Ida Kazumi era alumno de la Preparatoria Sakuraya. Sin embargo, la mayor parte del tiempo no portaba el uniforme. No porque odiaba la escuela. (A pesar de que los profesores lo miraban con recelo, y sus compañeros de clase, ponían expresiones como si hubiese un monstruo entre ellos teniéndolo siempre como lo más vil).

Él simplemente dejaba pasar todo eso y se lo tomaba con calma ya que le había prometido a su madre que se graduaría a como diera lugar. Ida no tenía a su padre y por lo tanto, ella se había convertido en lo más importante asique por nada del mundo iba traicionarla. Jamás rompería su promesa con ella. Aunque Sus notas no eran buenas, se mantenía en el limite necesario para poder aprobar de curso.

Durante los 3 años que estaría allí, tendría que aguantar todos los prejuicios en contra de él a regañadientes. Había muy pocos estudiantes los cuales Ida podía llamar «amigos». (por no decir que no había nadie) y por mas que intentara entablar conversación con sus compañeros, era mas que claro que solo era una molestia y siempre lo miraban con terror. Por esa razón, llegó un momento en que dejó de hacerlo.

Sin embargo, Nanase Takeshi lo trataba de forma diferente. Para Ida, Takeshi era alguien especial a pesar de que no era muy platicador, no era alguien muy estudioso. Solo un chico promedio con unos cuantos amigos en la clase, que asistía al club de kendo. No destacaba en nada ni era demasiado serio asique era el perfecto chico normal. Lo único inusual, era que Takeshi tenia la misma actitud amable con Ida, que tenia con otras personas. Quizás, si la primera vez que ambos hablaron se hubiera presentado en el aula de clases, Ida posiblemente habría detestado a Takeshi. Pues al estar alli, podría hablar con cualquier otra persona, tenia muchos amigos con quienes se llevaba estupendamente, algo que para Ida no era negativo. Si no que habría considerado el acto de hablarle a él, como un acto de hipocresía. Sin embargo, Ida conoció a Takeshi en un lugar muy diferente a la escuela. Takeshi no se acordaba eso, pero Ida lo tenia siempre presente en su mente.

Fue un domingo, cuando la escuela estaba cerrada. Ida se encontraba junto a su hermana menor frente a la estación, en un momento ambos se separaron y ella se perdió. Mientras la buscaba sucedieron una serie de percances.

En una acera muy concurrida de personas, se escuchó el ruido de una bicicleta caer. Ida se apresuró al lugar con un mal presentimiento y efectivamente encontró allí a su hermana llorando. Cada vez que recuerda ese momento, a Ida se le ponen los pelos de punta. Pues Takeshi era quien estaba alli de pie, y con gran agresividad pisoteaba la bicicleta tirada en el suelo y agarraba del cuello a un delincuente que viajaba en ella haciendo que se levantara mientras le gritaba al tipo con gran enojo.

Lo que entendió de las palabras de Takeshi era que aquel tipo iba con la bicicleta por la acera acorriendo a gran velocidad. Por otra parte, parecía que la bicicleta que el tipo montaba era peligrosa, ya que era de esas que llaman «bicicleta de pista» que no tienen frenos equipados. El tipo se disculpó cuando entendió que pudo haber lastimado a la pequeña chica de primaria, Takeshi le dio un empujón y de una patada mandó la bicicleta hasta la esquina de la calle.

Finalmente Ida se aproximó hacia su hermano que estaba llorando y aunque Takeshi lo miró, no sabia que era Ida ni que era su compañero de clase. En ese momento, Ida llevaba puesto un gran gorro de lana que ocultaba su cabello rubio además de una llamativa ropa particular. Pero aunque hubiera llevado uniforme, no lo habría reconocido. Ida tampoco sabia que Takeshi era compañero de clases.

Apenas llevaban 5 días asistiendo a la preparatoria. Takeshi simplemente le aconsejó a Ida, que no soltara a su hermanita de la mano y después de eso se marcho sin mas. Al día siguiente, el asombro de Ida al toparse con Takeshi en el salón de clases fue monumental. Takeshi en cambio, no parecía haberse dado cuenta de nada, quizás porque no lo recordaba.

Pero a partir de ese momento, Takeshi se volvió para Ida alguien fuera de lo común en la clase. Mientras lo veía, notó que Takeshi tenia un gran corte en el dorso de la mano. y luego recordó que su hermanita le había contado que Takeshi se metió frente a la bicicleta que venia a una gran velocidad, y la detuvo para protegerla.

La forma de ser de Takeshi en la escuela, comparada con el Takeshi furioso con aquel tipo de la bicicleta cuando estaba en la calle, tenían a Ida completamente confundido. En la escuela, Takeshi parecía un estudiante serio e impecable, era una persona muy sociable que podía llevarse estupendamente con cualquiera. Sin embargo, se podía decir que había suprimido sus emociones lo mas posible. En realidad, era alguien que no le gustaba verse envuelto en ninguna clase de problemas y solía alejarse sutilmente de las personas que representase algún tipo de percance para no verse involucrado.

Difícilmente alguien así se metería en una pelea por alguien más. Pero ahora, al ser compañeros de clase y amigos, y además por haber salvado a su hermanita, Ida estaba ayudando a Takeshi a encontrar una vía de escape, sin embargo no podía evitar estar también un poco intrigado. Por alguna razón, aquel estudiante estoico practicante de kendo, que tenia por novia nada mas y nada menos que a Isoshima Kurumi, la chica mas deseada por todos los chicos de la escuela. Aquel Takeshi que nunca faltaba a una sola clase, se encontraba corriendo tomado de la mano con una mujer de cabello rubio y rizado (hermosísima por cierto) que parecía universitaria, tratando de huir de unos tipos que los perseguían.

Al ver esa situación, cualquiera estaría interesado. Después del estrecho pasillo del edificio, había una entrada de carga. Ida salió por allí, y de pronto mientras esperaba detrás de un camión que había allí parqueado a que saliera Takeshi, se quedo completamente pasmado por un instante.

—¿Eh? ¿Ishoshima? ¿Pero cómo…?

La mujer que acompañaba Takeshi luego de salir por la puerta ya no era aquella belleza que había visto antes, sino que se trataba de Isoshima Kurumi. (Obviamente Kurmi era tambien muy hermosa). Ella miró fijamente a Ida que se encontraba atónito y preguntó:

—¿Que? ¿Te parece mal que yo también venga?

—¿Eh? ¿dónde está esa hermosa onee-san que venia con nosotros?

Ida sacudio su cabeza de un lado a otro, buscando detrás de Takeshi a aquella chica, pero alli solo se encontraba Kurumi. La belleza de cabello rizado se había esfumado.

—Estoy seguro que la vi. — Ida miró fríamente a Kurumi.

—¿Aah? que estas seguro de haber visto… ¿qué? no sé de que hablas.

Al habérsele negado lo que había visto, Ida, molesto se volteó hacia Takeshi.

—Nanase, ¿dónde esta la chica de hace un rato?

Sin embargo, Takeshi no reaccionó de ninguna forma.

—Ehh…

—Ya estuvo bueno, ¡Por dios! recuerden que aun nos están persiguiendo. —Dijo Kurumi señalando la puerta de salida. en ese momento tanto Takeshi como Ida se pusieron tensos.

—Es cierto, ¡vengan por aquí! —Dijo Ida alejándose dle camión y del edificio. Mientras continuó su camino, Kurumi se agarró firmemente de la mano de Takeshi.

—Takeshi, yo…

—Ahh, has vuelto a ser la misma de antes. —Dijo Takeshi sonriéndole a Kurumi quien parecía incomoda.

Ciertamente la apariencia de Kurumi era diferente hasta hace un rato. Fue cuando aquella chica de los Trailers llamada Hotaru comenzó a aplicarle lápiz labial a la fuerza, que fue rodeada con partículas de poder mágico y cambió su apariencia. Al principio Takeshi se impacto al ver que Kurumi se había transformado completamente en otra persona mientras corrían tomados de la mano.

Su apariencia era la de una mujer de unos veinte años con el cabello rizado. Pero aunque mientras corrían no podía evitar lanzarle miradas de reojo a cada rato, reconocía las facciones propias de si rostro. Asique tenia una idea clara de lo que había sucedido. Kurumi había cambiado su apariencia, incrementando su edad en 4 o 5 años probablemente. Takeshi meditó acerca de las afinidades mágicas que había mencionado la directora.

Si los tipos de los Trailers habían mencionado que la afinidad mágica de Takeshi era «La Magia Evasiva», entonces Kurumi que también se había convertido en una maga, también debía tener una afinidad mágica. La magia de trasformación había sido algo completamente alucinante, pero debido a que Kurumi se encontraba asustada y desconcertada por dicho cambio, Takeshi estaba tratando de manejar el asunto de la manera mas delicada posible.

—Parece que después de un rato has vuelto a la normalidad. —Mencionó Takeshi encogiéndose de hombros.

—No me sentía como yo misma. Fue horrible.

—A mi me agradas tal y como eres.

—¿Deveras? —Preguntó Kurumi mirándolo fijamente.

Takeshi asintió tranquilamente y respondió.

—Deveras.

Al escuchar eso Kurumi sonrió. y poniendo su mano en su pecho pensó: «Ya no tengo que preocuparme por eso»

***

A pesar de que Ida se las había arreglado para sacarlos del edificio, Takeshi se detuvo en un parque cerca de la estación de donde habían salido. Ya se estaba haciendo tarde, pero habian decidido tomar un descanso pues estaban agotados y sedientos por haber estado corriendo bajo el calor. Como era verano, el parque estaba prácticamente vacío. Takeshi y Kurumi se sentaron juntos en una banca e Ida se sentó en un columpio cercano. Los tres bebían té que habían comprado en una maquina expendedora. Pero de pronto, Ida sacó su celular y después de ver la pantalla por un rato, exclamó:

—¡Tengo un correo de mi hermana!

Se puso de pie alegremente y se acercó a Takeshi y Kurumi.

—Parece que hoy mamá salió temprano y ya esta en casa.

—¿Que salió temprano? —Preguntó Takeshi.

—Si, nuestra madre es enfermera. Cuando le toca trabajar de noche, debo estar en casa para que Futaba no esté sola. asique por eso me mandan un email.

En ese momento Ida comenzó a operar su teléfono celular frenéticamente.

—Miren, esta es nuestra Futaba. —Les mostró la pantalla de su celular a Takeshi y a Kurumi.

—Es linda ¿verdad?

A ver la imagen de una niña de primaria en la pantalla, Takeshi asintió con cierta vacilacion.

—S… Si…

Aquella niña de primaria que se mostraba en la foto, tenia coletas y sonreía mostrando que le faltaban los dientes de enfrente. Kurumi que veía la foto sentada al lado de Takeshi, no tuvo reacción alguna y murmuró:

—Si, mas o menos…

No había ningún cumplido en esas palabras asique Ida y Takeshi voltearon a ver a Kurumi de forma involuntaria.

—¿¡Qué!?

Al ver que ambos chicos se le habían quedado mirando, kurumi se volteó para otro lado con enojo.

—No es necesario que te enojes.

Ida soltó un suspiro, Y Takeshi repentinamente bajó la cabeza disculpándose.

—¿Por qué te disculpas? —Preguntó Kurumi indignada. apretó los labios y apartó su rostro de ambos nuevamente.

—Ustedes dos… ¿tienen hermanos? —Preguntó Ida mientras metía el celular en su bolsillo.

—Soy hija única —Respondió Kurumi mirando de reojo.

—Eso pensé. —Dijo Ida instintivamente. Kurumi le fulminó con la mirada

—¿Que quieres decir?

—Nada. ¿y tú Nanase?

Takeshi dudó para responderle a Ida.

—Yo…

—Él tiene un hermano menor —Respondió Kurumi en lugar de Takeshi.

—Hee…tu hermano menor ha de ser muy serio y honesto como tú.

—…….

Takeshi no respondió nada. Era muy complicado responder acerca del tipo de persona que era Gekkou. a pesar de que era su hermano menor, no sabia mucho de él.

—Oigan, iré a echar un vistazo cerca de la estación. Después de todo ellos no me conocen a mí.

Ida había notado lo pensativo que se había puesto Takeshi, asique cortó el rollo y luego de tirar la botella plástica de lo que se había estado bebiendo al basurero, salió corriendo de inmediato alejándose del parque. Takeshi bebía té de una botella plástica que ya se había calentado en sus manos. Siempre que se trataba sobre Gekkou, Takeshi simplemente no podía estar tranquilo. Sentada al lado, Kurumi notó la expresión melancólica que tenia Takeshi.

—¿Todavía no?

Ante las palabras de Kurumi que parecían un reclamo, Takeshi respondio.

—Es inútil…

—Si quieres, yo puedo hablar con Gekkou. —dijo Kurumi.

—Ni lo intentes.

No quería que nadie intermediara entre el y Gekkou. Ese era el pensamiento de Takeshi y Kurumi estaba al tanto de eso. pero ahora Kurumi esta tratando de hacer algo diferente.

—Escucha, no fue tu culpa.

—…..

—Fue un accidente.

Takeshi se había dicho así mismo esas mismas palabras en mas de una ocasión. Los doctores, enfermeras en el hospital y sus padres de igual manera le habían dicho lo mismo. Todo el mundo lo dijo excepto Gekkou. Ya que solo Gekkou y él mismo, sabían lo que realmente pasó.

—Si fue mi culpa. yo lo empujé y por eso él…

—Aunque lo hayas empujado, sé que no lo hiciste a propósito. Son unos raro, Tú y Gekkou.

—…..

Takeshi estaba consciente de que Kurumi decía eso porque estaba preocupada, pero su paciencia se había colmado y estaba aguantando para no gritarle «Déjame en paz». Para él no había excusa para perdonar a alguien que arruina el futuro prometedor de su hermano pequeño. Además, Takeshi vivía recordando mas claro que nadie, el momento exacto cuando lo empujó. claramente había empujado a Gekkou con su propia mano hacia la carretera.

Eso, ocurrió durante las vacaciones de verano de hacia ya dos años. Takeshi y Gekkou se dirigían a casa después de haber estado practicando Kendo en dojo del vecindario. Al atardecer cuando el calor ya había bajado, caminaban por una carretera muy estrecha la cual ni siquiera tenia algo que se pudiera llamar aceras, solamente un par de líneas blancas pintadas a cada lado.

Ambos conversaban de lo mas natural mientras caminaban uno adelante del otro. A diferencia de Takeshi que era capaz de controlar su ira, Gekkou tenia una personalidad completamente airada. Gekkou era alguien a quien no le gustaba perder. Eran muchas las ocasiones en las que terminaba discutiendo con otras personas.

Ese dia no fue diferente, en el caminó Gekkou insistió en ser el primero en tomar una ducha cuando llegaran a casa. Como de costumbre, Takeshi simplemente aceptó diciendo que no había ningún problema. La mayor parte del tiempo como hermano mayor, era mejor dejar que Gekkou hiciera lo que quisiera, pues para el no era una molestia. Fue en ese momento cuando Gekkou quien caminaba por delante, cambió el tema de conversación.

—Oye, Takeshi…

—¿Qué quieres?

Desde hace tiempo, Gekkou solía referirse a su hermano mayor solo como «Takeshi».

—Quería hablarte algo acerca de Kurumi…

Takeshi no se dio cuenta, pero Gekkou tartamudeó un poco como si lo que iba a decir era algo vergonzoso y difícil de decir, y preguntó:

—¿Qué sucede con Isoshima?

—Veras, en la escuela corren rumores acerca de que tú estas saliendo con ella ¿lo sabias?

—Si, ya sabia.

Resulta que apenas dos semanas después de que Kurumi sufriera el ataque del acosador, Takeshi hizo el trato con ella de fingir ser su novio. En la escuela no tardó en correrse ese rumor del cual Takeshi se enteró rápidamente. pero obviamente nadie decía las cosas como realmente eran. Tampoco Gekkou.

—Lo he negado tanto como ha sido posible. pero creo que tu también deberías decir que eso no es cierto. —continuó Gekkou.

Sin embargo, Takeshi guardó silencio pensado qué hacer con lo que Gekkou -quien no creia en los rumores- le estaba aconsejando hacer.

—¿Takeshi?

Volviendo un poco haca atrás Gekkou llamó al silencioso Takeshi. A Takeshi no le gustaba mentirle a Gekkou, asique tuvo que hacer lo inevitable y contarle la verdad.

—La verdad es que, Isoshima y yo si estamos saliendo.

—¿¡Eh!? ¿que dices? estas mintiendo…

Volviéndose hacia atrás completamente, Gekkou se quedó completamente anonadado.

—No miento, es la verdad.

Con los ojos bien abiertos de la impresión, Gekkou no podía creerlo a pesar de haberlo escuchado claramente de la boca de Takeshi.

—Ee… espera un segundo. ¿por qué Kurumi y tu harían eso tan espontáneamente? es decir, sé que son amigos de la infancia pero… no habían dicho nada.

Sin nada mas que decirle al desconcertado Gekkou, Takeshi guardó silencio nuevamente. Gekkou por su parte empezó a murmurar.

—Takeshi y Kurumi no hacen buena pareja…

Pero por mas que protestara, Takeshi no tenia culpa alguna.

—Así son las cosas.

Luego de decir eso, se adelantó a Gekkou para llegar antes a casa.

—No lo entiendo… ¿que está pasando?

Mientras gritaba Gekkou seguía a Takeshi.

—¿Por qué estas enojado? no debería ser algo que te importe.

—¡Claro que me importa! —De repente, Gekkou sujetó a Takeshi del maletin que llevaba colgando sobre su espalda.

—Oye…

Tirando hacia atrás, Hizo que Takeshi se parara en seco. Un enorme camión pasó a toda velocidad por aquella calle estrecha de tan solo dos carriles, muy cerca de rozar a Takeshi.

—Tú eres un tipo ordinario, incluso yo soy mejor que tú en el Kendo. —Exclamó Gekkou.

—Ten cuidado… —Dijo Takeshi, pensando mas en el lugar donde estaban, que en lo que su hermano le decía.

—¡Yo soy mas cercano a Kurumi que tú!

Gekkou soltó el maletín de Takeshi quien aun no había ordenado su mala postura, y se adelantó para tratar de salir corriendo.

—¡Oye, espera!

En ese momento, Takeshi agarró el hombro de Gekkou.

—¡Suéltame!

—Escúchame, todo esto no fue idea mía. Tú no tienes ningún derecho a protestar por lo que ella decidió hacer.

—¿¡Ahh!? eso quiere decir que utilizaste el trauma de Kurumi con el acosador para sacar ventaja ¿verdad? Es lo mas vil que podrías haber hecho, Takeshi.

—Te-Te equivocas.

—Ya es suficiente. ¡Suéltame!

Gekkou se libró de la mano de Takeshi por la fuerza y empujó a Takeshi del pecho haciendo que este retrocediera unos cuantos pasos. El mismo Gekkou también retrocedió un poco por la fuerza del empujón.

—¡Gekkou!

En ese momento un automóvil de color blanco saltó a la vista de Takeshi acercándose por el carril izquierdo. Gekkou que estaba en frente, podía ver el automóvil con mayor claridad.

—Aah

Gekkou detuvo su marcha porque su maletín se le deslizó del hombro.

—¡¡Gekkou!!

En ese momento, por alguna razón que Takeshi no entendía, terminó empujando a Gekkou inconscientemente. Puede que solo haya intentado apartar a Gekkou del peligro y que un mal calculo de distancia, hiciera que en vez de agarrarlo lo empujase, pero sin importar la razón, eso no cambiaba lo que sucedió.

Aquella mano con la que intentó tomar a su hermano Gekkou del brazo, le empujó del hombro y cuerpo de Gekkou se inclinó hacia el interior de la carretera al alcance de aquel vehículo blanco que finalmente acabó por impactarlo de lleno mandándolo a volar por los aires.

Takeshi se quedó completamente inmóvil viendo cómo Gekkou caía al suelo. Luego de que sus padres se precipitaran al lugar en poco tiempo Gekkou fue llevado de emergencia a un hospital. Allí, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Mientras tanto, por mas que le preguntan a Takeshi sobre lo sucedido, no decía nada pues no sabia qué responder. Sus recuerdos antes y después de lo sucedido habían quedado nublados y estaba tan impactado que ni siquiera podía hablar.

—Tuvimos que operar la rodilla de su hijo. para poder unir los meniscos.

Lo que el doctor había dicho después de la operación, era como una pesadilla para Takeshi.

—Se recuperará luego de la rehabilitación. No creo que vaya a tener problemas para caminar después de esto.

Junto a su llorosa madre y a su silencioso padre, yacía Takeshi completamente confundido. Pero la inquietud no lo dejó en paz y le hizo un pregunta al doctor. En su mente pensó que todo estaría bien, pero aun así, tenia que preguntar. por Gekkou. y también, por él mismo.

—Doctor, Gekkou practica el Kendo. ¿podrá seguir haciéndolo después de esto?

El doctor frunció el ceño y le miró fijamente.

—Será muy complicado que vuelva a practicar deportes. Si lo hace, supondrá una gran carga para su rodilla en mal estado.

—No puede ser… eso es terrible. —Exclamó la madre rompiendo en llanto nuevamente.

Escuchar semejante noticia para sus padres, quien siempre habían mostrado favoritismo hacia el inocente Gekkou, era como si hubiesen escuchado su propia sentencia de muerte. La madre seguía llorando mientras que el padre, agachó la cabeza con una expresión que parecía ser furia o frustración.

Con un ligero sollozo que le causaba una gran presión en su pecho, la mente de Takeshi se hundía en una densa niebla. Y desde ese día, cada vez que Takeshi piensa en Gekkou, su mente se torna en completa oscuridad. Naturalmente consideró abandonar el kendo. Sin embargo, la razón por la que no había desertado, era porque tenía que aceptar la realidad. Abandonar el kendo no iba a hacer que Gekkou se sanara. Sin embargo, en el dojo comenzaron a verlo de manera hostil. Pero Takeshi continuó asistiendo al dojo solo hasta que se graduó de la secundaria.

Allí, ya no había lugar para él. Y la situación en su casa también cambio completamente, pues Takeshi comenzó a ser tratado como un desconocido. Su madre se había desgastado a raíz de acompañar a Gekkou en su ardua labor de rehabilitación y se veía muy demacrada. Su padre se hundía en el trabajo para evitar llegar a casa, y Takeshi, guardaba silencio evitando hablar ellos comportándose como si fuera un fantasma. Luego de dos años, Takehsi no había vuelto a tener ninguna conversación con Gekkou.

Aunque lo intentara, Gekkou simplemente lo ignoraba y se marchaba chasqueando su lengua con desagrado. Era completamente imposible llevarse bien con él. Por esa razón, los dos años que pasaron en esas condiciones, se habían vuelto eternos.

Mientras Kurumi hablaba sacando el tema de Gekkou, Takeshi se había quedado pensativo, sin embargo, su cuerpo fue sacudido por un sonido electrónico espontaneo. Inmediatamente metió su mano en el maletín deportivo que llevaba atravesado y sacó su teléfono celular que estaba sonando. Contestó la llamada rápidamente la pantalla sin ver quien era:

—Diga…

La contestación fue inmediata.

«¡¿Takeshi-kun?!»

—¿Mui?

«Sabes, creo que es peligroso estar allí después de todo. Quiero que vuelvas a la academia de la forma en que te enseñé»

Debido a que era la segunda vez que hablaban por teléfono, Takeshi se veía más aliviado que sorprendido por la repentina llamada de Mui.

—Tienes razón, yo también pensé que sería mejor regresar. Esos tipos acaban de emboscarnos hace un rato.

«¿Te encuentras bien?»

—Si, de alguna manera logramos perderlos, pero no parece que se vayan a rendir fácilmente.

Mientras Takeshi hablaba, se dio cuenta que Kurumi a su lado, le observaba con cierto recelo y por alguna razón frunció el ceño. Takeshi intentó mostrarle una sonrisa, pero la expresión de disgusto de Kurumi no cambió.

«¿Tienes algún espejo cerca que sea lo bastante grande? Si puedes encontrar uno, podrás volver aquí de inmediato»

Tras escuchar esas palabras de Mui, Takeshi se puso de pie. Sin embargo, debido a que el lugar donde estaban era un parque pequeño, no parecía tener baños en donde pudiera encontrar espejos.

—Es inútil. No hay espejos cerca. —Respondió Takeshi luego de haber echado un vistazo a su alrededor.

«¿Hay algún otro lugar cercano donde puedas encontrar un espejo?»

—Pues… teniendo en cuenta el lugar donde estamos, la escuela es lo más próximo que tenemos.

la escuela se ubicaba en un punto intermedio entre su casa y ese parque.

«¿La escuela? Está bien. En este momento voy para allá. Iré por ti» —Respondió Mui.

—No es necesario. Recuerdo bien como volver.

«¿De verdad crees que vas a estar bien?» —Insistió Mui. pero Takeshi contestó con un inesperado tono lleno de confianza:

—Si, no te preocupes. Asique, nos vemos en el pasillo de los espejos.

«De acuerdo»

Luego de finalizar la llamada con Mui, Takeshi encaró a Kurumi y su expresión de molestia, pero antes de que el pudiera explicar algo, Kurumi preguntó:

—¿Desde cuándo tiene esa chica tu número?

—Desde antes de que regresáramos.

—Huh…

Metiendo de nuevo el celular en el maletín, Takeshi volvió a sentir extraño el hecho de que Mui se encontrara en una academia ubicada en un mundo diferente. El Mundo Original y El Mundo en Ruinas, se conectaban a través de una llamada telefónica.

Cuando intercambiaron números, Mui le había contado que había usado magia en su celular la cual era similar a la de los portales en los espejos para poder conectar ambos mundos. Hubo un momento en que ella le sacó la batería al celular de Takeshi, asique posiblemente había sido en ese momento cuando hizo sus cosas mágicas. Kurumi soltó un pesado suspiro luego de enterarse sobre lo que Takeshi había hablado con Mui por teléfono y dijo:

—Pues tiene razón, no podemos volver a casa, asique no nos queda de otra.

Sin embargo, Ida, quien había vuelto justo cuando Takeshi hablaba por teléfono, no tenía idea de lo que estaba pasando.

—Entonces… ¿De que estaban hablando?

Según su comportamiento, no parecía haberse topado con los tipos que los perseguían por ningún lado del parque. Takeshi no le dijo nada y se limitó a disculparse con él mientras salía con Kurumi del parque pues era muy complicado de explicarle el asunto en ese momento.

—lo lamento Ida. Nos ayudaste mucho. Pero ya es hora de marcharnos de este lugar.

Ida comenzó a seguirlos mientras miraba a ambos con preocupación.

—¿Realmente se encuentran bien?

—Claro

Después de ver que ambos dejaron el parque rumbo a la escuela, Ida no se apartó y comenzó a correr junto a los dos.

—Me preocupan un poco, asique iré con ustedes a la escuela.

—No es necesario que te molestes…

—Tranquilo, no es ninguna molestia para mí.

A decir verdad, Ida le interesaba saber la razón por la cual Takeshi tenía una personalidad tan variada. Eso lo tenía muy intrigado. ¿acaso solo fingía ser gentil? o acaso su actitud con aquel sujeto que iba a atropellar a su hermana solo fue porque tenía alguna ira contenida? sea cual fuere el asunto, él quería saberlo. Takeshi que no sospechaba de nada de eso, y no tenía idea de que decirle a Ida por lo que se limitó simplemente a dirigirse a la escuela con la finalidad de acabar con la persecución de esos sujetos de una vez por todas.

***

Alrededor de las cinco de la tarde, Takeshi asomó junto a Kurumi e Ida a la puerta trasera de la academia Sakuraya.

—Ya estamos bien, puedes volver a tu casa sí quieres. —Dijo Takeshi a Ida

Había permitido que Ida los acompañara hasta ese punto, pero ya no era conveniente que siguiera con ellos. Si llegase a mirar lo que pasaría con el espejo, se volvería un problema. Sin embargo, Ida, que no tenía idea de nada, se negó rotundamente y respondió:

—No te preocupes por mí. Puedo volver tarde a casa.

A Takeshi le sorprendió la respuesta de Ida y volteó a ver a Kurumi a los ojos con preocupación. Ella no supo que aconsejarle y simplemente se limitó a negar con la cabeza. Los tres continuaron su camino y debido a que la puerta trasera del instituto estaba abierta, pudieron entrar sin problemas.

—Oigan, ¿Por qué tenían que volver a la escuela? —preguntó Ida.

—Solo vinimos a buscar algo que se me olvidó. Por eso te decía que no era necesario que vinieras con nosotros. —Respondió Takeshi convenientemente.

Ida inclinó su cabeza pensativamente y dijo:

—Vaya, como vi que hablabas por celular y luego dijiste que vendrías a la escuela, pensé que venias porque alguien te esperaba aquí.

Aparentemente Ida había escuchado parte de la conversación que Takeshi había tenido con Mui a través del teléfono y su especulación pese a no saber nada, era muy acertada.

—No, veras… es que hoy tenía que devolver algo que pedí prestado, pero lo dejé olvidado aquí.

Aunque seguía confundido, Ida se creyó completamente la historia de Takeshi pues le pareció congruente y asintió.

— Ya veo… hun… hun…

Ida comenzó a caminar rumbo al edificio del instituto, pero de pronto fue detenido abruptamente por Takeshi quien lo sujetó de la ropa.

—Ida, es suficiente, agradezco tu ayuda.

—Pues, aunque me digas eso, todavía pueden estar por aquí cerca esos tipos extraños. No puedo quedarme con los brazos cruzados. Estoy muy acostumbrado a la acción.

—Eres un bruto. —dijo Kurumi completamente impactada.

Ida volteó a mirar a Kurumi y respondió:

—No soy ningún bruto, y aunque me veas así, no soy alguien que busca problemas. Pelear es algo muy normal para un estudiante.

—¡Pelearse no es algo normal!

—¿De qué estás hablando? Incluso tu novio, se pelea en la calle.

Ante esa declaración, Kurumi frunció el ceño y dijo:

—Takeshi nunca haría eso.

—Eh, ¿eso crees…?

Ida volteó a ver a Takeshi con una mirada sospechosa.

—la verdad no me gusta pelear. —Aclaró Takeshi.

Cuando Kurumi escuchó es declaración, sonrió de manera triunfal diciendo:

—Ahí lo tienes.

—Ah… Bueno, incluso si dices eso… —Murmuró Ida.

Hace unos meses, cuando Takeshi ayudó a Futaba, probablemente habría luchado contra aquel tipo por ella. Quizás no se acordaba lo estaba ocultando. Pero, aun así, Ida no tenía intenciones de retroceder y continuó su camino en silencio hacia el salón de clases al que pertenecían. No tenía intenciones de retroceder, aunque ocultase aquel suceso, bastaba con que el mismo lo recordase, asique siguió con paso firme y silencioso hacia la escuela donde se encontraba su salón de clases. Sin embargo, Takeshi lo volvió a detener inmediatamente.

—Ida, en serio. Ya no puedes acompañarnos

—Eh, pero…

Como no habían podido deshacerse de él, Kurumi intervino:

—Gracias por tu ayuda, pero ya deja de ser tan pesado.

Tuvo que hablar de manera áspera a pesar de las buenas intenciones de Ida. Y le habló de manera tan clara y directa, que Ida no tardó en ponerse de mal humor y respondió:

—Para no ser de Osaka, tienes una lengua muy afilada.

Kurumi Refutó:

—¿Como te atreves a decirme eso? Veo que no solo luces mal, también hablas mal.

—¿Q-Que dices? —Ida señaló a Kurumi fingiendo estar asustado— Nanase, debería reconsidera estar con ella. No creo que vaya a llevarte a nada bueno. Aunque sea linda por fuera, es una bruja por dentro.

Takeshi hizo una sonrisa amarga pensando: «no es una bruja, creo que lo más correcto, seria llamarla «maga»» y entonces respondió:

—Más o menos…

Al escuchar eso, Kurumi volteó a ver rápidamente.

—¡Oye, Takeshi!

—Estoy bromeando. —Respondió Takeshi, levantando su mano. Entonces Kurumi apartó su mirada hacia otro lado. Luego, Takeshi se dirigió a Ida:

—Sin embargo, Ida, es en serio cuando te digo que no puedes acompañarnos más. por favor, regresa a tu casa.

Ante la insistencia de Takeshi, a Ida no le quedó más remedio que aceptar.

—Bueno, si tú dices que estarás bien, entonces me marcho.

Ida se regresó por la puerta trasera donde habían entrado y Takeshi y Kurumi esperaron hasta que se perdiera de vista. Miraron a su alrededor y tampoco había señales de sus perseguidores

—Debe haber un gran espejo en el primer piso del edificio. —Dijo Kurumi.

Entonces Takeshi lo recordó vagamente: En el primer piso del edificio de la escuela donde se encontraban las aulas, estaban tanto los casilleros personales para guardar los zapatos como para guardar cosas, y justo allí, se encontraba también un enorme espejo donado por los graduados. Sin embargo, Takeshi no se dirigió directamente hacia ese lugar.

—Antes de ir allí, hay un lugar por el que quiero pasar.

Caminó hacia el lado opuesto, rumbo al aula del Club de Kendo. Kurumi no hizo ninguna pregunta, y simplemente lo siguió.

***

Luego de pasar por el club de kendo, Takeshi y Kurumi se dirigieron al edificio de la escuela donde se encontraban las aulas de primer año. Ya eran más de las cinco de la tarde, y todos los demás estudiantes ya se habían marchado.

Aunque los profesores, probablemente aún se encontraban en la sala de maestros, el instituto ya estaba en silencio. Afuera aun había luz del día pues el sol no se había ocultado completamente, pero tan pronto como entraron en el edificio de la escuela, todo se puso muy oscuro y la atmósfera se había tornado un tanto tétrica. La amplia sala con los casilleros de zapatos en el primer piso, era un amplio pasillo donde los casilleros se ubicaban a cada lado. De repente cuando llegaron allí, Takeshi, sintió escalofríos y miró a su alrededor.

«¿Qué es esto? Tengo un mal presentimiento…» —pensó Takeshi

Y no se equivocó, porque justo detrás de los casilleros, apareció un hombre. Era Oigami Takao de los Trailers. Al verlo, Takeshi rápidamente extendió sus brazos a los lados e hizo que Kurumi se pusiera detrás de él.

—Vaya, ¡es mi día de suerte! —dijo Oigami con una gran sonrisa.

Inmediatamente se colocó frente al espejo que Takeshi buscaba, el cual se encontraba instalado en una de las columnas del lugar. Muy probablemente, ya habían previsto lo que Takeshi intentaría hacer.

—Parece que Ushiwaka estaba en lo cierto. —Exclamó Oigami.

Mientras sonreía, puso su mano sobre la empuñadura de una de las espadas en su cinturón de cuero y luego miró fijamente a Takeshi. Por su parte, Takeshi apretó fuertemente un objeto que llevaba entre sus manos. Algo que había conseguido con el único propósito de defenderse. Sin embargo, no pensó que tendría que utilizarlo tan pronto. Fue justo antes de llegar a donde estaban los casilleros, que Takeshi hizo una parada por el salón del Club de Kendo y cogió una espada de madera que un senpai habían dejado.

—Eres muy obstinado. —Comentó Takeshi desconcertado. Luego, levantó la espada de madera que sostenía en su mano derecha.

Posiblemente, ya habría alguien de ellos vigilando su casa. Por lo tanto, Takeshi se sintió aliviado de no haber corrido para allá. Si los Ghost Trailers lo hubieran interceptado en su casa, probablemente su familia se habría visto envuelta en el asunto. No iba a permitir que tanto Gekkou como sus padres, tuvieran más problemas por culpa suya.

En respuesta al gesto de Takeshi, Oigami también sacó lentamente una de las espadas de su vaina.

—Por supuesto. —Respondió Oigami—. Los magos, normalmente suelen ocultarse muy bien y por eso nos cuesta trabajo encontrarlos. Pero en caso de ustedes, conocíamos hasta su dirección. Asique no íbamos a dejarlos ir así por así.

La espada de madera que sostenía Takeshi, era más pesada que la espada de bambú que usaba normalmente, pero tenía la ventaja de que era mucho más fácil de manejar con las manos desnudas. Takeshi se preguntaba cómo le iba hacer para enfrentarse a Oigami.

Si dejaba pasar mucho tiempo, sus aliados aparecerían en cualquier momento. Y si eso pasaba, se vería en una posición de total desventaja y sin posibilidades de salir victorioso. Su única alternativa era lograr atravesar el espejo, ya que no podrían seguirlos. Según se lo habían contado antes: los Trailers nunca entrarían a la Academia por el hecho de ser un territorio neutral.

No podían llevar a cabo batallas dentro de la Academia ni mucho menos llevarse de allí a ningún mago. Sin embargo, Takeshi tenía miedo de luchar contra Oigami nuevamente utilizando solo esa espada de madera. El arma de su oponente era de temer. Anteriormente había logrado hacerle frente y escapar, porque había tenido suerte y, por otra parte, también estaba completamente consciente del entrenamiento y las habilidades de Oigami para el combate, pues no movía su espada así por así como se creía al principio.

Oigami con el espejo a sus espaldas, se encontraba a una distancia aproximada de unos cinco metros de él. Pero no era necesario derrotarlo. Simplemente había que hacer que se moviera de allí para poder escapar rumbo a la Academia. Takeshi respiró profundamente y utilizando aquella espada de madera, adoptó una postura de combate. Al ver eso, Oigami adoptó la misma postura. Sin embargo, había una duda que aquejaba a Takeshi acerca de los Trailers: Se preguntaba por qué los Trailers los habían estado persiguiendo tan arduamente.

Takeshi y Kurumi eran apenas un par de novatos que no sabían nada acerca de la magia, asique no había razón por la cual los Trailers trataran tan intensamente de reclutarlos para sus filas. Había un trasfondo en todo el asunto, asique mientras mantenía su espada de madera fija en Oigami, preguntó:

—Dudo mucho que en realidad quieran unirnos a nosotros a los Trailes, ¿Acaso su verdadero plan es capturar a Mui?

Oigami se sorprendió al escuchar eso tan repentinamente, y luego sonrió.

—Huh. Así que lo has entendido. Pues así es. Verás… Capturar magos es el trabajo de más baja categoría que tenemos. Llevárnoslos a ustedes realmente no nos serviría de nada. Son los magos graduados los que realmente valen la pena para los Trailers. Sin embargo, Aiba Mui es diferente. Esa chica está al mismo nivel que Tsuganashi. Por eso queremos tenerla con nosotros lo más rápido posible. Aiba Mui está al pendiente de ustedes ¿verdad? por esa razón si los capturamos a ustedes, ella eventualmente aparecerá.

A Takeshi le molestó escuchar que su suposición era tal y como se lo había imaginado. Entonces dijo:

—¿Qué? ¿Un motivo tan ridículo como ese?

—En realidad no me gusta tomar rehenes. Sin embargo, ordenes son ordenes asique no queda de otra. —Contestó Oigami, torciendo su boca como si de verdad le molestara el asunto. Entonces Takeshi preguntó algo más:

—¿Dónde están tus amigos?

Pero obviamente Oigami no respondió a eso y en su lugar preguntó:

— ¿Crees que voy a decírtelo?

Ta parecía que Ogami no era tan tonto como parecía. Sin embargo, Takeshi sabía que el tiempo se le acababa, así que procedió a sujetar fuertemente su espada de madera.

—Tienes razón. Basta de charlas y muévete de allí.

—¿De verdad piensas enfrentarme usando una espada de madera? Esta vez no voy a darte un simple golpe.

—No te preocupes, la última vez era yo quien se estaba conteniendo—Respondió Takeshi.

Y al ver que decir eso con una expresión de tranquilidad. Oigami mostró sus dientes con molestia y respondió:

—Incluso como broma, eso es irritante.

Al momento, Oigami corrió rápidamente con su espada por delante balanceándola para atacar a Takeshi. Pero antes de apenas alcanzar a ver la línea plateada conformada por la espada enemiga, Takeshi apretó los dientes fuertemente. Tal y como Oigami había alardeado antes, no parecía que fuera lanzar un simple golpe plano con la hoja espada, ya que la hoja venia con el filo al frente lista para matar a cualquiera que entrara en contacto con ella. Aun así, se convenció a si mismo de que solo se trataba de un duelo de Kendo. Lo había practicado por años y estaba listo para lo que sea que se le viniera encima.

Rápidamente esquivó ese ataque y con su espada de madera, repelió hacia abajo un segundo ataque que venía en dirección de su cabeza. Oigami no dio descanso y continuó con múltiples ataques rápidos. Pero Takeshi repelió cada uno de ellos mientras blandía su espada de madera de un lado a otro, obligando a Oigami a retroceder.

Por un momento se quedaron quietos mientras se miraban fijamente el uno al otro. Eso hasta que Oigami inició nuevamente con sus ataques, pero esta vez, Takeshi no se quedó a esperar su ataque y corrió hacia Oigami casi al mismo tiempo que él. Takeshi miró la espada que su oponente que, a diferencia de la suya, era una de verdad. Su filo se movía con una rapidez absoluta.

Sin embargo, no podía decir lo mismo de quien la usaba. Es por eso que calculando el ángulo de sus manos sosteniendo la espada, su profundidad, fuerza, pudo adivinar el punto de descenso de la hoja y contrarrestarlo con su espada de madera. Y en el momento en que tanto la espada real como la de madera se cruzaron, se frotaron entre sí produciendo un feo sonido.

La vibración hizo temblar las manos de Takeshi. Oigami, contrario a lo que Takeshi esperaba, no cedió. Por el contrario, Oigami al ver su espada aprisionada bajo la espada de madera de Takeshi, soltó su espada con una de sus manos de la espada y con a otra procedió a sacar su otra espada del cinturón en el lado derecho de su cadera y con ella, apuntó a la garganta de Takeshi. Sin embargo, sus movimientos seguían dentro del rango de predicción de Takeshi. La hoja de la espada pasó a un costado de Takeshi, pero en cambio, la espada de madera se clavó en el hombro izquierdo de Oigami.

—Mal… di… too…

Aunque el golpe fue doloroso, Oigami todavía realizó un ataque lateral con un corte horizontal hacia Takeshi. Sin embargo, ese ataque sin fuerza, solo lo dejó aún más vulnerable. Takeshi, sin mediar palabra, rechazó fácilmente ese ataque lateral proveniente desde la derecha y aprovechando la trayectoria de su brazo hizo un giro de muñeca e hizo regresar su brazo golpeando el pecho de Oigami en el proceso.

—Guuuuu….

Oigami levantó un gemido, y aflojó su espada por primera vez, y justo en ese momento, se apartó un poco de espejó asique Takeshi exclamó:

—¡Isoshima! ¡es nuestra oportunidad! ve hacia el espejo…

—No puede ser… Yo… no puedo hacerlo.

—¡Ya sabes cómo hacerlo ¿verdad?! —Gritó Takeshi rápidamente como si tratara de disipar la voz temerosa de Kurumi.

—Sí, sé cómo hacerlo, pero… no puedo dejarte aquí.

En ese momento, Oigami agarrándose el pecho, alzó la vista y miró a Takeshi con ojos llenos de odio.

—¡Deja de distraerte con ella! —Exclamó adoptando nuevamente su postura.

La postura de Oigami, ya no era como al principio y a Takeshi parecía habérsele olvidado que estaba blandiendo una espada de madera en lugar de una de bambú la cual era más contundente. Talvez era su fuerza de voluntad, pero, aunque Oigami era poseedor de un fanático físico, no daba los golpes como debería, pero sí que los aguantaba bien. Oigami atacó esta vez, pero Takeshi reaccionó de inmediato.

—¡¡Takeshi!! —Gritó Kurumi.

Tanto su grito, como la reacción de Takeshi ocurrieron casi al mismo tiempo. Sin embargo, la espada de Oigami penetró unos cuantos centímetros en el borde de la espada de madera. Oigami tuvo que jalar con fuerza para desincrustarla dejando caer pedazos de astillas.

—Isoshima, por favor. ¡Vete!

Era mucho mejor para Takeshi que por lo menos ella, tuviese la oportunidad de escapar a través del espejo ya que estando ella allí, no podría concentrase plenamente en el combate. Kurumi se dio cuenta de eso, asique guardó silencio.

Ante el feroz ataque de Oigami, Takeshi respondió defendiéndose y contraatacando, pero su espada de madera acababa de ser cortada y agrietada por lo que se había vuelto delgada y frágil. Takeshi tenía que quitar a Oigami de enfrente del espejo a como diera lugar.

No era necesario derrotarlo. Por eso, se había mantenido a la defensiva, retrocediendo periódicamente para así, atraer a Oigami hacia él y eventualmente alejarlo del espejo. Kurumi lo sabía. por lo tanto, comenzó a caminar lenta y disimuladamente hacia el espejo. Y luego de avanzar dos metros, la pelea entre Takeshi y Oigami se volvió seria. Cuando Oigami atacó de nuevo y Takeshi bloqueó. Luego, se tomaron un momento el cual Takeshi aprovechó para seguir el avance de Kurumi con la mirada. Sin embargo, Oigami corrió repentinamente y chocó fuertemente su espada contra la espada de madera de Takeshi una vez más…

—¡O-Oye!

—Ah, que fastidio. ya basta de pelear a tu manera.

Takeshi se preparaba para contraatacar con fuerza, pero su pie derecho de pronto fue pisoteado por Oigami.

—En un combate real se vale de todo, y aquí, no será diferente. —declaró Oigami.

De repente, Takeshi recibió un golpe en la sien por parte de él, haciéndole cerrar los ojos involuntariamente. La fuerza del golpe le aturdió, pero no cayó. Cuando abrió los ojos nuevamente, la silueta del pomo de la espada de Oigami se reflejaba débilmente en ellos. No pudo retroceder debido a que su pie derecho seguía siendo pisoteado.

—No pudiste moverte ¿verdad?

Oigami golpeó el costado de Takeshi con su puño izquierdo el cual tenía desocupado.

—¿Ah…?

Una segunda vez, Takeshi fue aturdido lo cual le llevó finalmente a perder el equilibrio. Mientras su mirada se tornaba borrosa y el dolor se desvanecía, finalmente cayó de rodillas.

Al ver a Takeshi en ese estado, Kurumi no pudo mantener la calma y gritó.

—¡Takeshi!

Pero a pesar de que Kurumi quería ayudarle, no había nada que ella pudiera hacer. Incluso siendo la manager del club de kendo, apenas había tocado unas cuantas veces las espadas de bambú.

—Lo siento, pero parece que, en un combate real, yo soy superior. —dijo Oigami.

Oigami de nuevo trató de golpear a Takeshi con el mango de la espada ya que, incluso teniéndolo en el suelo, tenía toda la intención de darle una paliza. Pero justo en ese momento, Kurumi elevó un gritó repentino.

—¡Jaja, lo logré! ¡Finalmente te atrapé, preciosa!

Oigami detuvo su mano y vio que Ushiwaka, que había aparecido desde la sombra de un pilar, mientras sujetaba a Kurumi con una sonrisa.

—¿Qué vas a hacer ahora, señor héroe? —Preguntó Oigami a Takeshi en un tono de burla.

Después de eso, le dio una patada haciendo que se tumbara completamente sobre el suelo.

—¡Su, Suéltame…! —Gritó Kurumi mientras forcejeaba con Ushiwaka.

—Isoshima… —Gritó Takeshi. Sin embargo, ya tumbado, su voz sonaba sin energías.

—Bien, Ushiwaka. llévatela a ella primero.

—¡De acuerdo!

Luego de que Oigami le diera indicaciones a Ushiwaka señalándole un lugar con su barbilla, este con gran felicidad, arrastró a Kurmi hacia el frente del espejo.

—¡Ta-Takeshi…!

—¡Detente…! Quítale las manos de encima a Isoshima…

Oigami pisoteó la espalda de Takeshi y se echó a reír diciendo:

—¿Ah? En lugar de preocuparte por ella, deberías preocuparte por ti mismo.

Ushiwaka por su parte puso la mano sobre la superficie del espejo.

—Bueno, Preciosa. Es hora de llevarte a nuestra base. Luego de alterar tus recuerdos, pediré que te conviertan en mi novia.

Su intención, era abrir un portal en el espejo para llevársela al mundo en ruinas.

—¡No! ¡¡Takeshiii…!!

Kurumi gritaba despavoridamente. pero por más fuerte que ella lo llamara, Takeshi no era capaz de levantarse. De pronto, un quejido se escuchó. uno que no provenía ni de Takeshi ni de Kurumi. sino del sonriente Ushiwaka. Había un brazo que sobre salía del espejo sosteniendo una pistola y había golpeado fuertemente a Ushiwaka en la cabeza.

—Ugh…

Ushiwaka soltó a Kurumi y luego de retroceder unos cuantos pasos, cayó al suelo. y de aquel espejo, emergió una chica de cabello negro, que portaba el uniforme de la Academia de Magia Subaru. Observó a Ushikawa con Kurumi y luego a Takeshi con Oigami con una expresión tensa y dijo:

—Sabía que algo como esto ocurriría…

—Mui…

Oigami todavía encima de Takeshi quien mostraba cierto alivio, sonrió ampliamente y dijo:

—Ja… sabía que vendrías por este tipo.

Takeshi empalideció al recordar que el objetivo real de Oigami y sus secuaces era capturar a Mui.

—¿Por qué has venido? —Le reprochó Takeshi.

Mui se apretó los labios al escuchar el regaño y dijo:

—¿No querías que viniera?

—Es que, el objetivo de estos tipos eres tú en realidad.

—Sí, ya lo sabía…

—Entonces….

—Pero, aun así, mi principal prioridad es protegerte, Takeshi-kun.

Mui levantó su pistola lentamente apuntando hacia Oigami

—Además, yo fui la que te convirtió en mago y te dije que asumiría la responsabilidad por el resto de mi vida.

—….

Takeshi se limitó a observar en silencio a Mui, como si ella acabase de dispararle sentimientos importantes. Sin embargo, Kurumi irrumpió repentinamente en el ambiente de ambos.

—Aguarda un segundo, ¿Qué quieres decir con eso? —Preguntó, Observando a Mui con una expresión de intolerancia hacia ese último comentario.

Mui se dio cuenta de eso, y le extendió la mano a Kurumi con preocupación.

—¿Te encuentras bien, Isoshima-san?

Mui intentaba ayudar a Kurumi, pues se encontraba de rodillas.

—¡Déjame…! No te he pedido ayuda.

Luego de rechazar la mano de Mui, Kurumi se puso rápidamente de pie y apretando los labios, se volteó molesta hacia otro lado. Mui simplemente se encogió de hombros, pero en el momento siguiente, Ushiwaka que aún se encontraba tirado en el suelo, abrió los ojos, se sentó y gritó.

—¡¡¡Toma esto, Brocona*…!!!

<<Traductor Ore no Honyaku: Brocon, es la contracción del termino inglés: «Brother Complex» que significa: «Complejo de Hermano». El termino se usa para describir a personas que sienten demasiado apego hacia su hermano. Más de lo que debería ser normal. Para hermana es «Siscon» Sister Complex>>

Inmediatamente un círculo mágico formado por partículas brillantes de color rojo, apareció en el suelo justo debajo de él. Desde allí, algo salió volando como si fueran flechas hasta golpear el brazo derecho de Mui. Ella Sintió un doloroso piquete, por lo que procedió a retirarlo rápidamente de su brazo. Dicho objeto que tenía rayas negras y amarillas, cayó cerca de sus pies.

—Uh… uh… ¿qué?

En su brazo, aún seguía clavado el abdomen del insecto que, a pesar de haber sido triturado, seguía intentando clavarse más en su piel. Asique ella lo retiró por completo y lo arrojó lejos. Sin embargo, el área afectada se le puso paridad de inmediato.

—Ja ja ja. Mi abeja te ha picado. A partir de este momento, tienes 24 horas antes de que tu brazo se pudra por completo. Pero puedo darte el antídoto si vienes con nosotros.

Ushiwaka estaba mirando la cara de la descolorida Mui, y fue casi lo mismo cuando Oigami instantáneamente lanzó una fría palabra haciéndole notar su accidente.

—¡Idiota!

En el momento en que Oigami murmuró eso con pesar, partículas rojas comenzaron a salir del cuerpo de Ushiwaka.

—¿Eh…? ¿Que?

Las partículas mágicas comenzaron a elevarse como vapor de agua desde sus brazos, piernas y de debajo de su ropa. Su pelo comenzó a levantarse y luego su cuerpo entero comenzó también a elevarse por el aire lentamente.

Ushiwaka comenzó a lloriquear estando enterado de lo que iba a pasarle. Comenzó a pedir ayuda, pero nadie podía llegar hasta él, ya que se encontraba pataleando a tres metros del suelo. Las partículas rojas expulsadas del cuerpo de Ushiwaka, formaron una neblina roja que comenzó a girar sobre su cabeza en un remolino hasta formar un embudo igual que un tornado el cual que se expandió aún más.

Pero de repente, todo se detuvo. Aquel vórtice de energía salió expulsado como si hubiese sido tragado por el tenue cielo, dejando caer a Ushiwaka como si fuese una marioneta a la cual se le acaban de cortar las cuerdas, y luego se desmayó con los ojos abiertos y completamente en blanco.

—¿Q-Que fue eso? —Preguntó Takeshi con una voz aterrada. Oigami que aún tenía su pie encima de él, respondió:

—Es el efecto del hechizo llamado «Gift». Le ocurre a cualquier mago que estando en El Mundo Original, utilice su afinidad mágica para atacar a un oponente con el propósito de hacerle daño.

Oigami observó a Ushikawa tendido en el suelo con una mirada fría y luego lanzó una escupida diciendo:

—Ha perdido todo su poder mágico.

Takeshi observó a Ushiwaka con terror, como si lo que estuviera viendo fuese su cadáver, pues parecía que haber perdido más que solo su magia. Podría decirse que la magia era el equivalente a una fuerza vital, y era esa vitalidad la que se le acaba de arrebatar.

Mui con su cara empalidecida, se pasó el arma de su mano derecha a la izquierda y dijo:

—El Mundo Original, es como una tierra maldita para nosotros los magos. Tenemos un reglamento al cual debemos regirnos cuando estamos aquí. O de lo contrario, nuestra magia nos es arrebatada para siempre.

—¿Un reglamento para los magos?

—Así es. «Gift» no hace distinción alguna entre los «Trailer» y los de «Wizard Breath».

Al escuchar eso, Oigami apretó los dientes y agregó:

—Cierto. Es un maldito hechizo de mierda que nos fastidia a todos por igual.

—Sin embargo, podemos decir que, gracias a eso hemos podido mantener la paz en este mundo. —Aclaró Mui.

Oigami quitó el pie de encima de Takeshi y objetó las palabras de Mui.

—Eso no es del todo cierto. Gift no solo despoja a un mago de su magia, sino que también la roba para entregársela a alguien. ¿Qué hacen con esa magia robada? ¿Los magos que reciben la magia robada son de Wizard Breath, cierto?

Mui no dijo nada y simplemente se limitó a observar con recelo a Oigami quien le devolvía la mirada de igual manera.

—Bueno, da igual. No es como si me importara. Sin embargo, lo que si me importa es que sigamos con la pelea. pero, aunque yo diga eso ¿cómo lo harán? este tipo está acabado. Tú no puedes usar tu brazo derecho y dudo mucho que la chica que solo cambia de forma, pueda ser mi oponente.

Utilizando su brazo izquierdo, Mui apuntó su arma a Oigami que se reía porque sus rivales ya no estaban a la altura y luego dijo:

—Ya veremos…

Takeshi se sorprendió al ver la intención de luchar de Mui.

—No lo hagas, Mui…

Si lo que acababan de contarle era cierto y Mui se atreviera a atacar a Oigami, correría la misma suerte que Ushiwaka y terminaría perdiendo su magia. Sin embargo, Mui ignoró completamente la advertencia de Takeshi y sin mediar palabra, tiró del gatillo. Un destello de color amarillo pálido salió disparado hacia Oigami.

Rápidamente Mui lanzó otros dos disparos rápidos detrás del primero. Takeshi volvió su mirada hacia Oigami casi de manera involuntaria y pudo ver que el disparo de Mui el cual parecía ser una especie de carga eléctrica, se desvió a escasos centímetros del pecho de Oigami.

Así mismo, los ases de luz de los otros dos disparos tampoco impactaron a Oigami y se desviaron por los lados como si fuesen bloqueados por alguna especie de barrera invisible y acabaron impactante en una fila de los casilleros metálicos produciendo un sonido estridente y dejando tres enormes agujeros en ellos. Oigami soltó despiadada risotada sobre Takeshi quien miraba completamente atónito el resultado.

—Oye, Aiba Mui. Tú no tienes idea de cuál es mi afinidad mágica ¿verdad?

—Oigami Takao… tu afinidad mágica es la magia evasiva. Eres un mago capaz de desviar cualquier hechizo mediante tu habilidad llamada “Vanishing Cloud”. Aun si me atacas estando dentro del mundo Original, no serás afectado por “Gift” y privado de tu magia gracias a ella.

Ante la respuesta clara y concisa de Mui, Oigami asintió con deleite.

—Exactamente. No hay magia que sea capaz de golpearme. Y ya que lo sabes, lo mejor sería que te rindieras.

—…..

Sin embargo, Mui con terquedad, volvió a levantar el cañón de su arma y apuntó una vez más a Oigami diciendo:

—En ese caso, ¿qué te parece esto…?

Oigami extendió los brazos esperando con toda confianza el disparo que ella estaba a punto de realizar.

—¡»Stars»!

En el momento en que Mui exclamó esa palabra, un destello cegador salió del hocico del arma afectando en el acto, no solo a Oigami, sino también a Takeshi.

—¡Uaaa!

Se cubrieron los ojos, pero aquella intensa luz blanca ya se había quedado grabada en sus retinas.

—»Float» —Exclamó esta vez Mui.

Tan pronto como escuchó la voz de Mui, Takeshi sintió cómo su cuerpo se elevaba del suelo. Se había sido puesto a levitar en el aire como si fuera impulsado por una ráfaga de aire. Y cuando finalmente comenzó a abrir los ojos con dificultad, se encontró con Mui parada frente a él.

—Takeshi-kun, ¿Puedes levantarte?

Al reaccionar a su llamado, Takeshi se dio cuenta que la estrategia de Mui había sido utilizar la magia para distraer a Oigami y así alejarlo de él.

—Estoy bien. Pero eso que hiciste fue algo brusco.

Arrastrando su mano con la espada de madera sujetada firmemente, Takeshi obligó a su adolorido cuerpo a ponerse de pie.

—Así que solo fue una distracción —Murmuró Oigami chasqueando la lengua con molestia.

—La magia no solo sirve para atacar. —Contestó Mui sonriente mientras tomaba postura con su arma.

Sin embargo, justo en el momento en que Mui y Oigami se confrontaban nuevamente, una voz proveniente de un lado se escuchó:

—¿Qué está pasado? ¿Qué es todo esto?

Ida Kazumi era quien entraba a la habitación sosteniendo a una persona en brazos y echando un vistazo a su alrededor.

—¡¿Ida-kun?!

—¡Ida!

Kurumi y Takeshi exclamaron involuntariamente su nombre.

—¿Quién demonios eres tú y por qué tienes a Hotaru contigo? —Preguntó Oigami, quien parecía ser el único desconcertado por la repentina aparición de aquel muchacho desconocido.

Ida traía consigo a Hotaru. la otra miembro de los Trailers.

—Bueno, cuando me la encontré, intenté charlar con ella, pero me atacó repentinamente. Como me sorprendió, le di un puñetazo. Obviamente en ese instante creí que era un chico. Pero mi sorpresa fue mas grande cuando me acerqué a ella y me di cuenta que en realidad era una chica.

Ida explicaba tranquilamente el asunto mientras se componía su llamativo cabello rubio luego de haber recostado a Hotaru en los casilleros de la pared.

—Pero, ¿por qué volviste…? —Preguntó Kurumi sorprendida.

Ida simplemente se encogió de hombros y contestó:

—Por nada en especial. Es solo que al ver que estos tipos los perseguían desde la estación hasta la escuela, supuse que pondrían algún tipo de emboscada. Además, cuando hablé con esta chica, antes de atacarme me dijo: «tú eres uno de sus amigos» Asique supongo que se dieron cuenta de que yo estaba con ustedes.

Kurumi estaba consciente de lo que podía pasarle a Ida por haber regresado y entonces dijo con preocupación:

—Ida-kun, corre a tu casa lo más rápido posible antes de que te veas involucrado en esto.

—No te preocupes por eso. Ya estoy involucrado de todas formas.

—Parece que no sabes en lo que te estas metiendo.

—Da igual, estaré bien. O eso creo…

Kurumi agachó la cabeza al oír las palabras de Ida que no tenían fundamento alguno. Sus advertencias le habían entrado por un oído Ida y le había salido por el otro.

—¡Uwa! ¿Qué onda con tu espada cómicamente grande? ¿Se la robaste a Cloud Strife? —Preguntó Ida al observar la espada que Oigami tenía en la mano.

Después, dirigió su mirada hacia la pistola de Mui y se quedó completamente estupefacto. Kurumi iba a regañarlo, pero en cuanto levantó su rostro y lo miró, su expresión de shock se volvió casi igual a la de él y exclamó:

—¡O-Oye, Ida-kun!

—¿Que sucede?

—Tu-Tu mano…

La mano derecha de Ida, se encontraba brillando con una luz color naranja.

—¿Mi mano…?

Ida bajó la mirada y observó su propia mano. Sus ojos se abrieron de par en par al ver lo que sucedía.

—¡¡UWAAAAAAA!!

Su mano, se había envuelto en llamas desde la muñeca hasta la punta de los dedos.

—¡¿Qué demonios es estoooooo?!

La mano entera levantaba humo y llamaradas como si estuviera sosteniendo una bola de fuego.

—¿Acaso absorbiste magia cuando interactuaste con esa chica?

—¿Magia? ¿A qué te refieres con eso?

Ida no lo sabia, pero al parecer, Hotaru había intentado atacar a Ida usando magia justo antes de que terminara siendo noqueada por él.

—Sería mejor que acabemos con esto de una vez por todas —Dijo Oigami mientras observaba a Ida de reojo.

—Tienes razón —Contestó Mui sin apartar su mirada de Oigami ni por un segundo.

Ambos procedieron a pasar a la ofensiva nuevamente. Oigami alzó su espada y corrió hacia Mui. Mientras que ella, sacudió fuertemente su pistola hacia un lado, e inesperadamente el cañón del arma se alargó.

Los dos se enfrentaron chocando entre si la hoja de la espada y el cañón del arma, los cuales produjeron chispas de metal que se esparcieron. La pistola que Mui sostenía en su mano, había tomado una forma extraña pues su cañón se había alargado unos sesenta centímetros.

—Jaa, interesante juguetito el que tienes. —Exclamó Oigami.

Y mientras se reía, intentó rodear a Mui con sus brazos para arrebatarle el arma, pero Mui rápidamente dio un salto hacia atrás para tomar distancia. El arma personalizada de Mui, contenía esa característica para poder bloquear ataques directos a corta distancia. Sin embargo, seguía siendo casi imposible para ella, forcejear contra la enorme hoja de la espada de Oigami usando un solo brazo.

Por lo tanto, Mui intentó pronunciar otro hechizo, pero antes de que ella pudiese siquiera abrir la boca, Oigami arremetió contra ella para evitarlo. El ataque de la espada volando a gran velocidad, iba dirigido a su costado, pero ella lo bloqueó nuevamente con el cañón alargado de su arma. Sus piernas se mantuvieron firmes durante su bloqueo y aun no estaba lista para reaccionar tan rápidamente a un segundo movimiento.

Sin embargo, un segundo ataque provino desde abajo. Un ataque que no podía bloquear con el cañón alargado de su pistola. Asique esquivo a como pudo la hoja de la espada de Oigami la cual alcanzó a cortar a través de su falda. Inmediatamente, le siguieron una ráfaga de cortes rápidos que pasaban muy cerca de su cabeza como destellos plateados con frenesí.

Mui se agachó rápidamente, se encogió lo más que pudo haciendo bola su pequeño cuerpo y se lanzó de rodada hacia la derecha para luego brincar como un resorte lejos de allí evitando así, cualquier contacto. Sin embargo, no pudo evitar hacer una expresión de dolor pues al haberse lanzado sobre el lado derecho, terminó lastimándose el brazo que tenía en mal estado. En ese momento, ambos se tomaron un descanso y tanto Mui como Oigami, se miraban con furia.

Takeshi se encontraba sorprendido observando la escena a espaldas de Mui.

«La picadura que tiene Mui en el brazo está empeorando» —Pensó Takeshi.

Él habia notado que una coloración azul oscura como la de un moretón, se había extendido desde el brazo derecho de Mui, desde la parte donde la abeja le había picado, y extendiéndose hasta su pecho subiendo por su cuello haciéndose visible incluso en parte de su cabeza.

Sin embargo, Mui no tenía tiempo para quejarse del dolor. Oigami que no esperó más tiempo, arremetió con su espada nuevamente y Mui bloqueó de nuevo empuñando su pistola alargada con la mano izquierda. Sin embargo, al no ser esa su mano dominante, su fuerza era menor por lo que la pistola se soltó fácilmente y cayó al suelo.

—¡Mui! —Exclamó Takeshi.

Él sabía que Oigami no intenciones de matarla, si la dejaría gravemente lastimada si llegaba a golpearla con toda su fuerza. Sin embargo, justo en ese instante se presentó otra situación:

—Ta-Takeshi, ¿Qué hago? —Exclamaba Kurumi mientras el reflejo de grandes llamas de fuego de veía en sus ojos.

—Mi-Mi mano… Imposible. ¿Cómo pudo pasar esto?

Ida agitaba su mano intentando apagar el fuego, pero las llamas simplemente se expandían hacia todos lados. Kurumi pensaba que era extraño, pero aun así se había mantenido al lado de Ida.

Sin embargo, llegó un momento en que tuvo que comenzar a tomar distancia de él, debido a que no podía soportar el intenso calor provocado por esas llamas. Ida por su parte se agarró la mano fuertemente y comenzó a frotar su puño contra el suelo en un intento por apagar el fuego.

Takeshi que tenía toda su atención puesta en la pelea entre Mui y Oigami, sintió de pronto cómo los pelos se le erizaban. Algo que parecía ser un peligro inminente se aproximaba y él lo sabía de alguna forma. Por lo tanto, se olvidó del dolor de sus heridas y se puso de pie. Sus pupilas se pusieron de color purpura en ese instante.

—¡¡Mui, Ponte a cubierto!!

Después de haber puesto en sobrevisto a Mui, corrió inmediatamente hacia Kurumi que estaba parada a unos tres metros de distancia de Ida.

—¡¡¡Isoshimaaa!!!

Takeshi se arrojó sobre Kurumi.

—¡¡Gyaaaaa!!

y justo en ese momento, Ida elevó un grito y se produjo una explosión que envolvió el todo el lugar. Los oídos de Takeshi se paralizaron y no podía escuchar nada debido al estruendo, pero podía ver que Kurumi se encontraba gritando.

—¡¡¡Kyaaaaa…!!!

—¡Isoshima!

Cuando la explosión ocurrió, las llamas que surgían de la mano de Ida, habían cambiado de naranja, a un color amarillo muy brillante que casi llegaba a una tonalidad blanca. Incapaz de abrir los ojos, Takeshi palpaba con su mano buscando desesperadamente Kurumi.

La habilidad intuitiva de su magia evasiva le había hecho saber que objetos enormes estaban a punto de caer. Después de un momento finalmente, su mano encontró el brazo de Kurumi asique la atrajo hacia él y la colocó debajo de su cuerpo y luego se agachó.

En ese momento, la explosión hizo colapsar el agrietado techo del pasillo como si un hubiese sido partido por un rayo y se derrumbó de inmediato de una forma estrepitosa. Mientras escombros de todos tamaños caían, Takeshi protegió a Kurumi con su propio cuerpo. De pronto, un gemido se elevó de entre los escombros.

—Huh huh…

Takeshi se levantó habiendo quedado en el interior de un espacio dejado por grandes trozos de hormigón, mientras tosía por la gran cantidad de polvo en el aire. También pudo escuchar a Ida tosiendo igual que él mientras se preguntaba sobre lo que había sucedido.

—Mierda, que polvoriento esta esto… —Murmuró Oigami en algún lugar.

Takeshi lo escuchó desde el otro lado de los escombros. Sin embargo, se horrorizó de inmediato al escucharlo decir algo más:

—Pero bueno, ahora solo me queda llevarme a esta chica.

Takeshi se levantó por completo para asegurarse bien acerca de quien hablaba Oigami. Kurumi aún seguía debajo de Takeshi y se había quedado completamente quieta y con los ojos fuertemente cerrados. Sin embargo, al sentir que Takeshi se despegó un poco de ella, los abrió de golpe completamente aterrada.

—Isoshima, quiero que te quedes aquí escondida…

—¿Qué piensas hacer?

—Iré a ver a ese sujeto.

Ambos conversaban entre susurros debido a que se encontraban acurrucados y muy cerca del otro. Cuando Takeshi hizo el intento de salir del hueco de entre los escombros, Kurumi lo sujetó de la manga.

—Takeshi…

La ansiedad y el miedo reflejados en sus ojos, combinados con su mano temblorosa que le sujetaba fuertemente de la camisa le enviaban un claro mensaje a Takeshi que decía: «No te vayas». Sin embargo, Takeshi simplemente le sonrió. Luego tomó suavemente la mano de Kurumi y la instó a que le soltara.

El lugar aún se encontraba cubierto de polvo por todos lados. Sus ojos estaban llenos de polvo y estaba cansado, pero, aun así, Takeshi caminó en silencio hacia la voz de Oigami y luego de haber superado unos cuantos obstáculos, finalmente se topó con él. Oigami sostenía a Mui entre sus brazos y aunque ella lucia flácida e inconsciente, no parecía haber sufrido ninguna lesión grave por el derrumbe.

—Suelta a Mui…

Trepándose sobre una parte del techo colapsado, Takeshi le salió a Oigami por delante. Este al percatarse de Takeshi, sonrió ampliamente y dijo:

—Eres más obstinado de lo que pensé, mal nacido…

Oigami examinó a Takeshi de pies a cabeza y se dio cuenta que este tampoco había sufrido lesiones por el derrumbe. Entonces Takeshi levantó su mano con la espada de madera de modo amenazante y Oigami se echó a reír diciendo:

—Veo que no has tenido suficiente…

Takeshi había tenido la suerte de encontrado su espada de madera, mientras caminaba y salía de entre los escombros para ir en busca de Oigami. Takeshi no contestó nada y entonces Oigami agregó:

—Bien, en ese caso, esta será la batalla decisiva…

Oigami sacó de nuevo su espada del cinturón y dejó caer a Mui al suelo. Después de eso se rio de Takeshi una vez más a pesar de que este lo miraba fijamente con hostilidad. Una pequeña piedra se desplomó desde lo que quedaba del andamio cayendo lentamente hasta alcanzar al resto de los escombros desperdigados sobre el suelo, y cuando lo hizo, la batalla dio comienzo abruptamente.

La espada de madera de Takeshi, recibió una vez más a la espada de Oigami a pesar de haber sido cortada anteriormente por esta. Inmediatamente mientras forcejeaban, ambos intercambiaron sus posiciones.

—Ja ja ja, lo sabía, tu eres un oponente más adecuado para mí… —Exclamó Oigami a modo de alago.

Mientras tanto, dio un paso atrás lentamente y separaron sus espadas.

—Ni siquiera te contuviste con Mui ¿verdad? —Contestó Takeshi mientras se defendía.

—Sería una estupidez subestimar a Aiba Mui…

A Takeshi le molestaba esa actitud burlona que tenía Oigami. Mientras tanto, chocaban, separaban y chocaban de nuevo sus espadas violentamente.

Oigami miró a Takeshi a los ojos. Aquellos ojos negros que siempre estaban llenos de amabilidad y misericordia, ahora se encontraban impregnados con furia y temor. Sin embargo, algo andaba mal, porque que no era la mirada que Oigami quería ver.

—En lugar de ver por tus amigos caídos, lo que buscas es llevarte a Mui a como dé lugar ¿cierto? —Exclamó Takeshi.

Oigami bloqueó un ataque lateral de la espada de madera de Takeshi y respondió:

—¿Amigos? ¿te refieres a ese par de inútiles? ¿Para qué? No son más que un estorbo.

Luego de eso, Oigami retrocedió y arremetió con más fuerza. Sin embargo, Takeshi simplemente lo evitó retrocedió tranquilamente. Aun así, sus pupilas seguían siendo de color negro.

—¿Qué puedo decir…? Los Trailers no nos caracterizamos por ser muy amistoso que digamos. sin embargo, sucede lo mismo con los Wizard Breath. —Declaró Oigami riéndose de sus propias palabras.

—Alguien como tú, no tiene derecho a tener compañeros. —Contestó Takeshi.

Al escuchar eso, Oigami escupió una risotada la cual no pudo contener.

Le pareció tan gracioso que hasta se tomó un momento para reírse abiertamente y hasta se inclinaba para hacerlo. Takeshi lo miró con furia por eso. Pero después de un momento, Oigami levantó el rostro nuevamente, pero ya no era risa lo que se mostraba, sino desprecio.

—Tu tampoco… —dijo Oigami.

—¿Yo?

Takeshi se mantuvo expectante ante lo que Oigami había dicho, pero antes de hacerlo, Oigami se echó la espada sobre el hombro y comenzó a caminar hacia el frente diciendo:

—¿Acaso no te das cuenta?

Luego de eso, Oigami alzó su espada y atacó. Takeshi levantó su espada de madera rápidamente y ambos artefactos chocaron y se quedaron cruzadas como si estuvieran pegadas mientras ambos empujaban entre sí.

—Tu y yo somos iguales… —Dijo Oigami, bajando el rostro mientras empujaba.

—¿Que estás diciéndome?

—Así es, tú no tienes amigos. Eso puedo verlo. No dejas que casi nadie se te acerque. Y los que lo hacen, no lo hacen de manera sincera ¿verdad?

Riendo confiadamente mientras hablaba. Oigami observaba a Takeshi de manera fija como si tratara de descubrir algo dentro de él. Desconcertado, Takeshi intentó retroceder y apartar su espada de la de Oigami, pero no pudo hacerlo.

—Te equivocas… —Respondió Takeshi.

En medio de la confusión, los ojos de Oigami voltearon a ver más allá de Takeshi y dijo:

—Puede que me equivoque. Sin embargo, si dices que no eres igual a mí, entonces ahora que te convertiste en mago, seguro debes habérselo contado a alguien ¿no? alguien capaz de comprender lo que te sucedió. ¿O no fue así? Obviamente no lo hiciste porque no tienes a nadie en quien confiar como para contarle eso.

—….

—¿Por qué no se lo contaste a tus compañeros? ¿Qué tal a los del club de Kendo?

La mano de Takeshi con la espada de madera, comenzó a temblar un poco.

—Ya basta… —dijo Takeshi con una voz baja y vacilante.

—¿Por qué no le dijiste a nadie?

Los ojos de Oigami pasaron de ser los de un tipo burlón, a los de alguien que juzga fríamente y estaba ejerciendo dicho juicio sobre Takeshi.

—Basta… —Volvió a murmurar Takeshi inconscientemente.

—¿Y a tu familia? ¿No les dijiste nada?

—Te acabo de decir que pares…

—¿Por qué no se lo contaste a tu hermanito?

En ese momento, Oigami retrocedió al ver que Takeshi estaba entrando en un ataque de ira.

—¡¡Callateeee!!

Luego de haberse escapado del alcance de la espada de Takeshi, Oigami comenzó a reír con deleite.

—¡¡Ja ja ja ja jaaaa!!*

(Pongan música de linkin Park de fondo)

Los ojos de Takeshi lentamente comenzaron a cambiar de su tonalidad negra a un purpura brillante.

—Luzco como alguien frio a quien no le importa nadie ¿cierto? Sin embargo, tu eres igual. —Volvió a decir Oigami.

Al escuchar las burlas de Oigami, Takeshi retorció la boca y gritó:

—¡¡Callate!!

Takeshi no quería escuchar nada más y sucumbió ante la ira, la cual Oigami vio como una valiosa oportunidad.

—Ja, Idiota. —Exclamó Oigami.

Y mientras se burlaba, levantó su espada en un golpe ascendente con el cual golpeó la espada de madera en mano de Takeshi dejando una abertura la cual Oigami aprovechó para lanzarle un fuerte golpe con su espada dirigía a la sien. El golpe dejó viendo luces a Takeshi mientras su cuerpo se inclinaba levemente.

«¡Maldita sea…!»

Takeshi trató de mantenerse consciente lo más que pudo, pero al final no fue capaz de hacerlo.

«Oh, no. Mui ha…»

Takeshi terminó cerrando los ojos lentamente mientras se desplomaba en el suelo. En ese preciso instante, Mui apenas comenzaba recuperar el conocimiento y logró ver tenuemente a Takeshi cayendo.

—¿Takeshi.. kun…?

Ella se las arregló a como pudo para poderse despertar del todo y observar que lo que acababa de ver no era una alucinación.

—¡¡Takeshi-kun!! —Gritó.

Una gran cantidad de sangre comenzó a descender desde el área de la oreja izquierda de Takeshi tiñendo de rojo el suelo donde se encontraba tirado.

—Espe… ¡Oh rayos! Creo que al final acabé matándolo… —Comentó Oigami mientras levantaba su espada y observaba fijamente el filo de esta.

Su intención era solo darle un golpe plano con la hoja, pero el ángulo no fue el correcto.

—¡¡¡Takeshi-kuuuuun!!! —Gritó Mui una vez más.

Ella aun no podía mover sus piernas por lo que se limitó a llamar Takeshi en repetidas ocasiones.

—¡Guarda silencio, Aiba Mui!

—Takeshi-kun, ¡¡¡Levántate por favor…!!! —Volvió a gritar Mui.

Entonces Oigami se dio la vuelta dejando a Takeshi tirado, y comenzó a caminar hacia Mui.

—Ya no se va a levantar. Acabo de partirle la cabeza. Ja ja… Seria aterrador que se levantara en esas condiciones. —Comentó Oigami mientras encogía sus hombros.

Resulta que cuando Takeshi cayó al suelo, ya no se movía ni un poco.

—¡¡¡Mientees…!!! —Exclamó Mui.

—¿Dices que miento? ¿Acaso no lo acabas de ver con tus propios ojos?

Oigami se paró justo frente a ella, sonrió y se inclinó diciendo:

—Pareces un conejo asustado.

Luego sujetó a Mui de la ropa, obligándola a ponerse de pie.

—¡Kyaaa!

—Vaya, una chica tan pequeña es usuaria de Magia de Aceleración. Parece que dios también suele ser muy cruel.

—¡Suéltame!

En su mano, llevaba la pistola que se le había caído anteriormente. La tenía porque cuando eso ocurrió, la recogió rápidamente. Su cañón largo se había retraído y había vuelto a su forma original. Por lo tanto, Mui apuntó a Oigami.

—¿Otra vez la pistola? Bueno, ya no puedes usar tu brazo derecho, asique no tengo tengo de otra…

Oigami enfundó su espada de nuevo en el cinturón y sujetó el brazo izquierdo de Mui.

—Voy a tener que rompértelo…

En el momento siguiente, los gritos de Mui inundaron el lugar. Su voz era escuchada por Kurumi e Ida, a pesar de que estaban muy lejos y no podían ver nada por los escombros. ambos estaban completamente impactados de escucharla gritar.

—¡¡¡Aaaaaaaaa!!!

El dolor de su brazo siendo fracturado era insoportable y Mui lloraba desgarradoramente.

—Oye, no llores. Lamento hacer esto, pero no te preocupes. Lo curaré después.

Oigami finalmente soltó el brazo izquierdo de Mui, pero este colgaba flácido y sin fuerza. Ya le había roto los huesos y aunque ella ya no quería seguir llorando, las lágrimas aún se desbordaban de sus ojos involuntariamente. Oigami miraba con desprecio a Mui mientas a sus espaldas, Takeshi que estaba tirado en el suelo, comenzó a mover levemente sus parpados.

—¿M….u….. i…..?

El pudo escuchar en lo profundo de su conciencia, los desgarradores gritó de una persona la cual identificó de inmediato. Sin embargo, era poco probable que pudiese levantarse.

—Huuuuh…

Además de que ya tenía su brazo derecho pudriéndose progresivamente, su brazo izquierdo ahora estaba roto por lo que Mui estaba completamente indefensa. El dolor era terrible, pero le podía más la frustración por no poder hacer nada más.

«Le dije que iba a protegerlo y no he podido hacerlo»

«Involucré a Takeshi-kun en esto y ahora él se encuentra en ese estado»

«En verdad que soy una completa inútil»

Mui ya había perdido a su hermano Tsuganashi a manos de los Trailers y pensar que pudiesen llevarse también a Takeshi, le devastaba el alma.

—Romperte los huesos un par de veces te ayuda a hacerte más resistente. Así que no te preocupes por eso. —Dijo Oigami con una sonrisa, al ver a Mui con la cara pálida.

Incluso en medio de su desesperación, Mui levantó su rostro lleno de lágrimas para confrontar a Oigami. Sin embargo, lo que se reflejó en su mirada fue algo diferente a lo esperado.

—¿Eh…?

Involuntariamente sus lágrimas se detuvieron y todas las emociones encontradas que tenía Mui -incluyendo la ira-, simplemente salieron volando.

—¿Que? ¿Qué te pasa? —Preguntó Oigami al ver la extraña expresión que había emergido en el rostro de ella.

—No te atrevas a tocar a Mui….

Oigami rápidamente se dio la vuelta para ver quien le hablaba e intentó desenvainar su espada, pero no tuvo tiempo de hacerlo.

—¡Kuuuu….!

Como resultado, recibió un fuerte golpe en el estómago con la espada de madera, haciéndolo retroceder varios pasos. Mui observó a Takeshi con una expresión de total asombro.

—¿Takeshi-kun…? Tus ojos…

Ella había visto los ojos de Takeshi ponerse de color purpura antes. Sin embargo, esta vez era diferente pues en el interior de las pupilas, se mostraban círculos mágicos. Dichos círculos, podían verse tan claramente que se podía apreciar a detalle cada uno de los patrones de los cuales estaban compuestos

«Son círculos de magia evasiva» —Pensó Mui.

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Si bien es cierto, cualquier mago era perfectamente capaz de invocar dichos círculos mágicos. Sin embargo, estos solo aparecían en el momento en que iban a utilizar magia que pertenece a su afinidad, y luego de eso, las partículas que los conformaban, se dispersaban rápidamente. Nunca se mantenían mucho tiempo.

Mui no tenía idea de cuando fue que la magia de Takeshi se manifestó, pero de lo que, si estaba segura, es que nunca antes había visto Magia Evasiva, que se manifestara de manera tan clara y limpia. Ni su hermano mayor Tsuganashi, cuyo circulo mágico se mantenía alrededor de su mano durante varios segundos al utilizar su magia de hielo, podía mantenerlo tanto tiempo. Los círculos mágicos no desaparecían de los ojos de Takeshi ni se atenuaban, aunque parpadeara.

«¿De verdad puede utilizar Magia evasiva por tanto tiempo?» 

«¿Cómo es eso posible?» 

Por supuesto existía magia capaz de mantenerse en uso durante mucho tiempo como era el caso de la afinidad de Magia Ilusoria. Sin embargo, era el mismo caso que las demás afinidades mágicas pues, aunque el efecto de la magia ilusoria se mantuviera, el circulo mágico solo aparecía cuando la magia era invocada al principio y luego desaparecía.

«Se supone que hay un límite de partículas mágicas para el uso de una persona…» 

Si la magia se utiliza por demasiado tiempo, esta se agota y no puede ser usada hasta recuperar las fuerzas nuevamente.

«¿Acaso estará manteniendo sus poros de magia abiertos sin darse cuenta de eso?»

Por tal motivo, si no se detenía lo antes posible, caería al suelo igual que Ushiwaka aunque no fuera por causa de «Gift».

—Tranquila, acabaré muy pronto. —Dijo Takeshi sonriendo y mirando a Mui con sus ojos encendidos en color purpura, después de haber apartado a Oigami de ella.

—¿Acabaras pronto? —Preguntó Mui con su mirada completamente perdida en los ojos de Takeshi.

—Ja ja ja. ¿dices que acabarás pronto? No salgas con estupideces, maldito. —Exclamó Oigami, sacando su espada mientras se sujetaba el estómago.

Takeshi ni siquiera lo volteó a mirar.

Oigami apretó los dientes e intentó atacar con su espada a traves de un punto ciego. Sin embargo:

—¿Qué?

Takeshi ni siquiera se molestó en mirar atrás, y solo bastó un pequeño movimiento de su brazo para tirarle la espada de sus manos. Lentamente Takeshi volvió su mirada hacia Oigami y a diferencia de la mirada amable que le hacía a Mui, esta vez su mirada lucia fría.

—Será mejor que te rindas. Si no haces algo mejor que esto, no tendrás oportunidad.

Oigami se sorprendió al escuchar lo tranquila y despreocupada que sonaba la voz de Takeshi.

—¡¿Aah?! no tengo idea de lo que hablas…

Enfurecido, Oigami recogió su espada.

—Si te soy sincero, yo tampoco sé de lo que hablo. —Contestó Takeshi.

Mientras hablaba, Takeshi comenzó a caminar lentamente.  Recibió un segundo ataque y luego un tercero, pero estos, los esquivó con suma facilidad y sin el menor de los esfuerzos.

—Es inútil, tus ataques no pueden darme. —Declaró Takeshi.

Oigami siguió atacando implacablemente, pero Takeshi siguió esquivando fácilmente.

Mientras tanto, Mui intentaba levantar su pistola que estaba tirada en el suelo. Sin embargo, cuando apenas lograba levantarla, se le caía debido al intenso dolor de su brazo izquierdo.

—Tsk….

El dolor hacía que sus lágrimas salieran y nublaran su visión. Pero, aun así, tomó el arma nuevamente y finalmente la levantó.

—¡uh…!  «¡Float!»

Pronunciando el hechizo en voz baja, aplicó la magia de levitación para hacer que su pistola no pesara nada y así poderla empuñar. Oigami estaba completamente abrumado por Takeshi, asique no se percató de los movimientos que ella estaba haciendo.

«¡Liberate!» —Exclamó Mui.

Un mago de nivel intermedio, era el requerimiento mínimo para poder utilizar los hechizos pertenecientes a una afinidad mágica. La razón de eso, era la extraordinaria cantidad de poder mágico requerido. Sin embargo, a pesar de estar consciente de ese desgaste inmenso de energía, Mui estaba convencida de que era necesario hacerlo.

«Takeshi-kun…ya no sigas… a este paso tu magia se agotará por completo» 

Partículas mágicas de color amarillo pálido, comenzaron a brotar desde los brazos en mal estado de Mui, hasta la palma de sus manos para luego transferirse a la pistola la cual comenzó a emitir un brillo dorado desde su interior. Al ser liberada por el hechizo anterior mencionado, el arma alargó la longitud de su cañón a más del doble de lo que sería un bastón de policía, cambiando así su forma para prepararse en aras de realizar un disparo muy poderoso. A como pudo, preparó su brazo izquierdo para poder tirar del gatillo mientras que sostuvo el cañón con su brazo derecho podrido.

«Despierta y sírveme dios del relámpago. Has que mi alma resplandezca».

La magia de «Float» que Mui había utilizado antes, comenzó a transferirse a ella a través de su pistola y su cuerpo levitó lentamente.

«Lléname de tu energía, resuena y perfora».

Las partículas que comenzaron a acumularse en el hocico del cañón, comenzaron a aumentar su brillo y entonces Takeshi y Oigami finalmente se percataron de lo que Mui hacía.

—¿¡Mui!?

Takeshi se impresionó de ver a Mui empuñando esa arma nunca antes vista por él, mientras que Oigami se burló diciendo:

—Que idiota eres, ¿Acaso no recuerdas que ninguna magia puede golpearme?

El asunto era complicado, pues incluso si lograba dar en el blanco, como consecuencia Mui terminaría perdiendo su magia. Era normal que Oigami pensara que era una necia. Sin embargo, la magia evasiva de Takeshi continuaba activa por alguna razón.

—¡Fúndelo todo! «¡¡Melt Projection!!»

En el momento en que ella terminó de recitar su hechizo, un enorme circulo mágico apareció justo en la boca del cañón, seguido por rayo de luz que explotó y salió disparado expulsando un alto calor concentrado. Takeshi agachó la cara y dio un gran salto hacia atrás. Oigami por su parte, tenía plena confianza de su habilidad de magia evasiva por lo que no se movió de su lugar. Ambos fueron separados por el rayo, el llenó todo el lugar con una luz dorada que se percibía incluso con los ojos cerrados. Al mismo tiempo, el suelo tembló como si una explosión hubiese ocurrido. Tal y como se esperaba la descarga termoeléctrica de Mui, no fue capaz de romper la barrera de Oigami. Sin embargo…

—¿Aah?

Debido a que la barrera de Oigami era una habilidad que rechazaba toda la magia disparada hacia él, el disparo de Mui rebotó en él y luego comenzó a rebotar en varios lugares hasta que finalmente golpeó el suelo penetrando en él y derritiéndolo debido a su alto calor. El suelo se hundió haciendo que el punto apoyo de Oigami desapareciera y perdiera el equilibrio. Mientras caía, pudo ver la silueta de quien parecía ser Takeshi parado frente a él y aquel gran resplandor. No había duda de que todo era a causa de su poder mágico. Takeshi había esquivado toda la magia de Mui que había rebotado en su cuerpo.

«Imposible…» 

Takeshi sabia instintivamente la trayectoria que tomaba el rayo al rebotar, gracias a su Magia Evasiva.

«¡¡Maldito…!!» 

Entonces, Oigami clavó su espada en el suelo para evitar caer en el agujero y cuando levanto su rostro, sacó la espada para intentar blandirla contra Takeshi. Sin embargo, este ya no se encontraba allí. y no podía ver a su alrededor para buscarlo debido al gran resplandor.

—¿Que…?

Oigami se quedó completamente impactado y sin palabras. Takeshi estaba justo delante de sus ojos y luego ya no estaba allí, si no parado su lado con los ojos cerrados.

—¿No te lo había dicho ya? —Comentó Takeshi.

Debido a la intensa luz, Oigami no era capaz de ver los movimientos de la espada de madera de Takeshi.

—Has perdido.

Oigami recibió un fuerte golpe sin saber por dónde vino, el cual le fracturó las rodillas haciéndolo desplomarse.

—¡Ga…!

Con expresion de dolor y sorpresa, Oigami Takao cayó al suelo. Su espada se soltó de su mano, pero no se dio cuenta.

Después de haber dado ese fuerte golpe, Takeshi no se movió de su lugar hasta que el rayo de luz disparado por Mui se desvaneció.

—Takeshi-kun…

Mui soltó su pistola y la magia de levitación se detuvo y se acercó con sus brazos dañados colocados por delante de su pecho. Momentos después, algo le ocurrió a Takeshi. Los círculos mágicos en sus ojos finalmente desaparecieron y la luz púrpura de ellos se apagó lentamente. Al final, Takeshi se desplomó al suelo como un muñeco de trapo quedando tendido junto a Oigami.

—¡Takeshi-kun!

La voz preocupada de Mui no fue capaz de alcanzarlo y su conciencia se desvaneció debido a la grave herida en su cabeza la cual sangraba tiñéndole el rostro de color rojo.

* * *

—¿Eh? ¿dónde estoy…? —Murmuró Takeshi, luego de abrir sus ojos y ver un extraño Techo blanco.

Al instante, dos rostros se aproximaron a su campo visual.

—Al fin has despertado.

—¡Eres un tonto!

Eran Mui y Kurumi que habían estado vigilando a Takeshi mientras dormía. Mui tenía una expresión de preocupación mientras que Kurumi lucia molesta.

—Llamarme tonto justo al despertar ¿no te parece un poco rudo Isoshima?

A Takeshi le parecía extraño no sentir dolor en su cabeza ni en ninguna otra parte de su cuerpo luego de haber despertado.

—¡Nada de eso! ¡Eres un verdadero tonto! ¡Solo mira como quedaste…!

Luego de ver a Kurumi parada a un lado de la cama, molesta y con las manos en la cadera, Takeshi se encogió de hombros y se volteó al otro lado de la cama donde estaba parada Mui para hablar con ella.

—Mui, yo…

Sin embargo, muy simplemente sonrió y dijo:

—Kurumi y yo, estábamos muy preocupadas por ti, Takeshi-kun.

Sin embargo, cuando Kurumi escuchó eso, Frunció el ceño y se quejó:

—Oye, ¿Quién te dio permiso de usar mi nombre?

—¿No puedo?

—No sin mi permiso.

<<Traductor Ore no Honyaku: posiblemente para muchos, la discusion de Kurumi y Mui sobre su nombre no tenga sentido, pero en japón, usar el nombre de una persona que apenas conoces sin su permiso, es ofensivo y solo se llaman por su nombre, las personas que tienen cierto grado de cercania o entre familiares>>

Kurumi parecía estar enojada por el hecho de que Mui la llamara por su nombre, y mientras hablaban entre ellas, Takeshi las miro alternadamente y luego agachó la cabeza. Por cierto, era la primera vez que ambas hablaban ente sí. Ellas ya se habían visto antes, pero cuando eso ocurrió, Kurumi estaba muy enojada así que esta era la primera vez que ambas sostenían un dialogo. Aunque Kurumi en realidad estaba regañando a Mui por haberla llamado por su nombre y esta, por alguna extraña razón asentía a todo lo que Kurumi le decía.

—S-Si, tienes razón, no debí haberte llamado por tu nombre, lo siento.

—Oye, tampoco pongas esa cara, no me hagas ver como si fuera la mala.

Mientras las escuchaba, Takeshi se echó a reír.

—¿De qué te ríes? —Preguntó Kurmi, mirando a Takeshi con agresividad.

Takeshi no pudo parar de reír y respondió:

—De nada, es solo que, pienso Mui y tú, podrían llevarse bastante bien.

—¡Por supuesto que no!

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Kurumi se negaba rotundamente ante esa idea, pero Mui, al contrario, mostró una sonrisa.

—¿Eh? ¿Amigas? ¿Kurumi y yo?

Posiblemente las personalidades de cada una eran diferentes.

«Esta es la primera vez que veo a alguien, sobrellevar muy bien la actitud de Isoshima» 

«Estoy seguro de que estas dos podrán llegar a entenderse a la perfección» 

Takeshi seguía sonriendo mientras Kurumi y Mui paradas a cada lado de la cama, seguían con su discusión.

—Oye, lo volviste a hacer…

—¿Hacer qué?

—¡Me llamaste por mi nombre de nuevo!

—Es que es muy complicado decirte «Isoshima-san». Siento que voy a morderme la lengua si lo digo.

Mui sacó ligeramente la lengua después de decir esa frase. Ciertamente pronunciar el apellido Isoshima era un poco difícil.  Y mientras tanto, Takeshi intentaba reír a escondidas de Kurumi pero…

—Takeshi, ¡Ya deja de reírte!

Kurumi estaba siendo muy enojona, mientras que Mui era más llevadera por lo que parecía estarse divirtiendo.

—No pienso llevarme bien contigo, asique no me trates de forma tan familiar.

Kurumi se volteó para no seguir viendo a Mui a la cara y la sonrisa de Mui se transformó en una risa amarga. En medio de un silencio incomodo que vino después, Takeshi notó que el brazo izquierdo de Mui estaba vendado e hinchado.

—Mui, ¿Qué le pasó a tu brazo?

Recordando luego, que Mui había sido gravemente herida durante la batalla, dirigió su mirada hacia el brazo derecho y el cuello de Mui.

—No te preocupes. Después de lo que sucedió, contacté rápidamente con Wizard Breath. Ellos nos trajeron a la enfermería de esta academia y ya trataron nuestras heridas.

El brazo derecho de Mui ya no tenía ese extraño color azul oscuro. Ni tampoco su cuello tenía esa infección.

—¿Nos trataron? ya veo… ¿Pero, acaso usaron magia para hacer eso?

—Si.  —Respondió Mui asintiendo felizmente.

 Sin embargo, una voz proveniente del centro de la habitación, irrumpió:

—Aunque así sea, la magia solo acelera el proceso de curación, el dolor aun estará presente. Solo unos verdaderos tontos se meten en peleas absurdas.

La persona que hablaba mientras se aproximaba, era una mujer en edad de unos veinte y tantos años que portaba anteojos con aros de color rojo. Usaba una bata blanca por lo que se intuía que era la enfermera de la academia. Sus pechos eran tan grandes que no eran capaces de mantenerse dentro de la bata.

—Hyoudou-sensei… —Murmuró Mui.

Por alguna razón, detrás de la enfermera, venia Ida muy sonriente.

—¿¡Ida!?

—Vaya, me sorprende que todo haya acabado. —Comentó Ida.

Takeshi sonrió al ver que Ida seguía siendo el mismo de siempre.

La enfermera, Hyoudou Nanami que también hacia la labor de maestra de Magia Biológica, miró a Takeshi y a Mui y luego sacudió la cabeza diciendo:

—Santo cielo… ustedes solo vinieron a darme más trabajo del necesario.

Ella con toda la sinceridad del mudo, mostraba su desagrado y su descontento. Asique cuando se acercó a la cama, le arrancó la sabana a Takeshi y agregó:

—Si ya se sienten mejor, entonces márchense. ¡Vamos, vamos! Momo-tan quiere hablar con ustedes. ¡Rápido! ¡Largo de aquí, magos de pacotilla!

De haberse quedado más tiempo, posiblemente la enfermera habría terminado echándolos a patadas. Mui y Kurumi, fueron las primeras en salir corriendo de la enfermería luego de recibir unas nalgadas de parte de la enfermera. En cuento a Ida, no tuvo más remedio que salirse a deambular por el pasillo.

—¿M-Momo-tan? —Preguntó Takeshi estando todavía acostado en la cama.

El escuchar eso, los ojos de Nanami comenzaron a brillar de emoción.

—¡Si, Momo-tan! la existencia suprema que solo puede ser obra de la sabiduría de Dios.

—¿Ah?

—No existe chica en el mundo que sea tan linda, tan fuerte y a la vez tan sombría como ella.

—O-Oiga…

Desconcertado, Takeshi notó que Mui, Kurumi e incluso Ida, lo miraban desde la puerta de la enfermería y le hacían señales para que saliera de allí.

—Oiga, le agradezco mucho por su tratamiento. Yo también creo que ya me siento mejor.

Por alguna razón, Takeshi dejó a Nanami con las manos en el aire luego de que ella iba a revisarle la cabeza, y se marchó a toda prisa. Cuando él finalmente salió de la enfermería, Mui les explicó:

—Ella se estaba refiriendo a la directora…

Según Mui, la persona que Nanami tanto elogiaba y exaltaba, era nada más y anda menos que la directora de la academia.

—Ella suele llamarla “Momo-tan…” —Agregó Mui.

Sin duda, el nombre «Momo-tan» se ajustaba bastante bien a la apariencia de la directora. Entonces Takeshi se tocó la cabeza con cierto temor y le preguntó:

—Oye… ¿Qué sucedió con aquellos sujetos?

Como había estado sangrando mucho, la herida en su cabeza tenía que ser muy seria, pero no sentía dolor pese a estarse tocando. Y mientras él continuaba frotándose el cabello, Mui respondió:

—Oigami Takao y los otros dos, están bajo custodia de Wizard Breath.

Era lógico, pues cuando hay una guerra, es normal ser capturado por el enemigo, o, por el contrario, tomar enemigos como prisioneros.

—¿Que van a hacer con ellos? —Insistió Takeshi.

Sin embargo, Mui evadió la pregunta y habló de otra cosa:

—Mejor vamos a ver a la directora. Ella nos está esperando.

Luego de haber dicho eso, los cuatro dejaron la enfermería atrás, y se dirigieron a la oficina de la directora.

* * *

Cuando Takeshi se desmayó, Mui contactó a los magos de Wizard Breath que llegaron al lugar a hacer una limpieza, abrir el portal en el espejo y llevar a los cuatro a la academia. Takeshi no supo más de Ida luego de que el techo se derrumbara, pero según palabras del propio Ida, cuando sucedió lo de la explosión, él quedó ileso gracias que las llamas de su mano se extendieron y destruían los trozos de concreto que iban a caerle a él.

—Fue algo bastante llamativo eso que hicieron ¿no creen?

Al entrar a la oficina del directo, la directora Shijou.

—¡Lo-Lo lamento mucho! —Dijo Mui apresuradamente mientras agachaba la cabeza.

Takeshi y Kurumi se quedaron de pie mientras que Ida echaba un vistazo a su alrededor con curiosidad.

—El escándalo en la academia Sakuraya ya acabó y las reparaciones también han concluido. Así que no te preocupes.

A Takeshi le impresionó lo que la directora acababa de decir y preguntó:

—¿Lo hicieron con magia?

—Así es. Sin embargo, debo decir que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hubo tres estudiantes transferidos desde la misma academia.

La directora dejó su escritorio que estaba junto a la ventana y se acercó a los tres deteniéndose justo en frente de Ida.

—Ida Kazumi-kun…

—¿Eh? ¿de verdad eres la directora? pero eres solo una niña…

La directora simplemente ignoró lo que Ida acababa de decir y dijo:

—A diferencia de estos dos, es más complicado que mantener el control.  Sé que es una molestia, pero te ofrezco la opción de quitarte esa magia. Decídelo ahora mismo.

De repente, Takeshi preguntó antes que Ida:

—¿Usaran «Gift» con él?

—Así es. Veo que ya te habían contado de él.

Takeshi había sido testigo de lo que el hechizo llamado «Gift« le hacía a los magos cuando les quitaba su magia, y no le gustaba para nada la idea de que Ida se sometiera a eso. Sin embargo, las palabras de la directora, daban a entender que la magia de Ida era muy peligrosa.

—Yo no entiendo nada, pero ¿es cierto que Nanase e Isoshima son magos?

—Así es, y ahora tú también lo eres.

Ida se rascó la nariz al escuchar eso. Pudo hacerlo gracias a que aquellas terribles llamas ya no emanaban de su mano. Mui le había hablo acerca de los magos a Ida antes de entrar al espejo con los demás. Por supuesto que al principio desconfiaba, pero cuando vio que había un mundo más allá del espejo, sus dudas se transformaron completamente en curiosidad y estaba impresionado de ver las instalaciones de la Academia de Magia.

—Entonces, si digo que sí, ¿volveré a ser una persona común y corriente, olvidaré todo lo que pasó y continuaré con mi vida normal?

Cuando Ida resumió todo de la peor manera posible, la directora sonrió irónicamente.

—Bueno, si más o menos. Las Magia Destructiva es una afinidad difícil de controla. De más está decir que es una magia que lastima a otros y no es buena para aquellos que no pueden tomar decisiones rápidamente.

—No me gusta hacerles daño a otras personas… —Murmuró Ida.

Luego levantó el rostro y miró directamente a la directora.

—Pero tampoco no puedo irme así por así, luego de haberme involucrado. Todo esto es mi responsabilidad desde el momento en que decidí ayudarlos con sus perseguidores. Así que, pase lo que pase, elijo ser mago. Aunque sea difícil, haré lo que pueda.

—Pues en ese caso, vivirás como un mago usuario de magia destructiva de fuego.

Ida asintió ante la confirmación por parte de la directora y dijo:

—De acuerdo, después de todo, los humanos, somos capaces de superar lo que sea si comenzamos desde el principio.

—Nanase Takeshi-kun. lo mismo va para ti.

El siguiente en hablar con la directora, fue Takeshi.

—¿Yo?

—Tu afinidad es la magia evasiva. sin embargo, dentro de esa rama, muy pocos tienen la habilidad de «Intuición». Estoy segura de que los Trailers esperarán hasta que aprendas a controlarla y otras comunidades también estarán interesadas. Si lo logras, será una habilidad muy útil en combate.

Estaba claro que a lo único que Takeshi aspiraba, era al Kendo y él mismo se encargó de dejarlo claro desde el principio:

—No tengo intenciones de pelear de manera que no tenga que ver con el deporte.

Ciertamente ya se había enfrentado a Oigami de manera “no deportiva”, pero Takeshi creía firmemente que fue solo por motivos de fuerza mayor. La directora asintió sin cuestionar nada. Después de todo, no había razón alguna para que él tuviera que luchar contra los Trailers. Entonces Takeshi volteó a mirar a Mui que estaba parada junto a la puerta en silencio.  Él sabía que ella nada más luchaba contra los Trailer, para poder rescatar a su hermano. Sin embargo, ella mantuvo la vista abajo, pues parecía no estar interesada en la conversación de la directora con Takeshi y sus amigos.

—Bueno, ustedes tres se quedarán en los dormitorios de la academia a partir de ahora. Volver al mundo original es peligroso asique no podrán venir a aquí desde sus casas.

La directora fue a su escritorio y tomó unos libros que decían en su portada «Manual de admisión de la Academia de Magia Subaru» y les entregó uno a cada uno. Pero de repente, Ida se levantó y gritó:

—¡Espera un segundo!

—¿Que sucede Ida-kun?

Ida extendió la palma de la mano ante la mirada perpleja de la directora.

—No puedo hacer esto. debo cuidar de Futaba.

—¿Futaba-san?

—Es mi hermanita. Mi madre es enfermera y trabaja de noche la mayor parte del tiempo. No puede llevarla a la escuela.

—¿Qué hay de tu padre? —Preguntó Kurumi.

Ida respondió sin rodeos:

— Mi papá murió hace 6 años.

La directora inclinó su cabeza con duda, pero después asintió.

—Entiendo. Pues en ese caso, haré algo especial para ti. Desde aquí, voy a colocar una barrera mágica en tu casa. Eso servirá de protección y ningún mago podrá penetrarla. Ni siquiera los Trailers. Sin embargo, la barrera no tendrá ningún efecto sobre los humanos ordinarios.

—¡Muchas gracias! —Exclamó Ida.

Cuando el problema de la casa de Ida se resolvió, Takeshi se puso a pensar en la suya y preguntó:

—¿Les contaron a nuestros padres sobre la transferencia?

—No te preocupes por eso. Todo eso ya lo tenemos previsto. Transferirse aquí, será como si se hubiesen transferido a cualquier internado en el Mundo Original. Tu familia no sospechará nada…  Eso creo.

Extrañamente, hubo una pausa en eso ultimo dicho por la directora, pero Mui fue la única en darse cuenta.  Kurumi por su parte, dejó escapar un pequeño suspiro y habló con total convicción:

—Da igual a donde yo vaya, siempre y cuando pueda estar con Takeshi.

Takeshi miró a Kurumi quien esperaba su aprobación, y no pudo evitar tener sentimientos encontrados, pues sabía que ella estaba consciente de que era mucho mejor para él, quedarse en los dormitorios, que estar en su propia casa. De todas formas, daba igual que él estuviera presente, pues lo ignoraban por completo. Y aun así, él no paraba de intentar conversar con Gekkou.

«Estoy seguro de que él aún puede perdonarme» —pensaba Takeshi.

Sin embargo, ya iba siendo hora de abandonar la lucha, porque el avance había sido nulo.

La directora esperaba por la respuesta de Takeshi. Entonces, él, finalmente levantó el rostro, la miró y dijo:

—Yo también me quedaré.

—Perfecto, entonces eso es todo. Ahora, con respecto a su aula de clase, estarán en primer año de preparatoria. Como aún son magos principiantes, comenzaran desde el nivel básico. Por lo tanto, estarán en la clase C de primer año. Todos los magos en esa clase, son principiantes como ustedes.

—¿Qué hay de Mui? —Preguntó Takeshi, sintiendo curiosidad por la clase en la que ella estaba inscrita.

En ese momento la directora juntó sus manos con un aplauso y dijo:

—¡Es cierto! Aiba-kun… Me dijiste que querías un castigo ¿verdad?

—Así es, directora. —Contestó Mui, aproximándose desde la puerta de la oficina.

Tenía una expresión de preocupación a causa del castigo que estaba a punto de recibir. La ansiedad la estaba matando.

—Tú también serás enviada a la clase C.

—¿Eh?

—Eres una maga de nivel avanzado y estabas en un grupo selecto dentro de la clase S. Sin embargo, a partir de mañana estarás en la clase C junto a ellos.

—¡Espere!, no puede hacer eso, yo….

—El asunto de Aiba Tsuganashi, es algo que escapa de tus capacidades. Wizard Breath se encargará de rescatarlo. Ya te lo había dicho antes.

—….

—Sé que tú también eres una maga que pertenece a Wizard Breath. Sin embargo, también eres una estudiante de esta institución y como la directora, es mi obligación reprenderte por tu conducta imprudente.

La directora había dejado de sonreír. Era la primera vez que Takeshi veía a la directora ponerse seria y cuando lo hacía, lucia como una verdadera adulta.

Mui por su parte, parecia estar molesta y mirando de reojo hacia la nada, murmuró:

—Pe-pero… Yo no tuve la culpa de los otros dos…

—Eso no importa. Me pediste un castigo y te lo estoy dando. Por tal motivo, tendrás que asumir también la responsabilidad de ellos dos y aceptar el castigo como un acto de camaradería.

—Pero yo…

Mui, levantó el rostro y entonces la directora le mostró una pequeña sonrisa y le dijo:

—Tú solita te perjudicaste. Así que ya no le demos más vueltas al asunto.

—….

—Ahora ve, Aiba-kun. muéstrale a ellos dónde están los dormitorios.

Lo único que Mui pudo hacer al respecto, mientras la directora, regresaba a su escritorio junto a la ventana.

—Como usted ordene, directora.

A partir de ese día, Takeshi y compañía se convirtieron en alumnos de la Escuela de Magia Subaru.


Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.