7 de abril – Mundo en Ruinas…

El cielo sobre la academia de magia Subaru se veía muy claro y soleado. Sin embargo, el tiempo real estaba muy nublado. Ese cielo soleado no era más que una ilusión hecha con magia y colocada por encima de la barrera que cubría la academia, pero a pesar de eso, se veía genial. Al final de un sendero bordeado por arboles de cerezo, había una multitud reunida en la entrada principal de la academia, que no se utilizaba casi nunca. En el pasillo lateral del edificio que llevaba al área del gimnasio, había adultos caminando junto a sus hijos, lo cual no era habitual. Pero además del gran número de estudiantes y padres de familia en esas zonas, el pasillo de los espejos también estaba muy concurrido. Mucha gente estaba llegando desde los cinco grandes espejos colocados como entrada principal cuya medida era de 4 metros de ancho por 5 de alto.

Era el día más especial del año en la academia, pues iba a celebrarse, la ceremonia de apertura que muchos habían estado esperando. Magos desde primer año de primaria, hasta quinto año de secundaria, desde los seis años hasta los veinte años de edad, magos iban y venían acompañados por sus padres que también eran magos o por algún encargado especial, seleccionado por sus comunidades.

Aunque el número de estudiantes no era muy alto, habían llegado de todo Japón así que la academia estaba muy ocupada desde temprano. La mayoría de estudiantes nuevos era de primaria. Niños a quienes sus padres habían considerado lo suficientemente capaces de aprender a controlar la magia y les habían lanzado hechizos para despertar la magia que había en ellos. Dicho de manera breve: los habían trasformado en magos. Muchos de ellos eran hijos de la nobleza mágica. O sea, familias que habían sido magos durante generaciones. Por eso a medida que crecían, el número de nuevos estudiantes era cada vez menor.

Takeshi y Kurumi estaban parados en la entrada, porque habían sido designados con la tarea de entregar una carta a cada padre de familia que llegaba con su hijo. Los demás estudiantes corrían de un lado a otro con algún tipo de tarea asignada.

—Cielos, Ida-kun es muy irresponsable. —Refunfuñó Kurumi al lado de Takeshi.

—Bueno, tenía que cuidar a su hermanita. No le quedaba de otra.

Takeshi tranquilizó a Kurumi mientras entregaba cartas a los padres e hijos que salían de los espejos gigantes frente a la puerta principal. Sin embargo, ella se puso las manos en las caderas e infló las mejillas con disgusto.

—¡Claro que tenía de otra! Él simplemente no tiene remedio. Usó eso como excusa para no venir.

Ella tenía razón, así que Takeshi no hizo más que seguirle la corriente y se encogió de hombros.

Estaba previsto que Ida Kazumi, compañero de clases de Takeshi y Kurumi, estuviera a allí junto a ellos entregando las cartas, pero Takeshi recibió una llamada de él muy temprano donde le pidió que le dijera al profesor que llegaría tarde. Luego colgó sin explicar absolutamente nada. Por su forma de hablar, no parecía estar enfermo. Y aunque pidió que se le informara a Hitouji-sensei, realmente no había ninguna justificación. Ida siempre llegaba tarde al entrenamiento matutino y se iba antes de lo previsto del entrenamiento de la tarde por la misma razón. Decía que tenía que cuidar a su hermanita que aún estaba en la primaria.

«Bueno, hoy es la ceremonia de apertura. La verdad es que Ida no es requerido para eso». Takeshi dio un pequeño suspiro de alivio.

Normalmente por la mañana, bajo la guía del senpai Aiba Tsuganashi, Mui, Kurumi e Ida tendrían que haber estado entrenando en el gimnasio y ya deberían estar en el salón recibiendo clases. Sin embargo, ese día estaba prohibido el uso el gimnasio debido a los preparativos para la ceremonia de apertura y a las ocho en punto, tenían la obligación de entregar las cartas. Después de eso, tanto Takeshi como Kurumi tenían permiso de estar ausentes. Pero como ambos vivían en los dormitorios, no tenían nada especial que hacer y era probable que se pasarían el día entero sin hacer nada.

«Me pregunto si podría pedir permiso para salir e ir de compras…».

Mientras repartía las cartas con una sonrisa, Takeshi vio una figura familiar emerger de uno de los cinco espejos frente a la puerta principal.

Llevaba el uniforme de la Academia de Magia Subaru sin corbata, con dos de los botones abiertos, y sus pantalones, que parecían alterados, ajustados a un dobladillo estrecho.

El hecho de que pudiera llevar su uniforme tan descuidadamente era increíble, pero la sonrisa en su cara se sumaba a lo desagradable de su imagen.

—Hola. Esta mi hermana. Se las encargo mucho.

Kurumi volteó a ver inmediatamente cuando escuchó una voz familiar.

—Mucho gusto. Soy Ida Futaba y entraré en tercer grado.

Ida, que había puesto su mano en el hombro de la niña, salió del espejo justo frente a la puerta de la escuela, inclinando la cabeza. Cuando levantó la vista y bio a Takeshi y a Kurumi, levantó la mano y exclamó:

—¡Oh, Nanase, Isoshima! ¡Buen trabajo!

Entonces se acercó tranquilamente a ellos. Kurumi que debería estar molesta, parpadeo varias veces con sorpresa.

—O-oye, no me digas que esa niña…

La niña también se acercó y se paró a la par de Ida. Llevaba un lindo vestido aterciopelado de color rosa suave como las flores de cerezo, que tenía un ramillete en el pecho. Su pequeña mano se aferraba fuertemente a la mano de Ida.

—¿Ellos son tus amigos? —preguntó la niña a Ida. Su cabello atado en un par de coletas, se balanceaban como si fueran orejas de conejo.

—Así es —Contestó Ida— Él es Nanase, y la anciana aterradora de al lado es Isoshima.

Ida señaló a Takeshi y a Kurumi respectivamente.

—¿A quién llamas anciana? —Protestó Kurumi.

«¿Le molesta que le digan anciana, pero no tiene problemas con que la llamen aterradora?», Pensó Takeshi. Se preguntaba si debía interrumpirla, pero la mirada en la cara de Kurumi lo asustó tanto, que mejor mantuvo la boca cerrada.

La niña al lado de Ida, dio un paso al frente y dijo:

—Muchas gracias por cuidar de Kazumi-chan…

Luego se inclinó muy educadamente en una reverencia.

—Ah, hola. Mucho gusto en conocerte, Soy Nanase. —Respondió Takeshi, inclinando su cabeza de la misma forma.

Kurumi también se presentó a pesar de que aun parecía molesta:

—Hola, mucho gusto. Yo soy Isoshima Kurumi.

—Yo soy la hermana menor de Ida Kazumi. Me llamo Futaba. Mucho gusto en conocerlos.

Con una voz infantil y aguda, Futaba sonrió y volvió a inclinarse.

—Qué linda…

—Si, es linda…

Tanto Kurumi como Takeshi, quedaron embelesados por los gestos de la niña.

—¿Será que no tienen relación consanguínea? —Preguntó Kurumi.

—A mí se me hace que a Ida lo recogieron de debajo de algún puente. —Contestó Takeshi.

Al escucharlos, Ida respondió inmediatamente:

—Ella es mi hermana de verdad ¡Idiotas! —Pero de pronto, su expresión se relajó y sonrió—. Bueno, la verdad es que tienen razón. Es muy linda. Yo personalmente me he encargado de criarla para que sea la niña más linda del mundo. pero qué digo mundo, ¡Es la niña más linda del universo!

Ida asentía ante sus propias palabras, pero su hermanita Futaba se sonrojó y miró a Ida con severidad.

—¡Eres un idiota, Kazumi-chan!

—¿Eh? ¿Por qué?

Ida estaba confundido por el repentino arrebato de su hermanita.

—¡Deja de decir ese tipo de cosas! —Futaba infló las mejillas y volteo su rostro hacia otro lado con disgusto—. ¡Mejor me iré yo sola!

Rápidamente empiezo a caminar por su cuenta.

—¡No, Futaba espera! ¡Oye! ¡Futaba!

Futaba corrió en dirección del gimnasio, mientras Ida corría tras ella gritando de manera muy patética.

«Ahora que recuerdo, Ida había dicho que su hermanita estaba pasando por una etapa de rebeldía», recordó Takeshi.

Kurumi parecía haber estado pensando exactamente en lo mismo porque dijo:

—Más que una etapa de rebeldía, a mí me parece una reacción natural de la pobre niña.

—Jaja…

Takeshi no pudo evitar reírse de su comentario. Sin embargo, había algo que lo inquietaba. Y era el hecho de que su hermanita estuviera en la academia. Eso solo podía significar que ella también se había convertido en maga.

«¿Debería preguntarle qué pasó?».

Difícilmente Ida querría que su pequeña hermana menor se convirtiera en maga. Él estaba consciente de lo peligroso que era el mundo en ruinas y aunque estuvieran a salvo dentro de la barrera de la academia, poner un pie afuera por cualquier motivo, sería fatal por el constante estado de guerra en que se encontraba. Ida no debería estar feliz de ver a su hermana matriculada en esa academia donde solo podían asistir aquellos que eran magos. Quizás fue un accidente.

Mientras Takeshi reflexionaba un rato, de repente escuchó una voz detrás de él.

—¿Que ocurre, Takeshi?

Fue una voz tranquila. Takeshi estaba completamente desprevenido y le tomó un tiempo reaccionar y voltear a ver quién era.

—¿Gekkou?

—Hola Kurumi. Te ves bien… No sabes cuánto te extrañé…

Gekkou llevaba puesto el uniforme de la academia. La misma chaqueta tipo blaiser de color azul marino con corbata verde a cuadros que llevaba Takeshi.

—¿Qué haces aquí, Gekkou? —Preguntó Kurumi sorprendida.

Nanase Gekkou, el hermano menor de Takeshi, le sonrió alegremente.

—¿Que por qué? pues obviamente porque yo también me convertí en mago.

Su sonrisa parecía más radiante que el mismísimo sol.

—…

—¿¡Eeeeh!?

Kurumi exclamó fuertemente al lado de Takeshi que se había quedado paralizado. Gekkou explicó que se había convertido en un mago cuando visitó la casa de Kurumi a principios de año y que accidentalmente tocó el espejo en donde la magia de ella, aún no se había disipado.

 A diferencia de Takeshi, que no movió un músculo durante la conversación, Kurumi caminaba por el lugar de un lado a otro con una cara de tragedia.

—Oh, santo cielo… Esto es mi culpa —Murmuró.

—No, no, no… Kurumi. Por favor no te culpes de esto.

Gekkou tocó a la perturbada Kurumi en el hombro.

—Pero, si me hubiera asegurado de que no había nadie en la casa antes de usar mi magia, esto no habría pasado.

—No —insistió Gekkou—, es mi culpa por haber entrado a tu casa sin permiso. Tu no hiciste nada malo —Luego colocó su mano sobre la espalda de Kurumi y la frotó—. Pero mira, gracias a eso pude inscribirme aquí. Escuché que podía volver a ser un humano normal, pero me negué.

Finalmente, Takeshi habló con Gekkou y dijo:

—¿Quién te dijo eso?

Gekkou respondió de manera muy sonriente:

—Fue Hitouji-sensei.

—Es cierto —Kurumi asintió—, cuando yo me convertí en maga, Hitouji-sensei fue quien llegó a buscarme… Ciertamente Hitouji-sensei me dijo lo mismo a mí. Y también me dijo que era un examinador especial de Wizard´s Breath.

—A lo mejor estaban vigilando quien usaba magia por la zona —Le contestó Gekkou—. Por eso a mí también me aconsejaron que me inscribiera a esta academia.

Takeshi volteó a ver al alegre Gekkou y le preguntó:

—¿También te hablaron de la guerra?

—Claro que sí.  pero la verdad, no me importó.

—…

Si Gekkou decía que no le importaba, lo más probable es que estuviera diciendo la verdad. O de lo contrario, no podría estar hablando con un rostro tan radiante.

Sin embargo, Takeshi ya había visto el exterior del mundo en ruinas con sus propios ojos y conocía perfectamente como estaba la situación. El interior de la academia de magia, todo lucía como si de un colegio cualquiera se tratase, pero eso era porque el lugar estaba protegido por una barrera mágica especial. Fuera de esa barrera, solo había un mundo desolado en donde los magos constantemente se mataban unos a otros.

—¿Que sucede, Takeshi? —Preguntó Gekkou mirando el lúgubre rostro de su hermano—. No te ves muy feliz de verme. Bueno, no voy a negar que estoy algo nervioso, pero Kurumi y tú están aquí, así que bien podrán ayudarme a resolver dudas ¿no?

—Si… claro… —Respondió Takeshi.

—Por supuesto que te ayudaremos —Apoyó Kurumi.

—Esto va a ser divertido! Realmente sigo sin poder creer que exista un mundo así. ¡Parece un sueño!

Antes de que Gekkou dijera eso con cara radiante como el sol, el corazón de Takeshi ya estaba nublado como un cielo antes de una tormenta.

***

Ya habían pasado unos días desde la ceremonia de apertura y Takeshi ya estaba empezando a acostumbrarse a su nueva escuela. Ahora, él era un estudiante de segundo año de preparatoria, pero a pesar de eso, seguía estando en la misma clase C que era el nivel más bajo destinado para los estudiantes fracasados. El profesor a cargo seguía siendo Hitouji Makoto-sensei que también era el encargado de las clases de magia evasiva. Los compañeros de clase eran casi los mismo excepto por dos cambios. Pero Takeshi se sentía aliviado que Kurumi, Ida y Mui siguieran con él en la misma clase.

Mui en particular, era una maga de nivel intermedio miembro de Wizard´s Breath, así que no habría sido raro que la hubieran devuelto a la clase especial.

En repetidos intentos por recuperar a Tsuganashi de manos de los Trailers, cometió muchas imprudencias e infracciones lo cual, la llevó a ser degradada a la clase C por la directora. Y al parecer, ese castigo seguía vigente.

El entrenamiento en el gimnasio a cargo de Tsuganashi por la mañana y tarde, continuó como siempre. Lo único diferente, era que se habían integrado al equipo Futaba, que era la hermana menor de Ida y Gekkou, el hermano menor de Takeshi. Futaba había sido trasferida al tercer grado de primaria y apenas estaba comenzado a aprender los principios básicos de la magia.

El día de la ceremonia de apertura luego de que el evento terminara, Ida les contó cómo fue que Futaba acabó convertida en maga y fue un asunto tan extraño, que ni Takeshi ni Kurumi pudieron evitar reírse de eso. Bueno, Kurumi no se rio porque el asunto le resultara gracioso, sino que se burlaba directamente de Ida.

Todo comenzó cuando Futaba fue invitada a la fiesta de cumpleaños de un niño de su clase durante las vacaciones de primavera. Ida se enteró que ella era la única niña que estaría allí, y le exigió que no fuera. Eso causó que comenzaran a discutir lo cual era muy típico entre ellos.

Como resultado, Ida acabó activando su magia en medio de su rabieta y le chamuscó el pelo a Futaba además de que acabó convertida en maga. La histeria de Ida se reavivó incluso mientras contaba sobre ello y Takeshi tuvo que calmarlo mientras Kurumi lo observaba con una fría sonrisa ya que a ella también le había quemado el pelo alguna vez. Ida ya le había pedido a Hitouji-sensei que volviera a Futaba una humana normal de nuevo, pero ella decidió quedarse así. 

Mientras Ida se desplomaba y escuchaba a Futaba divagar sobre cuánto anhelaba ser una chica mágica, Takeshi sintió un poco de lástima por él.

Por esa razón, Futaba se volvió una estudiante más de la academia de magia Subaru y necesitaba practicar su magia. Por eso se había integrado al grupo para entrenar con ellos en la mañana y tarde. Sin embargo, no había pasado ni un año desde que ellos habían aprendido a usar amiga. Ida estaba preocupado de que su hermanita pudiera llegar a superarlo así que se decidió a entrenar en serio. En cuanto a Gekkou, había dejado muy sorprendido a Tsuganashi al aprender a usar la magia básica en menos de quince días. Ahora que ya estaba listo para aprender a utilizar el hechizo “Drive” de nivel intermedio, Takeshi sintió que se había relajado más que Ida ya que a pesar de haber comenzado a practicarlo desde hace tiempo seguía costándole mucho trabajo utilizarlo. Y a partir de eso, todos comenzaron a entrenar en verdad muy seriamente.

Por suerte, también tenían otro objetivo en mente. Pues en mayo, iba a llevarse a cabo una de los tres exámenes prácticos de magia que se llevaban a cabo durante el año escolar. En este caso, se trataba del Torneo Interclase de batallas Mágicas. Un torneo donde estudiantes de desde sexto año de secundaria hasta quinto año de preparatoria, se enfrentarían en batallas con magia ubicados en distintas categorías para decidir cuál era la clase más fuerte.

La clase “A” era la más entusiasmada con eso mientras que la clase “C” era la que menos ganas tenia de participar. Sin embargo, Takeshi sí que estaba muy motivado ya que lo veía como una gran oportunidad de medir el progreso de sus habilidades mágicas. También se sentía un poco feliz porque la actitud de Gekkou hacia él, había cambiado bastante desde que llegó a la academia. Incluso ese mismo día, Takeshi se había encontrado con Gekkou en los baños del dormitorio. Algo que no había pasado hasta ese momento. El enorme cuarto de baño compartido del dormitorio Ivy era lo suficientemente grande como para que cincuenta personas se pudiesen bañar tranquilamente al mismo tiempo. La bañera estaba hecha de madera de ciprés y el agua caliente salía del hocico de una lujosa estatua con la forma de un león. El agua era extraída mágicamente desde una fuente de aguas termales. Sin embargo, Takeshi nunca se había fijado en ese tipo de cosas porque el baño era un lugar al cual llegaba, se bañaba, y se iba sin más. Sin embargo, esta vez cuando llegó, encontró a Gekkou en el estanque de agua caliente que cuanto lo vio, le hizo señas para que se acercara. Ambos se sentaron al lado del otro durante un rato. La rodilla de Gekkou podía verse tenuemente a través del agua blanquecina y traslucida.

Esa fue la primera vez que Takeshi pudo ver la cicatriz de Gekkou. Una línea roja y oscura recorría la pierna derecha de Gekkou pasando justo por encima de su rodilla. Takeshi desvió su mirada sintiendo como si algo le desgarrara el pecho. Hubo un momento de silencio muy pesado y cuando Takeshi intentó salir de la bañera, Gekkou dijo:

—Oye, Takeshi… ¿Quieres que te lave la espalda?

Por supuesto que, Takeshi se sorprendió tanto que incluso sostuvo la respiración.

Gekkou se aferró al brazo de Takeshi y lo llevó hacia él área de las duchas, haciendo que se sentara un banquito redondo. Mojó su propia toalla y luego de aplicarle jabón, comenzó a tallar la espalda de Takeshi.

—O-oye… Gekkou…

Takeshi se puso nervioso, pero Gekkou, contestó con una voz llena de misterio:

—Sería difícil para mí, hablar contigo si no hago esto…

—…

—He estado reflexionando estos últimos días. Me he comportado de una manera terrible contigo. —Gekkou talló la espalda de Takeshi con un poco de fuerza—. Desde que me lesioné, dejé de escuchar lo que mi propio cuerpo me decía. Estaba frustrado… Siempre supe que no fue tu culpa, pero no encontraba una manera de poder lidiar con lo que sentía. Quizás ya sea demasiado tarde, pero… quiero disculparme contigo.

—…

Mientras ajustaba la temperatura de la regadera, Gekkou le vertió suavemente el agua caliente en la espalda, y los ojos de Takeshi se humedecieron involuntariamente, así que agachó la cabeza.

—Siempre pensé que nunca me disculparía… ya sabes como soy yo…

Takeshi notó que la voz de Gekkou tembló ligeramente y quiso decir algo, pero sentía un nudo en la garganta.

—Supongo que ya es tarde para que puedas perdonarme ¿verdad, Takeshi?

Takeshi negó con la cabeza sin decir nada.

—¿Entonces me perdonas?

Takeshi asintió varias veces manteniendo siempre silencio. De pronto, escuchó a Gekkou reír.

—¿Entonces volvemos a ser amigos? —Preguntó Gekkou.

Cuando Takeshi se frotó la cara con el dorso de la mano y volteó a ver, Gekkou se puso rojo y sonrió. Entonces, Takeshi por fin habló:

—Claro. Ahora estamos en paz…

Gekkou dejó caer la ducha y rápidamente se levantó y corrió de nuevo a la bañera y saltó.

—¡¡Uwaa!!

—¡Oye!

Dos estudiantes que también estaban en la bañera, le llamaron la atención cuando los salpicó.

Sin embargo, mientras Gekkou nadaba hasta el medio del baño, se dio la vuelta y sonrió a Takeshi con todas sus fuerzas. Takeshi se sonrió de la misma manera.  

A partir de entonces, ambos comenzaron a interactuar de manera muy diferente a como solía ser en casa. Entrenaban juntos por las mañanas y las tardes, y aunque tenían diferentes habitaciones en el dormitorio, empezaron a cenar juntos y a lavarse las espaldas cuando iban a bañarse.

«El sueño que tuve de Gekkou convirtiéndose en mago estaba en lo correcto. Pero puede que todo lo demás estuviera mal…»

Kurumi, que había estado preocupada por la relación de esos dos, se puso muy feliz cuando se enteró de que Takeshi y Gekkou se habían reconciliado. Para Takeshi —que nunca pensó que Gekkou le perdonaría—, la nueva primavera fue cálida y alegre, llena de esperanza y alegría.

Las pesadillas de Twilight también se habían calmado después de lo sucedido en la enfermería. Towa, la forma humana de Twilight, únicamente aparecía en los sueños de Takeshi, cuando él así lo quería. Sin embargo, todavía requería una gran cantidad de poder mágico, pero podía sobrellevarse, nada más moderando la cantidad de veces en que tenía sueños premonitorios. Takeshi solo le permitía manifestarse una vez por semana y él mismo le pedía que le mostrara sueños premonitorios. Gracias a eso, su condición física había vuelto a ser la de antes, y su forma de pensar acerca de Twilight, había cambiado mucho. Antes solía tratarla como un simple objeto, pero ya no. Incluso parecía como si estuviera loco al conversar con una espada.

Cuando se lo contó a Mui, ella le dijo que también podía hacer que su pistola Arthur, se manifestara como una criatura viviente. De hecho, se enteró que había muchos magos que eran capaces de hacer que sus Aspectos, se manifestaran como criaturas vivientes. Mui podía hacer que su pistola tomara la forma de una pequeña ave, mientras que Tsuganshi, podía hacer que su sable tomara la forma de un perro pastor alemán. Pero esa era una actividad que requería mucho poder mágico así que se decía que no era algo muy común de hacer. Takeshi comenzó a pasar los días con la sensación de que aún tenía mucho que aprender, sin embargo…

***

Era la una de la madrugada en el aula de biología de la academia de magia Subaru. Cuando se abrió la puerta en la parte posterior de un estante donde se colocaban frascos con anfibios empapados en formalina y especímenes esqueléticos, la luz iluminó tenuemente el lugar e inmediatamente se volvió a quedar en la oscuridad.

—Buenas noches, Violet-sensei —Dijo la persona que acababa de entrar.

—llegas tarde. —Respondió Violet.

Gekkou, que era esa persona que acababa de llegar, y se encogió de hombros ya que incluso se había dado prisa.

—El dormitorio tiene una habitación compartida —Contestó—. Fue difícil salir sin que se dieran cuenta.

Cuando dio sus explicaciones, Violet inmediatamente lo interrumpió:

—Eso a mí, no me interesa.

Aunque no se estaba comportando como la maestra que solía ser durante el día, sí que seguía luciendo como tal. Estaba sentada en la única silla de oficina que había allí, con las piernas cruzadas y los codos apoyados sobre el escritorio. Llevaba una falda ajustada y corta que llegaba por arriba de las rodias. Pero ella no era maestra de biología sino una maestra de inglés. Así que a lo mejor había entrado a ese salón sin permiso, pero eso a Gekkou lo tenía sin cuidado. Él se acercó a Violet, que ni siquiera le permitía excusarse y torció la boca en señal de frustración.

—Vaya, esto es muy raro. No me acordaba para nada de que soy un Trailer hasta que entré a este lugar. Ni siquiera lo sospeché.

Cuando vio a su al rededor, el lugar era tanto el aula de clases de biología, como otro lugar diferente. Desde el pasillo no se veía que hubiera luz alguna dentro del salón, pero una vez dentro, el lugar estaba completamente iluminado.

«¿Entonces esta es la magia ilusoria de Violet?».

Ella era capaz de transformar por completo el interior de una habitación a la forma que quisiera. Y Mientras se mantuviera dentro de la barrera donde sus ilusiones funcionaban, no importaba si era destruida o adornada, porque todo volvería a la normalidad en cuanto ella desactivara su hechizo. Gekkou quería una silla. Se sentía como idiota siendo el único que estaba de pie. Sin embargo, él no era capaz de usar magia ilusoria, y su afinidad mágica no le permitía hacerse con una silla de ningún modo. Violet respondió a las palabras de Gekkou.

—Es normal que lo hayas olvidado. Utilizamos magia para que eso sucediera. Pero ten cuidado. En este lugar hay muchos magos de primer nivel y si llegan a tener la más mínima sospecha sobre ti, podrían desenmascararte de inmediato.

—Tranquila, Violet. Eso ya lo sé —Contestó Gekkou con una sonrisa.

Su mente estaba un poco confusa cuando entró en la habitación, pero ahora estaba claro. Hasta que entró en la habitación, Gekkou había olvidado por completo que era un mago de los «Trailers». Esto se debió a que había sido sometido a un hechizo que selló sus memorias acerca de eso. Resulta que algunos estudiantes de la academia de magia que eran militantes de los Trailers, estaban sometidos a ese mismo hechizo. Para aquellos militantes que no podían usar mucha magia o que eran relegados a la clase C, no era necesario usar ese hechizo. Sin embargo, para los estudiantes que estaban en contacto con los rango cinco, o algún otro tipo de integrante de alto nivel, sí era necesario sellar una parte de sus recuerdos. Eso lo hacían para protegerlos de Wizard´s Breath o de alguna otra comunidad enemiga. Sin embargo, ellos no permanecían con la memoria sellada todo el tiempo.

Cuando Gekkou escuchaba la voz de un rango cinco como Violet o Washizu, o al entrar a ciertos lugares de la academia, el hechizo se desactivaba.

En esta ocasión, fue convocado a ese lugar, porque recibió una llamada de Violet diciéndole que fuera. Gekkou, que estaba en su dormitorio, respondió la llamada, completamente confundido y sin saber por qué Violet-sensei, la maestra de inglés lo había llamado a su celular a esa hora. Pero inmediatamente al escuchar su voz, recuperó los recuerdos que habían sido sellados.

«Se siente horrible olvidar cosas… se siente como si estuviera desorientado».

Mientras Gekkou fruncía el ceño, Violet irrumpió rápidamente

—Vamos al grano. Te llamé por el asunto de tu hermano, Nanase Takeshi.

—Si, ya lo sé.

Realmente Gekkou y Violet no tenían ningún otro motivo por el cual reunirse en secreto que no fuera Takeshi. Gekkou miró a Violet y dijo:

—No has podido ¿verdad? Sé que ese tipo aún sigue teniendo a Twilight.

Violet respondió de inmediato:

—Todavía no he fallado.

Gekkou dejó salir un pesado suspiro ante el ceño fruncido que tenía ella.

—Violet… yo no voy a seguir esperando más tiempo. Entre más veo a Twilight, más la deseo. Yo pensaba que mi espada era genial, pero contra ella no tienen nada que hacer. Al menos tres magos, han embullado su magia en esa espada. Eso me hace sentir envidia.

Violet se sorprendió de las palabras de Gekkou.

—¿Sabías de eso?

—Claro, lo veo todas las mañanas cuando usa el hechizo de liberación.

—…

Violet sabía que Gekkou se mantenía más cerca de Takeshi que ella. Era como si él estuviera resguardando a su hermano de las manos de ella.

Mientras lo miraba de manera fría, Gekkou le hablo en un tono muy tranquilo:

—Escucha, Violet… pon una fecha limite o de lo contrario, voy a actuar. No soy alguien muy paciente.

Sin embargo, ella ignoró por completo esa actitud desafiante. Sabía perfectamente que Nanase Gekkou era así. Y de todas formas ella lo odiaba.

«Él es como ver a Kippei en su adolescencia… es repugnante».

Violet era una mujer adulta. No tenía pensado ponerse a su nivel, y simplemente sonrió brillantemente como una modelo lista para una foto, y dijo:

—De acuerdo. Tienes razón. Pongamos una fecha límite. Que sea en mayo durante el Torneo Interclase. Si no consigo a Twilight para ese momento, entonces será tu turno de obtenerla. ¿Qué te parece?

Esta vez fue el turno de Gekkou para sonreír.

—Perfecto. Hasta entonces, me mantendré al margen.

—De acuerdo.

Gekkou le dio la espalda a Violet, y la conversación entre ambos terminó. Aun no era la hora de que los estudiantes se levantaran, pero lo mejor era volver a los dormitorios cuanto antes. Pero antes que se marchara, Violet le dijo algo más:

—Ah, por cierto… lamento lo que pasó en el torneo de los rango cinco.

Gekkou se dio la vuelta mostrando una sonrisa amarga y dijo:

—No me queda de otra. Washizu-san así lo quiso. Además, por lo visto, tal como estoy ahora no podría vencer a Hiruzen-san…

—…

Después de lo que dijo Gekkou, Violet esperó unos minutos en silencio y cuando finalmente se marchó, se levantó rapidamente pateando la silla, gritando como una bestia y alborotando su cabello hermosamente rizado con ambas manos.

—¡¡Aaaaaaaah!! ¡¡Qué coraje!!

Dentro de aquella habitación, no importaba lo fuerte que ella gritara, porque no se oiría absolutamente nada en el exterior. Pero, aun así, sintiéndose avergonzada por sus acciones, Violet volvió a poner su silla en su sitio y se sentó.

—Maldito mocoso… “Mi yo actual no puede vencer a Hiruzen-san” ¡¡Claro que no puedes!! Me encantaría ver a Tadayuki dándote una paliza.

Mientras refunfuñaba para sí misma en un japones muy extraño, Violet de pronto se acordó de algo.

—Ah, olvidé decirle que puse una de mis cartas en el cuerpo de Nanase Takeshi.

Violet estaba ansiosa por contarle a Gekkou que puso una de sus cartas mágicas dentro del cuerpo de Takeshi. Sin embargo, Gekkou se fue tan rápido que no tuvo tiempo de hacerlo.

—Bueno, que importa. No es gran cosa y, además, tengo cosas más importantes que hacer. Y no puedo confiar en ese mocoso.

Mientras discutía consigo misma, Violet se puso de pie y chasqueo los dedos haciendo desaparecer la barrera mágica.

El salón de Biología inmediatamente se quedó a oscuras como estaba al principio, y ella se asomó a la ventana como si fuese atraída por la luz de la luna. Desde allí, se podía ver un sendero bordeado por arboles de ginkgo, e iluminado por luces nocturnas, que conducía hacia uno de los dormitorios. Era el dormitorio masculino Ivy. Ella era capaz de sentir a Takeshi durmiendo profundamente en ese lugar. Siempre y cuando una de las cartas del Aspecto de Violet —específicamente el seis de diamantes—, estuviera en su cuerpo, podría rastrearlo fácilmente en donde quiera que se encontrara. Además de eso, había un par de cosas más que esa carta podía hacer. Ella planeaba utilizarla para poder atraer lentamente a Takeshi hacia el lado de los Trailers. Pero ella dejó salir un suspiro en ese momento.

—Estaba planeando hacerlo poco a poco, pero no me queda tiempo. Tendré que intentarlo por la fuerza…

 Violet se alejó de la ventana, y desapareció silenciosamente en la oscuridad.

***

Durante la hora del almuerzo, Takeshi se encontraba con Kurumi como de como de costumbre. con la única novedad de que ahora se había incorporado Gekkkou. Ida no estaba con ellos porque almorzaba en el salón ya que él llevaba su comida preparada desde casa y además, comía lo más rápido posible para luego tomar una siesta. En el caso de Mui, solía juntarse con sus anteriores compañeros de la clase especial a la que pertenecía antes, así que muy rara vez almorzaba con Takeshi y Kurumi. Takeshi estaba a punto de colocar en la mesa su plato de pescado a la parrilla, cuando Kurumi que ya estaba sentada, se puso de pie y dijo:

—Voy a buscar un té.

—Yo también quisiera un té —comentó Gekkou, sentado al lado de ella.

Takeshi asintió de inmediato y dijo:

—Entonces yo iré a comprar para los tres.

Takeshi se fue de regreso con su billetera en la mano. La cafetería estaba muy concurrida a esa hora y era difícil caminar, pero siguiendo el flujo de la multitud en el pasillo, consiguió llegar al lugar donde había seis máquinas expendedoras alineadas. Sin embargo, en cada una de ellas había fila. Takeshi se colocó en la primera fila y se dispuso a revisar su billetera cuando de pronto, la persona que estaba frente a él se volteó y dijo:

—Hola, Nanase-kun… ¿Hoy comerás pescado?

Takeshi rápidamente alzó la vista y vio que la persona frente a él, era Hitouji-sensei; su maestro encargado.

—¿Sensei? eh… sí, más o menos…

Takeshi se preguntó si Hitouji-sensei había leído su mente, pero la mirada de duda que tenía, decía lo contrario así que se echó a reír.

—No he usado magia. Simplemente sentí el olor a pescado en ti.

—lo siento.

—No, no te preocupes por eso.

La afinidad mágica de Hitouji Makoto, era magia evasiva al igual que Takeshi, pero sus habilidades eran completamente distintas. Él tenía la capacidad de leer las mentes de las personas mediante una habilidad llamada «Mind Site». Takeshi no pudo evitar sonreír frente al hombre con ese extraño peinado de okappa y anteojos completamente redondos.

—¿Hoy también almorzarás con Isoshima-san?

Takeshi asintió y dijo:

—Si. y también con mi hermano menor Gekkou.

La sonrisa de Hitouji-sensei se perturbó y frunció el ceño por un instante al escuchar ese nombre. Takeshi notó completamente ese gesto y preguntó:

—¿Sucede algo?

—Ah no es nada. Eh… ya veo… con que también estás con tu hermano menor…

Takeshi miró con sospecha a Hitouji-sensei que inmediatamente comenzó a reír nerviosamente.

—Usted ya conocía a Gekkou ¿verdad? —Preguntó— Recuerdo haber escuchado que usted fue quien lo invitó a la academia.

Por un momento, Hitouji-sensei se mostró reacio a hacer algún comentario sobre lo que Takeshi acababa de decir, pero al final contestó.

—Si… yo fui quien lo encontró cuando se acababa de convertir en mago y lo traje a la academia.

Sin embargo, luego de decir eso, se quedó completamente en silencio. Su turno en la máquina expendedora llegó y mientras Hitouji-sensei compraba un café, a Takeshi lo abordó una extraña sensación de inquietud. Sin necesidad de tener que usar su Strike Vision, él sabía que el profesor ocultaba algo con solo verlo a la cara. Hitouji-sensei sacó su cajita de bebida de café y le cedió el puesto a Takeshi. Cinco o seis estudiantes más estaban detrás de él. Como ya no tenía más tiempo para conversar con el profesor, Takeshi se dispuso rápidamente a introducir las monedas en la máquina. Y justo en ese momento, Hitouji-sensei estaba a punto de marcharse, pero no sin antes acercarse a Takeshi que estaba descuidado y dijo:

—Nanase-kun… tu hermanito parece tener una forma de pensar muy distinta a la tuya…

Takeshi volteó a ver rápidamente, y vio los círculos de magia evasiva flotando en los ojos de Hitouji-sensei.

—Talvez tengas que encargarte de instruirlo correctamente.

Takeshi se quedó sorprendido y sin entender a qué se refería.

—Oiga…

Takeshi estaba a punto de preguntarle al respecto, cuando de pronto, una chica parada detrás de él, le llamó la atención.

—¡Oye! Somos varios esperando aquí. Apresúrate.

—Ah, lo siento.

Cuando levantó la mirada luego de disculparse con la chica, Hitouji-sensei ya se había marchado. Entonces sacó apresuradamente las tres cajitas de té de la maquina y se hizo a un lado para que la fila siguiera su curso. Él no tenía idea de por qué Hitouji-sensei le había dicho tales cosas.

«¿Acaso el profesor leyó la mente de Gekkou con su magia y supo lo que él realmente piensa de mí?».

Si ese era el caso, entonces esa actitud tenía mucho sentido. Takeshi dejó salir un pequeño suspiro. Aunque ya se habían reconciliado, realmente no era tan fácil ser perdonado. Ese mismo día habían estado entrenando su magia juntos y ahora se disponían a almorzar. y aunque se sonreían el uno al otro, Takeshi hasta el momento no pensaba que había sido completamente perdonado.

«Aunque Gekkou siga teniendo una mala opinión de mí, tengo que protegerlo. Acaba de ingresar a esta academia y no conoce muy bien la magia».

Takeshi asintió para sí mismo y se dirigió de nuevo al interior de la cafetería.

Hitouji Makoto observaba de lejos a Takeshi con una expresión complicada mientras metilla la pajilla en la cajita de café. En Takeshi, había una pequeña duda acerca de Gekkou.

Por lo que había leído a través de su «Mind Site», Takeshi se sentía aterrado cuando Gekkou aparecía en sus sueños premonitorios y lanzaba pestes contra él. Pero al mismo tiempo, sentía que se lo merecía. Y justo ahora, parecía estar haciendo todo lo posible para construir poco a poco una relación normal de hermanos y de paso disfrutar de haber hecho las paces con él.

Sin embargo, Hitouji Makoto no podía olvidar lo que sintió cuando conoció a Gekkou. El chico llamado Nanase Gekkou, tenía un lado oscuro que sabía ocultar muy bien. Ya había intentado leer hasta lo más profundo de su mente, pero no lo consiguió. No conseguía nada por más que lo intentara… ¿Realmente no había nada allí, o era la magia de alguien más la que le impedía el paso? Podía decir que Takeshi no creía que su hermano Gekkou tuviera una mente retorcida, pero Hitouji Makoto no era un mago lo suficientemente optimista como para estar seguro de ello. A pesar de su concejo, era poco probable que Takeshi comenzara a dudar de Gekkou.

Hitouji-sensei caminó perezosamente de vuelta a la sala de personal con la pajilla en su boca, preguntándose qué estaba pasando.

***

Kozuka Aoi, era una chica que acababa de entrar a primer año de preparatoria. Su color favorito era el rosa, su comida favorita eran los dulces, y su persona favorita, era la profesora Violet North. En ese momento, esa persona favorita le había encomendado una importante tarea y por eso estaba parada en las gradas que iban hacia el gimnasio con mucha emoción. Estaba apoyada en un grueso pilar de concreto, sosteniendo un vaso térmico en la mano.

Ajustando los pliegues de su falda corta, ella esperaba a una persona en partícula… a Nanase Takeshi. De repente, un celular en su bolsillo sonó,

—¿Hola? sí, ya estoy lista, Vi-sama…

Ella respondió a su bienamada señora al otro lado del teléfono, con una sonrisa amplia.

—No se preocupe. Déjemelo a mí. ¡Haré mi mejor esfuerzo!

La memoria de Aoi era parcialmente sellada cuando se encontraba en la academia. Por eso olvidaba por completo que era una Trailers. Sin embargo, en ese momento no se encontraba en ese estado. Al momento de haber llegado al gimnasio, la magia que sellaba sus recuerdos se rompió. Y también sucedía cuando escuchaba la voz de Violet. Ahora, Aoi estaba totalmente consiente de que era una maga al servicio de los Trailers. Habían pasado alrededor de 10 minutos desde que las clases de magia de la tarde habían finalizado. Los estudiantes estaban reuniéndose en el gimnasio para comenzar con sus entrenamientos de la tarde. Aoi echó un vistazo a un patrón de flores que había en sus zapatillas de color blanco. Según su opinión, la indumentaria de la academia no era nada linda, así que su pasatiempo era decorarlas junto a sus amigas. Sin embargo, la mayoría de sus amigos pertenecían a Wizard´s Breath.

Cuando la memoria de Aoi era sellada, ella creía ser una maga perteneciente a Pendragon, así que muchos de sus amigos eran pertenecientes al grupo del C7. Cuando sus recuerdos volvían, Aoi volvía a pensar como siempre lo hacía. Se preguntaba si sería capaz de matarlos. Y como siempre, no tenía una respuesta clara para eso. Por supuesto que, para ella, Violet era lo más importante. Aoi mataría incluso a sus propios padres si Violet así lo quisiera. Pero no lo deseaba, entonces Aoi tampoco.

Al decir ese tipo de cosas, Youhei o Kamoshida que pertenecían al mismo grupo, se burlaban de ella. Le decían que solo era una niña y que era muy ingenua. Aoi sacudió la cabeza y dejó de pensar en esas cosas. Intentó moverse al pilar de enfrente, pero cuando comenzó a caminar…

—¡Kyaan!

Aoi chocó con alguien y cayó sobre su trasero.

—Lo-lo siento… —Dijo una voz masculina.

Ella alzó la mirada inmediatamente.

—¿¡Eeh!?

Inmediatamente se fijó que era nada más y nada menos que Nanase Takeshi.

Aoi se quedó mirándolo con la boca abierta, y él inmediatamente extendió su mano preguntándole si estaba bien.

Ella tomó su mano completamente aturdía. Casi estaba inconsciente.

«Vi-sama… yo…»

—¡¡Haré mi mejor esfuerzo!!

Aoi tiró de su mano tan fuerte como pudo para zafarse de él.

De pronto, Takeshi se sintió mareado y casi perdió el conocimiento. Estuvo aturdido por unos segundos, pero rápidamente sacudió su cabeza y miró a su al rededor.

—¿Uh? —Estaba en un lugar muy oscuro—. ¿Qué es este lugar?

Los alrededores apenas eran visibles y pudo ver que estaba atrapado entre unas paredes curvas. Podía tocar dichas paredes con solo extender sus manos. Buscó la única fuente de luz y se sorprendió de ver una abertura circular por encima de su cabeza.

—Estoy… ¿Dentro de un pozo…?

Esa era la única respuesta lógica. Además, la situación en la que estaba le resultó muy familiar.

—¿Así que aquél sueño que tuve ser refería a esto?

Hace algunos meses, Takeshi tuvo un extraño sueño cuando su Aspecto se había insubordinado y lo obligaba a activar la magia «Nightmare» durante todas las noches haciéndolo tener varios sueños premonitorios. En uno de esos sueños, se veía atrapado en un pozo de la misma forma que lo estaba ahora. Takeshi puso rápidamente su mano sobre su cintura. Su espada, estaba allí. Eso lo hizo sentir un gran alivio, y decidió gritar hacia arriba de momento.

—¡Hola! ¿¡Hay alguien!? ¡alguien que me escuche!

La sensación de distancia era oscura y difícil de comprender, pero parecía haber una altura considerable para llegar a la boca del pozo. No era una altura que se pudiera subir escalando.

—¿Qué está pasando?

Trató de calmarse, e intentó recordar lo que había estado haciendo justo antes. Pero sentía los pies demasiado fríos. Era una sensación como si tuviera los pies sumergidos en agua. Cuando miró hacia abajo, notó que había un olor extraño y familiar. Se agachó e intentó recoger un poco de ese líquido.

—¿Esto es café?

El olor ciertamente era el mismo del café. Pero no tuvo el valor de probar su sabor. Entonces se volvió a levantar y dejó salir un suspiro.

—¿Esto es magia?

Tenía que ser eso, o de lo contrario solo podía ser un sueño.

—¡¡Holaaa!!  ¿¡¡Hay alguien?!!

Una vez más volvió a gritar.

—¿Quién demonios eres y por qué estás haciendo esto?

Takeshi se acercó al borde y comenzó a golpear las paredes mientras sus pies permanecían metidos en ese líquido que parecía café. Las paredes parecían estar hechas de un material suave y elástico.

—¿Podré romper esto usando magia?

Antes de hacer eso, había intentado usar la magia de levitación para llegar a la salida.

Mientras Takeshi hacia alboroto, Aoi observaba un vaso encima de un escritorio, con una expresión de descontento.

—Es un hombre ruidoso. Tenemos que pasar a la siguiente etapa del plan cuanto antes —Dijo.

Saikawa Youhei que tenía los pies en el escritorio, respondió al murmullo de Aoi:

—No seas impaciente. Si fallas y lo matas, estarás en serios problemas.

Aoi frunció más el ceño ante el comentario de Youhei que reclinaba su silla balanceándola sobre las patas traseras.

—Ya lo sé. Y por cierto… ¿qué haces tú aquí? Se supone que solo Kamoshida estaría aquí.

Aunque había conseguido atrapar exitosamente a Nanase Takeshi en el interior de un vaso térmico, lo verdaderamente difícil vendría después.

—Aoi, concretare.

Aoi se estremeció cuando escuchó el regaño de Kamoshida.

—Ah, sí, lo siento…

Al ver eso, Youhei distorsionó su boca con disgusto.

—¡tch! ¿Qué pasa? con Minoru sí eres bastante amistosa.

—Por supuesto que sí. A diferencia de ti, él es muy caballeroso.

Cuando los dos todavía estaban discutiendo, Kamoshida les habló delante de un marco de bloques de lego que él mismo había creado.

—Ya está listo. Es hora de comenzar.

—De acuerdo. Yo también estoy lista.

Aoi levantó su Aspecto, el cual era una cuchara de plata, con una campanilla. Ella ya estaba utilizando el hechizo de liberación. Así que los tres habían puesto una barrera sobre el aula de primer año de preparatoria que había quedado vacía después de clases, y estaban llevando a cabo un plan ideado por Violet.

—»Te entrego el primer sorbo. Sé bienvenido a la fiesta de té de esta tierra mágica«

Con el sonido de la dulce voz de Aoi, la cuchara comenzó a agitarse en las puntas de sus dedos, haciendo sonar ligeramente la campanilla. Luego comenzó a brillar con un color rosa fuerte.

—“Dulce tentación

Una gran cantidad de partículas mágicas emergieron desde la punta de la cuchara y se vertieron sobre el vaso donde Takeshi se encontraba cautivo.

—“¡CAFFE LATTE PARTY!”

En respuesta a su hechizo, el vaso se cubrió de las partículas de color rosa de Aoi, y se sacudió varias veces.

En ese momento, se suponía que Takeshi estaba atrapado en el interior.

—¡Uwaaaaaaaa!

Takeshi se asustó por el repentino temblor que se produjo. El suelo del pozo desapareció y Takeshi cayó de cabeza a través de un espacio completamente oscuro. Y esta vez, si acabó inconsciente.

***

Se sentía como si estuviera durmiendo en un futón suave y cálido. Takeshi fue despertado por una voz familiar.

—Eres un niño muy dormilón.

Una voz femenina que hablaba con gentileza. Takeshi se quedó sin palabras cuando algo inusual saltó a su vista.

—¿Eh? oye… Isoshima… ¿Por qué estas vestida así?

 La persona que estaba hablándole, era Kurumi. Sin embargo, su ropa parecía ser un poco extraña.

—Vamos, levántate ya, Takeshi.

Jalado por Kurumi, Takeshi levantó la parte superior de su cuerpo y Cuando miró a su alrededor, vio que había estado acostado sobre grama.

—Ah, oye… ¿Qué está pasando?

Kurumi se echó a reír. Takeshi la miró con la cabeza todavía aturdida, pero algo le resultó gracioso. Resulta que Kurumi, estaba vestida con un traje de gatita. Incluso tenía orejitas en la cabeza.

—Ven aquí, Takeshi.

Cuando Kurumi le hacía señas con la mano para que se acercara, Takeshi notó un objeto alargado que sobresalía de la parte baja de su espalada. Era una cola anillada que se balanceaba de un lado a otro.

—¿Qué es esto?

El panorama de ver a Kurumi con un traje de baño a rayas naranja y purpura, con orejitas en su cabeza y una cola en su trasero hizo sentir a Takeshi como si se iba a desmayar de nuevo.

Mientras la gatita Kurumi se alejaba del lugar, Takeshi se levantó lentamente y fue tras ella. Él estaba maravillado por el atuendo de Kurumi, pero cuando miró más de cerca, también vio que los alrededores del lugar en donde se encontraban, eran bastante extraños.

El cielo de color azul con nubes blancas, parecían ser un dibujo de alguien hecho con lápices de colores y pensó por un rato estar en un bosque, pero los árboles estaban hechos de papel mache como los que se usaban en las obras de teatro. Mientras iba tras Kurumi, de pronto se encontró en un espacio abierto. Había aproximadamente unas diez sillas alrededor de una enorme mesa rectangular. En esa mesa había una gran cantidad de postres de toda clase y muy coloridos. Pero lo que más llamó la atención de Takeshi, fue otra cosa.

—Aquí viene el té…

—Son las tres de la tarde, es hora del té.

Al lado de la mesa, había dos personas más. Una chica vestía de conejita y otra vistiendo un vestido esponjado. Parecían estar disfrazadas como personajes de “Alicia en el país de las maravillas.”

—¿¡Mui!? ¿¡Towa!?

Los ojos de Takeshi se abrieron de par en par al ver a las dos chicas.  Mui estaba vestida con un leotardo y unas largas orejas de conejo blanco, mientras que la linda Towa, prácticamente estaba vestida como Alicia. Una sostenía un plato con galletas y la otra un abandera con una tetera.

—Supongo que esto debe ser un sueño. —Dijo Takeshi.

Se frotó los ojos. Sin embargo, la voz de las tres chicas seguía llegando a sus oídos ininterrumpidamente.

—Solo tenemos té Earl Gray —Dijo Towa.

—Pero tenemos galletas para acompañar el té —Dijo Kurumi.

—También tenemos chocolates —Dijo Mui.

Ciertamente esas eran Towa Kurumi y Mui… No había duda de ello.

—Vamos, siéntate con nosotras

—Sí, siéntate con nosotras.

Tanto Towa a la derecha, como Mui a la izquierda, tiraban de Takeshi intentando llevarlo a la mesa.

—Qué sueño más raro…

Todavía confundido, Takeshi se sentó en una de las sillas. Towa se sentó a su derecha, y Mui a su izquierda. Dejando de lado la apariencia infantil de Towa, Takeshi miró de reojo a Mui y gimió.

—Uh… no puede ser… esto no puede tratarse de mis deseos.

Siendo un chico en su segundo año de preparatoria, tener un sueño como ese, sería algo normal. Pero ese escenario estaba más allá de su imaginación.

—Esto no es bueno…

Mientras comenzaba a sentirse cada vez más confundido, Kurumi preguntó extrañada desde el otro lado de la mesa:

—¿Qué sucede, Takeshi?

—No es nada…

Encogiéndose de hombros, Takeshi se quedó sentado en su silla muy quietecito, mientras Mui y Towa le ofrecían platos con postres.

—Takeshi-kun, toma un poco de Helado.

—Prueba las magdalenas. Están muy buenas.

Ellas le acercaban a Takeshi un enorme plato con helado de vainilla y chocolate y otro con una gran cantidad de magdalenas apiladas en una pirámide. El dulce olor de esas cosas casi lo asfixiaba.

—Ah… aah… está bien…

Pero lo que más tenia a Takeshi desconcertado, era la distancia en que esas dos estaban de él.

—O-oigan… ¿Podrían alejarse un poco?

—¿Por qué?

—Sí, ¿por qué?

Sorprendidas por lo que les dijo, Mui y Towa se aproximaron aún más a Takeshi.

—Si se acercan tanto, habrá un problema.

—¿Problema?

—Si, ¿qué clase de problema?

Los pechos de Mui se estaban presionando contra el brazo de Takeshi y los labios de Towa casi tocaban su mejilla.

—C-creo que ya me voy…

Takeshi intentó ponerse de pie, pero ambas se aferraron a sus brazos.

—¡No!

—¡No lo hagas!

Él quería escaparse a como diera lugar, así que, si no podía ir hacia arriba, entonces intentaría ir hacia el frente, pero cuando se inclinó hacia adelante, se topó de frente con Kurumi.

—Por favor, Takeshi —Dijo Kurumi—. Quédate un poco más. Quiero disfrutar del fondue de chocolate contigo.

Takeshi no se dio cuenta a qué hora Kurumi se subió a la mesa y lo capturó entre sus piernas.

—I-isoshima… d-deten…

Kurumi tenía algo en la mano. Era un pincho con algo cubierto de chocolate. No se sabía que era realmente a causa del baño de chocolate. Pero no era eso lo que asustaba a Takeshi, sino el atuendo excesivamente sensual de Kurumi. Su cintura había sido rodeada por los suaves muslos de ella, y Takeshi parpadeó completamente sorprendido.

—Así es, Takeshi-kun. Si no te apresuras a comer el helado, se derretirá.

—Takeshi, al menos prueba un bocado de las magdalenas.

Si accediera a comer todas esas cosas, podía hacerlo sin ningún problema e incluso comer hasta vomitar. Sin embargo, esa situación le parecía sumamente desagradable.

—¡Deténganse!

Takeshi quería sacudírselas de encima por la fuerza, pero por alguna razón estaba muy débil y no podía hacer ni el más mínimo esfuerzo. Solo podía sacudirse intentando resistir.

—¡Chicas! ¿¡Qué pasa con ustedes!?

En medio de su confusión, Takeshi no se había dado cuenta que había tres magos observando aquella escena.

—Siempre que veo esto, me parece una magia horrible. —Dijo Youhei al echar un vistazo en el interior del vaso con una expresión de horror.

En respuesta, Aoi que también miraba el interior, puso una sonrisa maliciosa y dijo:

—Fufufufufu…  Es genial ver como los hombres no pueden resistir la compañía de una chica.

Mientras miraba de reojo a la sonriente Aoi, Yohei preguntó con sorpresa:

—¿Y qué harás si el tipo ya no se aguanta y comienza a tener sexo con ellas? ¿Te vas a quedar a mirar?

Aoi se molestó por ese comentario y respondió:

—¡No pienso hacer eso! ¡Tonto Yohei! Obviamente si eso pasa, haré algo al respecto.

Youhei estuvo de acuerdo. Entonces Aoi volvió a mirar a Takeshi que gritaba dentro del vaso, y volvió a sonreír.

—De todas formas, cuando una chica toma la iniciativa, ya sabemos lo que sucede. Los hombres son unos gallinas.

En contraste con Aoi que se veía muy entretenida, Youhei se encogió de hombros.

—Tienes razón. Lo estás torturando. Hasta le tengo un poco de lastima al tipo.

Luego habló con el otro chico que estaba sentado tranquilamente a su lado.

—¿Tu qué opinas Minoru?

Sin embargo, Kamoshida los ignoraba completamente a ellos y al vaso.

—¿Minoru? —Youhei sonrió amargamente al ver que Kamoshida lo ignoraba por completo—. ¿No me oyes?

Sucede que Kamoshida estaba plenamente concentrado en su Aspecto; que eran los bloques de Lego que había frente a él.

***

En la fiesta de té, Takeshi todavía estaba siendo apretujado por las tres chicas.

—Basta chicas…

Ahora Kurumi se encontraba sentada en sus piernas mientras Mui seguía aferrándose a su brazo izquierdo.

Del lado derecho, Towa se acercó a Takeshi llevando una banana cubierta de chocolate en la boca y se puso delante de él, para dársela de boca a boca. Las tres estaban metiéndole comida a Takeshi sin parar y le habían dejado la cara embarrada de chocolate.

—¡¡S-si esto es un sueño, ya quiero despertaaaaar!!

Estaba casi al borde de las lágrimas, e inclusive, quería gritar. Dentro de su corazón, clamaba que alguien lo ayudara. Cuando de pronto, escuchó una voz proveniente de lo profundo del bosque.

—En ese caso, no importa que sea yo ¿verdad?

Mientras se quitaba de encima los brazos de Kurumi que estaban alrededor de su cuello, Takeshi volteó a ver y se encontró con un hombre que venía caminando hacia él con una sonrisa de oreja a oreja. Era un hombre que le resultaba familiar.

«¿Eeh?»

Por un momento, dudó de lo que estaba viendo. Ciertamente deseaba que alguien lo ayudara, pero… ¿por qué tenía que ser precisamente él?

—¿¡Washizu… Kippei…!?

Cuando escuchó a Takeshi llamarlo por su nombre, Washizu sonrió aún más y levantó una mano.

Youhei que estaba fuera del vaso observando, también se sorprendió de repente.

—¿Por qué hiciste aparecer a Washizu? —Le preguntó a Aoi.

Sin embargo, quien le respondió fue un hombre que no estaba allí hace un momento.

—Aparte de mí, él no conoce a muchos magos de los Trailers. ¿No crees que soy la mejor opción para el trabajo?

El salón inmediatamente se puso tenso como si una corriente eléctrica hubiera recorrido el aire. Los tres magos inmediatamente buscaron preparar su Aspectos. Pero Washizu simplemente levantó las manos y se encogió de hombros para mostrar que no pretendía ser hostil.

—Oiga, tranquilos… no he venido a interferir con lo que están haciendo. Es más, quiero ayudarles…

Youhei se metió la mano al bolsillo para sacar su Apecto; un arco que se podía doblar y hacer muy pequeño gracias a la magia. Sin embargo, Washizu se acercó repentinamente a Youhei que era el más hostil, y con una expresión amistosa le dijo:

—Oye, Saikawa-kun. Todos aquí somos magos de los Trailers. Todos queremos lo mismo. Eso quiere decir, que lo que beneficie a Violet, también me beneficia a mí.

—¿Que está diciendo?

Youhei se quedó mirándolo fijamente. Entonces Washizu sonrió amargamente y dijo:

—Solo quiero ayudarles a ponerlo de nuestro lado. Es natural que les ayude a eso.

Al escuchar eso, Aoi gritó:

—¡Aguarde un segundo! ¿Cree que no lo sabemos? usted es el guardián de Nanase Gekkou. Vi-sama ha estado discutiendo con él sobre quien se quedará con Twilight.

—Esa es cosa de Gekkou. Yo tengo mis propios planes.

Yohei volteó a ver a Kamoshida que estaba armando un marco de bloques de lego manteniéndose completamente al margen de la situación.

«Minoru no está percibiendo a este hombre como peligroso»

Eso significaba que Washizu no tenía intención de engañarlos o atacarlos en este momento.

Cuando se concentraba en construir algo con su magia, Kamoshida perdía por completo la noción de su entorno, pero sus cinco sentidos seguían funcionando. Youhei sabía que si algo fuera realmente peligroso, Kamoshida se detendría y estaría listo para atacar.

—Washizu-san…

Youhei levantó la mano dando una señal para Aoi, que gruñía como una cachorrita, y se puso delante de Washizu.

—¿Vi-sama sabe que usted está aquí?

—Por supuesto que sí. —Washizu respondió de inmediato.

Youhei dejó salir un suspiro.

—Entonces está bien. Pero si solo viene a estorbar y nos hace perder la oportunidad de convencerlo, déjeme decirle que tenemos tiempo de sobra. Puede hablar todo lo que quiera con él, pero recuerde que lo estaremos vigilando.

Washizu juntó sus manos y sonrió felizmente.

—De acuerdo. Saikawa-kun, parece que eres un hombre que sabe lo dice.

Ignorando por completo a Aoi que seguía mirándole con una cara temerosa, Washizu Kippei se dedicó a observar el interior del vaso.

—Tu magia es maravillosa señorita… ¿Puedes desaparecer a esa marioneta y ponerme dentro?

Aoi levantó silenciosamente la cuchara que sostenía con fuerza.

Takeshi miró Washizu Kippei con una expresión similar a la de Aoi. Incluso se puso muy rígido al ver que el hombre se acercó y trató de tocar la espada que colgaba de su cintura. Sin embargo, le resultó difícil hacerlo porque Mui. Kurumi y Towa apretujaban bastante fuerte a Takeshi. Washizu se alejó un poco y entrecerró los ojos con una sonrisa diciendo:

—¿Por qué pones esa cara? Esto es solo un sueño.

Takeshi respondió inmediatamente:

—Aun así, no se trata de un sueño premonitorio. Es decir… Towa está aquí, pero hay algo muy raro…

Inmediatamente las tres chicas que lo estaban abrazando refutaron:

—Esto es un sueño, Takeshi-kun.

—Sí, es un sueño.

—Estoy segura de que esto es un sueño.

—…

Takeshi se quedó en silencio mientras era abrazado por las tres chicas. Pero Washizu en ese momento, se rio como si hubiera visto algo muy gracioso y dijo:

—Da igual si es un sueño o la realidad. Yo he venido aquí, para mostrarte algo grandioso —El hombre levantó el brazo y llamó a Takeshi—. Vamos… ven conmigo… ¿O prefieres terminar de jugar con esas tres señoritas? Es un buen sueño. No tengo problema con eso realmente.

—…

Takeshi se dio cuenta de que solo podía salir de esa situación, aceptando la invitación de Washizu, así que hizo el intento de levantarse. Esta vez, las tres chicas se quitaron sin protesta alguna de encima de él.

—Vuelve pronto, Takeshi.

—Que te vaya bien.

—Estaremos esperando aquí, Takeshi-kun.

Kurumi, Towa y Mui, se despidieron de él, y Takeshi se levantó tambaleándose un poco y se limpió el chocolate de la cara con unas servilletas que había en la mesa.

Washizu Kippei tenía exactamente la misma apariencia que tenía cuando Takeshi lo vio por primera vez en el exterior del mundo en ruinas. Llevaba las manos en los bolsillos mientras el dobladillo de su gabardina negra revoloteaba en el aire. Desde que abandonaron la fiesta del té en el bosque, Washizu caminó por un sendero adoquinado y Takeshi lo siguió.

El hombre nunca miró atrás, y nunca perdió su camino. Cuando Takeshi alcanzó a Washizu en una corta carrera a través de los árboles, comenzó a caminar tras de él guardando cierta distancia. Caminaron durante unos cuatro o cinco minutos. Hasta que Washizu señaló un edificio que era visible entre los árboles, sin detenerse.

—Es aquí.

Cuando Takeshi miró en la dirección a la que el hombre apuntaba, vio el edificio que parecía fuera de lugar y preguntó:

—¿Eso es un cine?

Era un edificio de un piso hecho de ladrillos marrón rojizo con un techo de doble caída de color gris. Tenía puertas dobles al centro y en las paredes de a cada lado, había grandes carteles pegados. Títulos y portadas que parecía haber sido vistos en otro lugar, estaban alineados uno al lado del otro. Cuando Takeshi se acercó a la entrada, escuchó a Washizu decir:

—Están exhibiendo una película bastante interesante aquí.

Washizu entró al lugar sin detenerse.

Takeshi se detuvo frente al lugar, y dudo en entrar porque no sabía si sería peligroso. Sin importar que se tratara de un sueño o la influencia de la magia de alguien, no se podía negar que Washizu Kippei era un mago de los Trailes y un oponente fuera del alcance de Takeshi. Sin embargo, Washizu no miró atrás ni lo llamó porque estaba seguro de que Takeshi lo seguiría.  El hombre pasó por el vestíbulo vacío del cine, abrió la pesada puerta aprueba de ruido y entró a la sala. A pesar de lo que sentía, Takeshi lo siguió. De todas formas, si se trataba de una trampa, no tenía muchas opciones. Cuando Takeshi abrió la puerta y entró, se topó de inmediato con las escaleras que bajaban a un lado de las butacas de la sala de cine. Justo en el centro de todas las butacas, se encontraba sentada solo una persona. Takeshi miró la enorme pantalla que había al frente.

«¿Una pantalla hecha de bloques de lego?».

Curiosamente, el marco de la pantalla estaba ensamblado con bloques de colores rojo, blanco y amarillo. Pero a pesar de sus dudas, Takeshi bajó al lugar donde Washizu estaba sentado. En la pantalla, se visualizaban unos personajes de un conejo y una ardilla que explicaban de forma divertida las advertencias generales previas a la proyección. Dejando un lugar de por medio, Takeshi bajó el asiento de una de las butacas y se sentó. Washizu puso sus manos sobre sus piernas cruzadas y dijo:

—Quiero que prestes mucha atención a lo que vas a ver.

En cuanto Takeshi se sentó, la pantalla cambió y apareció el título de la película en un texto muy grande. Washizu lo leyó en voz alta:

—“Primera Gran Guerra Mágica”

Como si de un cortometraje antiguo se tratase, las letras oscilaban y palpitaban de vez en cuando.

—Esta es la versión de los Trailers.

Takeshi no estaba interesado en eso. Incluso pensó por un momento en marcharse, pero le daba más miedo volver a la fiesta de té, así que se quedó a mirar de mala gana. La película comenzó lenta y silenciosamente, haciendo una retrospectiva en el tiempo.

***

Finales del siglo VIII…

Una mujer vestida con trapos sucios y harapientos, caminaba atada de las manos y los pies con cuerdas junto a un hombre y otra mujer que caminaban en fila con ella en las mismas condiciones, mientras un guardia bien vestido, caminaba frente a ellos custodiándolos. Estaban caminando por una calle empedrada llena de tiendas y casas a ambos lados cuando de repente, una de las mujeres gimió y se agachó. Sangre comenzó a derramarse de su frente y una piedra rodó bajo sus pies. Algunas personas en la escena, levantaban sus manos gritándoles toda clase de insultos. La mujer intentó discutir con ellos, pero la haberse detenido, el guardia que iba al frente, inmediatamente se regresó hacia ella y la golpeó con la empuñadura de su lanza.

Más piedras volaron por el aire. Pero la mujer se levantó tambaleándose un poco, y continuó caminando. Inmediatamente llegaron a una plaza en donde una multitud de personas se había concentrado rodeándoles en un círculo. En el centro del lugar, había tres postes de madera sembrados en vertical, en acorde a las tres personas que llevaban atadas. Fueron arrastrados hacia allí, y entonces una mirada llena de desesperación apareció en sus rostros. Hicieron que cada uno se parara frente a un poste, y los ataron a ellos. La mujer derramó lágrimas y se lamentó de algo.

Piedras comenzaron a llover desde los alrededores, acompañadas de gritos de insultos, maldiciones y sobre todo, una palabra que les gritaba una y otra vez. «Herejes».

La mujer comenzó a gritar mientras unas ramas y hojas secas juntadas alrededor de sus pies eran prendidas en fuego. Ella se retorcía intentando librarse de eso. Sin embargo, mientras estaba en medio del fuego teñido de naranja, lanzando gritos bestiales de desesperación que no podía considerarse humano, la escena cambió.

En un almacén subterráneo poco iluminado, unos hombres encapuchados estaban reunidos. Había un enorme tanque lleno de agua hasta la altura de la cintura en el centro de ese almacén. Dentro del tanque, había varias personas de píe y con cara de miseria, que estaban siendo sujetadas por varias de esas personas que las sumergían de vez en cuando. Esa, era claramente la escena de una tortura. También había un número de personas que parecían muy cansadas, reunidas a un lado del tanque agua.

En el pecho de aquellos hombres encapuchados, figuraba un símbolo. Específicamente, se trataba de un emblema de cinco estrellas. Inmediatamente después de eso, la escena volvió a cambiar. Esta vez, la escena parecía ser de una época posterior. Se veía un castillo como los de Europa Occidental, en donde una persona en una de las habitaciones, estudiaba unos documentos. Esos documentos claramente estaban sellados con el emblema de cinco estrellas de Wizard´s Breath. El hombre, que parecía tener unos cincuenta años de edad, puso su mano sobre un espejo que había en la pared, e inmediatamente apareció un círculo mágico. Dos hombres y una mujer salieron del espejo y esta vez, parecían hablar en un idioma entendible.

—Se lo suplico, nosotros no usamos magia —Dijo la mujer—. Le juro que nunca usaré magia durante el resto de mi vida.

—Yo también lo juro —Dijo uno de los hombres—. Por favor, tenga piedad. Puedo vivir entre la gente común sin problemas.

El hombre y la mujer que habían salido del espejo, se arrodillaron a los pies del hombre los llevó allí, y agacharon sus cabezas profundamente hasta tocar la alfombra, mientras pedían clemencia. Sin embargo, el otro hombre fue totalmente indiferente a sus suplicas.

—¿Por qué monopolizan la magia? —Cuestionó el tercero—. ¿Qué los hace especiales a ustedes? ¿Por qué solo los de Wizard´s Breath pueden usarla?

El hombre que había sacado a esos tres del espejo, se veía realmente molesto al ver fijamente al tercero que lo había desafiado. Luego, tomó un bastón que estaba apoyado en su escritorio y liberó partículas mágicas de color celestes de desde la punta. Tan pronto como el hombre desafiante fue golpeado por esa magia, fue arrojado violentamente contra la pared, y su cuerpo inmediatamente se prendió en llamas. El otro hombre y la mujer alzaron un grito que fue muy corto ya que a ellos dos, fueron asesinados de la misma forma.

—¿¡Que solo Wizard´s Breath puede usar magia!? —El hombre se rio y se burló frente a aquellos tres cadáveres chamuscados—. Por supuesto que sí. Solamente a los magos de Wizard´s Breath, se les está permitido usar magia. No se puede tolerar que basuras como ustedes la utilicen. La magia es una creación divina que está reservada solo a los nobles.

La pantalla una vez más cambió de escena. Esta vez, un hombre con una túnica y una capucha que llevaba el emblema de cinco estrellas en el pecho, enviaba una señal al frente donde estaba un lugar de decapitación. Una enorme hoja de un solo filó cayó, y una persona más acabó muerta. En las siguientes escenas basadas en épocas posteriores, escenas similares se repetían una y otra vez.

Siglo XX…

Un edificio de color blanco que casi todo el mundo ha visto en algún momento en cierto país, la cámara mostraba la oficina oval del presidente. Un hombre con un traje azul marino, se encaraba y charlaba con una persona sentada en la silla del presidencial. Ese hombre sentado, portaba en el pecho el emblema de cinco estrellas.

La escena cambió de nuevo, y esta vez, se mostraba lo que parecía ser un cuartel militar. Había docenas de hombres y mujeres formados en filas. Y cuando el que parecía ser su instructor les dio una indicación, todos ellos activaron magia básica. Cada uno de ellos también tomó un Aspecto y activaron el hechizo de liberación. Cuando la prueba terminó, fueron divididos en dos grupos. El primer grupo salió de las instalaciones y el segundo se quedó frente al instructor. De repente, unos cuantos soldados de otro pelotón, apareció en el lugar y al mismo tiempo, asesinaron con magia a todo el grupo que se había quedado allí. El otro grupo al que se le ordenó salir del lugar, fue llevado a otro edificio en donde se les entregó ropa. Era unos uniformes que tenía el emblema de las cinco estrellas bordado en el pecho.

Luego de que las escenas cambiaran varias veces, a Takeshi se acostumbró a ver las desagradables imágenes que solo parecían propaganda. Entonces volteó a mirar a su lado, y Washizu Kippei tenía los ojos cerrados.

—Oye… ¿cuándo más va a durar esto? —Preguntó Takeshi.

Washizu inmediatamente abrió los ojos.

—¿Ah? ¿Qué dijiste?

—Es que estas imágenes son desagradables.

Washizu distorsionó la boca cuando miró al frente y vio a un mago en una selva disparando magia a los combatientes que defendían a su país e incluso, matando aldeanos que no tenían nada que ver. Acababa de pasar también una escena en donde un mago de Wizard´s Breath, estrechaba entre risas la mano de un ministro de cierto país.

—Bueno, puede que tengas razón. Aunque más que todo, es aburrido.

Washizu levantó una mano y la agitó como para dar una señal a la sala de proyecciones del fondo.

Inmediatamente la pantalla cambió. Era un video completamente diferente de los que había estado mirando. En él se podía observar a un chico leyendo un libro en una esquina de un salón de clases. Era un chico que se veía muy callado y de rostro delgado. Su edad era la de un estudiante de preparatoria como Takeshi. De pronto, otro chico entró al salón y gritó. Entonces el chico que estaba leyendo, levantó su vista y en cuanto lo vio, sonrió.

—Ah… ese soy yo. —Dijo Washizu de repente.

Entonces Takeshi se sorprendió.

—¿¡Eh!?

—Te digo que ese soy yo. Y Ah, y el tipo ese todo serio que tiene le libro es Kazuma.

—…

Takeshi se quedó mirando la pantalla con seriedad. Ciertamente al ver con atención al chico que acababa de aparecer saludando, se veía igual a Washizu Kippei, pero en una versión más joven. Después de un momento, una tercera persona apareció en la escena. Un chico alto con una mirada amable. Los tres conversaban felizmente.

—¿Qué pasa? ¿por qué no te has unido a Wizard´s Breath? —Preguntó el joven Washizu completamente extrañado—. Se supone que te invitaron a unirte ¿no?

Kazuma sonrió amargamente.

—Si me invitaron.

Su actitud era de indecisión.

—No está nada mal unirse a Wizard´s Breath. Si no te metes a una comunidad, tus padres se enfadarán contigo y te meterás en problemas.

Kazuma no respondió al comentario de Washizu y en su lugar, volteó a ver al otro chico que acababa de llegar y dijo:

—¿Qué hay de ti, Tsukiomi?

El chico alto de mirada amable respondió:

—Bueno, yo estoy considerando unirme a Wizard´s Breath. Si paso el examen, obviamente. Si no, tendré que buscar otra comunidad.

La manera tranquila con la que respondió, lo hacía parecer una jirafa.  Kazuma regresó su vista al libro que había estado leyendo, completamente desinteresado. Washizu por su parte lo miró por un momento y dijo:

—Oye, Kazuma… entiendo lo que dices, pero… tú tienes el talento para llegar a ser alguien importante dentro de Wizard´s Breath. Si tienes el camino al éxito delante de ti, ¿por qué no tomarlo?

—Eso no me interesa… —Susurró Kazuma.

—¿Por qué no? —Insistió Washizu completamente confundido de esa actitud.

Kazuma finalmente cerró su libro y lo miró fijamente:

—Escucha, Kippei… yo no quiero ser una herramienta para matar personas. mi magia es capaz de hacer desaparecer cualquier cosa. Incluso personas. Nada se me escapa…

Washizu sonrió, como si ya supiera de qué estaba hablando. Sin embargo, Kazuma dejó escapar un suspiro.

—Lo único que buscan, es usarme como un arma de guerra. No quiero eso. No seré parte de Wizard´s Breath mientras sepa que han estado usando la magia con fines egoístas y que seguirán haciéndolo sin importar nada. No quiero ser parte de ninguna comunidad. Mi magia me pertenece solo a mí. —Kazuma volvió a abrir su libro—. Solo yo, decidiré cómo usarla.

Washizu se quedó completamente callado al escuchar la rotunda decisión de Kazuma. Tsukiomi, que estaba a su lado, lo miró con ansiedad.

Cuando la escena volvió a cambiar, esta vez ya no era una escuela, sino un lugar como una oficina. Los personajes en escena, era Ryusenji Kazuma y un extraño hombre de unos treinta años. Los dos estaban sentados uno frente al otro con un gran escritorio de roble de por medio.

—Habrá problemas, Ryuusenji-kun… —Dijo el hombre de traje negro, con una gran sonrisa mientras se cruzaba de brazos—. Si no ingresas a Wizard´s Breath, en verdad tendrás muchos problemas.

Ryuusenji Kazuma vestía el mismo uniforme escolar que se le había visto en la escena anterior, y su edad no parecía haber cambiado. A Kazuma no le importó que el otro hombre fuera un adulto y respondió:

—Me importa una mierda eso.

El hombre bajó los brazos. Entonces, el emblema de Wizard´s Breath se hizo visible en su pecho.

—Huh, ya veo…

El hombre se inclinó por encima del escritorio y se acercó a Kazuma.

—Ah, pero vas a querer entrar. Después de todo, tus mejores amigos van a tomar el examen de ingreso Wizard´s Breath.

—Lo que Kippei o Tsukiomi hagan, no tiene nada que ver conmigo.

Cuando Kazuma le devolvió la mirada, el hombre mostró una obvia mueca de desprecio y dijo:

—Desde el punto de vista de Wizard´s Breath, tu magia es muy peligrosa. No te podemos dejar libre haciendo lo que te plazca.

—¿Y ustedes creen que pueden decirme a mí lo que voy a hacer con mi magia? Lo único que quieren es sacar ventaja. Lo siento, pero prefiero morir antes que ser una herramienta para matar personas.

El hombre levantó una ceja ante la actitud firme y testaruda de Kazuma.

—¿En serio preferirías morir? Es una pena… Wizard´s Breath te necesita con vida. Y estoy seguro que tus padres estarán de acuerdo con eso.

—¿…?

Kazuma sospechó de las palabras del hombre y levantó la vista. El hombre le señaló un juego sillones de recepción que estaba formalmente colocado a espaldas de Kazuma. Cuando él se dio la vuelta, vio que un televisor que estaba allí, se había encendido antes de que se diera cuenta y la pantalla mostraba a dos personas.

—¡¿M-mamá?! ¡¿Papá?!

—Tus padres realmente desean que te unas a Wizard´s Breath. Como hijo, es tu deber complacer sus deseos.

Los padres de Kazuma se veían sentados uno al lado del otro, pero sus cuerpos se veían flácidos y sus cabezas colgaban hacia el frente como si estuvieran dormidos.

—¿¡Qué les hicieron!?

El hombre negó intencionalmente con la cabeza hacia Kazuma, que estaba furioso.

—No les hemos hecho nada. Wizard´s Breath es una comunidad legitima que se apega estrictamente a todos los estatutos del C7.

—¡Déjenlos ir!

En respuesta al grito de Kazuma, el hombre agarró un fajo de documentos de su escritorio y se los ofreció muy sonriente.

—Para eso, tendrás que firmar un contrato primero. Todo el papeleo está hecho y lo único que hace falta, es poner tu firma.

—…

Kazuma extendió su mano temblorosa de furia hacia el hombre que lo estaba chantajeando para que firmara los documentos de afiliación a Wizard´s Breath. No le apuntaba ni con una espada ni con una pistola. El Aspecto de Kazuma, era un objeto que a simple vista parecía inofensivo. Lo que sobresalía de su mano apuntando directamente al hombre, era una batuta de maestro de orquesta.

—¡“LIBERATE”! —Exclamó Kazuma con una voz quebrada por la furia.

De repente, el hombre vio como de la punta de la batuta comenzaban a generarse partículas mágicas.

—O-oye… ¿qué estás…?

Kazuma sintió como las partículas mágicas de color marrón oscuro, brotaban de su cuerpo y llenaban el aire. Todo lo que tenía que hacer, era recolectarlas en la batuta que estaba sosteniendo.

—“Dia de otoño, fluyendo a la luz del sol de la mañana…

—¿S-sabes lo que les pasará a tus padres si me haces algo?

Sin saber que pasaba, el hombre sacudió la cabeza al escuchar el encantamiento de Kazuma. El hombre movió su cadera ante esa reacción tan inesperada, e intentó desenfundar una pistola que era su Aspecto, pero ya era demasiado tarde, porque Kazuma estaba por finalizar su encantamiento.

—“…Escucha el sonido de esta marcha fúnebre.”

—¡¡Jiiiii!!

El hombre retrocedió y comenzó a gemir con el rostro pálido.

—¡“REQUIEM”!

Una vez que Kazuma exclamó su hechizo, la pantalla se tornó completamente negra y se quedó en silencio. Washizu Kippei comenzó a hablar con Takeshi en voz baja:

—Después de ese incidente, los padres de Kazuma fueron asesinados por Wizard´s Breath.

—…

—Los magos con habilidades tan únicas, suelen nacer rara vez en la vida… ¿Tú qué opinas, Nanase Takeshi? ¿Crees que un mago debe ser dueño de su propia magia o debe pertenecerle a alguna organización?

—…

Takeshi no pudo responder la pregunta, pues no había pensado en eso antes. Sabía que cada individuo nacía con una habilidad distinta dentro de cada afinidad mágica, pero no sabía que hubiera una forma de pensar en que la magia debía pertenecerle a una organización en lugar de a uno mismo.

—Las gestiones en Wizard´s Breath, han sido corruptas durante muchísimo tiempo y aun lo siguen siendo —Lo que Washizu estaba diciendo, era posiblemente, la explicación de lo que el video había estado mostrando—.  Después de eso, Kazuma sintió que ya no era capaz de lidiar con el acoso de Wizard´s Breath que estaba lleno de influencias, dinero, y magos arrogantes. Así que para protegerse a sí mismo y a otros magos en la misma situación, fundó “Ghost Trailers.”

—…

—Pero los Trailers, eran un grupo demasiado pequeño como para plantar cara a la todopoderosa Wizard´s Breath y a los demás miembros del C7 que poseían decenas de miles de elementos. Sin embargo, incluso con una organización tan pequeña como los Trailers, Wizard´s Breath fue totalmente implacable y buscó aniquilarlos por todos los medios posibles.

—…

Takeshi no sabía que decir al respecto, y todo lo que hacía, era agachar la mirada. Si todo lo que le estaba diciendo era verdad, entonces Wizard´s Breath no era el tipo de organización que le habían hecho creer. La directora Shijou, Hitouji-sensei, Aiba Tsuganashi e incluso Mui, eran magos que pertenecían a Wizard´s Breath. Al ver a Takeshi tan confundido, Wahizu dejó de explicarle cosas.

—Bueno, sigamos viendo. La película aún no ha terminado.

Washizu volvió a cruzar las piernas y volvió a levantar la mano a la sala de proyecciones para instarlos a que continuaran proyectando el metraje.

***

Tokio, 1999…

El cielo de la media noche estaba totalmente dominado por los magos. En las inmediaciones de las estructuras metálicas de la torre de Tokio que estaba bañada en luz rojiza, se encontraban un grupo de personas vistiendo largas túnicas de color negro azabache. Eran más de 250 personas que observaban a otro grupo de más de 400 personas vestidas de distintas maneras que sobrevolaban el cielo con sus Aspectos en mano. El cielo brillaba con círculos mágicos que se interponían unos a otros volviendo el espectáculo completamente alucinante. Pero todos estaban callados y toda el área estaba en silencio. Los automóviles pasaban tranquilamente por las carreteras a los pies de la torre de Tokio, con sus luces rojas traseras encendidas. En pocas palabras, la vida cotidiana en la superficie continuaba como si nada. Incluso siendo las dos de la madrugada, el suelo se veía tan brillante como si fuera mediodía. La gente en la superficie, no hacía ruidos de ningún tipo. El área circundante, era un espacio totalmente separado, envuelto en un velo de magia negra que imponía una barrera protectora sobre el cielo de Tokio.

De pronto, apareció una niña en el piso más alto de la torre de Tokio que fue enfocada en primer plano de la pantalla. Esa niña, era Shijou Mamoka que miraba al cielo sosteniendo su Aspecto liberado con la forma de una lanza corta que parecía un compás gigante. Delante de ella, se podía ver a Ryuusenji Kazuma, liderando al bando de magos con el que estaban a punto de enfrentarse. Él se veía como un simple chico normal. Vistiendo simplemente pantalones negros de mezclilla y una camiseta, no llevaba nada que pareciera un arma excepto un pequeño palo corto en su mano que era en realidad una batuta. Kazuma bajó su vista, y con una voz muy calmada como si quisiera destruir por completo la tranquilidad de la noche dijo:

—Mátenlos…

Los magos que había detrás de él, alzaron sus Aspectos. Armas como espadas, pistolas, lanzas, arcos, y otro tipo de objetos que eran capaces de activar el poder mágico de los magos máximo, fueron apuntados hacia la torre metálica. Shijou Momoka se estremeció. Aquella chica de secundaria que vestía el uniforme militar color azul marino de Wizard´s Breath, apretó fuertemente el emblema de cinco estrellas que llevaba en el pecho, y antes de darse cuenta, la voz de uno de sus camaradas resonó.

—¡¡Acaben con ellos!!

Luego de eso, crueles y sangrientos asesinatos comenzaron a suceder una y otra vez en la pantalla. Batallas cuerpo a cuerpo en donde partículas mágicas de distintos colores volaban por doquier acompañadas por gritos de agonía, puñaladas, cortes, disparos, y salpicaduras de sangre que continuaban sin cesar. Muchos cuerpos sin vida caían al vacío, eran calcinados o eran destrozados por docenas en explosiones.

Siempre que la cara de algún mago se mostraba en primer plano de la pantalla, se veían con expresiones de horror y dolor cubiertos de heridas o sangre como en una película gore. Y cuando las escenas cambiaban, se les veía ser destrozados, quemados o caer como muñecos de trapo.

Aquel espectáculo tan sanguinario, parecía eterno, aunque en realidad solo había durado veinte minutos. Poco a poco la batalla fue llegando a su fin, y el número de magos de ambos bandos, se redujo considerablemente.

Un chico fue mostrado en la pantalla en primer plano. Era Kazuma levantado su batuta de director de orquesta y agitándola hacia el frente. Un enorme circulo de magia negra apareció en el lugar, y era relativamente enorme en comparación con todo lo que se había visto en la batalla. Su objetivo era una persona que estaba lanzando magia de ataque a ras de suelo contra los magos de los Trailers. Esta persona se dio la vuelta. Llevaba una túnica negra como los otro, pero su expresión de sorpresa era claramente visible. Era una mujer de edad superior a un estudiante de preparatoria. El emblema de Wizard´s Breath que ella portaba en su pecho, reflejaba la luz emitida por el circulo mágico de Kazuma. Ella intentó blandir su enorme espada.

—¡¡Desaparece!! —Gritó Kazuma.

Movió su batuta y disparó su magia de inmediato. La maga trató de contrarrestar las partículas mágicas que venían hacia ella, pero no tuvo tiempo de reaccionar. Inmediatamente luego de eso, una sombra negra apareció y se interpuso entre Kazuma y la mujer. Esa sombra fue expuesta ante el resplandor del inminente ataque de magia negra, y reveló a un chico que puso todo su cuerpo rígido.

—¡¡Tsukiomiiiiiiii!!

—¡¡!Tsukiomiiiiiii!!

Tanto la mujer, como Kazuma, gritaron el nombre de este chico al unísono, pese a estar enfrentados.

Fujikawa Tsukiomi movió su boca ligeramente diciendo algo a Kazuma, y entrecerró los ojos con tristeza. Por acción de esa magia, el cuerpo de Tsukimi comenzó a desvanecerse como niebla y a fundirse con la oscuridad de la noche. Pero antes de desaparecer, volteó a mirar a la mujer y le sonrió.

—Youko-san…

Aunque claramente pronuncio su nombre, ella simplemente pudo ver sus labios moverse, porque ningún sonido salió de ellos. La silueta de aquel hombre llamado Tsukiomi se acabó de desvanecer por completo, y Chigi Youko elevó un grito desgarrador.

La enorme espada que ella sostenía volvió a su forma original revelando que se trataba de la espada mágica Twilight. Ella voló a toda prisa hacia el lugar donde estuvo Tsukiomi, e intentó desesperadamente recolectar con sus manos aquellos residuos que habían quedado de él en el aire, dejando que Twilight cayera al suelo.

Mientras tanto, Kazuma se quedó mirando a Chigi Youko en un estado de shock, y entonces su expresión se tornó en una mueca llena de burla. Kazuma se echó a reír muy fuerte y voló hacia otros magos para atacarlos, abandonando a la mujer que había perdido todo animo de seguir luchando.

Mientras la escena pasaba por la pantalla, Washizu repentinamente dijo:

—Tsukiomi, Kazuma y yo, éramos muy unidos. Ellos dos en verdad eran mis mejores amigos.

En las posteriores imágenes de Kazuma en pantalla, se le veía de espaldas y se podía notar que continuaba riendo despiadadamente. Pero Washizu podía recordar claramente cómo las lágrimas brotaban de sus ojos en ese momento.

Ya no había nada que hacer al respecto. Washizu solo pudo pensar que Tsukiomi estaba destinado a morir desde el principio. Mirando de reojo, Washizu notó que los labios de Takeshi temblaban mientras miraba la pantalla. Pero no era de extrañarse que estuviera en estado de Shock. Después de todo, aquella maga llamada Chigi Youko, que posteriormente pasó a llamarse Nanase Youko, era su madre.

—¿Mi madre…? ¿por qué ella…?

Washizu sabía lo cruel que sería responder a esa pregunta en esos momentos, así que solo dijo:

—Tu madre, Chigi Youko, solía ser una maga de Wizard´s Breath. Perdona que me atreva a referirme a ella solo como Youko. Para mí, Chigi Youko fue una mujer a la que odié tanto, que podría haberla matado cien veces y aun así, no me habría parecido suficiente.

Takeshi seguía viendo al frente completamente rígido.

—Youko utilizó sus artimañas para hacer que Fujikawa Tsukiomi, nuestro mejor amigo y mano derecha de Kazuma, nos traicionara y se pasara al bando de Wizard´s Breath.

—…

—Tu mamá, antes era maestra en la academia de magia de Tokio, que solía existir antes de que se fundara la Academia de Magia Subaru. Era la encargada de las clases de magia evasiva y nuestra maestra orientadora. Tsukiomi traicionó a Kazuma por Youko y por eso acabó muerto.

Al decir eso, sentimientos que había olvidado, volvieron a emerger en Washizu. Al mismo tiempo, su ira hacia Yoko también lo sumergió en un sentimiento de negatividad y un silencio pesado cayó sobre la sala de cine durante unos minutos. Las luces se pagaron, y la película acabó sin mostrar créditos finales.

Takeshi se quedó sentado en su asiento sin poder dar crédito a lo que acababa de ver. Aunque Washizu Kippei no estaba amostrando expresión alguna en su rostro, la mano que tenía sobre su pierna estaba apretando fuertemente. Después de un rato, Takeshi fue el primero en romper el silencio.

—¿Que pretendes al mostrarme todo esto? ¿Crees que me lo voy a tragar así por así?

Washizu sonrió levemente y respondió:

—Creerlo o no, eso dependerá de ti. A mí me da igual. Sin embargo, lo que aquí se te ha mostrado es completamente cierto.

Takeshi se levantó de su asiento y volteó a mirar a Washizu.

—¿De verdad mi madre solía ser una maga de Wizard´s Breath?

—¿Acaso no conoces ya la respuesta? Eres usuario de Strike Vision ¿no?

Takeshi entonces, evitó ahondar más en el asunto, y mejor cambió el tema.

—He oído que Ryuusenji Kazuma intentó matar a mucha gente.

Washizu asintió.

—Eso es verdad. Mató a muchos e intentó matar a muchos más —Los ojos de Washizu al mirar a Takeshi, estaban llenos de intensidad—. Sin embargo, Wizard´s Breath ha matado cien veces más personas. Tanto magos, como humanos ordinarios. Lo han hecho durante mucho tiempo. Y no hablo de cien o doscientos años. Hablo de más de mil años.

Abrumado por el impulso, Takeshi desvió su mirada. Asimiento que todo era cierto, había una pregunta que rondaba en el aire. Tenía que hacerla, y a pesar de que no quería, no le quedó de otra.

—¿Por qué me mostraste todo eso? ¿Acaso pretendes que yo me una a los Trailers?

—¡Exactamente!

—¡No me jodas! Yo nunca me uniría a los Trailers.

Takeshi le gritó por la actitud burlona de Washizu y se negó. Pero Washizu se rio y miró a Takeshi fijamente.

—¿Entonces a cuál comunidad te vas a unir? Ya no te queda tiempo. Tienes que decidirlo cuanto antes.

—¿Qué quieres decir?

Al momento siguiente, Washizu dijo algo de manera tan trivial, que Takeshi pensó que había escuchado mal.

—Kazuma ha despertado.

Lo dijo en un tono tan tranquilo y tan simple, como si fuera la cosa más normal del mundo. Pero al escuchar las palabras de Wasahizu, Takeshi se quedó atónito al darse cuenta de las implicaciones que tenían.

—¿Po-por qué me dices eso a mí?

—No quieres involucrarte ¿verdad? Se te puede ver en la cara. —Dijo Washizu con una sonrisa.

—Así es. Eso no es asunto mío…

Cuando Takeshi respondió con un movimiento de cabeza, los ojos de Washizu se volvieron despectivos.

—Tu madre jugó con mi mejor amigo y lo condujo a su muerte.

—…

—El idiota de Tsukiomi realmente estaba muy enamorado de Chigi Youko. La espada Twilight es la prueba de ese amor.

Washizu señaló la espada que colgaba de la cintura de Takeshi.

—Si no vas a unirte a los Trailers, al menos devuélvenos esa espada. Es un remanente del recuerdo de Tsukiomi.

Takeshi no entendió el significado detrás de esas palabras. Ciertamente él había visto en el video cómo su madre empuñaba a Twilight. No habia olvidado ese detalle todavía, y encima lo vio con sus propios ojos. Pero, ¿Por qué Twilight tenía que ser el recuerdo del difunto Tsukiomi Fujiwara?

En ese momento, la habilidad «Strike Vision» de Takeshi, se activó casi sin que se diera cuenta. Washizu vio aparecer los círculos mágicos purpura de magia evasiva en sus ojos, pero lo ignoró ya que no sintió que Takeshi fuese a atacar.

«Twilight, alberga en su interior la magia de alguien. Eso es lo que la vuelve una espada mágica».

Strike Vision era la capacidad de sentir aquellas cosas que eran desconocidas. La mente de Takeshi era capaz de leer dos o tres cosas provenientes del futuro, dependiendo del tipo de intuición.

«¿Qué pasaría si en el momento en que mi madre utilizaba a Twilight, ese tal Tsukiomi hubiese manipulado la espada para dibujar un círculo mágico de magia evasiva y hacerla capaz de soportar una magia poderosa…? En ese caso Twilight si sería un recuerdo de él».

Esas suposiciones eran casi acertadas. Entonces Takeshi tocó la espada en su cintura.

«Pero…».

Twilight, ahora le pertenecía a Takeshi. El luchó contra Towa para poder recuperar el control de Twilight, y lo hizo porque sabía que necesitaría esa espada en el futuro. Por eso no podía acceder a la petición de Washizu.

—No voy entregarte la espada… —Contestó Takeshi.

Washizu frunció el ceño.

—No accedes ni a una, ni a otra cosa. Esto no tiene sentido…

Takeshi respondió:

—Ya te lo había dicho. Esto no es asunto mío. La guerra fue cosa de la generación anterior. No hay razón para que yo tenga que pelear.

Washizu pareció desconcertado por un rato. A lo mejor porque no esperaba una respuesta tan clara de parte de Takeshi, pero pronto regresó a su actitud confianzuda de antes.

—Buen punto. Es cierto que fue una guerra que comenzamos nosotros. Sin embargo, una nueva guerra se aproxima y piensa en que tus amigos, tu familia o las chicas que te gustan podrían morir en ella —La cara de Washizu se torció en una forma muy extraña—. Esta guerra que viene, será tan grande y violenta, que hará parecer a la anterior como un simple jueguito. Todos los magos se verán forzados a participar, y la mayoría morirá. No habrá un solo mago que no tenga que ver con ella.

—…

—A la mierda el oportunismo. Los que intenten algo así serán los primeros en ser atacados. Pero no importa. Ya no puedes escapar porque ya eres un mago. Elige aquí y ahora… ¿Trailers o Wizard´s Breath?

La respuesta era fácil y clara:

—Me rehusó.

La firme actitud de Takeshi, complació a Washizu de una forma inesperada.

—Bueno, al menos no gritaste que elegías a Wizard´s Breath. Eso quiere decir que aún hay tiempo de salvarte. Estaré esperando… Ya verás que al final, tú mismo vendrás a buscarme. Tu “Strike Vision” te revelará la verdadera naturaleza de Wizard´s Breath.

Washizu se levantó y caminó hacia el lado opuesto de donde estaba Takeshi.

—¡Espera! —Takeshi intentó perseguirlo, pero de pronto sucedió algo—. ¿Q-qué demonios?

Todo el lugar comenzó a derretirse. Era como chocolate derritiéndose al calor.

Washizu, que estaba a punto de irse con Takeshi, miró atrás una vez y dijo:

—Oye, ¡mantén siempre vigilada a la Chibi…! quiero decir, a Shijou Momoka —Las siguientes palabras de Washizu, fueron nada menos que impactantes—. Fue Shijou Momoka la que asesinó a los padres de Kazuma.

Sin embargo, Takeshi no se sorprendió, porque cuando miró hacia arriba, vio que el techo estaba realmente hecho de chocolate y estaba a punto de derretirse y caer. Eso robó más su atención.

***

—¡¡Uwaaaaaaaa!!

A punto de ser aplastado por el chocolate, Takeshi agitó sus manos en el aire y saltó para esquivar.

jadeó con una respiración agitada y parpadeó varias veces. Entonces, su atención fue llamada misteriosamente por alguien que estaba frente a él.

—¿Estás bien, Takeshi?

Cuando levantó la vista, vio a Gekkou inclinado justo delante de él, mirándolo fijamente mientras él, se hallaba sentado en el suelo.

—¿¡Gekkou!?

—No puedes descansar aquí. Es peligroso.

Takeshi frunció el ceño y miró a su alrededor.

—¿Qué pasó con el chocolate?

—¿Qué? ¿acaso te habías quedado dormido aquí? —Gekkou sonrió.

Takeshi miró fijamente el paisaje alrededor de Gekkou. Y pudo ver el amplio pasillo que conducía a la puerta principal. A su derecha estaban las escaleras que conducen al gimnasio, y se dio cuenta de que se había dormido apoyado en uno de los pilares del pasillo.

—¿Fue un sueño? —Murmuró para sí mismo.

Delante de él, Gekkou seguía mirándole con una sonrisa, pero Takeshi se llevó la mano a la cabeza, y se revolvió el pelo mientras pensaba.

«No, eso no fue un sueño».

No había forma de que fuese un sueño, ya que era impensable soñar de la nada, con eventos del pasado de Wizard´s Breath y los Trailers con tanto detalle.

Takeshi tragó saliva con un nudo en la garganta, como si tratara de engullir las sensaciones incomodidad y el miedo profundo que estaba sintiendo en ese momento.

«Yo estaba bajo la influencia de la magia de alguien».

De nuevo, levantó la mirada y echó un vistazo a lo que le rodeaba. Gekkou esta vez, le dio la mano a y lo ayudó a ponerse de pie.

—¿Que pasa Takeshi? ¿Te sucede algo?

Takeshi se horrorizó aún más cuando se dio cuenta de que el lugar estaba vacío excepto por los sonidos de los estudiantes practicando su magia en el gimnasio.

«¿Alguien me atrapó con su magia y luego me dejó aquí como si nada?», eso fue lo que pensó. «Lo hizo para intentar reclutarme para los Trailers?».

Gekkou miró una vez hacia atrás en el edificio de la escuela, mientras arrastraba al pálido Takeshi hacia el gimnasio. Miró hacia la ventana de un salón de clases en el segundo piso. Y de manera similar a él, una persona también miraba por la ventana. A esa distancia se podía percibir solo una sombra negra, pero Gekkou no dudaba de que esa persona, tenía una sonrisa en su rostro.

***

Al siguiente día, Takeshi fue a la oficina de la directora durante la hora del almuerzo. No se encontró con nadie en el pasillo de frente a la oficina, porque estaba lejos del área de los salones de clase. Pero mientras caminaba, pensaba en cómo iba a abordar la conversación con ella. Y de pronto, se encontró con la directora que venía caminando desde el otro lado del pasillo.

—O-ye… directora…

Takeshi se acercó a ella corriendo.

—¿Nanase-kun? ¿Qué sucede?

La directora Shijou inclinó la cabeza con curiosidad con esa misma apariencia de chica de secundaria de siempre.

—¿Tienes un momento? —Preguntó Takeshi.

Al ver su expresión de ansiedad, la directora miró su reloj y luego asintió.

—Claro. Tengo un minuto.

Aunque la hora del almuerzo era un espacio de recreo para los estudiantes, la directora no tenía descanso y su trabajo estaba agendado minuto a minuto. Aparte de su trabajo como directora de la academia, también tenía su trabajo como maga de Wizard’s Breath. Y aunque parecía que de momento no habría movilización de ningún tipo en el exterior del mundo en ruinas, nunca se sabía en qué momento podía ocurrir algo. Así que no estaba para darse el lujo de perder el tiempo.

Al ver a Takeshi, la directora no esperaba que fuera realmente un gran problema. Las consultas de los estudiantes normalmente se dejaban en manos de los profesores, pero en raras ocasiones ocurrían cosas que no podían ser tratadas por ellos. Sin embargo, lo que Takeshi le dijo, la sorprendió de una manera inesperada.

—¿Es cierto que luchaste como una maga de Wizard´s Breath durante la primera gran guerra mágica?

—¿Y qué con eso?

Cuando la directora le contestó con eso, Takeshi miró hacia abajo, pero después de un momento, dijo:

—¿Es verdad que mi madre Chigi Youko, también fue una maga de Wizard´s Breath?

—…

—Entonces es cierto…

La directora guardó silencio, pero Takeshi encontró la respuesta que quería por medio de su expresión. Los ojos de la directora se abrieron de par en par, sorprendida por un momento, pero rápidamente recuperó la compostura y dijo:

—Así es. ¿Pero quién te dijo eso?

Sin embargo, Takeshi no respondió eso e hizo otra pregunta:

—¿Entonces es cierto también, que tú mataste a los padres de Ryuusenji Kazuma?

Los círculos mágicos de magia evasiva aparecieron en los ojos de Takeshi y el ambiente entre él y la directora cambió abruptamente en un instante. Takeshi se quedó con la boca abierta, y retrocedió unos pasos con una expresión de temor en su rostro. 

La directora estaba mirando al suelo y no se podía ver la expresión que ella tenía en ese momento. Pero, aun así, Takeshi trató de alejarse de ella de manera instintiva. Cuando la distancia entre ellos dos se volvió de alrededor de dos metros, Takeshi logró hablar con una voz temblorosa a pesar de que la directora permanecía en silencio.

—Oye… lo siento… yo… ¡Me tengo que ir!

Retrocedió unos cuantos pasos más, se dio la vuelta y se alejó a toda prisa a través del pasillo.

La directora hasta entonces levantó el rostro. El pasillo se había quedado completamente vacío. Ella no abrió su boca en lo más mínimo, pero su corazón, acababa de ser encendido por las llamas del odio. Ahora ella tenía en claro que «ese hombre» probablemente había tenido contacto con Takeshi y le dijo cosas que no debía. Pero ahora ya no había nada que ella pudiera hacer al respecto.

«Strike Vision es capaz de ver a través de las mentiras. Él puedes saber intuitivamente si alguien está diciendo la verdad. Pero hay algo muy oscuro detrás de todo esto. Solo porque se haya enterado del lado oscuro de Wizard´s Breath, no significa que los Trailers estén en lo correcto. Al final, él será quien decida. La cuestión aquí es, ¿Cuánto será capaz de soportar?». La directora de la escuela sintió un poco de pena por Takeshi. «Su habilidad mágica lo convierten en un blanco para el reclutamiento de nuestra comunidad, aunque no le guste».

Sin embargo, había muchos magos así en el mundo. Tal y como lo fue en su día Ryuusenji Kazuma. Cuando la directora miró de nuevo su reloj, dejó salir un suspiro y continuó su camino.

***

El entrenamiento de magia de la tarde, se llevó a cabo sin problemas igual que siempre. Mui y Tsuganashi estuvieron en la mañana, pero no pudieron estar presentes en la tarde porque tenían asuntos que atender con Wizard´s Breath. Por tal motivo, Takeshi, Kurumi, Gekkou, Ida y su hermanita Futaba, realizaron el entrenamiento por su cuenta en base a las instrucciones recibida, y finalizaron después de las cinco en punto.

Mientras caminaba rumbo al dormitorio masculino Ivy, con la camiseta empapada en sudor, Takeshi vio a dos personas salir del pasillo de los espejos que quedaba en el edificio de la escuela justo al frente del camino bordeado por arboles de Ginkgo.

—¿Takeshi-kun?

—Mui…

En cuanto ella lo vio, se acercó a Takeshi pegando una pequeña carrera. Su ropa era distinta a la que llevaba cuando se despidieron en el salón después de clases. 

—¿Y esa ropa? —Preguntó Takeshi.

—Es que, desde la tarde hemos estado en una misión en el exterior del mundo en ruinas. —Respondió Mui con una sonrisa.

Ella llevaba puesto el uniforme militar de Wizard´s Breath. Entonces Takeshi habló con la otra persona que venía caminando detrás de ella.

—¿Tu también fuiste, Tsuganashi-san?

Aiba Tsuganashi vestía con un uniforme militar de un color diferente al de Mui, y traía la ropa algo desaliñada. Él también sonrió —lo cual era inusual—, y contestó:

—Si… acabamos con tres magos de los Trailers. Aunque no importa a cuantos de ellos eliminemos, porque igualmente seguirán apareciendo más.

Takeshi se quedó completamente en silencio, y Tsuganashi, inclinó su cabeza y levantó una ceja en señal de preocupación.

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

Takeshi respondió de manera apresurada.

—Ah, simplemente me duele un poco la cabeza.

—¿Quieres que te revise?

Tsuganashi se acercó. Pero cuando levantó la mano, Takeshi vio sangre en su guante que siempre había visto blanco y reluciente.

—N-no te preocupes. Estaré bien. Nos vemos.

Takeshi les dio la espalda y se fue corriendo. Al verlo correr hacia el dormitorio de Ivy, Tsuganashi le preguntó extrañado a Mui:

—¿Qué le ocurre?

—…

Mui simplemente guardó silencio. Ella había sido plenamente consciente del disgusto que se veía a través de la mirada de Takeshi. En ese momento Mui presionó su mano contra su uniforme militar, y se la limpió con cuidado. Pero en realidad quería frotarse con tanta fuerza como si tuviera manchada la mano con algo que no podía limpiar. Sin embargo, sabía que no tenía sentido hacer tal cosa. Todo lo que importaba ahora, era terminar con la guerra lo antes posible. Según ella, eso resolvería todo.

Mui meditó dentro de sí, trayendo a sus recuerdos unas palabras que se había dicho a si misa docenas o cientos de veces.

«Ten paciencia… solo un poco más de paciencia…».

Sin embargo, al recordar la mirada de repugnancia que tuvo Takeshi, sintió un dolor en su pecho y se mordió el labio con fuerza.

Corriendo hacia el dormitorio Ivy, Takeshi ingresó a su habitación y se arrojó sobre la cama con una fuerte sensación de nauseas.

«¿Realmente los de Wizard´s Breath son los buenos y los Trailers son los malos? ¿Todo lo que vi en ese sueño fue verdad? No, ese no fue un sueño… no había forma de que fuera un sueño. Eso posiblemente fue un efecto de la magia negra de alguien… o posiblemente fue magia ilusoria. En cualquiera de los casos, esa persona hizo eso por mandato de los Trailers. ¿Realmente Twilight es un recuerdo de aquel chico que murió? ¿Mi madre realmente engañó a alguien para conducirlo a su muerte?».

Tirado boca abajo sobre su cama, Takeshi lanzó un grito:

—¡¡Aaaaah!! ¡¡No sé qué pensar de todo esto!!

Sin embargo, su voz fue ahogada por las sabanas y el colchón.

«La cara que puso la directora cuando la fui a ver durante la hora del almuerzo, era claramente la de alguien que tenía mucho miedo. Pero todo lo que le pregunté resultó ser verdad».

En aquel momento, Takeshi pensó por un momento, que la directora iba a atacarlo con su Aspecto en forma de lápiz, ya que cuando él le hizo la última pregunta, el pequeño cuerpo de la directora de pronto se vio como algo diferente. Era como si hubiera provocado la ira de una criatura desconocida.

Takeshi se levantó de la cama y sacudió la cabeza.

—Wizard´s Breath o los Trailers ¿Eh? —Abrumado y confundido, Takeshi se reclinó en la pared de color blanco que tenía en frente—. ¿Ryuusenji Kazuma ha despertado…?

Todos esos asuntos eran un misterio para él y no parecía que hubiese nada claro de momento.

«Si no fue un sueño lo que tuve, ¿eso quiere decir que es verdad? ¿Qué le sucederá a este mundo de ahora en adelante?

Takeshi miró fijamente la pared blanca, y se estremeció como si le hubiese caído un balde de agua fría. Mientras se abrazaba a sí mismo, le abordaron unas grandes ganas de gritar, pero todo lo que pudo hacer fue gemir suavemente y presionar su cara contra las sabanas.


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Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.