunque se suponía que estaba ocupado, fue allí con Gekkou, porque quería ver por sí mismo cómo se gestionaba el almacén de armas.

—Avísame cuando hayas hecho tu elección —dijo Kazuma—. Voy a dar una vuelta y a echar un vistazo.

—Sí, señor.

Cuando Gekkou respondió, Kazuma ya había desaparecido a sus espaldas.

Recogió un par de espadas largas, comprobando su peso y el agarre de la empuñadura.

El toque de Twilight volvió a la mente de Gekkou.

«Perdí mucho tiempo y esfuerzo en cambiar esa espada para que se adaptara a las especificaciones de mi magia de aceleración».

Gekkou cambió rápidamente de opinión, pensando que la espada no era para él después de todo.

La espada solo parecía atractiva cuando Takeshi la empuñaba, pero cuando intentaba manejarla, a menudo resultaba problemática. También era difícil tener que adiestrar a la chica que salía de ella.

«Rayos, desearía no haber tirado mi anterior espada».

Mientras miraba las espadas alineadas una tras otra, Gekkou dejó escapar un suspiro.

Estaba muy concentrado cuando de pronto, una voz le llamó de repente y se giró asustado.

—¿Todavía no te decides?

Era Kazuma.

—A-Aun no, lo siento…

Gekkou agachó la cabeza y Kazuma se echó a reír.

—Tranquilo. Tú sigue buscando la que más te convenga. Volveré antes de que te des cuenta.

—Sí, señor.

Kazuma retrocedió y se dirigió a una puerta doble.

—Aah, no necesitas una llave. En cuanto salgas, se bloqueará automáticamente. Te lo digo porque si encuentras una espada que te guste, te puedes ir.

—Está bien.

Mientras veía a Kazuma irse, Gekkou se dio cuenta de algo y le llamó.

—Disculpe…

—¿Qué pasa?

Kazuma se detuvo y volteó a ver.

—Ehm… ¿N-No cree que sería un problema que yo sacara una de estas bombas o alguna otra arma?

Gekkou vio que el almacén estaba lleno de todo tipo de armas, no sólo de espadas.

La mayoría de ellas estaban todavía en sus cajas, pero había un montón de ellas. Algunas de las cajas tenían escrito en rojo «TNT» a un lado, y había cajas planas abiertas que contenían lo que parecían ser granadas de mano. También había cajas con varios tipos de armas de fuego y municiones.

Sin embargo, Kazuma se rio brevemente al escuchar la pregunta de Gekkou.

—Ja, ciertamente sería un problema que lo hicieras, pero ¿qué sentido tiene? ¿Vas a volar este lugar? ¿O a tus amigos?

Gekkou frunció el ceño. Por supuesto, no estaba pensando en eso. Sólo lo preguntó porque quería medir que tanto confiaba Kazuma en él.

Kazuma miró a Gekkou de forma burlesca y dijo:

—Para un mago, un arma que no es un Aspecto es como un juguete sexual que usas para entrar en calor antes de la verdadera acción. El arma más útil para matar a un mago es la propia magia. Además, tú eres el único que ha venido aquí hoy y has venido conmigo. Si llegara faltar algo, me daría cuenta. Y si volaras este almacén como un terrorista suicida, no harías mucho daño. En todo caso, me gustaría tener suficientes armas para decir que sería una gran pérdida, pero no es el caso —Al ver a Gekkou en silencio, Kazuma soltó una risotada—. Lo siento. Sé que no harías algo así. Confío en ti. Por eso puedo dejarte solo.

Gekkou frunció aún más cuando sintió que Kazuma le dijo eso como si estuviera hablando con un niño pequeño.

—Gracias por eso… —respondió con un tono insatisfecho.

Kazuma le dio la espalda y salió del almacén, riéndose consigo mismo.

Sin embargo, en cuanto abrió el lado derecho de las grandes puertas dobles del almacén, entró el bullicio de mucha gente desde el exterior.

Gekkou corrió hacia la puerta para ver qué pasaba.

Kazuma salió inmediatamente y la puerta comenzó a cerrarse lentamente. Gekkou abrió la puerta, que se había cerrado por su propio peso, y miró hacia fuera.

Había una gran conmoción fuera del almacén. Más de diez magos gritaban y vociferaban.

Gekkou observó cómo Kazuma se metía en medio de la multitud.

y mientras Kazuma empujaba para hacerse camino entre la multitud, Gekkou pudo ver a dos hombres en el centro. Eran Washizu Kippei y su hermano menor Tsunehiko al que no conocía muy bien. Gekkou sabía que Tsunehiko estaba en el mismo rango 100, pero nunca había hablado con él. Siempre que lo veía, estaba con su hermano, Washizu Kippei.

Tsunehiko estaba tumbado boca arriba en medio de aquella multitud.

—¿¡Qué pasó!?

Gekkou pudo oír la voz de Kazuma preguntando. Kippei, que estaba sentado junto a Tsunehiko, respondió:

—Nos tendieron una trampa. Fui un imbécil por creer en la información que nos dieron los humanos. ¡Wiseman le quitó su magia a Tsunehiko!

Gekkou miró a Kippei, que parecía angustiado.

—Llévenlo a su habitación —dijo Kazuma.  

La gente que le rodeaba, cargó a Tsunehiko. Kippei también estaba herido, pero se levantó apoyado sobre el hombro de Kazuma y se alejó tambaleándose del almacén.

—Hmm… parece que tienen todo un lio allí —murmuró Gekkou, observando la escena como si no fuera asunto suyo—. Bueno, todavía hay tiempo. Tengo que escoger mi nueva espada —Volvió a entrar en el almacén—. Me pregunto qué estará haciendo Takeshi. ¿Estará intentando reparar a Twilight?

La puerta se cerró lentamente por sí misma y la habitación volvió a quedar a oscuras. Al pararse de nuevo frente a las estanterías de espadas, Gekkou se echó a reir.

—Eso no podría ser posible. Esa cosa es como un cadáver descuartizado con los huesos completamente destrozados.

En el momento en que vio la hoja destrozada de Twilight, Gekkou sintió una punzada de decepción en su corazón, pero nada más.

Empezó a buscar de nuevo una espada adecuada en la estantería.

—Ah, me gusta esta… Sí, esta otra también podría servirme…

Gekkou tomó una espada y la blandió con una postura de kendo.

—No estoy seguro de si debo elegir mi siguiente espada basándome por la rapidez con la que transmite la magia. ¿O debería elegirla por su ligereza? ¿o por un buen agarre…?

Si una espada no le gustaba, tranquilamente probaba con la siguiente. Y mientras tanto, el ajetreo de los Trailers, no tenía importancia alguna para Gekkou.


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Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.