A principios de marzo, cuando el frio del invierno había comenzado a disminuir, todas las clases de magia de la tarde fueron suspendidas en preparación para los exámenes de periodo de las clases normales que se iban a llevar a cabo al día siguiente. Por eso, la afluencia de estudiantes había bajado mucho.

Violet, la profesora de inglés, acababa de preparar su hoja de preguntas y la colocó en la caja fuerte de la sala de personal porque tuvo que marcharse antes de lo previsto debido a asuntos personales. Había un lugar al que había sido citada.

Ella quejó al salir de un edificio abarrotado en la Shinjuku del mundo viviente, llevando una hoja de papel en su mano. El papel tenía unos gráficos de barras impresos en la parte superior e inferior.

«Esto dice un montón de cosas que no entiendo», Pensó Violet.

Ella revisaba el contenido de nuevo con sus enormes gafas de sol puestas. Dichas graficas tenían etiquetadas las letras U, C, A y G. Y en la parte de más arriba del papel, había un nombre escrito. Nanase Takeshi…

Violet frunció el ceño, y dobló cuidadosamente el papel metiéndolo dentro de su bolso.

«¿Cómo es que le dicen a este tipo de situaciones en japonés…? “Si no entras a la cueva del tigre no atraparás a su cachorro” O no, talvez sea de otra forma».

<<Traductor Ore no Honyaku: El proverbio es «Koketsu Ni Irazu Nba Koji Wo Ezu». El equivalente en español de este dicho seria “El que no arriesga no gana” Este es el segundo proverbio o refrán que dice Violet. La vez pasada le dijo a Kippei: “Kaeru no ko wa Kaeru” lo que significa, “el hijo de un sapo es también un sapo”. O sea “De tal palo tal astilla” en aquel capitulo no entendí, pero ahora sé que lo decía porque se enteró de la relación de Takeshi y Youko>>.

Ella no sabía cómo reaccionar a esos resultados. Así que confundida, caminó por la concurrida acera. Mientras escuchaba el sonido de sus propios zapatos con cada paso, reflexionó:

«No sabía que Nanase Takeshi era el hijo de Chigi Youko».

Ella ya lo intuía, pero quería corroborarlo al 100% con esta prueba de ADN. Por eso Violet consiguió una muestra del pelo de Takeshi disimuladamente. Aunque los resultados positivos de la prueba, no la sorprendieron del todo.

Tanto Wizard Breath como los Trailers estaban al tanto de ese parentesco, pero no hablaban al respecto. Como Chigi Youko ya no era una maga, ya no representaba ningún tipo de valor o amenaza. De hecho, que Nanase Takeshi fuera el hijo de Chigi Youko, tampoco tenía ninguna importancia. Solo había una razón por la que Violet continuaba investigando ese asunto.

Resulta que, gracias a su magia de adivinación, ella se enteró de que Takeshi era capaz de usar la magia de predicción llamada “Nightmare” de la misma forma en que solía hacerlo Chigi Youko, ya Takeshi, era usuario de la misma afinidad de magia evasiva que su madre y ahora, era el nuevo dueño de Twilight.

Ahora que Violet conocía los resultados, estaba desconcertada. Naturalmente, ella cuestionó los resultados de la prueba.

«El test de ADN no fue del 100% del parentesco. La probabilidad de que los dos estuvieran relacionados fue del 87%», Pensó para sí.

Igualmente, las probabilidades eran demasiado altas para negarlas. Además, ella tenía fe en su propia magia.

Tan pronto como fue informada de los resultados en el abarrotado edificio del que acababa de salir, corrió al baño. Estaba confirmando la verdad mediante el ejercicio de una magia, que nunca utilizaría normalmente en un lugar así.

«Si esto es cierto, Nanase Takeshi es mucho más valioso que Twilight».

Violet entre cerró sus ojos detrás de sus gafas de sol. Recordando aquella frase: “La información es un arma” que Washizu Kippei le dijo hace algún tiempo.

«Sí. Probablemente sólo la madre de Nanase Takeshi y yo, seamos las únicas que sabemos de esto. Es bien sabido por todos que Chigi Youko nunca le dijo a nadie sobre lo que vio en sus sueños la última vez que utilizó “Nightmare”. Aunque ella aun lo recuerde, es muy difícil que incluso ahora, quiera decir algo al respecto».

Violet se detuvo frente a una cafetería que estaba a la orilla de la calle. Entró en la tienda, y le preguntó al encargado si podía usar el baño. Luego de eso, ella no volvió a salir de la tienda. Había regresado al mundo en ruinas usando el espejo del baño.

 

***

Violet había llegado a la casa principal de la familia Rindou y bajando por un pasillo poco iluminado, se encontró con Gekkou en la sala.

—Hola, Violet.

Ella Frunció el ceño, en contraste con el rostro alegre de Gekkou.

—Gekkou, ¿Otra vez estás aquí?

Gekkou hizo un puchero.

—No tuve opción. No tengo otro lugar a donde ir.

A ella no le importaba si era verdad o no. Aún no había superado la sorpresa de antes, y más que nada, odiaba a Gekkou. Pero ahora que estaba allí, no lo podía evitar. Además, quería aprovechar para hacerle una pequeña pregunta.

—Oye, ¿Cómo se dice en japonés cuando tuviste suerte en algo y no te lo esperabas?

Cuando Violet le preguntó, Gekkou inclinó la cabeza.

—Bueno… creo que se dice Tanabota, ¿No?

—¿Tanabota?

—Si, es la abreviación de la frase: “Tana kara botamochi”.

Aunque fue parafraseado educadamente, a Violet no le resultó familiar

—¿Qué es botamochi?

Gekkou hizo un gesto de disgusto ante la siguiente pregunta de Violet

—Qué molesta…

<<Traductor Ore no Honyaku: El perro de Gekkou no se lo quiso explicar a la hermosa Violet, pero yo se los diré: Como él dijo, los japos suelen expresar la palabra “Tanabota” cuando han tenido suerte inesperadamente. Abreviación de la frase “Tana kara botamochi” un proverbio japonés que se traduce literalmente como: “Del estante cayó el botamochi” El botamochi, es un dulce muy especial y preciado para los japoneses. Se dice que el rojo del azuki (así llaman ellos a los frijoles) ahuyenta a los malos espíritus y es también una ofrenda para Buda. El refrán cuenta que a quien le cae un botamochi encima es una persona muy afortunada.  Es hecho de dos tipos distintos de arroz que se hierve con una pasta de frijoles rojos dulces a la que llaman Anko. De lejos parecerían albóndigas. Son como bolitas de arroz color de frijol. Son prácticamente bolas de casamiento o bolas de gallo pinto si prefieren, pero con sabor dulce. El dulce tiene cuatro nombres distintos dependiendo de la estación del año. Botamochi es el nombre que recibe en primavera. “Yofune” en verano “Ohagi” en otoño y “Hokusou” en invierno>>.

Mientras decía eso, Gekkou miró una pequeña consola portátil de juegos que tenía en las manos. A Violet le molestaba esa actitud malcriada.

—¡Oye tú!

Trató de regañarlo, pero rápidamente se arrepintió. Decirle a Gekkou que sea cortés con un rango cinco, no haría que su irritación desapareciera. Él no iba a escuchar. Por eso solo dejó escapar un suspiro y se calmó antes de decir algo.

—Bueno, que importa. Entonces, ¿Dónde está Kippei?

Sin apartar la vista de su consola, Gekkou respondió:

—Washizu-san está en el mundo viviente. Al parecer, está ocupado buscando el paradero de alguien.

—Ya veo.

Violet sabía que Washizu Kippei había estado buscando a alguien desde hace mucho. Estaba bastante obsesionado con esa persona que pararía hasta encontrarlo y matarlo.

—Sabes, me he vuelto bastante bueno todo esto. —Dijo Gekkou abruptamente. —¿Puedes sacar a Jack de nuevo? Tengo la sensación de que hoy le ganaré.

Guardó los datos de su juego y se puso de pie. Violet miró a Gekkou por encima de su hombro con una mirada cuestionadora.

—¿Crees poder ganarle a Jack?

—Claro.

Gekkou asintió con una sonrisa. Y Violet frunció el ceño.

El uso de la magia Ilusoria de Violet, llamada “Black Jack”, requería el uso de una baraja inglesa como su Aspecto. Las cartas J, Q, K y el comodín, eran utilizadas para invocar marionetas que podía manipular a su antojo.

Ella solo utilizaba uno de los cuatro palos de la baraja, así que tenía un total de trece cartas a su disposición. Sus sirvientes, estaban hechos de magia y no podían morir, pero requerían un alto consumo de poder mágico, lo cual limitaba el número de cartas que podía utilizar a la vez. Además, cuando los invocaba, ella tenia que mantenerse en un rango de no mas de doscientos metros de distancia de ellos.

Cada uno de los trece, tenía características muy diferentes, y Jack de Espadas (J de espadas), que ya había practicado esgrima con Gekkou anteriormente, tenía el rol de paladín orientado al ataque.

Jack era el menos capaz en batalla comparándolo con los cuatro reyes, pero como espadachín, era el mejor guerrero entre sus cartas con dibujos*.

<<Se refiere a las cartas con un personaje dibujado>>

Gekkou decía que podía vencer a ese caballero Jack, y Violet estaba furiosa por su arrogancia.

—Bien. Lo dejaré salir. —Dijo con una sonrisa.

Violet volvió a la puerta principal con Gekkou. Salieron al jardín, para hacer que Jack apareciera allí.

—Oye, Violet…. —Murmuró Gekkou mientras se ponía sus zapatos.

—Escuché que vas a ir tras Twilight. ¿Eso es cierto?

Violet parpadeó sorprendida.

—¿Quién te dijo eso? ¿Kippei?

—Eso no importa. Oye, ¿estás segura de hacer eso?

Gekkou la miró fijamente mientras terminaba de ponerse los zapatos.

—Por supuesto. —Violet asintió de mala gana.

Cuando salió al exterior, brisa aun fría de la tarde, le atravesó el cuello y Gekkou, que era más bajo de estatura que Violet, encogió los hombros. Tenía una chaqueta puesta, pero no parecía tener mucho sentido, ya que se había dejado el zíper abierto.

—¿Podrías abandonar esa idea? —Dijo Gekkou mientras caminaba hacia el frente.

—Me gustaría ser yo quien se quede con Twilight. Por supuesto, que tú fuiste la primera en encontrarla, así que sé que tienes la prioridad. Pero, si no lo logras, ¿Puedo quedármela?

Cuando llegó al jardín, Gekkou se dio vuelta y esperó pacientemente la respuesta de Violet. A ella le pareció como un cachorro esperando ser alimentado. Tenia una mirada de mucha seguridad. Violet asintió sin expresión alguna en su rostro.

—De acuerdo. Siempre y cuando yo falle…

—¡Genial! Tal y como se esperaba de ti Violet. Eres muy comprensiva —Dijo Gekkou felizmente, apretando los puños suavemente.

Violet miró a Gekkou con atención.

—¿Qué pensarías si tu hermano se uniera a los Trailers? —Preguntó Violet repentinamente.

Como era de esperarse, Gekko se sorprendió.

—¿Takeshi un Trailer? ¡Ja ja! Imposible.

Gekkou se rio mientras cuestionaba si lo que escuchó, realmente era gracioso.

—La única manera de que él se volviera un Trailer, es que estuviera mal de la cabeza.

Gekkou, se señalaba la parte latera de su cabeza mientras giraba su dedo índice, pero Violet, difería de su opinión.

—Quien sabe… A lo mejor no sea como tú crees. Por eso voy a reclutarlo. Así que… ¿Podrías mantenerte alejado de mi camino?

Gekkou miró hacia otro lado por unos segundos, como si estuviera pensando, y luego, habló  de manera muy natural:

—¿Crees que es una buena idea reclutar a Takeshi para los Trailers? Bueno, inténtalo si quieres. Suena interesante… —Gekkou miró a Violet y se rio—. Violet, ¿Tanto deseas Takeshi conserve a Twilight?

Ella se burló de las palabras de Gekkou, que parecía querer resbuscar entre sus intenciones.

—Lo quiero porque es un mago usuario de magia evasiva. Igual que la anterior dueña de Twilight.

—¿Realmente eso importa tanto? —Preguntó Gekkou.

Violet, no respondió. Él no conocía nada acerca de “Nightmare”, y ella no tenía razón alguna para contárselo.

—Si fallo, será tu turno. Si tu fracasas, lo intentaré de nuevo.

Eso era todo lo que tenía que decirle. Así que le dio la espalda a Gekkou y estaba a punto de marcharse cuando de pronto…

—Espera, Violet.

Con el sonido de una voz fría que difería del tono alegre que había mantenido hasta ese momento, la hizo detenerse. Gekko le sonrió a Violet cuando ella lo miró y dijo:

—Todavía no has invocado a Jack.

Luego desenvainó la espada que llevaba en su cintura la cual era su Aspecto.
Por un momento, Violet tuvo el impulso de atacar a Gekkou. Era muy tentador hacerle saber la diferencia entre una rango cinco y un rango tres. Quería hacerle sucumbir al suelo, infundirle miedo con una cantidad abrumadora de magia. Pero cuando sacó una carta que tenía en su mano derecha, reveló silenciosamente la Jota de Espadas. Un caballero con armadura apareció entre ellos.

—Gracias.

Escuchó el agradecimiento de Gekkou desde el otro lado de Jack, pero Violet, ya se había marchado.

 

***

En la hora de recreo de la clase C cuando los estudiantes de primer año de preparatoria ya habían finalizado su examen. Takeshi yacía somnoliento y postrado encima de su escritorio.

Una vez que el examen terminó, la mayoría de estudiantes ya sepreparaban para sus vacaciones de primavera y el aula estaba tranquila. De repente, un compañero de clases se acercó a Takeshi.

—Oye, Nanase-kun. Hay un chico de segundo año que quiere hablarte.

Takeshi escuchó la voz en lo profundo de su mente medio dormida y miró lentamente hacia arriba.

—¿Qué? ¿Quién?

Se las arregló para abrir sus ojos borrosos y mirar la puerta del fondo del aula donde una chica de la clase señaló a alguien. Allí, había un chico parado. Takeshi se levantó de su asiento y agradeció a las chicas por mostrarle el lugar, y rápidamente se dirigió hacia allí.

—Oye…

Era un estudiante que nunca había visto antes. Cuando Takeshi se le acercó curiosamente, el chico se rio.

—Hola, me llamo Saikawa. Soy de segundo año.

Era un chico poco más alto que Takeshi, y cuando sonreía, su expresión era muy agradable a la vista.

—Oye, ¿Puedo hablar contigo un momento?

Takeshi respondió vagamente que sí. Minutos más tarde, volvió al salón cuando Saikawa terminó de hablar con él, e inmediatamente, Kurumi le preguntó:

—¿Qué fue eso?

Takeshi todavía albergaba una expresión de confusión en su rostro y respondió:

—Vino a hacerme una petición.

Kurumi levantó las cejas e inclinó la cabeza.

—Ese estudiante de segundo año llamado Saikawa, parece ser miembro de una comunidad llamada “Acient Pendragon”, y vino a solicitar que me uniera a ellos.

Kurumi todavía no parecía entender la explicación de Takeshi, y dijo:

—¿Una comunidad…?

Entonces Ida, que llevaba un buen rato leyendo una revista de manga, levantó un poco la vista y dijo:

—Vaya ese Acient… no sé qué, es un nombre muy imponente.

Mui sonrió inclinándose hacia adelante desde el lado de Kurumi y dijo:

—Pendragon es la más neutral de las comunidades del C7.

Takeshi miró a los tres, les contó lo que Saikawa llegó a decirle.

—Me preguntó si quería hacerles una visita.

—¿Y vas a ir? —Preguntó Kurumi sorprendida.

—Pues si es solo una visita, por mi está bien. También me dijo que te invitara a ti, y a Ida. ¿Qué dicen ustedes?

Kurumi asintió inmediatamente.

—Si es contigo, iré a donde sea.

Ida también aceptó, aunque de una manera más indecisa.

—Supongo que sí. Bueno, no estoy realmente interesado en eso, pero ya qué, sólo echaremos un vistazo.

Mui, que había estado observando a los tres, puso su rostro sobre el escritorio y murmuró con envidia.

—Bien por ustedes… Cuando vuelvan, cuéntenme cómo les fue.

—Claro. —Takeshi respondió alegremente.

Entonces, Ida se rio con una sonrisa irónica y dijo:

—Voy a investigar si traman algo malo.

—No creo que ella se refiera a eso —dijo Takeshi.

En ese momento él solo pensaba en Saikawa y en lo que dijo.

Se presentó como Saikawa Youhei, un estudiante de segundo año de clase A de preparatoria, y miembro de Pendragon. Parecía conocer bien las afinidades mágicas de Takeshi, Ida y Kurumi, y que mencionó que era raro que los magos de magia evasiva, tuvieran habilidades de intuición como él.

«Bueno, es normal que investigue a una persona que quiere reclutar», Pensó Takeshi.

Realmente no había nada particularmente extraño, excepto por una insignia de un dragón rojo en el cuello del uniforme de Saikawa Youhei.

«De seguro el emblema del Pendragon es un dragón rojo»

Takeshi dirigió su atención a Mui. El escudo de la Wizard Breath, la comunidad a la que pertenecía ella, tenía la figura de cinco estrellas. Y así, cada comunidad tenía su propio escudo personalizado.

«Me pregunto qué clase de comunidad es Pendragon… No puedo esperar para averiguarlo».

Con eso en mente, se desplomó de nuevo sobre escritorio y cerró los ojos para pasar su corto tiempo de recreo, durmiendo.

 

***

El pasillo de los espejos de la Academia de Magia Subaru, estaba vacío. Aún era muy pronto para ir a casa para las vacaciones de primavera, y como las clases ya habían terminado, la mayoría de los estudiantes que asistían a la academia desde sus casas, ya se habían marchado. Takeshi, junto con Kurumi e Ida, esperaban a Saikawa Youhei, un estudiante de segundo año.

Ese pasillo era la entrada principal de la academia. Todos los estudiantes, profesores y otros magos, tenían que pasar por allí para entrar y salir de la academia.

Takeshi había tenido que ir a la sala de personal con Kurumi justo antes de llegar allí, para pedir permiso de salir. Esto se debía a que los estudiantes que se quedaban en los dormitorios, requerían de un permiso de su profesor para poder entrar al pasillo de los espejos y poder usarlo.

Cuando rellenaron un formulario diciendo que irían a visitar a Pendragon, su profesor, Hitouji-sensei, se sorprendió un poco. No se opuso, pero aparentemente pensó que todos se unirían a Wizard Breath, la misma comunidad a la que él pertenecía.

Takeshi suspiró al recordar eso. Aun no estaba seguro de si quiera considerar unirse a Wizard Breath o no. Había muchas razones. Pero la razón principal, era que no sabía nada de ellos. Así que, si echaba un vistazo las otras comunidades, bien podría ser capaz de saber algo. O eso pensaba.

Saikawa apareció unos cinco minutos después de que Takeshi y los demás llegaran al pasillo. Llevaba puesto un abrigo rojo sobre su uniforme escolar, que parecía ser una indumentaria de Pendragon. El abrigo tenía un fino bordado en hilos dorados que representaba la silueta de un dragón que se extendía desde el lado izquierdo del pecho hasta el dobladillo.

—¡Ese abrigo es genial!

La emoción de Ida se incrementó de golpe, pero por alguna razón, a Takeshi le dio escalofríos y se le puso la piel de gallina.

Inmediatamente, Saikawa abrió un portal en uno de los espejos con su magia. La superficie del espejo, onduló como la superficie del agua cuando su círculo mágico apareció en él, y creó una conexión hacia otro lugar.

En el momento en que vio ese círculo mágico, Takeshi supo que su afinidad mágica, era la magia de aceleración. Los círculos mágicos, tenía una forma muy diferente para cada afinidad, por lo que era fácil reconocer una afinidad a simple vista. Sin embargo, aunque era magia de aceleración, era imposible saber qué tipo de magia utilizaba, ya que la habilidad de cada individuo, era diferente incluso entre la misma afinidad. Saikawa, no perdió el tiempo en explicarles eso.

—Vamos a pasar por más espejos, así que, síganme de cerca para que no se pierdan.

Cuando terminó de hablar, tomó la delantera y entró en el espejo. Fue seguido por Takeshi, Kurumi e Ida, que también entraron en el espejo.

Cuando los cuatro desaparecieron, el pasillo de los espejos, se volvió un lugar tranquilo y silencioso. La mayoría de los estudiantes que iban a la escuela desde su casa ya se habían marchado. Ahora, las únicas personas que usarían los espejos, serían el personal de la academia, y los de la clase especial que irían como combatientes al Mundo en Ruinas.

Más allá de los espejos estaba un aeropuerto. Después de salir de la habitación rodeada de espejos por todos lados, Takeshi y los demás, acompañados por Saikawa, caminaban por un aeropuerto, lleno de gente. Los cuatro, pasaron frente a una tienda de recuerdos, mientras un anuncio sonaba en un altavoz. Querían saber dónde estaban, pero Saikawa no tenía ganas de explicarles, así que, caminó apresuradamente.

Takeshi solo miró a su alrededor. Había una pantalla con información cambiante por encima de su cabeza, en donde se anunciaban múltiples destinos, como “París”, “Londres”, “Sydney” y así sucesivamente.

«Supongo que es el vestíbulo de los vuelos internacionales», Pensó Takeshi, con una ceja levantada mientras seguía al veloz Saikawa. «¿Será el aeropuerto de Narita del mundo viviente?».

La mayoría de la gente que andaba por ahí tirando de las maletas, eran japoneses. Él, tenía idea de cómo era el aeropuerto en el mundo en ruinas, pero seguramente era imposible que allí anduvieran personas transitando de esa forma.

Por un momento, Takeshi casi pierde de vista a Saikawa que iba por delante de él al ser empujado por una multitud de gente que pasaba a su lado. Pero Saikawa se detuvo y esperó. No parecía estar para nada interesado en lo que lo rodeaba, sino más bien, parecía estar buscando algún sitio y tratando de llegar a él lo más rápido posible.

Takeshi se dio la vuelta y notó que Kurumi estaba agarrando fuertemente el dobladillo de su ropa. Más allá de su confusión, ella tenía una mirada de inquietud en su rostro.

—Takeshi no vayas tan rápido… —Murmuró ella.

Kurumi tenía razón, pero era poco probable que Saikawa quisiera cooperar con eso.
Asi que, Takeshi simplemente la tomó de la mano

—Tranquila.

Entonces la apretó con firmeza. Kurumi bajó la mirada y torció su boca. Por alguna razón, sus mejillas se pusieron de color rojo brillante. Pero, aun así, comenzó a caminar cuando Takeshi tiró de su mano.

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En segundos, alguien más agarró la otra mano de Takeshi.

—Nanase, yo también. No vaya a ser que me pierda. Cuento contigo. —Dijo Ida desde el otro lado, con una mirada patética en su cara.

Era demasiado problemático quejarse, así que Takeshi les agarró las manos los dos, y caminó con ellos.

Finalmente, Saikawa se detuvo frente a la puerta de abordaje que tenía a Londres como destino. Sacó un botón de su bolsillo y se lo mostró a la recepcionista. Takeshi notó que era un botón Concierge.

Los Concierge, eras magos especializados en magia negra, que transportan hacia otro espacio, solo a aquellos que portaban un botón especial.

Cada comunidad tenía a sus propios Concierges, y sólo los magos de sus respectivas comunidades, tenían sus botones.

Cualquier otro individuo, incluso siendo mago, sería incapaz de reconocer un espacio creado por un Concierge.

Hubo una vez, en que Takeshi, Kurumi e Ida, salieron de la Academia a través de un espacio creado por una Concierge hacia el campo de batalla del mundo en ruinas. Pero como no tenían un botón, en el momento en que salieron de aquel espacio llamado “La caja”, ya no fueron capaces de ver ni tocar dicho espacio, por más que lo buscasen. Naturalmente, también era imposible entrar.

Saikawa pidió su botón de vuelta y se dirigió a la puerta de salida invitando a Takeshi y a los demás a que le siguieran. Los tres caminaron uno del otro, pasando también por la puerta de abordaje.

Fue entonces cuando Takeshi se dio cuenta de que todavía les estaba tomando la mano a Kurumi y a Ida, así que los soltó rápidamente.

—Tienes un agarre bastante fuerte. —Comentó Ida agitando su mano floja en el aire—. Hasta me duele un poco.

Takeshi ignoró por completo lo que Ida dijo, y miró a Kurumi. Ella se estaba sobando la mano que él había sujetado.

—Lo siento, ¿Te lastimé?

Kurumi negó con la cabeza y respondió:

—No. Claro que no.

Las puntas de los dedos de Kurumi, se están poniendo rojas.

—Se te está poniendo rojo. En serio, lo siento mucho.

Kurumi volvió a negar con la cabeza aún más fuerte al escuchar a Takeshi disculparse.

—No, no es eso. Es que tengo las manos frías…

—¿Y se te calentó con la de Nanase? —Dijo Ida.

—Sí, eso es lo que pasó. —Respondió Kurumi frenéticamente.

Takeshi asintió.

—Bueno, está bien.

Mientras hablaban, Saikawa gritó desde el fondo del pasillo.

—¿¡Oigan!? ¿Qué están haciendo?

—¡Lo siento! Ya vamos.

No podían quedarse allí. Cuando Takeshi empezó a correr, Kurumi e Ida también corrieron detrás de él.

Solo había una puerta al fondo del pasillo. Naturalmente, se suponía que allí debería estar la parte que conecta el pasillo con la entrada del avión. Sin embargo, esa puerta era diferente. Cuando Saikawa la abrió, el interior era igual que el portal que pasaron en el pasillo del espejo. Era un portal hacia otro espacio que, se movía ondulando como la superficie del agua. Takeshi y los otros, pasaron sin miedo por ella y continuaron caminando.

Del otro lado, había un túnel oscuro.

Gotas de agua ocasionalmente caían del techo, golpeando sus hombros y cabezas, sorprendiendo a los tres. Aparte de eso, el único sonido eran sus propios pasos, y Takeshi se dio cuenta de que su corazón latía rápido.

Mirando hacia atrás en la parte posterior del túnel, sólo quedaba la puerta del aeropuerto por la que acababan de pasar, y mirando hacia adelante, no había ni siquiera un pequeño punto de luz que se pudiera considerar una salida.
Como si estuvieran atrapados en el túnel, los cuatro caminaron silenciosamente bajo las tenues luces de mercurio que había en el lugar.

De repente, Takeshi se dio cuenta de que alguien había tocado su mano, y miró hacia atrás con un sobresalto. Entonces, se dio cuenta de que había sido Ida. Aunque no podía verlo claramente, él estaba arrugando la cara e intentando agarrar la mano de Takeshi.

—Pero qué demonios… —Susurró Takeshi.

—O-oye, ¿Puedo tomarte la mano como hace un rato?

—¿Por qué?

Takeshi frunció el ceño sin entender lo que le sucedía a Ida, entonces, Kurumi habló:

—Ida-kun, ¿Será posible que en estés asustado?

Ida respondió inmediatamente:

—¡C-claro que no! ¡E-es solo que no veo bien y no quiero caerme!

—…

Cuando Takeshi y Kurumi se quedaron callados, Ida fingió estar llorando.

—Isoshima, ¿Por qué no lo tomas tú de la mano? —Preguntó Takeshi con una sonrisa irónica.

—Absolutamente no.

Como era de esperarse, Kurumi se negó rotundamente.

—Huh…

Takeshi dejó escapar un fuerte suspiro y extendió su mano hacia Ida.

—¿Vamos?

—Gracias.

La huesuda mano de un hombre, se aferró muy fuerte a las suya. Y después de unos pasos, esta vez Kurumi tiró del dobladillo de la ropa de Takeshi.

—Ta-Takeshi…

—¿Hmm?

Cuando se dio la vuelta, vio a Kurumi con la cabeza agachada intentando tomar su mano.

—Yo también…

Takeshi no pudo evitar reírse un poco y la tomó de la mano. Una pequeña y suave mano femenina. No pasó mucho tiempo antes de que los tres estuvieran tomados de la mano. Saikawa, que iba delante de ellos, se detuvo y activó su magia contra la pared del túnel. Instantáneamente, el interior del túnel brilló con la luz de su magia. Takeshi entrecerró los ojos por el deslumbramiento, pero pudo ver lo que había allí. Seis grandes espejos pegados con cinta adhesiva en las paredes del túnel.

—Este es el último. —Dijo Saikawa—. Sólo el segundo espejo de la derecha conduce hacia el cuartel general.

Rápidamente se metió en él, y pasó al otro lado. Takeshi y los demás siguieron el ejemplo y caminaron a través del espejo.

Tan pronto como pasaron, Takeshi apretó sus ojos cerrados debido a la brillante luz del sol. El brillo ofendía sus ojos por culpa del oscuro túnel que acababan de pasar.

Kurumi, que acababa de salir del espejo por detrás, chocó con Takeshi, y lo hiz tambalearse unos pasos hacia adelante.

—Lo siento, Takeshi.

—No es nada.

Al pasar Ida, la puerta del túnel se desvaneció, fundiéndose con el paisaje.

—Sólo se usa magia para mantenerlos fuera de la vista. Los espejos están ahí todo el tiempo. —Mencionó Saikawa, instando a todos a mirar hacia adelante.

El lugar donde habían aparecido, era una vasta área montañosa. Los ojos de Takeshi, finalmente se acostumbraron a la luz, y miró hacia delante, a izquierda y derecha, y luego, hacia el cielo. La luz del sol de allí, hasta parecía diferente de la del mundo de donde provenían.

«¿La hora es distinta?».

Takeshi sintió una fuerte sensación de jet-lag*.

<<Traductor Ore no Honyaku: Jet lag es una sensacion de malestar, mareos y fatiga que le da a las personas cuando viajan hacia lugares con un uso horario distinto al que pertenecen. cuando la gente viaja a paises donde el horario es muy distinto al suyo, les suele pasar eso>>.

«¿Será por eso que me siento mareado?»

La vista era tan impresionante que no pudo evitar exhalar. Y a su lado, Kurumi exclamaba con una admiración sin precedentes.

—¿Dónde estamos? —Preguntó Ida echando un vistazo a su alrededor.

Enormes campos de colores verdes y amarillos cubrían la totalidad del territorio formando grandes mosaicos. Y, aunque todavía no era primavera, había pequeñas flores azules cerca de sus pies.

Cuando el viento sopló, los hombros de Takeshi se encogieron  por aire fresco. A su izquierda, había un denso follaje de color verde oscuro, aparentemente un bosque.
Además, había una serie de colinas vacías que subían y bajaban, pero las ondulaciones no eran claramente visibles porque toda el área estaba uniformemente coloreada.

Saikawa miró a los tres, que estaban muy sorprendidos y curiosos, pero después de un momento, les señaló a un lugar.

—Miren allá.

En la lejanía del lugar donde señaló, había algo puntiagudo que sobresalía de la cima de una pequeña colina. Takeshi y los demás miraron en esa dirección. Todavía estaba demasiado lejos para verlo bien desde allí, pero para Takeshi, parecía un castillo con varios pináculos. A su lado, Ida pensó lo mismo y dijo:

—Esa cosa… parece un castillo.

—Sí.

Saikawa asintió.

—Rayos, siento como si me hubieran metido en una película de fantasía.

Mientras Ida jadeaba abriendo y cerrando la boca, Kurumi parpadeó en raro acuerdo.

—Sí, tienes razón. Es muy impresionante.

Takeshi ni siquiera estaba seguro si ese era realmente un lugar que existía o no, pero igualmente estaba sorprendido. Había una afinidad mágica llamada magia ilusoria. Había aprendido en clase que, con esa magia, podía hacer que cosas que no existen, pareciesen reales.

«¿Qué es esto? ¿Estamos en algún lugar del mundo viviente? ¿O será una ilusión creada por alguien? O, mejor dicho, ¿Este espacio en sí, fue creado por alguna persona?».

En ese último de los casos, lo habría hecho un mago usuario de magia negra.

Mientras Takeshi y los demás se miraban fijamente, Saikawa dijo:

—Por ahora, vamos al castillo. Hablaremos después de eso.

—Es un camino bastante largo, ¿Caminaremos hasta allá? —Preguntó Takeshi.

—Pero ¿Qué dices…? —Respondió Saikawa sorprendido—. Vamos a volar. ¿O es que acaso ustedes todavía no son capaces de utilizar la magia para levitar?

Cuando escuchó la pregunta, Takeshi respondió con una cara temblorosa.

—N-no…

En realidad, no es que no pudiera, si no que no era muy bueno con la magia básica.

—Yo puedo volar. —Comentó Ida hinchando el pecho con orgullo.

—Puedes hacerlo igual de bien que un mosquito moribundo. —Agregó Kurumi.

—¡Cállate!

Ida se dio la vuelta y suspiró.

Saikawa, que había estado observando a los tres, asintió ampliamente.

—Ya veo. Entonces usaremos mi magia para ir. No puedo permitir que mis invitados se cansen.

Saikawa sacó lo que parecía ser una tira de papel de la parte de atrás de su abrigo. Inmediatamente después de que lo sacó, apareció un objeto grande y grueso.

—¿Un arco?

—Eso es genial.

Cuando Takeshi e Ida dijeron eso, Saikawa sonrió.

Aparentemente, ese arco se podía hacer más pequeño y más plano con ayuda de la magia.

Saikawa levantó su arco delante de los tres chicos sorprendidos.

—¡“LIBERATE”!

De repente, una flecha apareció en su mano. Era una flecha azul brillante, que estaba compuesta de partículas mágicas que se habían agrupado y tomado dicha forma.

«¿Puede crear flechas solo con su poder mágico?», se preguntó Takeshi.

Él y los otros dos, se alejaron de Saikawa para observarlo. Un brillante círculo mágico apareció frente a la flecha ya preparada.

—“Oh viento salvaje que llena la tierra, conviértete en un cometa junto a esta única flecha”.

Una luz en forma de mira de francotirador, apareció en el ojo derecho de Saikawa.

—¡“Deslízate”!

Después exclamar el hechizo, el arco cobró vida como si estuviera a punto de explotar.

—¡“BLUE RAINBOW”!

La flecha que Saikawa disparó luego de exclamar eso último, penetró todo a una velocidad vertiginosa, casi imposible de ver para el ojo humano, y se sumergió en el cielo. Sin embargo, su trayectoria apareció inmediatamente ante sus ojos.

Había una luz azul que salía de la parte trasera de la flecha como una bengala, que se extendió hacia el castillo que estaba más adelante. Era exactamente como un arcoíris de color azul, y de baja altura.

—Ruta aérea segura, lista. —Dijo Saikawa en voz baja y luego, bajo su arco.

No les dio tiempo ni de reaccionar y dijo a Takeshi:

—Aquí, apurémonos. Sujétate a mis hombros con ambas manos.

Takeshi sujetó sus hombros por detrás de él, y Kurumi, también hizo lo mismo por detrás de Takeshi al final, Ida también sujetó los hombros de Kurumi de la misma forma.

—Esto es como una pista de carreras. —Murmuró Ida.

—Mas bien parecemos niños jugando al tencito. —Respondió Kurumi.

Takeshi por su parte, estaba emocionado dentro de sí.

Lo que tenían delante, era un camino de luz azul que conducía directo al castillo. Saikawa miró hacia atrás y dijo:

—¿Listos? Ahora todos volaremos por ese camino azul usando “Float”. Por favor, sincronicen la cantidad de magia que usaran, tanto como les sea posible para que sea la misma.

Saikawa puso algo de énfasis en la frase “tanto como les sea posible”. Todos miraron hacia el extremo del arco iris azul que comenzaba a como a seis o siete metros sobre el cielo. Saikawa continuó explicando:

—Cuando tomemos el camino azul, no se suelten por nada del mundo, ¿Escucharon? Si lo hacen, morirán.

—¿Qué?

—¡Eh!

Takeshi, Kurumi e Ida levantaron sus voces con temor. Inmediatamente, Saikawa lo negó.

—Estaba exagerando. Realmente no morirán, creo….

—…

La respuesta no era nada tranquilizadora, así que Takeshi y los otros, guardaron silencio.

Aun así, como si tuviera mucha prisa, Saikawa activó inmediatamente el hechizo “Float”, y Takeshi no tuvo más remedio que hacer lo mismo. Era una sensación extraña tener a los cuatro flotando en una cadena, pero Takeshi y los demás no tuvieron tiempo de pensar en ello. A diferencia de Kurumi, Takeshi e Ida no habían tenido mucha práctica con la magia básica, así que un simple hechizo de levitación y con los cuatro combinando su cantidad de magia a un mismo nivel, era difícil.

En poco tiempo, los cuatro llegaron al camino azul hecho de magia. Saikawa descendió lentamente sobre él.

—Gracias por viajar con nosotros. Este tren, no se detendrá hasta llegar al cuartel general de Pendragon. Puede haber turbulencias, así que, por favor, tengan cuidado con los mareos o podría descarrilar el tren o caerse.

El comentario de Saikawa, que parecía fuera de lugar, hizo temblar aun más a los tres.

—Estoy muy asustada. —dijo Kurumi con una voz medio llorosa.

—Yo también. —Contestó Takeshi asintiendo ampliamente.

Ida, que estaba hasta el final de la fila, comenzó a balbucear con una cara de tragedia.

—Oye, espera un minuto. Tengo que prepararme…

Pero fue interrumpido sin piedad.

—Entonces, es hora de irnos.

Ida insistió ante el tranquilo Saikawa.

—Si, pero ¡Espera…!

—¡“LANDING”!

En el momento en que Saikawa dijo eso, Takeshi sintió que las plantas de sus pies se pegaban a la superficie del camino azul.

—¡“READY GO”!

Saikawa no dudó en absoluto y lanzó un hechizo más, e inmediatamente, Takeshi sintió algo extraño. Era como si comenzara a ser remolcado por una locomotora sin poder despegarse de ella, mientras sus pies se deslizaban sobre la superficie del camino azul como si llevase patines. Sus manos y pies estaban siendo jalados hacia adelante con tal fuerza que sentía como si se le fueran a desprender mientras sus caderas, se quedaban atrás. Su cuerpo estaba a punto de desmoronarse en cualquier momento.

—¡Ugh…!

Takeshi dejó escapar un gemido desde parte posterior de su garganta. En cualquier momento, iba a descarrilar el tren quitando su mano de los hombros de Saikawa.

—¡Kyaaaaaaaah!

—¡Gyaaaaah!

Dos gritos resonaban por detrás, pero se desvanecían inmediatamente en el aire al quedarse atrás debido a la alta velocidad con la que se estaban desplazando.

Cosas como gritos y lloriqueos de provenían de los tres, que comenzaron a descender hasta que finalmente se detuvieron. La velocidad también comenzó a disminuir gradualmente. Takeshi lo notó mientras intentaba abrir los ojos. Gotas de lágrimas salpicaban hacia atrás desde las comisuras de sus ojos.

«No puede ser… ¿Acaso estoy llorando?»

Era vergonzoso para él y quería limpiarse las lágrimas, pero prefería ser catalogado como un llorón, en lugar que quitar su mano de los hombros de Saikawa. Los cuatro habían seguido la trayectoria parabólica del camino azul, para llegar al otro extremo.

—Muchas gracias por haber viajado con nosotros. Esta es la última parada de este tren. Por favor, tengan cuidado al bajar, y no olviden sus pertenencias.

El tono despreocupado de Saikawa era completamente inaudible para los tres.

—Creo que me voy a desmayar. —Dijo Takeshi.

—Oh, yo… voy a vomitar… —Mencionó Ida.

—Yo también… —Balbuceó Kurumi.

Parecía que ellos dos, también estaban al borde del colapso. Saikawa esperó un rato hasta que Takeshi y los demás recuperaran la compostura. Por suerte, nadie vio a Takeshi llorando.

Más bien, las lágrimas de Takeshi eran muy pocas, en comparación con los fuertes sollozos de Ida y Kurumi que tenían cara de amargura.

Después de unos minutos, Takeshi y los demás pudieron finalmente ver el área. El castillo, que antes habían pensado que tardarían unos cuarenta o cincuenta minutos en llegar, ahora se alza frente a ellos. Los cuatro estaban a unos metros delante de la puerta principal, que estaba hecha de piedra gris oscura. Detrás de esa puerta, se podía ver un viejo castillo con muchos edificios intrincadamente conectados entre sí.

—Es un verdadero castillo… —Murmuró Takeshi.

Talvez fuese cierto que todo eso estuviera hecho de magia ilusoria, pero hasta donde puedo ver, su abrumadora escala tenía una presencia que sólo podía considerarse como real.

—Es un lugar grandioso, pero esto no es Japón ¿Verdad? —Dijo Ida.

Saikawa finalmente respondió a sus dudas.

—Estamos en Dartmoor.

—Dart- ¿Qué? —Preguntó Ida sorprendido.

—Has pasado por muchos espejos ¿Recuerdas? Estás muy lejos de Japón. Esto es la Gran Bretaña del mundo viviente.

Ida repitió con una mirada de incomprensión.

—La gran… ¿Qué?

Como era de esperar, Takeshi ya sabía que no estaban en Japón, pero se sorprendió de haber llegado hasta allí. En el mundo en ruinas, sólo existía Tokio. El resto del mundo se había deformado en el espacio-tiempo y se desintegró por completo. En otras palabras, si no estaban en Tokio, ni era un espacio creado con magia negra, entonces solo podían estar en algún lugar del mundo viviente. Sin embargo, había algunas dudas sobre lo que dijo Saikawa. Mencionó que habían pasado por varios espejos para viajar una larga distancia. Así que preguntó:

—Oye… sí nos trasladamos desde Tokio en el mundo en ruinas hasta aquí, ¿Entonces la distancia no importa?

Saikawa se volvió hacia Takeshi y le explicó cuidadosamente:

—Así es. La Tokio en el mundo viviente y la Tokio del mundo en ruinas están parcialmente conectadas. Si te mueves entre las dos usando magia, puedes hacerlo usando con un solo espejo. En otras palabras, incluso si ambas están en mundos paralelos y el espacio tiempo es distinto para cada una, al ser el mismo sitio se consideran lugares cercanos en términos de distancia. Pero no se puede llegar a Inglaterra desde Tokio por un solo espejo. Incluso desde el mundo en ruinas, tienes que pasar por varios espejos.

Saikawa continuó su explicación, haciendo gestos con las manos.

—Vinimos hasta aquí, pasando de Tokio en el mundo en ruinas a Tokio al mundo viviente, y luego pasando por una serie de espejos hasta llegar aquí.

—Que complicado —Murmuró Ida.

—Entonces, ¿Realmente estamos en Inglaterra?  —Preguntó Takeshi, queriendo confirmarlo.

Saikawa asintió.

—Eso es lo que estoy diciendo. Un mago no necesita un pasaporte. ¿No es genial?

Mientras Takeshi e Ida se maravillaban, Kurumi hizo un puchero, como si estuviera de mal humor, y dijo:

—Me encantaría decirle esto a mis padres que se la pasan en Nueva York.

Al oír esto, Saikawa se rio a carcajadas. Pronto, los cuatro se acercaron a la puerta principal con Saikawa a la cabeza.

—Este es el cuartel general de nuestro “Acient Pendragon”.

La puerta principal tenía una barrera de protección que impedía la entrada de los magos de otras comunidades. Eso les quedó claro cuando se pararon frente a la puerta cerrada. Pues la encontraron custodiada por un dragón gigante. Era un gran dragón rojo, del tipo que sólo podría verse en películas de fantasía. Estaba acampado frente a la puerta, tumbado con su larga cola envuelta alrededor de su cuerpo. Sólo solo su cabeza parecía tener cinco metros de diámetro. Tenía la barbilla apoyada encima de su cola enroscada, y los ojos cerrados, pero cuando Saikawa se acercó a cierta distancia, abrió sus delgados ojos y los miró a todos. El dragón, que era más bien de un colore negro rojizo en lugar de un carmesí brillante, se levantó lentamente. Sólo con ese movimiento, Takeshi sintió que el suelo temblaba.

Para poder atravesar las puertas, este dragón de apariencia feroz, tendría que retirarse.

—Hola, John. ¿Cómo estás?

Cuando Saikawa le habló, el dragón lo miró fijamente con esos ojos que tenían el tamaño de una persona, luego lanzó un resoplido caliente. Kurumi tosió y su visión se nubló por el polvo que levantó.

Saikawa se dio la vuelta y dijo algo horrible.

—Se supone que se te permite comer a los intrusos.

Luego, extendió sus brazos hacia el dragón, que seguía mirándolo fijamente.

—Aquí tienes, John. Aquí está tu cena.

Takeshi y los otros, pensaron que le iba a comer los brazos, pero Saikawa lanzó un hechizo a John.

—¡“SPARK”!

Chispas rojas salieron de sus manos y la boca del dragón se abrió de par en par. Cuando las chispas entraron en su boca, el dragón cerró sus mandíbulas y tragó.

—John tiene la capacidad de identificar a un mago de Pendragon saboreando su magia.

Mientras Saikawa hablaba, John se alejó lentamente de la puerta, y se hizo hacia la izquierda.

El guardián de la puerta era una criatura increíble, pero la puerta principal también era increíblemente grande. Sin embargo, se abrió deslizándose automáticamente desde el centro hacia ambos lados a medida que Saikawa se acercaba.

—Vengan conmigo.

Takeshi y los demás, siguieron a Saikawa y pasaron junto al dragón. John estaba mirando a los humanos extraños mientras pasaban delante de él. De repente, con un mal presentimiento, Takeshi miró al dragón que se alzaba a su izquierda.

«Dragón… rojo…»

Fue porque Twilight le había mostrado una vez a un dragón rojo en uno de sus sueños premonitorio de “Nightmare”. Sin embargo, Takeshi no recordaba mucho al respecto.

Él ya no había tenido a Twilight en su habitación desde que se lo prometió a la directora. Lo cual quiere decir, que tampoco había tenido pesadillas, que eran en realidad, sueños premonitorios. Takeshi levantó una ceja, preguntándose en qué tipo de sueño había estado ese dragón rojo. Cada vez era más claro, pero parecía que “Nightmare” era tan abstracta que no se sabía si las cosa pasarían en un futuro lejano.

«El hecho de que haya aparecido un dragón rojo en mis sueños, no significa necesariamente que sea el de Pendragon».

El dragón también estaba mirando a Takeshi en ese momento. Sin embargo, pareció perder interés cuando Takeshi y los demás, entraron por la puerta principal, y luego se agachó de nuevo en su posición original y comenzó a dormirse tal y como lo encontraron.

La puerta principal se podía atravesar normalmente, pero al pasar por ella, Takeshi sintió una extraña sensación por un momento. Era como pasar por una telaraña, como si una membrana invisible que se aferraba a todo su cuerpo.

La incomodidad pronto desapareció, así que Takeshi le preguntó a Saikawa, que caminaba delante de él:

—¿Ese dragón es algún tipo de magia ilusoria?

Saikawa negó con la cabeza

—No, Creo que es una mezcla de magia biológica e ilusoria. No sé mucho sobre eso, pero a mi gusta pensar en John como un dragón real. Es una criatura muy impresionante y terrorífica a la vez.

Mientras Takeshi estaba todavía distraído por el dragón, Ida y Kurumi miraron a su alrededor, con grandes expresiones de sorpresa. El interior de la puerta principal, era tal y como debería ser un exótico castillo occidental. Sin embargo, la gente que andaba por ahí iba vestida con ropa normal y que desentonaba con el lugar. Parecían turistas.

—¡Vaya! Son extranjeros. —Exclamó Ida, poniendo una extraña pose.

—Aquí, nosotros somos los extranjeros. —Replicó Kurumi con disgusto.

Takeshi también pensó que la gente que andaba por ahí era probablemente de diferentes nacionalidades. Había personas de raza blanca, negra, y naturalmente, algunos de ellos parecían asiáticos.

—Pero yo no puedo hablar inglés. — dijo Ida con cara de rechazo, y Saikawa respondió con una risa:

—No te preocupes por eso. Cuando atravesaste la puerta, sentiste algo como una membrana mágica aferrándose a tu cuerpo ¿No? Pues esa es una magia que reúne varios idiomas en uno solo. Puedes hablar normalmente con cualquier mago de cualquier país que ande por aquí.

—Eso es muy conveniente. —Contestó Ida con ojos brillantes.

Al mismo tiempo, Takeshi se rio y dijo:

—Empiezo a sentir que ya no necesito clases de inglés.

Parecía haber varias puertas en el castillo, pero Saikawa se dirigió hacia unas escaleras de mármol que llevaban a la mas grande de todas.

Subiendo las escaleras y entrando en la puerta abierta quera de doble apertura, Saikawa se detuvo en una pequeña habitación lateral que parecía una oficina de gestión. Allí, habia una pequeña ventanilla como si fuera una taquilla. Una mujer habló con Saikawa y luego, le entregó algo.

Mientras tanto, Takeshi y sus amigos, no se movieron de su lugar, y permanecían asombrados desde que entraron al castillo.

«¿Esto será magia ilusoria, o magia negra?»

Takeshi miró los techos altos y el suelo hecho de baldosas blancas, notando que la gente pasaba por unos pasillos del fondo que se separaban a la izquierda y a la derecha.

Cuando Saikawa regresó con ellos, se paró primero frente a Kurumi, luego Ida y luego Takeshi, en ese orden.

—Les pondré una insignia de visitante, así que no se la quiten.

Era una pequeña insignia con la figura de un dragón rojo, que fue colocada en el pecho del uniforme de Takeshi. Mientras lo hacía, una mujer entró repentinamente.

—¿Eh? ¡Yohei!

Era una mujer de veintitantos años con pelo castaño oscuro que se acercó a Saikawa. Él respondió con una sonrisa:

—Michelle. ¿Viene a recoger a su hijo?

—Sí. ¿Ellos son nuevos elementos? ¿Les estás mostrando el lugar?

La mujer llamada Michelle miró a Takeshi y a los otros.

—No, solo son invitados. —Respondió a Saikawa.

—Aún parecen estar indecisos. Oiga, Michelle. Cuénteles algo bueno sobre nuestra comunidad.

Michelle sonrió felizmente.

—Sí, tienes razón. ¿Lo bueno de nuestra comunidad? Bueno, es un lugar tranquilo.

—¿Eso es algo bueno?

Michelle se colocó un dedo en los labios con un gesto pensativo mientras Saikawa la instaba.

—Entonces, ¿Qué tal si nos hacemos amigos ahora mismo? —Dijo, y de repente se acercó a Takeshi.

—Encantada de conocerte.

De repente, ella lo abrazó.

—Ah, um….

Takeshi parpadeó sorprendido y se quedó paralizado.

—Y tú también.

Michelle se alejó rápidamente de Takeshi y ahora abrazó a Ida.

—¡Whoa!

Finalmente, Michelle soltó a Ida tan pronto como notó a Kurumi, y sonrió ampliamente.

—Vaya, niña. Eres una hermosura.

Kurumi se preparaba para un abrazo, pero Michelle la agarró por los hombros y la besó dos veces, en cada mejilla

Kurumi se sorprendió muchísimo e inmediatamente se puso roja, parpadeando nerviosamente.

Michelle levantó alegremente su mano frente a los tres chicos que se habían quedado aturdidos y caminó hacia el pasillo del fondo.

—Me encantó conocerlos chicos, reunámonos en otra ocasión. ¡Adiosito!

Con una sonrisa irónica, Saikawa dejó salir un suspiro mientras observaba a Michelle, marchándose como si nada.

—Es… un poco amistosa… —Comentó Saikawa.

Ida logró recuperarse de su shock y se puso a hacer pucheros diciendo:

—Es demasiado amistosa.

Los tres comenzaron a caminar de nuevo, acompañados por Saikawa y se fueron por un pasillo opuesto al que Michelle tomó. Mientras caminaban, Takeshi recordó algo y le hizo una pregunta a Saikawa.

—Oye, escuché que Pendragon tenía como requisito que todos sus miembros deben ser de la nobleza mágica para poder entrar. Yo no soy un noble. ¿Estás bien con eso?

Takeshi había estado investigando luego de que Saikawa lo invitara. Se decía que solamente aquellos magos que pertenecían a la nobleza mágica, podían ser miembros de Pendragon.

Saikawa respondió sin mirar atrás:

—Ah, esa regla… Últimamente ya no es así. A causa de la guerra, el número de magos está disminuyendo. Ya no pueden darse el lujo de hacer excepciones. Todas las comunidades intentan echar mano de quien se pueda. Pendragon no es la excepción. Sabes, esa clase de mentalidad tan cerrada, se está volviendo realmente obsoleta.

Mientras Takeshi se acercaba, Saikawa parecía haber llegado a su primer destino.
Era un lugar que parecía un aula escolar, pero mucho más grande.

—Miren…

Había habitaciones similares a ambos lados del pasillo, y a ambos lados había mucha gente trabajando, sentada o de pie.

—Parece un lugar de trabajo. —Comentó Kurumi, mirando a través de la puerta

Takeshi también pensó que parecía una oficina. Había escritorios alineados y archivadores colocados a lo largo de las paredes. Varios hombres que parecían oficinistas, trabajaban con normalidad delante de sus laptops.

Mientras ellos observaban, Saikawa les habló:

—Varía de un departamento a otro. Este es el lado de las oficinas. El departamento militar es mucho más rudimentario. Al otro lado de aquí, está el departamento de cuidado de niños.

—¿Tienen una guardería? —Preguntó Kurumi volteando a ver a Saikawa. Él se echó a reír y respondió:

—Claro. Los magos también pueden ser padres después de todo. No puedes llevar a un niño que usa magia a una guardería normal, ¿Verdad? Michelle, la de antes, precisamente había venido a recoger a su hijo.

—No es lo que esperaba. —Murmuró Ida con una mirada llena de sorpresa.

Saikawa sonrió y preguntó:

—¿Qué tipo de cosas esperabas?

—Bueno, esta es una guarida de magos, así que esperaba ver cosas mágicas por todas partes.

Cuando Ida agitó su mano exageradamente haciendo una demostración, Saikawa se rio a carcajadas.

—¡Jajaja! Si ese fuera el caso, ya habría destruido el lugar.

Después de un momento, Saikawa, dejó de reír le explicó algo.

—Desafortunadamente, no podemos usar magia tan fácilmente aquí. Todos tienen que abstenerse de hacerlo. Ya saben, estamos en el mundo viviente después de todo.

—Ah, tienes razón. —Respondió Takeshi cuando se acordó de eso.

En el mundo viviente, tenían que ser un poco cautelosos con el uso de la magia.

Saikawa se los llevó de allí, para no molestar a la gente que hacía su trabajo y les dijo:

—La mayoría de las sedes de cualquier comunidad están en el mundo viviente. Así que, sólo podemos usar magia de manera muy mínima. Sin embargo, la guardería y los departamentos militares, tienen pabellones especiales que les permiten usar la magia de ataque libremente. Takeshi tenía curiosidad y preguntó.

—¿Podemos echar un vistazo al departamento militar?

—Claro. Vengan por aquí.

Saikawa inmediatamente comienza a caminar. Los tres lo siguieron por el mismo camino que habían recorrido, luego subieron unas escaleras y atravesaron un pasillo hasta otro edificio. Podía parecer un viejo castillo por fuera, pero Takeshi pensó que, por dentro, más bien parecía un edificio de gobierno.

Sólo les tomó unos minutos llegar al departamento militar.

—Es bastante normal. Se ve igual que el otro lugar donde había empleados. —Dijo Ida.

Eso no era una sorpresa, ya que Saikawa los llevó a los tres a la sección de relaciones públicas dentro del ejército, lo cual no era diferente. Saikawa se encogió de hombros y dijo:

—Así es. A pesar de que estamos en guerra, no tenemos mucha movilización y nuestras tropas, son relativamente pequeñas. Somos menos de una décima parte de las tropas que posee Wizard Breath.

—¿Así que no luchan tanto con los Trailers? —Preguntó Takeshi.

—No todos los magos son capaces de usar magia de combate. Y hay muchos, que simplemente no quiere pelear. Hay muchas personas así en nuestra comunidad.

Saikawa puso sus manos en sus caderas y explicó en términos simples:

—La verdad es que Wizard Breath, las chicas de Bishop y Eclipse son los que más se entusiasman peleando contra los Trailers. Nuestra comunidad y la de club oz, son más ocasionales. Por eso, suelen ser reprendidas durante las reuniones del C7. Pero al final, lo único que hacen es no darle importancia a la guerra.

Saikawa sonrió mientras Takeshi y los demás se miraban con una mirada de misterio en sus rostros.

—El cuartel general de Pendragon está aquí en Dartmoor, pero también tenemos una sucursal en Japón. Obviamente, también dentro del mundo existente.

Saikawa los miró lentamente a los ojos y habló, explicando lo que esto significaba.

—Lo mejor de ser parte de una comunidad es que te ayudará en tu futura carrera laboral. No es fácil para un mago vivir en el mundo viviente. Si alguien termina usando magia accidentalmente, es difícil limpiar y si no es bueno haciendo eso, podrías hasta acabar un criminal. Por eso, es mejor trabajar para una compañía o negocio establecido por una comunidad, un lugar donde puedes tener ayuda.

Takeshi no tenía una respuesta inmediata. Eso podía ser cierto, pero más importante que eso, él no entendía por qué Pendragon, no parecía ver la importancia de luchar contra los Trailers. Si los Trailers derrotaran al Wizard Breath, también acabarían apoderándose del mundo viviente. Si eso sucediera, ¿Acaso Pendragon se sometería ante sus demandas? ¿Se unirían a ellos en la creación de un mundo para los magos? Si ese llegase a ser el caso, todo se volvería un caos. Las personas solo eran capaces de convertirse en magos hasta los veinte años, más allá de eso, ya no podían hacerlo. Saikawa mencionó que luchaban ocasionalmente, pero eso no era suficiente. Por alguna razón, Takeshi pensó de nuevo en el dragón rojo de sus sueños. Al asunto es que “Nightmare”, sólo auguraba cosas malas.

Si el dragón rojo simbolizaba a Pendragon, entonces, bien podría ser un lugar peligroso.

—Estoy algo cansado. ¿qué les parece si tomamos un poco de té? —Dijo Saikawa.

Takeshi y los demás se mudaron a otro edificio. Había un gran salón en la planta baja donde podían tomar el té. Tan pronto como los cuatro entraron, escucharon una voz desde un asiento al fondo.

—¡Hola, Yohei! Pero si es uno de mis estudiantes… ¿Qué haces?

—Sólo estoy aquí para mostrar a los visitantes los alrededores.

Cuando Saikawa se acercó a esa persona, Takeshi y los demás le siguieron y encontraron un rostro familiar. Era Violet North, la profesora de inglés de la escuela.

—¡Violet-sensei! ¿Qué anda haciendo por aquí? —Preguntó Takeshi. Ella se rio y dijo:

—¿No lo sabías? Yo también soy una maga de Pendragon.

Ella vestía con un traje rosa que se amoldaba perfectamente a las curvas de su cuerpo tanto arriba como abajo. Su dorado cabello, colgaba desde sus orejas tocando el borde de la mesa redonda en donde estaba sentada.

—Vaya. Empiezo a sentir que sería buena idea unirnos a ellos, ¿No crees Nanase? —Sugirió Ida tranquilamente. Takeshi asintió sorprendido.

—¿Qué? ah, sí, claro…

—¡Oigan, ustedes dos! —Exclamó Kurumi indignada.

Ella pensó que los dos chicos estaban siendo inducidos por el atractivo de una mujer mayor. Quería decirles que era ridículo dejar que ese tipo de cosas determinara la comunidad en la que entrarían.

Violet se levantó enérgicamente y animó a los cuatro estudiantes a tomar asiento, y luego se dirigió al mostrador.

—Iré a ordenar por ustedes. Yo invito. ¿Qué van a querer?

Saikawa fue el primero en tomar asiento y respondió sin dudarlo:

—Yo tomaré un Royal Milk, y ellos…

—Si, un Bloom Tea para ellos. Ya entendí.

Violet interrumpió a Saikawa pues ya sabía lo que él iba a decir.

—¿Qué es un Bloom Tea? —Preguntó Takeshi. Saikawa se rio y dijo:

—Es un té bastante interesante. Está hecho especialmente para aquellos que vienen por primera vez.

—¿Dices que es interesante en lugar de delicioso?

Takeshi levantó una ceja.

Durante un tiempo, Takeshi y sus amigos estuvieron charlando con Violet sobre muchas cosas cuando finalmente, la camarera les llevó a los cuatro su té.

Cuando vieron el té en la mesa, Takeshi y los demás inmediatamente miraron a Saikawa y s Violet.

—Um… qué clase de té… —Murmuró Kurumi confundida.

—Tranquila. Tu pruébalo. Tiene un sabor interesante. —Contestó Violet entre risas.

Los tres miraron una vez más la taza de té que tenían delante, las cuales brillaban en siete colores diferentes. El Bloom Tea, era una taza de té normal, pero era un té extraño que cambiaba de color cada pocos segundos, cambiaba vertiginosamente de rojo, amarillo, naranja, verde y azul mientras lo miraban. Además, el brillo ocasional, parecía ser partículas de poder mágico.

«Da igual como lo mire, esto, hasta parece como si fuera algo toxico…»

Realmente la bebida no parecía muy apetecible, y mientras Takeshi miraba, Kurumi gritó a su lado.

—¡Ah, Ida-kun!

Al voltear, vio que Ida se había llevado la taza a la boca y estaba a punto de tragarse su contenido. Dio un tragó fuerte y dijo:

—¡Uwaa! ¡De verdad es un sabor muy interesante!

—Eres un tipo valiente. —Dijo Takeshi. Ida señaló las dos tazas de ellos y dijo:

—No es eso. ¡Pruébalo Nanase! ¡Tú también Isoshima!

Realmente Takeshi no quería beber eso. Quería negarse de alguna manera, diciendo que no tenía sed o algo, pero no sólo Ida, sino que Violet y Saikawa, lo miraban fijamente. Había quedado en una condición en la cual no podía negarse.

«Así debe sentirse un estudiante universitario cuando lo obligan a tomar un trago por primera vez», Pensó, mientras miraba la taza que tenía delante.

El té encantado, brillaba como la iluminación de un árbol de Navidad.

—Entonces… lo tomaré… —Murmuró enérgicamente.

—¿Estás seguro? —Dijo Kurumi sentada a su lado. Su mirada parecia decirle que no lo hiciera, pero Takeshi levantó su taza. Cerró los ojos e inclinó la taza contra su boca.

—¡Ugh! —Takeshi gimió.

—¿¡Takeshi!? —Kurumi con una cara asustada.

—Es… delicioso.

Cuando Takeshi abrió los ojos, se quedó atónito.

—¿En serio?

Takeshi asintió a Kurumi que aun dudaba.

—Deberías probarlo también, Isoshima. —Sugirió Ida.

Kurumi todavía tenía una mirada de escepticismo en su cara, pero tomó la taza en su mano. Luego, lentamente bebió su té. Inmediatamente, abrió sus ojos de par en par.

—¡Uwaa! Esto es….

—Es interesante ¿no?

El té, al igual que su color, estaba cambiando en sucesión a siete sabores en su boca. De pronto olía a fresas y luego a limón y su sabor cambiaba entre leche y menta.

En lugar de ser sabores que se mezclaban en un sabor desagradable, se borraba rápidamente los sabores anteriores con cada cambio, permitiéndoles disfrutar de ellos una y otra vez de manera individual.

Mientras los tres yacían sorprendidos, Saikawa también bebió su té con leche y les dijo:

Hay muchos magos que no son aptos para la batalla, que tienen este tipo de habilidades. Esa gente no es adecuada para Wizard Breath. Por eso hay muchos de ellos en nuestra comunidad y también en Club Oz.

Takeshi estaba convencido, pero igualmente preguntó algo.

—Pero mi magia y la de Ida son adecuada para el combate, ¿No?

En lugar de Saikawa, fue Violet la que respondió:

—En efecto. Creo que ustedes dos serían reclutados inmediatamente por la división militar de nuestra comunidad. Pero aquí, pueden negarse sin ningún problema.

Takeshi se puso a pensar si en Wizard Breath y el resto de las comunidades no se podían negar y tenían que unirse a la guerra inevitablemente.

—No voy a pedirles una respuesta hoy. —Dijo Saikawa—. Por lo pronto, vayan a casa y piénsenlo.

Al escuchar eso, Takeshi dejó escapar un pequeño suspiro.

Se dio cuenta de que no sabía nada de las demás comunidades y por eso, no podía decidir si iba a unirse a Pendragon o no. Pero independientemente de su decisión, Takeshi estaba contento de haber hecho esa visita.

 

***

Unos días después de la visita que hicieron al cuartel general de Pendragon, Takeshi y Kurumi habían viajado a Tokio en el mundo viviente.

Habían ido a comprar algunos regalos, en agradecimiento por los chocolates de San Valentín, aunque tres días después de que pasó el día blanco*.

<<Traductor Ore no Honyaku: Como en Japón, la tradición es que las chicas regalan chocolates a los chicos en san valentín, el día blanco o White Day, es basicamente lo contrario, se celebra el 14 de marzo y es cuando los chicos devuelven el favor con un regalo a las chicas. Generalmente se regalan cosas que son de color blanco y de allí el nombre. Los malvaviscos son los regalos más habituales. Pero tambien regalan chocolate blanco o hasta ropa interior>>

Habían comprado malvaviscos en una confitería de Akasaka y ahora estaban en una cafetería cercana.

—Gracias, Takeshi.

Desde el asiento de enfrente, Kurumi sostenía una adorable bolsita con el logo de una confitería que acababa de recibir de Takeshi.

—No, gracias a ti. —Takeshi sonrió mientras bebía un poco agua— No tenía ni idea de dónde vendían los mejores dulces.

Kurumi se rio.

—Los malvaviscos de aquí son muy ricos. Estoy segura de que a Mui también le gustaran.

—Sí.

Takeshi miró la otra bolsita que había comprado para Mui como regalo. Después de todo, los chocolates del día de San Valentín que Mui le regaló, fueron probablemente un agradecimiento por ayudar con el asunto de Tsuganashi.

Después de habérselos dado, Mui no dijo nada, y tampoco quería preguntarle sobre ellos. Era realmente vergonzoso preguntarle si los chocolates que le regalo, fueron solo de cortesía o fue algo más.

Cuando Kurumi vio a Takeshi ponerse pensativo, ella se deprimió.

«No debí haber mencionado a Mui».

Justo entonces, la camarera llegó a tomar sus pedidos, así que cada uno ordenó una pieza de pastel. La camarera se fue y la mesa se quedó en silencio otra vez.

Kurumi levantó la mirada y miró a Takeshi, que estaba como ido, mirando por una gran ventana de cristal. Esta vez, él no vestía con su habitual uniforme escolar de todos los días, si no con ropa casual. Había llevado un abrigo negro que colgó en el asiento de al lado.

Ella se emocionó al notar que Takeshi, se veía como todo un hombre adulto ante sus ojos, así que abrió la boca apresuradamente para romper el silencio.

—A-ahora que lo pienso… no habíamos salido juntos últimamente, ¿verdad?

—Sí.

Takeshi asintió y finalmente dirigió su vista hacia Kurumi, pero ella no podía no podía mirarlo directamente, y continuó hablando con la vista hacia abajo.

—Hace mucho, tú y yo, salíamos con Gekkou.

—…

Instantáneamente, Takeshi se quedó en silencio. Kurumi levantó la vista rápidamente y se disculpó por reflejo.

—Ah, lo siento.

—No te preocupes…

Era como si fuera tabú mencionar el nombre de Gekkou. Pero para cuando ella se dio cuenta, ya era demasiado tarde. Al igual que Takeshi, Kurumi también mantuvo la boca cerrada y miró fijamente el espacio vacío de la mesa.

«¿Qué me pasa? No puedo creer que mencionara accidentalmente el nombre de Gekkou. Aah, soy una tonta. ¡Tonta! ¡tonta! ¡tonta!».

Mientras se reprendía a sí misma dentro de su mente, finalmente llegaron sus porciones de pastel y el ambiente entre ambos se suavizó.

Colocaron una taza de café y una porción de tarta de manzana delante de Takeshi y un té con una porción pastel de fresa delante de Kurumi.

Mientras veía a Takeshi echando leche en su café, Kurumi decidió hacer una de las preguntas que quería hacer desde anoche.

De hecho, la noche anterior, Kurumi no había sido capaz ni de dormir por lo emocionada que estaba de que ella y Takeshi iban a ir a Akasaka al día siguiente, así que había estado pensando en todas las cosas que quería hablar con él. Pero cuando llegó el día, sintió que apenas podía preguntarle algo, y comenzó a hablar disparates.

—Oye…

—¿Hmm?

Mientras Kurumi lo miraba, Takeshi levantó la vista y tomó su tarta de manzana con la mano, y se lo comió de tres bocados inclinando la cabeza hacia atrás.

Kurumi se sorprendió, pero sacudió la cabeza de lado a lado cuando notó que Takeshi la miraba con curiosidad.

—Bueno… me preguntaba qué piensa sobre el futuro.

—¿Qué quieres decir? —Preguntó Takeshi mientras bebía su café.

Kurumi miró su pastel que estaba intacto. Tomó el tenedor y respondió mientras lo insertaba suavemente en la punta de la porción de pastel.

—Me refiero a que… antes solíamos pensar cosas como, ir a la universidad luego de graduarnos de la preparatoria y luego conseguir trabajo en algún lado. Era algo simplón, pero parecíamos tener proyecciones a futuro. Ahora, todo eso parece haber desaparecido.

Luego de decir eso, Kurumi comió su pastel. El aroma dulce y el sabor se extendieron, y se sintió un poco tranquila. Cuando miró a Takeshi, él la miró con mucha seriedad. Parecía como si quisiera que continuara hablando.

—Es como…  como si estuviera en un lugar inestable y no supiera lo que hay por delante… —Contestó Kurumi

Ella estaba preocupada por su futuro ahora que era una maga. Se había convertido en una residente de un mundo diferente el cual nunca había imaginado. Ahora no podía discutir eso con nadie más que con Takeshi, que estaba en la misma situación que ella.

—He estado pensando en unirme a Pendragon, ¿Qué hay de ti, Takeshi?

Mientras preguntaba, Kurumi pensó que la respuesta de Takeshi debería ser también la suya.

«He decidido que voy a estar de acuerdo con lo que sea que Takeshi decida. Incluso si al final elige a Wizard Breath».

—Necesito pensarlo un poco más.

La respuesta de Takeshi fue breve. Pero la expresión de su cara parecía realmente pensativa. Kurumi por su parte, sonrió.

—De acuerdo. No hay necesidad de apresurar las cosas, ¿Verdad?

Elegir la comunidad a la cual unirse, era una decisión que era preferible tomar mientras eran alumnos de la Academia de Magia Subaru.

Mientras Kurumi cortaba su pastel y se lo llevaba a la boca, Takeshi dijo en voz baja:

—Isoshima…

—¿Qué?

Cuando ella quitó sus ojos de su pastel y miró a Takeshi, él desvió la mirada rápidamente cuando sus ojos se encontraron.

—No, no es nada.

Kurumi lo miró fijamente mientas él cruzaba los brazos y mirando hacia un lado. Le llamó la atención el hecho de que intentara decirle algo y luego se reprimiera.

—Oye Takeshi, ¿Qué querías decirme?

Takeshi levantó las cejas al ver los ojos penetrantes de Kurumi.

—Isoshima… ¿Pasó algo entre tú y aquel sujeto?

—¿Aquel sujeto?

Kurumi lo miró con dudas, sin tener idea de a quién se refería, hasta que Takeshi aclaró el asunto después de unos segundos.

—Oigami…

Kurumi parpadeó sorprendida, preguntó:

—¿Te refieres al Oigami Takao?

—Sí.

Takeshi la miró de reojo de manera hostil.

—Pues… nada. —Murmuró Kurumi.

—¡Mientes! —Replicó Takeshi inmediatamente.

Estaba siendo demasiado directo e insistente, lo cual molestó a Kurumi.

—¡Oye! Él solo estaba enseñándome magia.

Ella contestó con la verdad, pero Takeshi quiso ahondar más en el asunto.

—¿Por qué tenía que ser precisamente él?

Kurumi simplemente se dio la vuelta y dijo:

—Qué importa. Oigami Takao volvió con los Trailers.

Eso también era cierto. Él ya no estaba en la Academia de Magia Subaru. Pero Takeshi miró a Kurumi con una mirada fuerte y dijo:

—Ese tipo es peligroso. No quiero que vuelvas a verte con él.

—…

Por un momento, Kurumi se preguntó si Takeshi sabía lo del botón.

Antes de que Oigami Takao dejara la Academia de Magia, se aseguró de dejar una manera de reencontrase con ella. Le entregó un botón Concierge de los Trailers a Kurumi, y le dijo que podría usarlo para contactarlo cuando quisiera.

Kurumi en ese momento, miró inconscientemente su bolso. No tenía ninguna intención de usar el botón, pero tampoco podía tirarlo. Siempre lo cargaba con ella y en ese momento, estaba también allí.

—¿Isoshima?

Al escuchar el llamado de Takeshi, Kurumi levantó la vista rápidamente y asintió con toda clarida.

—Si, sí. Lo que tu digas.

—¿Qué? ¿Estas enojada conmigo?

—No estoy enojada. —Contestó ella, negando con la cabeza luego, apuñaló el pastel con su tenedor con cautela.

—Sé que estás preocupada. Te viste involucrada repentinamente en un mundo que no conocías y no puedes evitar sentirte insegura. —Dijo Takeshi luego de pensarlo detenidamente.

Kurumi escuchó en silencio mientras apretaba los labios. En el fondo, ella deseaba que Takeshi estuviera celoso de Oigami. Sin embargo, lo que estaba en la mente de Takeshi en este momento, era en una de las pesadillas que “Nightmare” le causó.

Si ese había sido un sueño premonitorio, entonces significaría que eventualmente alguien iba a hacerle daño a Kurumi. Y ese, podría ser Ogami Takao.

Mirando a Kurumi, que estaba insertando el tenedor en el pastel, Takeshi le aclaró algo mientras apretaba los puños bajo la mesa.

—Pase lo que pase, juro que te protegeré.

—¿Takeshi…?

Kurumi alzó la mirada con sorpresa.

—Sin importar nada…

Al ver la inusual expresión atemorizante que hacía Takeshi delante de ella, Kurumi se quedó paralizada con el tenedor en la mano.

—Oye, ¿Tuviste algún tipo de sueño premonitorio? ¿Fue sobre mí…? —Preguntó Kurumi

De pronto, una sensación fría cayó sobre sus rodillas y la hizo gritar.

—¡Kyah!

—¿Qué pasa?

Takeshi se sorprendió y se levantó.

—¡Se me cayó el pastel!

Kurumi distorsionó su boca y miró su falda.

—Ah, era solo eso…

—¿Cómo que solo eso? ¿Ahora qué voy a hacer?

Takeshi se sentó de nuevo luego de haberse sobre exaltado, y Kurumi se apresuró a limpiarse la falda con una toalla y un pañuelo.

—No puede ser. Se hizo más grande. Iré al baño a limpiarme.

Aunque eliminó los trozos de encima, la falda, había quedado untada de crema fresca, que pronto se volvió aceitosa y penetró en la tela.  Takeshi miró con bastante alivio como Kurumi se levantó y corrió al lavabo de la parte de trasera de la cafetería.

Unos minutos más tarde.

—Takeshiiii…

Kurumi apareció de nuevo, acercándose con una cara de tragedia.

—I-isoshima, pero qué…

Kurumi se sentó y desplegó el dobladillo de su minifalda color rosa salmón, delante de Takeshi, mostrándole que había quedado toda empapada.

—Logré quitarme la crema, pero ahora estoy toda mojada.

—Tranquila. Ven aquí.

Takeshi le hizo señas a Kurumi para que se acercara más él y sacó un pañuelo de su bolsillo. Con cuidado. lo colocó sobre la falda.

—Lo-lo siento, Takeshi.

—No te preocupes.

Al presionar con fuerza, el pañuelo absorbió inmediatamente el agua y en poco tiempo, éste también se empapó.

Pero en ese momento, Takeshi pudo ver a través de la falda mojada y vio algo color rosa debajo de ella.

«¿Eh?»

Unas bragas de color rosa, eran claramente visibles entre sus suaves muslos. Inclusive, los los revuelos de los encajes blancos de adorno, se podían contemplar a plenitud. Takeshi repentinamente desvió la mirada hacia otra parte.

—¡Uwaa!

Kurumi se sorprendió cuando Takeshi levantó la voz e inclinó la cabeza.

—¿Qué pasa, Takeshi?

—¡Na-nada…!

Takeshi se obligó a entregar su pañuelo a Kurumi.

—Parece que un pañuelo no va a ser suficiente. —Dijo apresuradamente mientras miraba hacia otro lado—. Si sigues así, podrías resfriarte. Mejor volvamos a casa.

—¡¿Eeeeh?!

Las palabras de Takeshi fueron recibidas con protestas de Kurumi.

—¿Qué? Ya conseguimos los malvaviscos que querías, eso es suficiente ¿No?

—Sí, pero todavía no me quiero ir…

Kurumi metió la mano en su bolsillo y agarró un pequeño trozo de papel, donde había anotado una lista de planes para ese día.

—¿Tiene asuntos urgentes? —Preguntó Takeshi.

Kurumi negó con la cabeza.

—No, pero…

Como era de esperar, Takeshi sintió pena por Kurumi, que parecía decepcionada y deprimida, y dijo:

—Saldré contigo en otra ocasión.

—¿¡De verdad!?

Kurumi miró hacia arriba felizmente.

—Sí. Así que, vayamos a casa por hoy.

Tan pronto como Takeshi se levantó de su asiento.

—Si… ¡achuu!

Kurumi estornudó fuerte.

—Toma, ponte mi abrigo.

Takeshi tomó el abrigo colgado en el asiento, y se lo puso a Kurumi

Aunque todavía era marzo, Kurumi llevaba una minifalda y una chaqueta corta. El abrigo de Takeshi le llegaba hasta la rodilla y cubría su falda mojada. Aliviado, Takeshi dijo:

—Seria demasiado obvio que usáramos el espejo en el baño que hay aquí, así que vamos a caminar un poco, ¿Está bien?

—Sí.

Kurumi comenzó a caminar de buen humor, llevando puesto el enorme abrigo de Takeshi. De pronto, se dio la vuelta y dijo:

—Takeshi…

—¿Hmm?

—Gracias…

Las palabras de gratitud eran apenas audibles, pero la cara de Takeshi se iluminó. Y una broma salió naturalmente.

—“Oh no me las de… Eso es lo menos que podría hacer por usted, princesa”.

—Cielos…

Kurumi se dio la vuelta sosteniéndose el largo abrigo e imitó golpear a Takeshi.

—¡Jajaja!

Takeshi se rio a carcajadas. Era una broma que sólo ellos dos entendían.

Era una línea del guion de una obra de realizaron en la primaria durante un festival escolar, cuando el caballero rescató a la princesa que fue atacada por un monstruo.  A decir verdad, Kurumi quien interpretó a la princesa, olvidó sus líneas ese día, y Takeshi, que interpretaba al caballero, la ayudó desesperadamente como se suponía que debía hacer, así que memorizó las líneas de ambos.

Desde entonces, cuando Kurumi se equivocaba de alguna manera, Takeshi pronunciaba en broma esas líneas.

Kurumi se sentía un poco deprimida, pero al salir de la cafetería, la sonrisa volvió a su rostro cuando Takeshi, le ofreció su brazo para que se sujetara de él. La bolsita de malvaviscos que llevaba, era tan ligera como una pluma, pero Kurumi sentía aún más ligero su corazón.

 


Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.