El viento era fuerte esa noche. Se sintió especialmente fuerte para Alexis, parado en lo alto de Hliðskjálf.

No podía verlo en ese momento desde lo alto de la torre sagrada, pero una gran ciudad se extendía en la oscuridad debajo de él.

Estaba en Bilskírnir, capital del Clan Relámpago, en la región occidental de Yggdrasil conocida como Vanaheimr. El Clan Relámpago controlaba todo el tramo norte de Vanaheimr.

Esta ciudad que se desbordo con energía bulliciosa durante el día, ahora estaba oscura y silenciosa.

La mayoría de los residentes ya se había retirado a la cama en preparación para el trabajo del día siguiente.

Alexis era un goði, un alto funcionario y sacerdote del imperio que gobernaba todo Yggdrasil, el Sagrado Imperio Ásgarðr.

Había pasado un tiempo desde que el Imperio había perdido la capacidad de controlar y gobernar sus distantes territorios, pero como representante de esa autoridad, sus deberes principales incluían presidir asuntos relacionados con el Cáliz y servir como mediador neutral entre las partes en conflicto.

Su posición social oficial estaba por encima incluso de los patriarcas del Clan que gobernaba cada territorio.

Normalmente, esa persona no debería estar escondida en medio de la noche como ahora. Pero este fue el comienzo de su verdadero trabajo

—Bien… —Alexis rebusco en el bolsillo de su túnica y saco un pequeño espejo.

Iluminada por la luna creciente, la superficie del espejo brillaba con una luz extraña.

Cerro los ojos y recito el conjuro.

No paso mucho tiempo antes de que escuchara la voz ronca de otro hombre.

—Hm, justo a tiempo.

No había otras figuras además de Alexis encima de Hliðskjálf.

—Y, ¿cómo te fue?

Alexis escuchó las palabras no con sus oídos, sino directamente dentro de su propia cabeza.

Este fue uno de los poderes de su runa Gnævar, “Viajero de los Cielos”. Utilizando un par de espejos combinados hechos con cobre de elfo, también conocido como Álfkipfer, podía comunicarse instantáneamente con otra persona a grandes distancias. En este mundo normalmente el método más rápido de comunicación a larga distancia era una tableta de arcilla llevada por un mensajero a caballo, por lo que su habilidad era rara e increíblemente valiosa.

Alexis provenía de una humilde familia campesina, sin educación ni habilidad en artes marciales. Si ascendió a la posición de goði se debió, en gran parte, a este poder.

—Sí señor.  Como deseaba, hable con el patriarca del Clan Relámpago, pero sigue siendo un hombre bastante voluble.

 —Continua y satisface algunas de sus demandas egoístas. Haz lo que debas para hacerlo querer. pero no debe hacerse público que estuvimos involucrados de ninguna manera. ¿lo entiendes?

—Completamente, señor.

—Bueno. Antes de que el Black One tenga la oportunidad de volverse poderoso haz lo que sea necesario para enviarlo a su tumba.


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