Había pasado una semana desde que terminó la ceremonia de apertura del tercer semestre.

La relación entre Takeshi y Kurumi no ha cambiado significativamente. Por la mañana, tuvieron entrenamiento en el gimnasio solo ellos dos (Ida llegó un poco tarde), luego, almorzaron juntos en el comedor durante la hora del almuerzo, y después de clases, volvieron a entrenar su magia, pero ahora, con Ida integrado.

Estuvieron juntos todo el tiempo así que ante los ojos de los demás, todo debería parecer normal entre ellos. Sin embargo, a nivel sentimental, si que había ocurrido un gran cambio en ambos.

El día que Kurumi se quedó llorando en su habitación del dormitorio Maple, Mui le pidió a Takeshi que volviera allí para calmarla. Cuando llegó, no se la encontró llorando en su forma de niña como la había dejado Mui, sino que la encontró sollozado con los ojos rojos e hinchados.

—Lo siento, Takeshi. Me enojé tanto, porque pensé que estabas en mi propia habitación haciendo cosas indebidas con esa chica.

Kurumi se disculpó mientras se sonaba la nariz.

—Sea lo que sea que estuvieses haciendo, no puedes hacerlo, recuerda que aquí también duermo yo.

Cuando Kurumi ya se había calmado, Takeshi dejó escapar un suspiro y habló con franqueza.

—No estaba haciendo nada de lo que tú crees. Solo traje a Mui aquí, porque estaba ardiendo de fiebre. La encargada del dormitorio está de vacaciones así que cuidé un poco de ella y sin darme cuenta, me quedé dormido.

Cuando Kurumi acabó de escuchar eso, se inclinó repentinamente hacia el frente y se disculpó nuevamente.

—Lo siento Muchísimo. No debí golpearte con mi bolso.

—No te preocupes. Me conformo con que lo hayas entendido.

Una vez que Takeshi la perdonó, Kurumi levantó la cabeza.

Sin embargo, cuando escuchó las siguientes palabras de Takeshi, su rostro lleno de esperanza se volvió completamente pálido y en estado de Shock.

—La verdad, Mui me pidió que viniera. Hizo bien. De lo contrario, habría sido difícil comunicarnos después.

Takeshi estaba tranquilo, pero Kurumi, mostró una sonrisa completamente amarga y llena de dolor.

—Ya veo. esa chica te pidió que vinieras. fue solo por eso…

—Si. Era mejor reconciliarnos lo más antes posible.

Kurumi miró en silencio por encima del hombro de Takeshi.  No quería verlo sonreír mientras pensaba en alguien más. Así que su propia sonrisa, se rompió gradualmente. Takeshi dijo algo más con una voz suave.

—Hay algo que debo decirte antes. Es probable que, dentro de poco, ya no pueda continuar fingiendo que soy tu novio.

—¡¿Qué quieres decir?!

Takeshi, alzó la vista completamente pensativo. Era una expresión que Kurumi nunca había visto y a pesar de que él estaba sonriendo, su expresión se veía de alguna manera triste. Era la expresión de alguien que duda en decir algo pero que lo va a decir de todos modos. Ella se asustó y se alejó de Takeshi.

—Te lo diré cuando llegue el momento. Es mejor que te prepares.

Takeshi levantó su dedo índice, y señaló el lado izquierdo del pecho de Kurumi. Obviamente era una manera de decirle que preparar su corazón.

«La encontró… y no soy yo… la persona que le gusta…».

Kurumi no pudo contestar nada más, y solo se quedó mirando la espalda de Takeshi mientras se marchaba del tranquilo dormitorio Maple donde no había nadie más que ellos dos.

A partir de entonces, Kurumi se volvió una chica melancólica que solo dejaba salir grandes suspiros de vez en cuando, mientras que Takeshi, parecía alguien lleno de dudas.

Mientras ellos se encontraban en esos dilemas emocionales, las reuniones para la estrategia de recuperación de Aiba Tsuganashi el hermano mayor de Mui, habían dado inicio.

La directora confirmó que las calificaciones obtenidas en el examen de aptitudes mágicas del año pasado, habían sido aceptadas y, por lo tanto, se les permitiría participar temporalmente como colaboradores en una misión de Wizard Breath.

A diferencia de las batallas constantes contra los Trailers donde participaba todo el C7, esta operación de rescate de Aiba Tsuganashi, seria montada solamente por Wizard Breath, utilizando un equipo de elite bastante reducido. La idea era capturar a Tsuganashi por la fuerza y luego restaurar sus recuerdos.

Sonaba como algo simple, pero Tsuganashi, antes había sido un mago de rango intermedio en Wizard Breath y era usuario de la magia destructiva «Evil Ice»; una de las más problemáticas magias de ataque entre las afinidades. Así que no era para nada sencillo capturarlo y mantenerlo bajo control mientras tanto. Por eso, necesitaban cuidar cada detalle de su estrategia lo más minuciosamente posible. Sin embargo, esa reunión de estrategia no requirió la presencia de Mui ni de Takeshi o sus amigos.

Desde el principio, se había dictaminado que la directora Shijou seria quien decidiría todos los detalles. Takeshi y su equipo simplemente recibieron un breve resumen del plan y el número de participantes que era sorprendentemente bajo. Eso era debido a que no había personal de Wizard Breath en esos momentos, como para dedicarse a una operación de menor importancia y pocas probabilidades de éxito. Además, debido a que la directora había especificado que se haría por la fuerza, y eso no fue del agrado de los altos mandos.

Un día, de la nada, Kurumi fue llamada a través del altavoz de la academia para que se presentara en la oficina de la directora. Cuando llegó, fue confrontada por la directora Shijou.

—¿Está diciendo que no puedo ir con los demás?

—Así, es. Tu no irás.

La directora, giró su silla hacia un lado y comenzó a beber una taza de café que tenía en su mano.

—¿Por qué no? Yo también pasé el examen.

Aquella niña de primaria que en realidad era la directora Shijou, colocó la taza de nuevo en el plato y miró a Kurumi con una sonrisa. Era una sonrisa de maliciosa que parecía estar llena de sarcasmo, Así que Kurumi frunció el ceño.

—Dime, ¿Crees que tu afinidad mágica está capacitada para el combate?

—¿Eh?

—La afinidad mágica que desarrollas, es determinada por tu linaje sanguíneo y por el entorno en el que te criaste. Eres una persona que no quiere pelear. Por fuera ladras, pero por dentro, eres una pequeña chihuahua que tiene mucho miedo.

Luego de decir eso, la directora se echó a reír.

—¡No soy un perro!

Sin perturbarse en lo más mínimo por el enojo de Kurumi, la directora apoyó su mejilla sobre el escritorio y se quedó mirándola fijamente. Era una mirada penetrante como si fuera otra persona. Como si la que la miraba, era un enemigo. Kurumi no había hecho nada malo, pero realmente quería alejarse de allí.

Unos segundos después, la directora volvió a sonreír, pero era claramente una sonrisa falsa.

—No puedes ir con nosotros. —Volvió a decir la directora de manera definitiva.

Kurumi estaba a punto de refutar de manera enérgica, pero la directora la interrumpió.

—Si te lleváramos, alguien podría morir intentando protegerte.

Kurumi entonces, se quedó en silencio.

—El deseo de querer cambiar tu apariencia usando «el cambio de edad» es bastante extraño teniendo en cuenta tu belleza. Se que tienes un motivo para usarla, pero en estos momentos no será necesaria.

Poco tiempo después, hubo otra visita en la oficina, así que Kurumi se tuvo que retirar rápidamente como si la hubieran echado de allí. Y mientras caminaba en el pasillo de vuelta a su salón, murmuró:

—Donde quiera que Takeshi vaya, iré yo…

Sin embargo, sentía como si el suelo bajo sus pies se estuviera desmoronando. Tenía mucho miedo en realidad.

***

Cuando llegó la hora del almuerzo, Kurumi le contó a Takeshi, todo lo que la directora le dijo. Ella no estaba de acuerdo de que Kurumi, fuera con ellos a la misión de recuperación del hermano mayor de Mui. Takeshi se encontraba desenmarañando con destreza el salmón asado con sus palillos, y de pronto, levantó la mirada con sorpresa.

—¿Eh? ¿En serio?

—Si, ¿Por qué no hablas con ella, Takeshi?

No se había dado cuenta de que los estudiantes que los rodeaban, miraban a Kurumi y su expresión depresiva, pues desde el comienzo del tercer semestre, aquella aura de belleza fría y altanera que Kurumi solía tener, había sido reemplazada por un aura misteriosa de melancólica.

Takeshi estaba preocupado por el creciente número de estudiantes varones que lo miraban de mala manera. Y cuando echó un vistazo a su alrededor, se encontró con las miradas fijas de muchos de ellos. Con esa situación podría dificultársele terminar la relación falsa con Kurumi. Mientras pensaba en ello, Kurumi dijo una vez más:

—Oye, Takeshi… ¿Me estas escuchando?  Ven conmigo. Iremos a hablar con la directora.

Takeshi quitó su mirada de sus alrededores y miró a Kurumi.

—Creo que es mejor que hagas lo que la directora dice.

—¿Que estás diciendo? —preguntó ella con sorpresa.

—Que creo que es mejor que no vayas con nosotros.

—¿Estás hablando en serio?

Takeshi no contestó a la pregunta de Kurumi.

—¿Crees que seré un estorbo? He mejorado mi magia básica y también la de curación, ¿Sabes?

—Estoy consciente de eso, pero…

Los ojos de Kurumi se llenaron de frustración por las palabras de Takeshi. Él sabía perfectamente que ella quería ir con él, pero aun así, apartó su mirada y dijo:

—Es mejor que te quedes aquí. Es posible que no pueda protegerte.

Antes de que Takeshi terminara, Kurumi se puso de pie. Su silla cayó al piso llamando la atención de todos los estudiantes, que miraban con curiosidad.

—¡¿Acaso te he pedido que me protejas alguna vez?! —Exclamó ella.

—I-Ishoshima…

—¿Tu también piensas eso de mí? ¿Crees que soy una cobarde y una inútil que necesita ser protegida?

Takeshi también se levantó para reprimir a la resentida Kurumi.

—Eso no es cierto, yo…

Él trató de decir algo para calmarla, pero mientras revoloteaba los ojos de Kurumi comenzaron a enrojecerse y a humedecerse.

—¡Ya no digas nada! ¡Eres un idiota!

Kurumi golpeó la mesa con fuerza, se dio la vuelta y se marchó.

Takeshi miró a los estudiantes que estaban intrigados por la discusión y exhaló. Luego, por alguna razón, miró a Ida que estaba sentado a cierta distancia comiendo pudín. Ida se encogió de hombros mostrando simpatía, y Takeshi simplemente hizo una leve sonrisa.

***

Kurumi había salido a toda prisa de la cafetería. Ella sintió que Takeshi también la había menospreciado y caminaba rápidamente por los pasillos sintiéndose frustrada, triste y enojada.

Para ella, se sentía como si Takeshi la hubiera llamado inútil de manera directa, creyó que encontraría consuelo en él, pero el solo terminó dándole el tiro de gracia.

Caminaba sin rumbo alguno, hasta que de pronto, encontró unas escaleras vacías y subió a través de ellas.  Al final de dichas escaleras, había una pequeña biblioteca. Era una biblioteca secundaria ya que había otra en otro lugar que era muy grande y tenía muchos libros de magia. Ella ya había estado varias veces en esa biblioteca grande, pero era la primera vez que visitaba esta otra.

«¿Había otra biblioteca por aquí?».

El lugar no estaba cerrado, así que abrió la rechinante puerta corrediza y vio el interior de la habitación iluminada por unas cuantas luces fluorescentes que estaban apagadas. La vista estaba bloqueada por las estanterías de madera, pero era una biblioteca bastante pequeña de solo ocho tatamis.

«Huele a humedad».

No había nadie en el mostrador al lado de la entrada, por lo que Kurumi, simplemente entró.

«Talvez pueda estar sola aquí», pensó vagamente.

En su habitación, era difícil estar sola, porque tenía que compartir con Mui, así que caminó por el lugar posando su mano en las repisas y deslizándola a través de la superficie a medida que avanzaba, cuando de pronto, una voz detrás de ella le hablo. Se asustó tanto que casi le da un infarto.

—¿Qué haces aquí?

Al darse la vuelta, Kurumi vio a alguien posado sobre el borde saliente de una ventana.

—¡Oigami Takao! —Exclamó Kurumi.

—Así que conoces mi nombre…

Oigami sonrió burlonamente, con una mirada irónica en sus ojos. Él se encontraba acostado de lado, pero se levantó apoyándose sobre sus codos y levantando la cabeza. Parecía como un enorme tigre reposando.

—Dime, ¿Qué haces aquí? ¿Y aquel sujeto?

A Kurumi no le agradaba para nada la idea de cruzar palabras con el grosero Oigami, así que le contestó de mala gana:

—Nada que te importe. Yo voy a donde se me dé la gana.

—Tienes razón.

Oigami volvió a sonreír.

—¿Y tú? ¿Que haces aquí? —Preguntó Kurumi con ironía—. No pareces el tipo de persona que vendría a un lugar como este.

Oigami se encogió de hombros ligeramente y dijo:

—Ahh, aquí es tranquilo. Es el lugar perfecto para echarme una siesta.

Luego de eso, Oigami parecía ya no estar interesado en Kurumi, así que se acostó nuevamente y le dio la espalda.

Kurumi se puso a pensar si debía marcharse o quedarse en el lugar, pero entonces, se acordó de algo más y se acercó de manera tímida y preguntó:

—¿Como están las heridas que recibiste en aquel examen?

Oigami sacudió la cabeza, confundido, pero luego de un momento, suspiró cuando se acordó que ella hablaba del examen de aptitudes mágicas.

—Eh tenido tiempo para sanar…

—Ya veo. La-lamento eso…

Kurumi se disculpó con sinceridad.

Al escuchar eso, Oigami se echó a reír como si hubiera oído un chiste, y se giró rápidamente para mirar a Kurumi de nuevo.

—¿Qué? ¿Te estas disculpando? Bueno, tienes razón de hacerlo, fuiste muy mala en eso. tenías tanto miedo que no podías ni moverte.

—¡Tengo una justificación! Siempre he vivido en el mundo viviente y nunca antes había visto algo como eso.

Cuando Kurumi gritó, Oigami se encogió de hombros.

—No te preocupes. No te estoy culpando. La mayoría de estudiante por aquí actúan de la misma manera. Se bloquean en los combates reales.

—Yo ya no quiero… —Murmuró Kurumi.

—¿Aah?

—Ya no quiero seguir así… Si no me vuelvo más fuerte, no podré estar con él…

Oigami miró a Kurumi que intentaba decir algo con desesperación y se sorprendió.

—O-oye… ¿Qué te sucede?

La lágrimas de sus ojos comenzaron a brotar.

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—¿Que sucede? Hace un momento estabas siendo hostil conmigo.

Mientras la chica lloraba, Oigami movía su vista de izquierda a derecha sin saber que hacer.

—Quiero ser más fuerte —Murmuró Kurumi con una voz nasal.

Entonces Oigami. enojado gritó:

—¡Entonces Hazlo!

—¡No hables como si fuera algo fácil! —Respondió Kurumi.

—Claro que es fácil. Tu magia mejorará con entrenamiento.

—¿Entrenamiento?

—Así es. Después de todo, apenas llevas unos cuantos meses siendo una maga y ya estas quejándote de ser muy débil.  Aún es pronto para eso ¿No crees?

Finalmente, Kurumi dejó de llorar, y Oigami continuó hablando más tranquilo.

—¿Acaso no se trata de entrenar? Te frustras y lloras sin haberlo intentado primero.  Dime algo… ¿Sabes usar el hechizo de liberación?

—No puedo…

Kurumi bajó la cabeza desanimada.

—¿Que? ¿No puedes usar el hechizo de liberación? Eso sí que es una debilidad. Es una mierda…

—Uguuh…

—¿Que? ¿Vas a llorar de nuevo?

Oigami soltó una risotada nasal, mientras Kurumi se encontraba cabizbaja mordiéndose el labio inferior.

—De acuerdo, Quiero ver tu Aspecto. vamos, muéstramelo.

Oigami le hizo señas a Kurumi para que se acercara a él, entonces ella se aproximó con una mirada despectiva y sacó su labial del bolsillo de su falda.

—Este es mi Aspecto…

Oigami no lo cogió, pero inclinó su cabeza para mirar de cerca el pequeño cilindro con motivos de mariposa que Kurumi sostenía en las puntas de sus dedos.

—Jee, es raro. ¿Un lápiz labial?

—Es un brillo labial pigmentado —Respondió Kurumi alzando la cabeza.

—¿Ah? ¿Y cuál es la diferencia?

—Hombres…

Oigami se quedó mirando a Kurumi que sonreía tímidamente.

—¿Qué?  ¿Entonces como lo llamo?

—Está bien, dile lápiz labial si quieres…

Normalmente eso no sucedería, pero Oigami asintió a lo que dijo Kurumi.

—Bueno, está bien.

Oigami sacó su «Bastard Sword» que colgaba en su cintura de manera demostrativa, y grandes cantidades de partículas mágicas de color blanco, comenzaron a salir de él, impresionando a Kurumi que parecía envuelta entre copos de nieve.

***

A finales de enero, el último examen de magia del año escolar se celebró en la Academia de Magia Subaru. La evaluación consistía en una lucha mágica con nieve por equipos.

Takeshi, Ida y Kurumi, participaron bajo el nombre de «Equipo Ida» nombrado así por Ida si el permiso de los otros dos. Lamentablemente, perdieron apenas en la primera ronda por falta de coordinación entre ellos.

Fue un resultado bastante distinto al examen de aptitudes mágicas del año pasado. Mui en cambio, estaba muy entusiasmada por rescatar a su hermano, e impresionó a todos al hacer que su equipo lograra llegar hasta los cuartos de final.

Sin embargo, lo que más llamó la atención de Takeshi, fue un asunto que sucedió con Kurumi cuando participaron un su primer y único combate.

En las primeras rondas, había varios espectadores, pero la mayoría solo se interesaba por ver a los equipos que llegaban hasta las últimas rondas. Sin embargo, el equipo Ida, tuvo un espectador inusual. Dicho espectador, era Oigami Takao.

Era obvio que había llegado a ver a Kurumi, pues su mirada no se apartaba de ella ni por un solo momento y al parecer, ella también lo miraba de vez en cuando pues era consciente de eso, pero trataba de ignorarlo lo más que podía.

Takeshi estaba confundido de ver esa extraña situación entre ellos dos.

A ella ya estaba consciente de que Oigami había recuperado su memoria. En resumen, Oigami Takao era nuevamente un completo mago al servicio de los Trailers. Era extraño que aun siguiera en la academia, pero Takeshi pensó que Kurumi podría haberse vuelto amiga de ese sujeto o algo así, y eso le preocupaba

Al final, el equipo Ida tuvo que luchar contra el otro equipo estando incompleto ya que Ida, salió expulsado del campo de batalla con magia básica, Takeshi fue golpeado en el hombro y como solo quedaba Kurumi, ella simplemente levantó las manos y se rindió, así que fueron eliminados del torneo rápidamente. Luego de eso, Oigami simplemente se levantó en silencio y se marchó. Mas tarde, Takeshi le preguntó a Kurumi acerca de eso.

—Oye, Isoshima…

—¿Qué?

—¿Qué hacia Oigami aquí?

—¿Por qué me lo preguntas?

—¿Eh?

Cuando Kurumi respondió a su pregunta con otra pregunta, Takeshi se puso nervioso.

—¿Que por qué te preguntó?

—¿Acaso te interesa?

—Claro que sí…

—Fuh…

Ella simplemente sonrió ampliamente, pero no dio una respuesta concreta.  Además de eso, ahora cada vez que llegaba la hora del almuerzo, se marchaba y decía que tenía algo que hacer.  Lo más probable, es que se iba para encontrarse con Oigami en algún lado.

Al pensar en eso, Takeshi sentía un nudo en su pecho y a partir de entonces, cada vez que veía a Oigami en el pasillo, se aguantaba las ganas por sujetarlo y decirle que se alejara de Kurumi.

El Trailer, Oigami Takao, no era alguien adecuado para Kurumi según su opinión.

Era imposible para él, entregar a su amiga de la infancia, a la que tanto había cuidado, a un tipo como él.

Takeshi había pasado los últimos días pensando solo en eso.

Por otra parte, Kurumi se sentía aliviada y a la vez complacida de notar que Oigami, ponía incomodo a Takeshi. Cada vez que llegaba la hora del almuerzo, salía intencionalmente luciendo muy contenta de su salón de clase, y se perdía hasta que finalmente aparecía justo a tiempo para iniciar las clases de magia. Se sentía tan cómoda de ver que Takeshi, la miraba con recelo, como si sospechara algo de ella.

Sin embargo, entre Kurumi y Oigami, no había nada de lo que Takeshi tuviera que preocuparse realmente. Kurumi en particular, tenia problemas con los hombres rebeldes, bruscos y egocéntricos.

Era cierto que ella iba a verse con Oigami a la hora del almuerzo, pero el único motivo que tenia para hacer eso, era el propio Takeshi.

—Oye, te estás distrayendo de nuevo.

Kurumi frunció el ceño mientras Oigami decía eso tumbado de nuevo sobre el borde de la ventana de la pequeña biblioteca de espaldas a ella sin preocuparse por mirarla. Ella ya sabía eso sin que se lo dijera.

«Es horrible que una escoria como él me diga que hacer…».

Una vez más, ella agitó su lápiz labial Aspecto, para controlar las partículas mágicas de color rosa suave que salían de la punta. Un círculo mágico de magia biológica, se hallaba flotando bajo sus pies, y las partículas mágicas, cubrieron su pelo, hombros y todo su cuerpo otorgándole poder.

Había tres hechizos llamados “Protetion” “Reinforce” y “Concentration”, que permitían a un mago recibir defensa, fortalecimiento y concentración. Un mago de nivel intermedio era capaz de usar los tres al mismo tiempo, mediante la implementación de un hechizo especial llamado “Drive”.

Sin embargo, Kurumi solo era capaz de utilizar dos de esos hechizos a la vez ya que cuando intentaba utiliza los tres, alguno de ellos fallaba. Aun no había tenido éxito.

—Oye… ¿Cuándo me vas a enseñar a usar el hechizo de liberación? —Preguntó Kurumi, mientras desactivaba el hechizo “Drive”.

Oigami se dio la vuelta hacia ella y sin abrir los ojos dijo:

—Primero aprende a usar “Drive”. Cuando lo domines, entonces procederé rápidamente a liberarte.

Fue una manera bastante extraña de decirlo, pero Kurumi no le prestó atención. Todo lo que a ella le importaba, era aprender a dominar el hechizo “Drive” cuanto antes, para proceder con el hechizo de liberación que podría ayudar mucho a Takeshi.

Una vez más, ella levantó su lápiz labial por encima de su cabeza, y exclamó:

—¡“DRIVE”!

Las partículas mágicas de color rosa suave, revolotearon alrededor de ella como pétalos de flor de cerezo. Oigami abrió los ojos perezosamente, y observó a Kurumi de reojo. Su boca se arqueó ligeramente y dejó salir una risotada muy sutil.

Mientras tanto, el mes de febrero llegó y a medida que se acercaba el día de San Valentín, la operación de captura de Aiba Tsuganashi, dio inicio.


Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.