La sede japonesa de Camelot, estaba ubicada en las montañas de Hokkaido. No muy lejos del lago Akan. Naturalmente no importaba que estuviera en un sitio de tan difícil acceso ya que el traslado a ese lugar se hacía a través de los portales en los espejos. El lugar tenía cuatro edificios con estructura de acero y cada uno tenía cuatro pisos y su superficie total era igual a la de la academia de magia Subaru. También tenía instalaciones especiales para el entrenamiento de la magia, pero a Takeshi no lo dejaron entrar por el hecho de ser hombre y le asignaron una sala de entrenamiento aparte. Por las noches seguía durmiendo en el cuarto del hospital porque aparentemente no querían que los otros magos se enteraran que tenían a un hombre deambulando por allí, pero a Takeshi no le importaba eso. Cuando salía de la habitación del hospital, por el hecho de ser hombre, lo miraban como si fuera un bicho raro. Pero después de un tiempo se acostumbró: En parte porque las hechiceras, se habían comenzado a acostumbrar a Takeshi y ya no se sorprendían tanto. Para Takeshi, eso era un asunto trivial, ya que tenía cosas más importantes de las cuales preocuparse. E lugar de las miradas de la gente que lo rodeaba.

—Antes que nada, quiero que me enseñes como haces el hechizo Drive —dijo su madre Yoko, cuando estaban en el cuarto de entrenamiento que les asignaron en Camelot. 

Estaba en el tercer piso de un edificio ubicado frente al centro médico. Tenía el tamaño de un aula de música de una escuela, y estaba recubierto con barreras de protección para evitar que las paredes acabaran destruidas.

Era un lugar construido para permitir la entrada y la salida de personas, pero no para dejar salir la magia, y a Takeshi le resultaba extraño que la barrera pudiera encenderse y apagarse con un interruptor en la pared, igual que una lampara. Su madre ni siquiera le saludó, tan solo activó la barrera en cuanto Takeshi entro, lo cual fue más cómodo. Takeshi se había estado preguntando qué decir en cuanto la viera. No quería que de su boca salieran frases simplonas como «cuánto tiempo sin verte» o «cuento contigo a partir de ahora», y temía preguntarle por qué de la nada cambió de opinión y decidió ayudarlo. Ella tan solo le pidió repentinamente que activara el hechizo defensivo, «Drive», y él asintió, aliviado.

Se paró en el centro de la sala, se concentró y activó los tres hechizos de magia básica, simultáneamente.

—¡“DRIVE”!

Sus ojos instantáneamente se tornaron de color purpura y partículas de poder mágico emergieron de su cuerpo y cubriéndolo en una membrana. Cuando Yoko vio eso, su rostro se distorsionó con molestia.

—Parece que no puedes hacerlo. ¿Crees que eso es “Drive”? ¿Me quieres ver la cara de tonta? Tu hechizo es tan débil que prácticamente es como si no lo hubieras activado.

Takeshi se sorprendió por las duras palabras de su madre. Ella levantó su mano derecha donde llevaba puesto aquel anillo y exclamó:

—¡“DRIVE”!

Inmediatamente apareció un círculo mágico bajo sus pies. Partículas de poder mágico brotaron del cuerpo de Yoko como un vórtice ondulante, que la envolvió desde abajo hacia arriba con una membrana. Su revestimiento fue perfectamente uniforme y rápido. El color de sus partículas mágicas era de un color purpura similar al de Takeshi, pero de un tono más claro. Takeshi estaba sorprendido. El hechizo «Drive» que cubría el cuerpo de Yoko era más grueso y solido que el suyo. Y la siguiente acción de Yoko lo demostró.

Ella caminó hacia Takeshi, extendió la mano al frente y le tocó el pecho.

—¿¡Guh…!?

A pesar de que fue un simple empujoncito, Takeshi sintió un fuerte golpe y salió despedido hacia atrás. Cayendo sobre su trasero a un metro atrás, miró a Yoko con expresión de sorpresa.

—Presta mucha atención… —dijo Yoko.

—“Drive” requiere un alto nivel de habilidad mágica para realizar tres hechizos a la vez; pero si se descuida cada hechizo por eso, la magia será inútil, como la tuya.

—Yo ya sé que no soy bueno utilizando “Drive”.

Takeshi se puso de pie, y respondió con un tono aún más severo.

Yoko se encogió de hombros deliberadamente.

—Ara… No me digas… En ese caso tendrás que entrenar más tu magia básica.

Takeshi enfureció cuando escuchó a Yoko decirlo con una mirada irónica y los brazos cruzados.

—¡Lo que yo quiero aprender es magia evasiva!

Sin embargo, Yoko se apresuró a contestar como si hubiera estado esperando esa reacción.

—Ahora me queda claro que no sabes nada de combate.

—¿¡Qué!?

—Se supone que toda magia se utiliza, activando antes el hechizo “Drive”. ¿Como voy a enseñarte magia evasiva si no puedes ni siquiera ejecutar el primer paso? No seas ridículo.

Takeshi se asustó involuntariamente por la actitud fría de Yoko.

—Yo… quiero rescatar a Isoshima de manos de Gekkou…

—Qué tontería —refutó Yoko.

—¿¡Qué!?

Cuando Takeshi volteó a ver sorprendido, Yoko se echó a reír y dijo:

—Si quieres ser fuerte por el bien de una mujer, no le muerdas la mano a las personas y demuestra que tienes las pelotas bien puestas.

Le molestó que su madre le dijera eso, pero, aun así, Takeshi guardó silencio y miró hacia otro lado. Él sabía perfectamente de lo que estaba hablando Yoko. Pero aun teniendo razón, le molestaba que fuese su madre la que lo dijese. Era la primera vez en años que hablaba con ella. Y, sin embargo, Takeshi se resentía en su interior por el hecho de que ella no tenía derecho a decirle nada. Para reprimir su descontento, Takeshi volvió la cara hacia otro lado y permaneció en silencio.

—Sabía que esto ocurriría así que vine preparada —Yoko no se preocupó y siguió adelante—. No se puede mantener el hechizo “Drive” durante todo el día, así que lo que vas a hacer en este momento, es activar “Protection” y mantenerlo activo durante todo el día empezando desde hoy, hasta que nos volvamos a ver mañana en la mañana. Solamente podrás desactivarlo en la noche mientras estés durmiente pero aparte de eso, lo tendrás activado en todo momento. Ya sea mientras comes o mientras te bañas.

—…

—¿Qué contestas a eso?

Yoko le pregunta a Takeshi, que permanece callado, si tiene alguna pregunta.

—Está bien…

Takeshi respondió de mala gana.

—¿Entonces qué estas esperando? —le urgió Yoko—. ¡Activa “Protection” ahora mismo!

Takeshi ni siquiera tuvo la oportunidad de discutir por la actitud pomposa de su madre.

Desactivó “Drive” y luego cubrió su cuerpo usando “Protection”.

—¡“PROTECTION”!

Inmediatamente, las partículas mágicas de color lavanda cubrieron el cuerpo entero de Takeshi. La membrana era más delgada que la de “Drive”, pero las partículas estaban distribuidas de manera uniforme y no tenía huecos. Era un hechizo “Protection” casi perfecto.

—Bueno, lo próximo es…

Yoko se acercó a él y de repente le agarró el brazo. Su herida en el brazo estaba casi curada, así que no le dolía, pero aun así se estremeció.

—¿Q-que estás haciendo?

—Estoy palpando…

Agarrando sus brazos con fuerza, Yoko comenzó inmediatamente a frotarlos, luego hizo lo mismo con el brazo derecho, y luego alrededor de la cintura, acariciando hasta sus muslos y rodillas.

—Tus brazos están bien, pero los músculos de las piernas y la espalda son débiles. Vamos a dedicar tres horas de entrenamiento muscular por la mañana y por la tarde. He hecho una tabla de entrenamiento para ti, y tendrás que seguirla durante diez sets.

Yoko sacó un papel del bolsillo trasero de sus pantalones jeans y se lo entregó a Takeshi. Él lo cogió, pero cuando vio lo que había escrito, se quedó asombrado. Había quince tipos diferentes de entrenamiento escritos en él, e incluso había ilustraciones para facilitar su comprensión.

—Cada set, será de veinte repeticiones.

—¿¡Qué!? Oye no, ¡Espera…!

Yoko miró fijamente a Takeshi, que se sorprendió e intentó discutir con ella.

—No, nada. Olvídalo…

Takeshi agachó la cabeza.

—¿Qué tipo de enseñanza en afinidades mágicas has tenido? —preguntó Yoko.

Takeshi se metió el papel en el bolsillo y trató de pensar con claridad. El único entrenamiento de magia evasiva que había hecho fue durante las clases de la Academia de Magia.

—Bueno… Hitouji-sensei…

En cuanto escuchó ese nombre, Yoko se sorprendió.

—¿Hitouji Makoto? Ya veo… con que ese muchacho se volvió profesor.

Al parecer ella lo conocía.

Takeshi no entró en detalles, sólo le contó en qué consistían las clases.

—En la clase de magia evasiva, nos ponía a adivinar que había bajo unas cartas, o teníamos que jugar al escondite y al juego del pañuelo caído.

—…

—¿Mamá?

Yoko de repente guardó silencio, y cuando Takeshi se le quedó viendo, ella levantó los brazos y gritó.

—¿¡Solo han estado jugadooo!?

Takeshi, se sobresaltó y se estremeció al ver el repentino arranque de ira de su madre.

—¿Eh?

—Jaa… ja… e-eso suena como algo muy típico de él… Es un inútil…

Takeshi parpadeó confundido al ver a Yoko jadeando con furia.

—O-oye…

Yoko miró a Takeshi de manera muy severa.

—¡Escúchame bien, Takeshi! La magia evasiva varía mucho en las habilidades que tiene. Si no aprendes de una manera que te convenga según la habilidad que tienes tú, entonces no te sirve de nada.

Entonces Takeshi preguntó.

—¿Entonces las clases que recibí no tuvieron propósito alguno?

—Bueno, tampoco estoy diciendo eso exactamente… pero es más o menos así.

Takeshi suspiró al darse cuenta de que lo que decía Yoko era más o menos cierto. Las clases de magia de evasiva que había recibido, eran como unas clases lúdicas de inglés dirigidas a niños de primaria. Quizá ni siquiera eran clases básicas, y mucho menos prácticas. Cuando Takeshi se sintió decepcionado, Yoko dijo:

—¿Ya has realizado el hechizo de liberación?

Takeshi asintió.

—Si.

—Muéstrame.

Takeshi negó con la cabeza.

—No puedo.

—¿Por qué?

—Ya no tengo mi Aspecto. Gekkou tomó a Twilight.

La verdad es que Gekkou se la había robado, no era como si se la hubiera tomado prestada, pero para Takeshi era lo mismo. Twilight no estaba con él y eso era lo que importaba.

Yoko dio un aplauso como si se hubiera acordado de algo importante.

—Ah, es cierto. Cuando me enteré de eso, preparé una cosita para ti.

En ese momento ella corrió a una esquina y regresó con un objeto alargado.

—Toma, usa esto…

Takeshi reconoció de inmediato el objeto que ella le entregó.

—Esto eso…

—Es tu Aspecto.

Eso, en realidad no era cierto.

El objeto estaba dentro de una bolsa de tela, pero Takeshi lo sacó con toda la confianza del mundo.

—¿Esta es la espada de bambú que yo tenía en casa?

Cuando Takeshi frunció el ceño, Yoko dijo con toda naturalidad:

—Si. Los magos usuarios de magia evasiva no tienen ningún tipo de requerimiento a la hora de tener un Aspecto. Cualquier cosa que sea un arma puede servir perfectamente.

—…

Takeshi pensó que, aunque fuera así, no quería la espada de bambú de su casa como su Aspecto, pero Yoko parecía hablar en serio.

—He oído que eres bueno con las espadas, así que te he traído una.

—Gracias.

A pesar de todo, le agradeció.

Arrojando la bolsa a un rincón de la habitación, Takeshi sintió la espada de bambú en su mano por primera vez en mucho tiempo. Más que sentir nostalgia, sintió que había recorrido un largo camino.

En sus manos, acostumbradas a la seriedad de una espada real y poderosa como lo era Twilight, la espada de bambú se sentía como un juguete muy ligero.

—Vamos, muéstrame el hechizo de liberación —volvió a decir Yoko.

Takeshi empuñó la espada de bambú delante de él, cerró los ojos y respiró profundamente. En cuanto abrió los ojos, vertió su poder mágico en la espada de bambú.

—¡“LIBERATE”!

Un gran círculo de magia evasiva apareció a sus pies, y partículas de poder mágico brotaron de su cuerpo. En el mismo momento, la espada de bambú que Takeshi tenía en la mano estalló. Trozos de madera salieron volando y Yoko tuvo que retroceder.

—Por cierto, veo que eres un mago poderoso —comentó Yoko—. Tendré que traerte una espada más adecuada. Pero por el día de hoy tendrás que conformarte con esa.

Takeshi frunció el ceño, sosteniendo en su mano una espada de bambú cruelmente descascarada.

—Ahora, trata de usar cualquier magia de liberación que puedas.

—¿Eh?

Takeshi se sorprendió.

—¿Qué te pasa?

—¿Tiene Strike visión un encantamiento para utilizarlo?

Yoko escuchó las palabras de Takeshi y levantó los hombros como si dijera: “Por Dios”.

—No puedo evitarlo. Hasta ahora solamente había utilizado a Twilight. Podría haber usado “Nightmare”.

Takeshi le contó sobre el poder especial de Twilight, y cómo solía cargar la magia de otras personas en su espada y usarla.

—Así que eso es lo que pasa. Ya entiendo.

Yoko estaba claramente sorprendida, pero no tuvo más remedio que empezar a explicar, ya que Takeshi era un completo principiante.

—En primer lugar, la pequeña magia de evasión intuitiva que usas antes del hechizo de liberación, se llama «Strike Vision». Se puede utilizar sin necesidad de activar el hechizo de liberación. Te permite prever con unos segundos en el futuro y te sirve para evitar ataques.

Takeshi asintió.

—Ahora bien, “Nightmare” no es un hechizo que sea tuyo realmente. Esa magia es de Twilight y la puede usar cualquier persona que la tenga en su poder, siempre y cuando sea usuario de magia evasiva. Hay muchos otros hechizos que puedes desbloquear y utilizar. Las afinidades mágicas son una forma de magia desarrollada por cada individuo, así que, si trabajas duro y entiendes tu propia magia, deberías ser capaz de usar más hechizos.

—¿Como puedo aprender otros hechizos?

—Esa tarea requiere que conozcas la esencia de la magia evasiva —respondió Yoko.

—¿Esencia?

—Verdaderamente veo que no sabes nada de nada…

Yoko se puso el dedo índice en la barbilla durante un momento, pensó. Luego volvió a la esquina de la habitación.

—Pensé que era demasiado pronto, pero tendremos que usar esto.

Yoko sacó una tela negra de su bolso que había dejado en un rincón. Al acercarse, Takeshi pudo ver que parecía una corbata.

—¿Qué es eso?

Cuando Takeshi preguntó con desconfianza, Yoko se limitó a sonreír.

—Que importa simplemente no te muevas.

Mientras decía eso, colocó el largo y delgado trozo de tela sobre los ojos de Takeshi y lo ató rápidamente detrás de su cabeza.

—Así no puedo ver nada.

—Claro que no puedes. Esa es la idea…

Yoko se aseguró de que la tela cubriera sus ojos y no se cayera, y luego se alejó de Takeshi. La tela le cubría los ojos como una diadema, y por supuesto su visión estaba completamente a oscuras.

—Oye, no me digas que…

Takeshi se quedó consternado y escuchó la voz de Yoko que se suponía que estaba en frente de él.

—No te lo vayas a quitar hasta mañana en la mañana.

—Sabía que dirías eso.

Al taparle los ojos, ella probablemente estaba tratando de forzarlo a que utilizara su «Strike vision».

—N-no puedo hacer eso.

Takeshi intentó quitarse la venda de los ojos, pero inmediatamente Yoko le sujetó la mano y lo detuvo.

—¡¿No se supone que quieres aprender a usar tu magia?!

—Si, pero no sé si podré comer o volver a mi habitación estando así.

Ante la queja de Takeshi, Yoko dijo fríamente:

—Usa tu “Strike Vision”.

—¿Hablas en serio?

—Por supuesto. Ahora me voy. Nos vemos mañana en la mañana. Estaré aquí a las ocho. Ah, y entrena tus músculos correctamente.

Luego de eso, escuchó los pasos de Yoko alejándose.

—¡O-oye!

—Solo hay una cosa que es la más importante, Takeshi —de pronto los pasos de Yoko se detuvieron—. Debes entender la naturaleza de la magia evasiva. Esa será la tarea que deberás completar el día de hoy. Tú no sabes lo que necesitas ni lo que debes hacer. Eso te lo enseño yo. Depende de ti esforzarte y tú mismo decides si seguir con esto o no.

Yoko se quedó en silencio esperando la respuesta de Takeshi.

—Por supuesto que voy a seguir —respondió él con claridad.

—Buena respuesta. Ahora te diré una cosa: Lo que más necesitas a la hora de usar “Strike Vision” es resistencia y reflejos.

Entonces se volvieron a oír los pasos, y esta vez salieron de la habitación sin detenerse.

Takeshi se quedó solo y en plena oscuridad. Y se le escapó un enorme suspiro de alivio. Se sintió aliviado al comprobar que podía hablar con su madre con más normalidad de la que esperaba. Lo único que hablaron fue de magia, pero fue suficiente.

Después de haber sido ignorado durante tanto tiempo, el mero hecho de poder hablar con ella cara a cara era un logro increíble.

Estaba consciente de que su madre se había mostrado reacia a entrenarlo al principio, pero aun así estaba contento, así que se agachó y dejó escapar otro suspiro profundo.

«Mañana me esforzaré más».

Se levantó y se alejó lentamente, sonriendo amargamente por el hecho de que no podía ver nada.

***

Al día siguiente, cuando entró tambaleándose al cuarto de entrenamiento, oyó la voz de Yoko que había llegado antes que él.

—Te ves bien…

Takeshi aún tenía los ojos vendados, y replicó con un tono alegre.

—¿Bromeas? Tengo moretones por todas partes, los músculos me duelen… me siento hecho una mierda…

A Takeshi le había ido muy mal desde entonces. Tenía que andar con cuidado por las escaleras, pero siempre se tropezaba en los escalones, escuchaba como las hechiceras de Camelot hablaban de él en la cafetería y fue doloroso perder una comida cuando se le cayó la bandeja. Le tomó más de una hora volver a su habitación, e incluso moviéndose despacio y con cuidado, se caía y chocaba con las esquinas. No pudo ni mirar el reloj y se despertó demasiado temprano. Por eso es que se sentía muy perezoso en la mañana. Se lo tuvo que explicar a la enfermera que llegó a su habitación, pues se trataba de un cuarto de hospital. Para la gente que no sabía nada de él, debía parecer no solo un hombre que no debería estar en Camelot, sino también un tipo raro.  Ignorando las dificultades de Takeshi, Yoko le preguntó:

—Entonces, ¿has descubierto qué es la magia evasiva?

—…

Por desgracia, con todos los moratones y arañazos, Takeshi apenas podía utilizar su «Strike Vision».

Reaccionaba de forma natural al peligro, pero no tenía nada que hacer cuando se estrellaba contra las paredes.

Sin embargo, gracias a que tambien le dijo que mantuviera «Protection» siempre activado, estaba seguro de que sólo tenía unos cuantos moratones.

—Ya veo. pues ni modo. En ese caso, hoy voy a mostrarte mi magia.

La voz de Yoko se acercó. La tela que le cubría los ojos le fue quitada y rápidamente cerró los ojos contra el resplandor.

Parpadeó varias veces y vio a Yoko de pie a unos dos metros delante de él. Se acercó de nuevo a él y le entregó una de las dos espadas largas que llevaba en la mano.

Ambas habían sido sacadas de sus fundas.

—Toma. Este será tu Aspecto el día de hoy. La espada de bambú no soportará así que a partir de ahora usaras una espada de verdad. Camelot me las ha prestado así que no la rompas.

Yoko puso algo de distancia entre ella y Takeshi, e inmediatamente levantó su espada y exclamó.

—¡“LIBERATE”!

Un gran circulo de mágico apareció bajo los pies de Yoko, brillando de un color purpura claro. Mientras Takeshi se quedaba mirando estupefacto, Yoko le gritó.

—¡Prepárate! ¡Aquí voy!

Levantó la punta de su espada con pánico, pero Takeshi se sorprendió y retrocedió.

—Estas espadas no tienen filo así que si recibes un golpe con ellas solo tendrás moretones —dijo Yoko y luego se abalanzó sobre él.

Pensando que ella iba a mostrarle su magia, Takeshi trató de defenderse de la espada que se balanceaba y golpeaba contra él.

Intentó empujar la hoja de Yoko hacia atrás con su propia espada y golpeó de frente. Un sonido metálico agudo resonó, y un pesado entumecimiento recorrió sus manos.

—¡Guh…!

En el momento en que la espada de Yoko chocó con la de Takeshi y se apartaron, nuevamente se lanzó al ataque.

Sin embargo, los ojos de Takeshi se volvieron de color purpura. «Strike Vision» se activó. Takeshi pudo ver la punta de la espada surgiendo de su cadera izquierda incluso antes de verla. Entonces, Takeshi movió su espada también hacia la izquierda.

Su movimiento fue más lento de lo habitual.

Él tenía «Protection» activado, pero Yoko estaba desprotegida. No estaba usando «Drive». Y no había forma de que golpeara seriamente a su madre, aunque fuera con una espada sin filo.

Las dos espadas chocaron al lado izquierdo de Takeshi. Tuvo la idea de usar «Strike Vision» para predecir el siguiente ataque, pero no tenía la intención de hacerlo. No pensó que eso frenaría su magia. No creía que fuera a frenar la magia. Sin embargo, antes de darse cuenta, Yoko pasó a sostener la espada con una sola mano.

—¡Ingenuo!

En el momento en que la voz llegó desde el frente, los ojos de Takeshi vieron la palma de una mano levantada hacia su hombro derecho.

—¡“FLICK”!

Era un golpe de magia básica, pero hizo que Takeshi saliera volando hacia la pared que tenía detrás, chocando con ella con toda la fuerza posible.

—Takeshi, últimamente has estado descuidando tu entrenamiento, ¿no es así? —dijo Yoko fríamente.

Takeshi se atragantó por el fuerte golpe de su espalda y se quedó sentado, tosiendo un par de veces.

—Eso fue injusto… —dijo dificultosamente.

—Claro que no —respondió Yoko de manera indiferente—. ¿Acaso no entendiste nada?

Pero Takeshi negó lentamente con la cabeza. Yoko dejó escapar un suspiro.

—Levántate.

Takeshi se levantó perezosamente. No sabía por qué tenía que hacerlo.

Pero cuando vio que Yoko le apuntaba con su espada, su intuición se puso en marcha. Sintió que estaba en peligro.

—¡Vamos!

En ese momento se le puso la piel de gallina.

—¡“GEASS”!

Yoko exclamó un hechizo, y la punta de su espada brilló con un ligero color púrpura.

—¡Guh!

Takeshi gimió.

De repente era incapaz de moverse, como si todo su cuerpo se hubiera convertido en piedra.

—¿¡Q-Qué…!?

Sus labios se movieron débilmente, pero sus extremidades estaban completamente paralizadas.

—No puedes moverte ¿verdad? —dijo Yoko mientras apuntaba con la punta de su espada hacia él.

Takeshi trató de mover su cuerpo de alguna manera, pero no importaba cuántas veces lo intentara, estaba rígido y no podía liberar ninguno de sus dedos.

Sintiéndose asustado, Takeshi miró a Yoko.

No tenía idea de lo que estaba pensado su madre ni de lo que había hecho.

«No puede ser…»

Takeshi no quería pensar en cierta posibilidad, pero lo hizo: Si Yoko todavía sentía rencor hacia él por lo que le había hecho a Gekko, era el momento perfecto para desquitarse de la forma que quisiera.  Yoko apartó su mirada al ver la expresión temerosa de Takeshi.

—Mi magia se llama “Body Subordination” —dijo Yoko, manteniendo su rostro apartado de él.

—¿¡Subordinación!?

Lo único que podía hacer con cierta libertad, era hablar.

—Si, puedo controlar a una persona que haya tocado con mi magia previamente —Yoko asintió y lentamente miró a Takeshi—. Actualmente eres como una rana que ha visto a una serpiente. Tu cuerpo se pone rígido y no puedes moverte.

Lentamente Yoko se acercó a él. Takeshi simplemente la miró sin saber qué iba a hacerle.

—¡“BODY SUBORDINATION”!

La punta de la espada volvió a brillar y la magia de Yoko cubrió a Takeshi en una espiral.

La magia con la palabra que significa subyugación fue lanzada, pero el propio Takeshi no sintió ningún cambio.

—Eso quiere decir que tu cuerpo está ahora completamente bajo mi control.

Yoko tomó la espada de manos de Takeshi y la colocó cerca de sus pies. Luego, le dio una orden con una expresión seria, manteniendo siempre su espada apuntada hacia Takeshi.

—¡Manos arriba!

Los brazos de Takeshi se levantaron de una manera muy mecánica. Se habían levantado con tanto ímpetu hasta la altura de las orejas en contra de la voluntad.

Takeshi no podía controlarlo.

—¡Abajo!

Con el sonido de la vos de Yoko, sus brazos bajaron de inmediato.

—¡Arriba otra vez!

Los brazos de Takeshi inmediatamente volvieron a levantarse.

—Basta…

Takeshi se quejó y Yoko sonrió. Y mientras lo mantenía con los brazos arriba le dijo:

—De esta misma manera, también puedo subyugar la mente de las personas. Pero eso no te lo haré a ti. Te causaría un dolor terrible.

—…

—Si puedo controlar la mente y el cuerpo, puedo tener a cualquier mago a mi disposición.

Takeshi se quedó estupefacto.

Eso significaba que Yoko era una maga que podía controlar a otras personas.

Con sus brazos levantados en contra de su voluntad, Takeshi la miró con temor.

—Esto… ¿tambien es magia evasiva…? —preguntó.

—Así es —Yoko asintió—. ¿Ahora entiendes la naturaleza de la magia evasiva?

Todo lo que Takeshi podía sentir era asombro.

—No lo sé.

Cuando contestó con sinceridad, Yoko sonrió molesta.

—¡“IMANCIPATION”!

Ella pronunció un hechizo para romper el primer hechizo que había lanzado sobre Takeshi.

Sus brazos cayeron y pudo escapar de la sensación de estar paralizado. Sin embargo, exhaló con la respiración entrecortada por el miedo.

—No voy a darte más pistas…

Yoko observó a Takeshi recuperar el aliento y finalmente sacó la tela negra de su bolsillo.

—Creo que vas a tener que vendarte los ojos de nuevo.

—Debe ser una broma…

Sin permitir ninguna queja, Yoko comenzó a cubrirle los ojos con la tela de la misma forma que lo hizo el día anterior.

***

Ese mismo día en la noche, Takeshi llegó a la cafetería del primer piso del centro médico. habían pasado tres días desde que comenzó a comer en ese lugar. Antes de eso, le había tocado comer de la comida de los pacientes en la habitación de hospital. Pero como sus heridas se estaban curando de manera normal y no tenía restricciones dietéticas, se cambió a la cafetería general. Sin embargo, al igual que el día anterior, Takeshi se encontraba desorientado frente a su platillo del menú B (Probablemente el plato principal era la caballa a la parrilla).

—T-Takeshi-kun… ¿Qué estás haciendo?

Una voz familiar llegó desde un lado, y Takeshi giró la cabeza para responder, con los palillos en la mano.

—Tengo los ojos vendados.

—Si, ya me di cuenta…

La voz desconcertada pertenecía a Mui. Takeshi sabía por qué estaba confundida. Era porque lucia terrible. Comer en ese estado no le resultaba fácil y lo hacía peor que un bebé. Tenía la ropa salpicada con sopa de miso, el arroz se le había caído del tazón porque lo tiró por accidente y se le había mezclado con el guiso y las espinas del pescado se le clavaban en la boca dolorosamente. Era un desastre. Takeshi frunció el ceño y dijo:

—Mi madre me dijo que hiciera esto.

Mui se sentó al lado de Takeshi y le preguntó curiosamente.

—¿Qué quieres decir?

Él se encogió de hombros.

—No tengo idea. Realmente no sé en qué está pensado esa mujer.

Takeshi puso sus palillos frente a la bandeja de la mesa y trató de pinchar el guiso que debería estar allí. Pero no pudo encontrarlo. De pronto escuchó a Mui reírse suavemente mientras lo miraba. Luego ella le tomó la mano y lo guió para que pudiera tomar los vegetales del guiso con los palillos.

—Estoy segura que alguna utilidad tiene esto para ti.

Sin embargo, Takeshi refutó.

—No lo sé. Comienzo a creer que me está engañando.

—¿Engañándote?

Takeshi contestó de manera hostil.

—Si, es que tu no conoces a mi mamá, por eso puedes pensar que no.

Después de decirlo, pensó que se había pasado de la raya. Mui se quedó en silencio lo cual hizo que Takeshi se disculpara frenéticamente.

—L-lo siento, yo…

Bajó los palillos y se volvió hacia Mui, y aunque era incapaz de ver la expresión en su rostro debido a la venda, respondió con voz desanimada.

—No te preocupes. La verdad es que yo no sé realmente lo que es una madre. Nunca he tenido una y el concepto de familia es diferente para cada persona.

La madre Mui falleció poco tiempo después de que ella naciera. Takeshi se olvidó de ello y sintió ganas de pegarse a sí mismo por su tonta queja. Quiso disculparse de nuevo, pero Mui habló primero.

—Son familia, así que deberías confiar un poco más en ella. ¿no crees?

Mui acarició la mano de Takeshi como si intentara convencerlo de eso.

—Si. gracias, Mui.

Takeshi asintió en silencio.

—Ay no, no me des las gracias. Rara vez he pedido concejo a alguien, así que no sé muy bien como darlos.

Entonces ambos se quedaron en silencio y Takeshi se dio cuenta de que Mui se había acercado a él. No había hablado con ella desde que salió corriendo de la habitación del hospital al escuchar que Takeshi tenía la intención de luchar contra los Trailers para rescatar a Kurumi.

—Oye… respecto a lo que pasó el otro día…

Cuando Takeshi abrió la boca, Mui pareció darse cuenta de lo que estaba hablando y murmuró.

—Si…

—Se que es obvio que estés en contra, porque a pesar de que has estado tratando de protegerme todo este tiempo, dije algo tan egoísta —hubo otro momento de silencio, y Takeshi meditó qué decir—. Pero no puedo abandonar a Isoshima a su suerte. Ella es mi amiga de la infancia y Gekkou es mi hermano menor.

Por alguna razón, esto parecía ser sólo una excusa, y Takeshi se quedó sin palabras.

Mui continuó en su lugar.

—Lo sé. Yo tambien estoy preocupada por Kurumi. Lamento haber salido corriendo de esa manera. No estaba enojada contigo, sino más bien conmigo misma. Además, estaba algo impactada. Al final, me pregunté qué estaba haciendo. No quería involucrarte, pero no pude evitarlo, y me sentí desesperada por mi incapacidad.

—No tienes que pensar de esa manera —dijo Takeshi—. Fue un acto egoísta de mi parte.

—¡Aun así…! —Mui exclamó firmemente como si quisiera contradecirlo—. Pensé que podría manejarlo, que podría asumir la responsabilidad. Pensé que podría hacerme responsable por lo que te hice. Eso sí que fue algo completamente egoísta, porque pensé que podría protegerte pese a que yo nunca antes había protegido a alguien.

Aunque no podía verla, Takeshi podía sentir como la voz de Mui se quebraba. Ella estaba sufriendo…

—Mui… estas cumpliendo con tu labor de protegerme y eso es lo que importa.

Mui dejó escapar una pequeña risotada, pero su voz seguía sonando triste.

—Gracias, Takeshi-kun…

Takeshi negó con la cabeza.

—De verdad. Tú me has protegido. Si no fuera por ti, los Trailers me habrían secuestrado o me habrían matado. Además, tambien protegiste a Tsuganashi-san ¿recuerdas? él está ahora contigo porque hiciste todo lo posible para recuperarlo —como Mui guardó silencio, Takeshi continuó—. Pero, no se trata solo de proteger a alguien, sino tambien de ser protegido. Yo ya fui protegido, ahora me toca a mí proteger a Isoshima y tambien protegerte a ti —Takeshi resopló y sonrió—. No soy tan fuerte como tú, pero estoy seguro que puedo arreglármelas.

Al escuchar eso, Mui sonrió.

—En ese caso, tienes que entrenar mucho.

—Bueno esto que estoy haciendo ahora, tambien es entrenamiento, pero…

Ante las palabras de autodesprecio de Takeshi, Mui estalló en una bocanada de aire y luego en una risotada.

—Ciertamente luces muy curioso.

Takeshi dejó escapar un suspiro.

—Lo sé. Pero esto tambien es para poder protegerte así que no me queda de otra.

Mui no pudo contenerse más, y de pronto comenzó a reír a carcajadas.

—Has derramado casi toda la comida.

Mientras le decía eso, Takeshi sintió que le limpiaban la cara con un paño, quizá un pañuelo, y su rostro se crispó.

—¿Qué pasa? —dijo Takeshi levantando una ceja—. Siempre tendré esta cara así que ¡solo sigue riendo!

—Kufufufu. Lo siento, pero es que… Fufuffufufu…

Mui se esforzaba por no reírse, pero no podía contenerlo.

—¿Quieres que yo te dé de comer? —sugirió Mui.

—¡No! —Takeshi aparto su cabeza disgustado—. Maldita sea, y pensar que estabas avergonzada de llevar un uniforme de enfermera el otro día.

Cuando Takeshi le reprochó eso, Mui le refutó como si tuviera pánico.

—¡O-olvídate de eso! Ya no ando así. Vamos, tócame…

Mui le agarró la mano a y se la colocó en el hombro.

—Hoy estoy usando el uniforme de Wizard’s Breath.

Mientras Mui decía esto, Takeshi jugueteaba con sus manos para comprobar su ropa. A diferencia del sencillo uniforme de enfermera, el uniforme militar de Wizard’s Breath era tan complicado que Takeshi no podía reconocerlo correctamente. Lo había visto algunas veces, pero nunca lo había mirado mucho, y parecía ser un poco diferente a la versión masculina que usaba Tsuganashi.

—Es un diseño extraño… ¿Qué hay aquí…? Aquí y por aquí…

Había una zona donde la tela se superponía, y Takeshi movió la mano para acariciarla. Cuando tocó algo suave con la parte inferior de su mano, Mui dejó escapar de repente un pequeño gemido.

—¡Kyaa!

—¿¡Q-que pasa!?

—N-no es nada, nada, nada.

—¿Por qué lo dices tres veces?

Las palabras y acciones de Mui eran cada vez más extrañas.

Cuando Takeshi retiró su mano, Mui pareció arreglarse la ropa rápidamente.

—T-te digo que no pasa nada.

Aunque dijera eso, su voz sonaba sobre exaltada.

—¿Acaso toqué un lugar indebido?

—¡Creo que mejor me voy! Si, eso haré —dijo con voz deliberadamente alta y se levantó de su asiento.

—¿M-Mui?

Takeshi, empezaba a preocuparse por si estaba realmente bien, pero Mui respondió frenéticamente:

—S-si ya no vas a seguir comiendo, me llevaré la bandeja.

—¿Gra… cias?

Mientras agradecía, Takeshi tuvo de repente una extraña sensación y ladeó la cabeza.

—¿Qué ocurre? —preguntó Mui.

—Nada…

Cuando Takeshi lo negó, Mui dijo aturdida: “qué raro”, y se fue a devolver la bandeja en el mostrador de la cocina.

Pero Takeshi seguía sin poder deshacerse de la extraña sensación, y se quedó sentado con una sensación sombría en el pecho.

«¿Qué es esto que siento…? Creo que vi algo…»

Se suponía que tenía los ojos vendados, así que no debería haber visto nada, pero por un momento, tuvo la sensación de haber visto algo que parecía humo blanco.

Mientras se preguntaba que fue eso, Mui regresó.

—Bueno, vamos, Takeshi-kun. Te acompañaré a tu habitación —de pronto Mui se sorprendió—. ¿Qué pasa? Estás sudando mucho.

—Es que… Siento algo raro…

Takeshi estaba sorprendido.

Sintió un dolor momentáneo pero agudo en la cabeza, y Takeshi frunció el ceño.

«¿Será una señal de Strike Vision?»

Cuando utilizaba «Strike Vision», Takeshi miraba casi inconscientemente unos segundos en el futuro, pero a veces iba acompañado de un fuerte dolor de cabeza.

En esos casos, era cuando el peligro solía estar a unos minutos de distancia.

—¡Espera un momento!

Cuando Takeshi dijo eso, Mui sintió la tensión en su voz y dejó de moverse.

Takeshi cerró la boca con fuerza y se concentró para activar conscientemente su «Strike Vision».

De repente, vio que una gran columna de humo blanco salía delante de sus ojos, que estaban cerrados.

Pero eso era todo lo que podía ver, y no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

«Creo que puedo ver un poco más lejos si utilizo la magia de manera continua».

Takeshi lo intentó de nuevo.

Una columna de humo blanco surgió frente a él.

Y escuchó a mucha gente gritando.

—¿¡Eh!?

Al escucharlo levantar la voz, Mui que estaba a su lado, se quedó confundida y preguntó.

—¿Takeshi-kun?

Aun con sus ojos vendados se levantó repentinamente y gritó con todas sus fuerzas.

—¡¡Todas ustedes al suelo!!

—¿Q-Que pasa Takeshi-kun?

Oyó a Mui gritar ansiosamente a su lado, pero no le importó y se lanzó sobre ella.

—No voy a llegar a tiempo.

—¿Qué…?

Las palabras de Mui fueron interrumpidas de golpe.

Al momento siguiente, una violenta onda expansiva surgió sobre el mostrador desde la cocina de la cafetería.

—¡Kyaaaaaaa!

Mientras las explosiones continuaban, Takeshi activó su magia defensiva mientras estaba encima de Mui que gritaba.

—¡“DRIVE”!

Se agachó para esconderla debajo de él, pero las mesas, las sillas y todo lo demás salieron por los aires y volaron hacia atrás.

Rápidamente escuchó a algunos de las otras activar sus hechizos «drive», pero no estaba seguro de que todas estuvieran a salvo.

—Takeshi-kun… ¿E-Estas bien?

Mui asomó la cabeza de entre los brazos de Takeshi.

—Si, estoy bien ¿qué hay de ti?

—Tú me cubriste así que estoy ilesa.

Takeshi se apartó de Mui y se levantó.

«Strike Vision» seguía activa, pero no había señales de más peligro.

—¿Qué fue esto? ¿Es un ataque de los Trailers?

Mui también se levantó y miró a su alrededor. Pero su visión estaba bloqueada por el humo blanco que llenaba la cafetería.

—Sea lo que haya sido, es mejor que salgamos de aquí.

Takeshi se sujetó al brazo de Mui, y ambos salieron de la cafetería. La cafetería del primer piso estaba justo frente a un amplio pasillo entre los edificios, y muchas personas que habían escapado estaban sentadas allí.

La gente se reunía desde otros edificios tambien habían acudido a ver lo que pasaba luego del estruendo que escucharon.

A medida que el humo salía al exterior, Takeshi sintió que el murmullo a su alrededor cambiaba de tensión a ruido de curiosos, y supo que se trataba de un accidente, no de un ataque de los Trailers. Sin embargo, Takeshi seguía tenso.

—¿Estas bien, Takeshi-kun? —preguntó Mui ansiosamente.

—Si, estoy bien —respondió Takeshi, sin embargo, Mui parecía sospechar algo.

Tenía los ojos vendados y no podía ver, pero de alguna manera Takeshi lo percibió.

—¡Ah! Mui, ¡cuidado!

Takeshi tiró de repente del brazo de Mui y la atrajo hacia él.

Inmediatamente, las enfermeras que habían acudido para atender la emergencia pasaron corriendo detrás de él.

Si Takeshi no hubiera tirado de ella, la habrían golpeado.

—Takeshi-kun, ¿puedes ver? —Preguntó Mui sorprendida, mirando a las enfermeras que corrían.

—No, no puedo.

Cuando Mui volteó a ver a Takeshi, notó que había partículas purpura emergiendo lentamente de su cuerpo.

—Takeshi-kun, tu “Strike Vision” sigue activa, pero no es porque no puedas controlarla ¿verdad?

—Así es… lo estoy haciendo por voluntad propia. Pero es bastante agotador.

Takeshi dejó escapar un profundo suspiro.

—Eso es normal —respondió Mui—. Eso es más agobiante que lanzar magia básica continuamente durante horas.

—Eh… ¿qué quieres decir? —preguntó Takeshi.

—Pues verás, la magia de afinidad que se puede usar sin el hechizo de liberación, consume más poder mágico que la magia básica. Cuando utilizas un hechizo de tu afinidad mágica, debes cancelarlo después de cinco minutos.

—Con razón me duele la cabeza.

Cuando Mui escuchó eso, le dijo inmediatamente a Takeshi que desactivara su «Strike Vision». Entonces, las partículas mágicas que emanaban de Takeshi se detuvieron, y Mui se tocó el pecho con alivio.

—Bueno, yo he estado usando “Strike Vision” muchas veces sin usar el hechizo de liberación. ¿Eso quiere decir que he estado consumiendo demasiado poder mágico?

—Sí, eso creo. Si lo activas después del hechizo de liberación, no gastaras tanto poder mágico incluso si lo usas por bastante tiempo.

En ese momento, Takeshi se había enterado de algo nuevo.

«has ahora, “Strike Vision” se ha activado inconscientemente cuando ha habido peligro cerca. ¿Será que, si lo activo por mi propia voluntad usando el hechizo de liberación, puede servir para algo más que no sea detectar el peligro?»

Después de eso, Takeshi regresó a su habitación de hospital en el piso superior junto a Mui. Frente a la sala de enfermería, las enfermeras le contaron que una de las hechiceras que cocinaban, había usado su magia para encender el fuego y no se dio cuenta que su magia tambien encendió el gas y lo hizo explotar. Afortunadamente solo hubo algunos con heridas leves, así que todos estaban aliviados.

—En caso como estos, es útil poder usar magia para protegerse ¿verdad? —comentó Takeshi estando ya en su habitación de hospital. Mui esbozó una gran sonrisa.

—Claro que sí. Pero fue gracias a tu grito de advertencia todas pudieron hacerlo. Hubo muchas personas que activaron su “Drive” justo a tiempo.  

Takeshi tambien se alegró y rio junto a Mui. Mientras tanto, pensaba que era una pena perderse la sonrisa de Mui.

***

El tercer día después de comenzar a entrenar con Yoko.

Takeshi apareció en la sala de entrenamiento, con los ojos vendados con la tela negra de siempre. El día anterior se tambaleaba como un borracho, pero ahora se mantenía erguido.

—Te veo de un humor distinto —dijo Yoko, que de nuevo estaba en el cuarto antes y sin molestarse en saludar—. ¿Descubriste algo?

—Talvez… —respondió Takeshi vagamente.

—A ver… —instó Yoko.

Entonces Takeshi comenzó a caminar al centro del cuarto en donde estaba Yoko mientras pensaba y hablaba.

—Pensé que la magia evasiva era una magia auxiliar, pero en realidad tambien es una magia de ataque. Como tú hechizo “Geass”. aparte de esa, las únicas magias evasivas que conozco son “Vanish Cloud” de Oigami y “Mind Site” de Hitouji-sensei. He oído tambien de personas que pueden leer la fortuna. Pero al final todas tiene lo mismo en común.

Los ojos de Yoko se entrecerraron al escuchar las palabras de Takeshi con convicción.

—¿Y qué es?

Takeshi respondió claramente su pregunta.

—Lo mismo que “Nighmare”. Es un sueño, pero tiene la capacidad de premonición. Para evitar el ataque de un oponente es necesario saber lo que va a hacer antes de que ocurra. Eso es lo que hace la magia evasiva. En otras palabras, toda la magia evasiva tiene la capacidad de predecir el futuro.

Yoko guardó silencio por un rato para meditar la respuesta. Luego miró a Takeshi que seguía teniendo los ojos vendados.

—50% correcto 20% incorrecto y el otro 30% es de indagar un poco en lo que dijiste. Pero de cualquier forma te doy mi aprobación.

Takeshi dejó escapar n pequeño suspiro que Yoko no escuchó.

—Te faltó algo, Takeshi… la magia evasiva, te permite anticiparte a los hechos más que cualquier otra magia, pero no te da la capacidad de moverte a grandes velocidades como la magia de aceleración, ni tampoco te permite crear barreras como la magia negra. Tampoco puedes usar magia ofensiva de alto nivel como la magia destructiva, ni tampoco usar una gran diversidad de hechizos como los usuarios de magia biológica. Nuestra ventaja solamente es una.

Takeshi tragó saliva en ese momento.

Finalmente, había descubierto cual era la esencia de la magia evasiva. Yoko dio unos pasos, se acercó a Takeshi, miró a su hijo cuando estuvo lo suficientemente cerca para tocarlo y dijo en voz baja:

—Tenemos la capacidad de cambiar el futuro. Con lo cual, nos podemos anticipar a cualquier oponente —Frente a Takeshi que era un poco más alto que ella, Yoko continuó—. Ningún mago de cualquier otra afinidad, puede hacer eso. Ellos simplemente son arrastrados por el flujo del tiempo, pero nosotros no.

Takeshi escuchó tensamente, asegurándose de no perderse ni una sola palabra.

—Los usuarios de magia negra puede manipular el espacio y a veces abren desgarros en el tiempo. Pero solamente pueden tocar el presente. Únicamente los usuarios de magia evasiva, pueden interferir con el futuro.

Yoko observó para ver si Takeshi la había entendido bien.

Aunque no lo entendiera en ese momento, le habría alegrado de saber que más tarde lo entendería.

Sin embargo, Yoko sintió que ése era el único momento en que podía decírselo. Miró la mano baja de Takeshi. Los dedos que sujetaban la empuñadura de la espada, eran distintos a los del hijo que Yoko conocía. En lugar de las manos pequeñas y suaves de un niño, eran dedos nudosos y de aspecto duro. Al mirar a Takeshi, todavía con los ojos vendados, Yoko se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no miraba a su hijo de frente. Sintió como si un joven que no conocía estuviera frente a ella, y retrocedió asustada.

Apartó la mirada y continuó con su explicación.

—Tu “Strike Vision” es un tipo de magia evasiva que se especializa precisamente en la predicción del futuro.

—Pero, ¿qué hay de magias evasivas como “Vanish Cloud” de Oigami? —preguntó Takeshi—. No tiene nada que ver con la predicción. ¿Y qué hay de tu “Body Subordination”?

Yoko negó con la cabeza.

—No, solo aparenta no ser así. Personalmente no he visto a “Vanish Cloud” en acción, pero puedo intuir que probablemente sea similar a tu Strike Vision. Creo que predice ataques antes de que golpeen y entonces realiza inconscientemente una poderosa magia tipo escudo para repeler cualquier magia.

Takeshi gimió sorprendido.

—Y mi magia “Body Subordination”, es una magia preventiva. Es imposible evitar mi hechizo “Geass” sin importar la afinidad mágica que tengas.

—Eso quiere decir que…

Cuando Takeshi iba a preguntar algo en medio de su sorpresa, Yoko se le adelantó y contestó.

—Por supuesto hay varios niveles de requisitos que hay que respetar para poder controlar a un oponente. Soy una maga muerta ahora, así que te lo contaré, pero no se lo digas a nadie.

Takeshi se tomó muy en serio el significado de eso. Decir que era «Una maga muerta» indicaba que Yoko ya no era más una maga. La única razón por la que podía usar magia en ese momento, era por el anillo que la obispo líder de Camelot le dio. Pero en cuanto devolviera ese anillo, Yoko regresaría a ser una simple humana ordinaria. Takeshi había oído que el anillo podía dar temporalmente poder mágico a un mago convertido en humano ordinario, permitiéndole usar la magia de nuevo.

Sin embargo, había algo que Takeshi no sabía. A cambio de ese poder mágico, el anillo drenaba la fuerza vital de la persona que lo usaba. Yoko leyó eso en la carta de la obispo y aun así decidió usarlo porque no le importaba si era por el bien de Takeshi.

Ella había sido indiferente con Takeshi durante mucho tiempo. Gracias a un sueño premonitorio que tuvo a través de «Nightmare» hace mucho tiempo, Yoko se enteró del futuro de Takeshi. Pero en la actualidad, sentía que su sueño premonitorio había sido malinterpretado.

Aunque «Nightmare» predecía futuros inevitables, sus sueños eran abstractos y dependía del individuo interpretarlos. Yoko era ahora consciente de que la premonición que había pensado que era el futuro de Takeshi era en realidad la de su otro hijo, Gekkou. Por tal razón, su opinión sobre Takeshi, había cambiado drásticamente en los últimos meses. Ahora estaba arrepentida de la frialdad con la que lo estuvo tratando durante tanto tiempo. Por eso fue que acepto la solicitud de entrenar a Takeshi y decidió usar el anillo que le dio la obispo. Pero cuanto más activaba la magia, más se acortaba su esperanza de vida. De hecho, Yoko se desmayó el día anterior antes de poder volver a casa, por haber usado «Geass» con Takeshi, y tuvo que ser llevada al centro médico.

La obispo y Kisaki Ena eran las únicas personas que sabían de eso, y Yoko no quería que nadie más se enterara. Sobre todo, Takeshi…

Yoko habló más despacio para que fuera más fácil de entender.

—La primera condición para poder activar “Geass”, es exponer al oponente a mis partículas mágicas. No importa si es solo una partícula. Cuando activo “Drive”, o una simple magia básica como “Float” o “Spark”. Ni siquiera tiene que ser magia ofensiva. Todo lo que necesito es que mi oponente entre en contacto con mis partículas. Entonces lanzo el hechizo. Es un hechizo que restringe el cuerpo, y luego la mente. Si restrinjo ambos, cualquier oponente se convertirá prácticamente en mi marioneta.

La boca de Takeshi se tensó hacia un lado en señal de asombro. El otro día, había probado esa magia de primera mano.

—Sin embargo, eso tambien tiene una condición. Solo se puede controlar a una persona a la vez. Y para recuperar el control de una persona que ya se liberó una vez, tienes que controlar a otras cinco personas. Mi poder mágico es fuerte, pero controlar a una sola persona reducía drásticamente mi poder. Solo podía controlar a dos personas al día.

—Parece que tienes muchas condiciones que cumplir —comentó Takeshi

sorprendido.

—Si, aunque pueden variar en cada persona. Aun así, hay muchos otros magos que tienen que usar su magia bajo ciertas condiciones. Especialmente aquellos que usuarios de magia negra, magia ilusoria o magia biológica.

—¿Quieres decir que mi magia tambien tiene algún tipo de restricción?

Ante la pregunta de Takeshi, Yoko sonrió débilmente.

—Tendrás que averiguarlo tú mismo.

Takeshi asintió con la cabeza ante la respuesta de Yoko.

Ella le dijo que se quitara la venda de los ojos. Cuando lo hizo, parpadeó unas cuantas veces como si estuviera deslumbrado.

—Ya veo, de alguna forma creo que lo entiendo.

Mientras observaba a Takeshi doblar cuidadosamente la tela, Yoko se dio cuenta de repente de que la personalidad de él, no era como la suya. Takeshi se parecía más a su marido. Era Gekkou el que se parecía a ella. En ese momento, sintió nostalgia por su marido que estaba en el mundo viviente. Como para recuperar la compostura, Yoko habló en un tono un poco más fuerte.

—Me alegra. Ahora pasaremos a la magia ofensiva.

—¿Magia ofensiva? —preguntó Takeshi.

—Así es. “Strike Vision” no es una magia de inmovilización. Tienes que ser capaz de utiliza una magia más avanzada que se pueda aplicar para eso.

—Ah eso… —exclamó Takeshi repentinamente como si se hubiera dado cuenta algo.

—¿Qué cosa? —preguntó Yoko.

Entonces Takeshi sonrió.

—De hecho, se me ocurrió algo.

—¿Ah sí? —dijo Yoko—. Muéstrame.

Takeshi caminó hacia atrás poniendo distancia entre él y Yoko, y luego levantó la espada hacia el frente.

—¡“LIBERATE”!

En un instante, estallaron partículas de magia púrpura oscura, y un gran círculo mágico de magia evasiva flotó a los pies de Takeshi. La espada, que había sido infundida con poder mágico, no pudo soportar el impacto, y la tsuba(guardamano) se quebró ruidosamente. Pero Takeshi no hizo ni un solo movimiento con la espada aun frente a él. En cuanto Yoko vio que el circulo mágico apareció bajo los pies de Takeshi, Yoko retrocedió unos cuantos pasos. Y cuando alzó su mirada y vio a Takeshi, se sorprendió.

—¿Takeshi?

Los ojos de Takeshi, que normalmente se tornaban purpura, no solo tenían círculos de magia evasiva muy claros flotando en ellos, sino que tambien, los círculos estaban girando.

Yoko no sabía lo que estaba pasando y no podía detenerlo.

Takeshi, que se suponía que estaba activando su magia, no se movió ni un centímetro y se quedó parado como si estuviera aturdido. Duró entre treinta y cuarenta segundos.

Los círculos mágicos de sus ojos dejaron de girar y luego Takeshi parpadeó. Cuando bajó la punta de su espada, el circulo mágico en sus pies, tambien desapareció.

—¿Que viste? —preguntó Yoko.

Por alguna razón, Takeshi tartamudeó.

—Ehm… bueno… pude ver unos minutos hacia el futuro.

Yoko se dio cuenta que esa podía ser una evolución de “Strike Vision”.

—Nada mal. Pero te tardas demasiado en hacer eso.

—Lo sé —respondió Takeshi con disgusto.

—Yo conozco la forma de recortar eso.

Cuando Yoko dijo eso, a Takeshi se le iluminó la cara.

—¿De verdad?

—Sí. Es un encantamiento. Para usar el hechizo.

Takeshi asintió.

—Si, ya los he visto. Pero… ¿esas son palabras que ellos mismos se inventan?

—Algunos hacen eso. Pero la mayoría de magos crean sus encantamientos descifrando círculos mágicos.

Takeshi asintió con la cabeza con curiosidad, así que Yoko dijo más.

—Cada vez que lanzas un hechizo, aparece un círculo mágico. Los caracteres que componen el interior y el exterior del circulo, representan el origen de la magia que usas. Por ejemplo…

Yoko apuntó con la palma de su mano hacia el suelo.

—¡“FLOAT”!

Cuando la magia se activó, Yoko flotó ligeramente.

—Mira.

Yoko se acostó sobre el aire como si estuviera en una cama, y señaló el circulo mágico que había debajo de ella.

—Aquí puedes ver las escrituras.

Takeshi miró atentamente al lugar en donde Yoko señalaba.

—Si, pero no puedo leerlo. ¿En qué idioma está? Porque eso no parece ser inglés.

Yoko se rio al escuchar a Takeshi decir que no sabía a qué idioma pertenecían esas escrituras que rodeaban el circulo.

—Es una mezcla de varios idiomas.

—¿Eh?

—Para cada persona son idiomas distintos. Eso depende de las raíces de la persona que realiza el hechizo. Mi escritura, por ejemplo, es una mezcla de hebreo, latín, lenguas romances, ruso y japonés. Tus escrituras y las mías deberían ser casi idénticas.

Takeshi miró el circulo mágico con las cejas levantadas.

—¿Crees que llegue a ser capaz de leer todo eso?

—Debes deshacerte del concepto de lectura. Debes sentirlo. Ahora pon tus manos sobre las letras de mi circulo.

Takeshi extendió la mano con temor ante la sugerencia de Yoko.

Al acercarse al círculo mágico, las partículas mágicas de color púrpura claro de Yoko, se adhirieron a las yemas de sus dedos y a la palma de la mano. La sensación era similar a la del vapor, como si tuviera la mano sobre una taza de té recién hecho.

—Se siento un poco caliente —dijo Takeshi.

Mientras permanecía recostada y flotado, le dio instrucciones.

—Cierra los ojos y concéntrate.

Takeshi puso su mano sobre el círculo mágico y cerró los ojos.

—¿Qué ves?

Takeshi gimió al darse cuenta de algo y consiguió responder.

—¿Nubes… y pájaros?

—Fufufu… Así es. “Float” se compone de unas simples letras empalmadas. Mantén tu mano allí. Te lo leeré.

Yoko puso tambien su mano sobre el circulo, y la comenzó a mover para guiar la lectura.

“Soy una nube, la pluma de un pajarillo que vuela hasta lo alto del firmamento”

Takeshi, que había cerrado los ojos y estaba concentrado en las palabras del círculo mágico, asintió al oírlo.

—Si, definitivamente puedo sentir que eso es lo que está escrito.

—¿Lo ves?

Sin embargo, Takeshi abrió los ojos de golpe al oír repentinamente la voz de Yoko a la distancia.

—Uwaa ¡Oye, mamá!

Antes de que se diera cuenta, Yoko flotaba hasta la altura del techo.

—Espera, ahora mismo bajo.

Yoko canceló el hechizo, y descendió lentamente.

—Al recitar el encantamiento, un hechizo se vuelve más poderoso.

—Eso veo…

Takeshi se rio mientras miraba a Yoko, que por fin se había puesto de pie en el suelo.

—¿Así que estás diciendo que recitamos encantamientos como hiciste ahora, podemos liberar nuestra magia más fuerte y más rápido?

—Exactamente.

Yoko le sonrió con una expresión que decía «bien hecho» y después practicar juntos la lectura de los círculos mágicos durante una hora, con una sesión de entrenamiento muscular de por medio. Solo habían pasado tres días desde que le dijo que hiciera eso a diario, pero la parte posterior de sus muslos ya se estaban endureciendo. Los laterales de sus abdominales tambien se habían puesto un poco más sólidos. Así que Takeshi no era tan reacio a hacer sus sesiones de entrenamiento físico al ver que estaba dando resultados.

—Eso será todo por esta mañana.

Takeshi había estado practicando la lectura de los círculos mágicos de tal forma que había perdido la noción del tiempo hasta que Yoko le indicó que ya era hora de acabar. Fue hasta encantes que el estómago le gruñó. Normalmente almorzaba en la cafetería del centro médico. Sin embargo, estaba cerrada por el accidente que hubo el día anterior.

«Me dijeron que me darían de comer cuando volviera a la habitación del hospital…»

Por la mañana, había escuchado eso de las enfermeras. Y mientras pensaba que hacer, Yoko sacó una fina chaqueta de punto, se la puso dijo:

—Tienes suerte…

—¿Por qué? —preguntó Takeshi mientras volvía a colocar unas mancuernas contra la pared de la habitación.

—Porque la magia evasiva, es la mejor magia para proteger a alguien.

Al escuchar las palabras de Yoko, Takeshi dejó las mancuernas y se dio la vuelta.

—No lo sé… ¿Y si aun teniéndola no soy capaz de proteger a alguien?

Cuando pensó en Kurumi, no pudo aceptar las palabras de Yoko. Su cara se torció como si se hubiera dado cuenta de algo al escuchar la respuesta de Yoko.

—Bueno, no se puede proteger todo. Cambiar el futuro no es algo sencillo.

Takeshi sabia perfectamente lo que eso significaba.

Yoko no lo sabía, pero Takeshi había sido informado por los Trailers lo que ella había hecho. Ambos estaban en las esquinas opuestas del cuarto. No estaban en posición de verse las caras con claridad, pero en los últimos días, la distancia entre ellos se había reducido considerablemente. Aunque lo único que hablaban era acerca de la magia, comparado con cómo eran las cosas antes, parecían una madre y su hijo con una relación normal que tenía tiempo sin verse. Por eso Takeshi dijo:

—¿Por qué no lo dijiste…? que eras una maga…

Al decir esto, Takeshi agachó la cabeza e intentó no mirar a Yoko a la cara. No tenía el valor de hacerlo.

Era cierto que siempre había querido hacer esa pregunta, pero no quería herir a su madre. Sin embargo, era la única oportunidad de preguntar, y quería saberlo. Quería conocer la verdad. Tenía claro por qué Gekkou lo odiaba, pero quería saber por qué Yoko ocultó el hecho de que era una maga. Takeshi quería escucharlo.

—Porque no fui una buena maga… —susurró Yoko con una vocecita apenas audible. —En cuanto Takeshi levantó la vista, Yoko agregó—: Tampoco he sido una buena madre.

Takeshi se quedó boquiabierto. Ya había visto antes la escena de Yoko agachando la cabeza con los hombros caídos. Hace unas horas. Cuando usó «Strike Vision» con el hechizo de liberación.

No sabía por qué su madre lloraba en la visión que había tenido en ese momento, pero ahora sabía que era por eso. También sabía lo que iba a ocurrir a continuación. Sabía que tenía que debía dejar que todo ocurriera tal cual. No había necesidad de cambiar el futuro. Yoko dijo unas palabras que Takeshi ya conocía.

—Lo siento, Takeshi.

Takeshi se puso delante de Yoko, que temblaba con la cabeza agachada, cubriéndose la cara con las manos. Escuchaba «lo siento» una y otra vez, interminablemente.

Sabiendo lo que debía hacer, Takeshi se mordió el labio incapaz de moverse de su sitio. Estaba seguro de que había una pequeña parte de él que no podía perdonar a su madre. Cuando Gekkou resultó herido en aquel accidente, Takeshi odio a sus padres por ignorarlo por completo a pesar de que él tambien estaba sufriendo. Todo lo que tenía que hacer es decir una sola palabra. Deseaba tanto que le dijeran «Tu no tuviste la culpa». Solo con eso, podría perdonar cualquier cosa que hicieran.

—Lo siento, Takeshi. Lo siento muchísimo.

Mientras se quedaba allí parado, Takeshi también se puso rígido y agachó la cabeza.

Luego se limpió una gota de agua de la barbilla con el dorso de la mano. Levantando la vista y exhalando fuertemente con un resoplido, Takeshi caminó con determinación. Llegando frente a Yoko con grandes e inquebrantables zancadas, y se aferró a los delgados hombros de su madre.

—No te preocupes más por eso.

Al oír la voz de Takeshi, Yoko, que tenía lágrimas en la cara, levantó la cabeza. Takeshi le sonreía. Era una sonrisa que surgía de forma natural.

—Tu traes tu bento ¿verdad? —dijo Takeshi con la voz ligeramente elevada—. A mí me llevaran comida a la habitación del hospital. si quieres… podemos comer juntos.

Yoko trató de sonreír.

—Está bien.

Al responder, una gran gota cayó del ojo de Yoko. Pero esa fue la última lágrima que derramó. Takeshi no sabía si era correcto seguir el flujo de su visión. Sin embargo, no se arrepentía de haberlo hecho.

***

Al siguiente día en el cuarto de entrenamiento, llegó una invitada. Aunque en realidad, ella debería estar allí normalmente y eran Takeshi, Yoko y Mui —que a veces llegaba en la noche—, los que eran los invitados de Camelot.

—¡Kisaki-senpai!

Takeshi llamó a la chica que había entrado en los pabellones que cubrían la sala de entrenamiento, cuando la reconoció sin necesidad de verle la cara.

Ella sonrió.

—Hola, ha pasado mucho tiempo. Te ves mucho mejor.

Ante la aparición de Ena, Yoko, que había estado encarando a Takeshi y golpeando ligeramente con su espada, detuvo su mano. Ena llevaba el uniforme de Camelot y una sombrilla en la mano. Ena sonrió cuando llegó frente a los dos. Takeshi parpadeó involuntariamente ante su sonrisa. Parecía un hada de una película infantil que Takeshi solía ver en la que aparecían piratas. Cuando estaba seria, Ena lucía como una persona fría, pero cuando sonreía, se veía como una chica simpática, traviesa y de actitud firme al igual que esa hada a la que le gustaba gastar bromas. Ena tenía un carácter fuerte, trabajar y decidido.

De hecho, al igual que Takeshi, ella se convirtió en maga mucho tiempo después que la mayoría de las personas. Se convirtió en maga en su primer año de secundaria y se trasladó a la Academia de Magia Subaru, pero le costó encajar con los demás estudiantes que la rodeaban. Por casualidad, la colocaron en el mismo grupo que el hermano mayor de Mui, Aiba Tsuganashi, y aprendió lo básico de él, ya que ambos eran usuarios de magia destructiva, y desde entonces, Ena se esforzó por controlar su magia. A pesar de que la magia destructiva era la afinidad mágica más difícil de controlar, Ena en la actualidad se sentía completamente cómoda con su magia.

La razón por la que se esforzaba tanto era por Tsuganashi. Estando en el mismo grupo que Tsuganashi, practicando juntos mañana y noche, era natural que acabara enamorándose de él. Sin embargo, aunque estaban en el mismo curso de secundaria, Tsuganashi ya era un mago de nivel intermedio de Wizard´s Breath, así que él estaba fuera de su alcance.

Lo único que podía hacer Ena era practicar. Como resultado de su decidido esfuerzo por alcanzar a la persona que amaba, obtuvo un control abrumador sobre su magia en pocos años. Y también se ganó el corazón de Tsuganashi. Eso… hasta que fue capturado por los Trailers.

Ena no quiso ir a salvar a Tsuganashi. Mui la había invitado varias veces, pero había rechazado esas invitaciones, porque tenía miedo de encontrarse con un Tsuganashi distinto al que ella conocía. Por supuesto que, Ena estaba feliz de que Tsuganashi volviera a la academia después del arduo trabajo de Mui, la directora Shijou y los demás, pero su relación con él ya no volvió a ser la misma de antes. Ella no había hablado con Tsuganashi ni una sola vez desde que volvió. Tsuganashi probablemente pensaba que la relación simplemente se disolvió. Y en cuanto a Ena, sentía que ya no tenía el derecho de estar con él como su novia por no haber ido a salvarlo. No podía perdonarse a sí misma y temía que Tsuganashi le reprochara eso. Y a pesar de eso, ella no podía cortar lazos con él, y decidió ayudar a Takeshi con su entrenamiento. Ella sentía que eso le daría la oportunidad de ver a Tsuganashi de vez en cuanto.

«Por qué no me doy por vencida de una vez», pensaba Ena sonriendo amargamente.

No tenía el coraje para volverse a confesar a Tsuganashi. Por supuesto, tampoco tenía el coraje para preguntar «Oye, ¿seguimos siendo novios?» Y Ahora que la academia había sido destruida, sólo había un punto de contacto entre ella, una hechicera de Camelot, y Tsuganashi, un mago de Wizard’s Breath. Ena levantó su rosto, y Yoko le explicó a Takeshi por qué ella había llegado.

—A partir de hoy, he decidido que ella me ayude. Mi magia no es adecuada para atacar directamente.

Ena les hizo una pequeña reverencia.

—Será un placer. Casi nunca he tenido la oportunidad de luchar contra un usuario de magia evasiva, así que será una experiencia valiosa para mí.

Yoko asintió, y luego de alejarse un poco dijo:

—Kisaki-san, Siento molestarle, pero ¿podrías usar tu afinidad mágica?

—Está bien.

Ena, respondió haciendo girar la sombrilla plegada cerca de sus pies. Entonces, unas partículas mágicas de color azul de medianoche, brotaron de la punta de la sombrilla.

—Fíjate bien. Takeshi —dijo Yoko.

Takeshi solo se quedó pasmado.

—¡“LIBERATE”!

Inmediatamente, un círculo mágico que brillaba de un color azul de medianoche, flotó en el suelo a los pies de Ena.

—¡…!

Takeshi retrocedió y miró atentamente ese círculo mágico.

—Es Magia destructiva.

Los patrones y la forma de los círculos mágicos, eran distintos para cada afinidad. Y al oír la voz de Takeshi, Yoko respondió:

—¡Correcto!

Mientras tanto, Ena levantó la sombrilla cerrada, dándole la vuelta, y la abrió justo por encima de ella.

—¡“RING CYCLONE”!

Inmediatamente, un fuerte viento parecido a un huracán salió del interior de la sombrilla, y Takeshi levantó los brazos para protegerse la cara. Yoko, que estaba a cierta distancia, también lanzó un hechizo para protegerse. Sin embargo, Takeshi no había sido tan abrumado porque aún estaba utilizando «Drive», pero tenía la cara completamente empapada. El viento soplaba con gotas de lluvia mezcladas.

—¿Viento… y lluvia…?

Cuando Takeshi se limpió la cara con el brazo, trató de mirar a Ena que estaba al centro de aquella tempestad, Entonces ella le dijo:

—Soy una hechicera que controla el viento y la lluvia.

Takeshi estaba impresionado, porque nunca había visto una magia así. Cuando Ena vio eso, soltó una risita.

De pronto ella recargó la sombrilla sobre su hombro haciéndola girar con la mano, y la tempestad se detuvo y se trasformó en una suave brisa. Kisaki Ena era usuaria de la magia destructiva conocida como «Ring Cyclone» que permitía manipular el viento y la lluvia.

Finalmente, el viento se detuvo por completo, Takeshi vio que Yoko estaba igual de empapada que él. Sin embargo, ella se estaba riendo.

—Menos mal que estamos en junio —dijo Yoko—. Si estuviéramos en invierno, seguramente pescaría un resfriado.

Ena sacudió los hombros con una risotada y dijo:

—Lo siento. Esta es como mi forma de saludar. Todos los que conozco pasan por lo mismo.

Ante la actitud atrevida de Ena, Yoko murmuró «santo cielo» con una cara de resignación.

Takeshi se compuso un poco el pelo mojado y también miró que también tenía la ropa completamente mojada. Había llevado una muda, pero, aunque se cambiara, tendría que mojarse de nuevo.

—Bueno, entonces comiencen. —dijo Yoko.

Ena asintió.

Al ver que ella se había vuelto hacia él, Takeshi sostuvo su espada al frente y la preparó.

—Aquí voy, Nanase-kun —dijo Ena con una sonrisa.

—¡Será un placer!

Recordando los duelos de Kendo, Takeshi hizo una reverencia a Ena. 

***

Takeshi llevaba dos días consecutivos, desafiando a Kisaki Ena a un combate mano a mano de magia evasiva contra magia destructiva y cinco días totales entrenado con su madre. Por las mañanas se la pasaba con Yoko ideando nuevas maneras de utilizar su «Strike Vision», y por las tardes luchaba con Ena.

Yoko salía del cuarto cuando era el turno de Ena de estar con Takeshi, seguramente para no mojarse con la magia de ella, y volvía justo a las cinco de la tarde cuando ya era hora de terminar.

—Eso será todo por hoy —dijo Ena, bajando su sombrilla la cual era su Aspecto.

—Te lo agradezco mucho.

Takeshi hizo una reverencia muy cortés, y Ena asintió tímidamente.

Cuando estaban en combate mano a mano, Ena desataba un aluvión de magia despiadada, pero cuando no lo hacía, era una persona tranquila e incluso elegante.

—Está empezando a tomar forma, ¿no? —dijo Yoko, entrando desde el pasillo al ver que habían terminado.

—Es gracias a Kisaki-senpai —Respondió Takeshi sonriente, y empapado de pies a cabeza—. Tiene un gran repertorio de hechizos y ataca de forma impredecible. Por mucho que lo intente, me cuesta evitarlos todos.

El rostro de Ena se iluminó al oír esto. Como era de esperarse, ella estaba completamente seca y no le había caído ni la más mínima gota de lluvia.

—Sea cual sea el hechizo que te lanzara, solo pude darte una de cada tres veces —dijo Ena—. Comparado con lo de ayer, es una mejora asombrosa.

Takeshi estaba tan avergonzado que se rascó la mejilla con la punta del dedo. Y Ena soltó una pequeña risita.

—fufufu… bueno, entonces ya me voy. Te veo mañana.

Con un pequeño gesto de la mano, Ena salió del cuarto de entrenamiento.

—Bueno…

Takeshi se quitó la camisa empapada, y sacó su maletín que había metido en una bolsa plástica para protegerlo de la lluvia. Había llevado una muda completa para cambiarse, incluyendo la ropa interior. Pero le daba vergüenza hacerlo frente a su madre. Así que se dio la vuelta y nada más se cambió la camisa.

—Mamá, ¿quiere venir de nuevo a mi habitación?

El día anterior, después de terminar su entrenamiento, Takeshi y Yoko fueron al cuarto de hospital donde él dormía, comieron juntos y tuvieron una charla de una hora sobre magia evasiva y otras afinidades mágicas. Cuando Takeshi le preguntó si lo harían de nuevo, Yoko sonrió amargamente.

—Bueno, no lo sé…

Takeshi se echó la mochila al hombro y se acercó a ella. Por alguna razón, Yoko lo miró con el ceño fruncido.

—Escucha, Takeshi…

—¿Qué pasa?

En ese momento, la expresión de Yoko se tornó sombría.

—Hay algo que necesito decirte… respecto… al accidente de Gekkou…

—¿Qué?

Justo cuando el nombre de Gekkou salió a relucir repentinamente, Takeshi frunció el ceño con curiosidad.

—Verás… ese accidente… en verdad….

Sin embargo, de la nada, Tsuganashi entró a al cuarto de entrenamiento que tenía la puerta abierta.

—¡Nanase!

Una mirada de confusión cruzaba su rostro mientras llamaba a Takeshi en voz alta.

—¡Tsuganashi-san?

Takeshi se sorprendió al verlo aparecer tan repentinamente. Él se acercó a Takeshi y, por alguna razón, comenzó a susurrarle algo al oído. Takeshi se sorprendió aún más por lo que le dijo.

—¿¡Eh!? ¿Ida?

Tsuganashi frunció el ceño cuando Takeshi alzó la voz. En Camelot, Tsuganashi parecía tratar de actuar con cautela. Y el contenido de la conversación también involucraba a Wizard´s Breath, por lo que tal vez lo fuera aún más cauteloso por eso. La mirada de Tsuganashi captó a Yoko de pie, en silencio, y Takeshi se dio cuenta con un sobresalto de que tenía que darse la vuelta y hablar con ella.

—Mamá, lo siento… ¿Era importante lo que tenías que decirme?

Yoko se sorprendió por la repentina aparición de Tsuganashi y guardó silencio, pero al oír la voz de Takeshi recuperó la conciencia y sacudió la cabeza.

—N-no… te preocupes. Será para la próxima.

—¿De verdad?

Takeshi la miró con sospecha. Él estaba seguro que lo que ella iba a decirle era importante.

«Ella mencionó a Gekkou…»

Sin embargo, había otra cosa más de la cual preocuparse, así que volteó a ver hacia la puerta para pedir más detalles a Tsuganashi. Pero justo en ese momento, otra persona entró corriendo a la sala.

—¡N-Nanaseeeee!

Esa persona era Kazumi Ida.

Llevaba una llamativa camiseta rosa con un extraño dibujo de una gran lengua roja colgando.

Combinado con su pelo rubio, el atuendo de Ida le hacía parecer el tipo de estudiante de instituto al que uno evitaría mirar. Pero ahora su pelo era un desastre, y su ropa estaba rota en muchos lugares y tenía una apariencia terrible.

—Ida, ¿¡qué demonios te pasó!?

Mientras Takeshi miraba consternado, Ida se detuvo por un momento, pero luego siguió corriendo y se arrojó sobre él.

—M-mi pequeña Futaba… ¡Mi linda Futabaaa…!

Takeshi se quejó cuando Ida se aferró a su cuello con firmeza.

—I-ida… me duele…

Ida no le hizo caso, y se puso a llorar intensamente en su oído, como si fuera un perro aullando.

—¡Ueeeeeeeeee!

—O-oye…

—Uoooooooouooooo

Como eran más o menos del mismo físico, Ida lo cubría casi por completo al abrazarlo, así que Takeshi apenas logró alcanzar a Tsuganashi con la mirada.

—Ehm…

Antes de que Takeshi pudiera preguntar algo, Tsuganashi suspiró y dijo:

—Parece que Ida Futaba fue tomada por la agencia especial de magos de Wizard´s Breath.

—¿Y qué demonios es eso?

—Es la oficina de auditoria de Wizard´s Breath. Tienen una división dentro de ella llamada “Agencia Especial de Gestión de Magos” a la que se le conoce simplemente como “Agencia Especial de Magos”.

En pocas palabras, Takeshi entendió que ellos se habían llevado a la hermana de Ida. Tsuganashi de pronto se acercó a ellos y continuó.

—Iba saliendo del cuartel general cuando encontré a este chico metido en un arbusto y me lo traje para acá.

—M-mi Futaba… mi pobre Futaba…

Ida hablaba en un tono que se mesclaba con sollozos y gemidos mientras abraza a Takeshi.

—¡Contrólate, Ida!

Takeshi intentó quitarse a Ida de encima, pero fue imposible, así que se rindió y lo dejó hacer lo que quiso. En su lugar, le preguntó a Tsuganashi.

—¿Por qué Wizard´s Breath haría eso?

Cuando escuchó la pregunta de Takeshi, Ida se volteó hacia Tsuganashi con una expresión furiosa y gritó.

—¡Si! ¿Por qué se llevaron a mi Futaba? ¿Por qué no me llevaron a mí en su lugar?

A Takeshi le dolió la cabeza porque Ida gritaba prácticamente en su oído, y esta vez se lo quitó de encima con fuerza. Ida se dejó caer al suelo como si hubiera perdido todas sus fuerzas. Al ser interrogado por ambos, Tsuganashi se encogió de hombros.

—Los usuarios de magia destructiva, pueden servir en el frente de batalla, sin embargo, tú eres pésimo controlando tu magia. —Se refirió explícitamente a la fatal falta de control mágico de Ida y luego preguntó—: ¿Cuál era exactamente la afinidad mágica de Ida Futaba?

Ida negó con la cabeza.

—No sé qué clase de magia tenga Futaba. Ella apenas ha estado aprendiendo y me habían dicho que eso se sabría más adelante.

Tsuganashi, pensativo, mientras cruzaba los brazos dijo:

—Estoy seguro de que se la llevaron por sus habilidades. La agencia especial de magos, es un departamento que se encarga de reclutar magos con habilidades únicas.

—¿¡R-reclutar!? —exclamó Ida sentado en el suelo—. ¡Se la llevaron por la fuerza! Eso no es reclutar. ¿Qué piensan hacer con mi Futaba? Cuando fui para que me la devolvieran, ellos dijeron que Futaba quería quedarse con ellos por voluntad propia. ¡No entiendo por qué!

Ida estaba tan enojado que lanzaba puñetazos al suelo.

—Tranquilízate, Ida. —La boca de Ida se crispó cuando Takeshi le reprendió, pero finalmente se calló—. Por cierto, Ida. ¿Como fue que llegaste al cuartel general de Wizard’s Breath? —preguntó Takeshi con voz lenta y tranquila, para ayudarle a mantener la compostura.

Ida parecía descontento, pero en lugar de gritar, respondió tranquilamente.

—Fui a buscarlos a la academia, y cuando vi que aparecieron unos tipos de Wizard’s Breath, me escabullí para seguirlos cuando usaron el espejo.

—Ya veo —dijo Tsuganashi convencido.

Takeshi por su parte, recordó que ya había utilizado ese método antes.

Cuando había intentado salir al mundo en ruinas para ayudar a Mui, había aprovechado que otro estudiante había atravesado el espejo para salir, y se fue detrás de él. El mismo método debe haber sido utilizado por Ida para ir hasta la sede de Wizard’s Breath.

 Takeshi miró a Ida con miedo. Los ojos y las cejas de Ida estaban fruncidos como los de un demonio, y sus ojos estaban rojos de ira. Su pelo desgreñado tenía unas cuantas hojas verdes enredadas, probablemente de cuando la había metido en los arbustos.

—Tsuganashi-san ¿tú no puedes hacer algo al respecto?

Cuando Takeshi hizo la petición en nombre de Ida que parecía un alma en pena, Tsuganashi se disculpó.

—Lamentablemente yo no puedo hacer nada tratándose la agencia especial de magos. Lo único que puedo hacer es intentar averiguar con alguien que tiene conexiones allí.

—No puede ser… —murmuró Takeshi.

Tsuganashi bajó la voz y habló brevemente sobre lo que estaba ocurriendo con Wizard’s Breath.

Con la muerte de la directora, un grupo interno formado por detractores de ella, habían comenzado a actuar. Profesores que habían estado del lado de la directora, como Hyoudou Nanami y Hitouji Makoto, habían desaparecido. Takeshi se sorprendió y tragó saliva de golpe. Parecía que mientras estaba en Camelot, la situación en Wizard’s Breath estaba cambiando a un ritmo acelerado.

—¿¡Qué pasará con Futaba!? —gritó Ida con una voz emotiva que podría describirse como furiosa y triste a la vez, y volvió a golpear el suelo con el puño.

—No lo sé —respondió Tsuganashi con franqueza.

—Fu, Futabaaaa…

Cuando Ida gritó el nombre de su hermana en el suelo, ni Takeshi ni Tsuganashi pudieron hablar, y Yoko, que había estado escuchando en silencio, abrió la boca.

—Parece que la agencia especial de magos sigue en pie con sus malas prácticas…

—¿¡Mamá!?

Cuando Takeshi miró a Yoko, ésta no parecía molesta por la situación.

Al contrario, miraba a Ida con una mirada casi fría. A él le pareció haber visto esa expresión antes, y le produjo escalofríos.

—¿Quieres recuperar a tu hermanita? —preguntó Yoko.

—¡Por supuesto! ¿Quién es usted?

Ida puso los ojos muy abiertos al notarla por primera vez.

—Soy Nanase Yoko. La madre de Takeshi.

—¿Eh? ¿La mamá de Nanase? Ah mucho gusto. Es un placer conoce… ¡Olviden eso! ¿¡Que hace tu mamá aquí?

Takeshi se encogió de hombros cuando el asombrado Ida le preguntó al respecto.

—Pues por aquí también han pasado un par de cosas…

En eso, se dio cuenta de que no le había contado a Ida lo de Gekkou ni que se habían llevado a Kurumi. Takeshi se dio cuenta que, en menos de un mes, su entorno había cambiado bastante.

***

Más tarde, cuando quedó claro que recuperar a Futaba no iba a ocurrir de la noche a la mañana, lidiar con Ida se convirtió en un problema. Debido a que la barrera de protección que se habían colocado para proteger su apartamento ya había desaparecido, Yoko dijo que los Trailers no tardarían en aparecerse por allí y que, como mago, no debería andar en el mundo viviente de manera descuidada. Tsuganashi estuvo de acuerdo y sin ningún lugar al cual volver, Ida quedó en la misma situación que Takeshi.

Al final, Yoko le dijo a la obispo, el líder de Camelot, que los dos estaban en la misma situación, así que Ida, al igual que Takeshi, él se entrenaría allí durante un tiempo y luego decidirían si trasladarse a Wizard´s Breath, o a un refugio. Yoko le aclaró que, aunque Tsuganashi y Mui eran miembros de Wizard´s Breath, Takeshi e Ida no lo eran y por lo tanto debían preocuparse más por ellos y menos por las organizaciones. Por esta razón, Ida decidió a regañadientes, junto con Takeshi, someterse a un entrenamiento mágico con Yoko y Kisaki Ena.

Takeshi aprendía magia evasiva de Yoko, e Ida aprendía con Ena, la manera de controlar y utilizar bien su magia destructiva. Eso fue el comienzo de una nueva etapa para ambos.


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Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.