—Hoy 5 de febrero y son las 9:50 de la mañana. Es hora de irnos… —Comentó Hyoudou Nanami, mirando su reloj de pulsera.

Después de eso, se dirigió a una puerta negra creada con la magia “Black Door”de la directora que la hizo transportarse instantáneamente desde la oficina, hasta el exterior del mundo en ruinas. Luego de ella, siguió la directora Shijou, luego entraron tres magos más de Wizard Breath; dos hombres y una mujer. Por último, Takeshi, Mui e Ida, también pasaron por esa puerta negra.

Con ellos, también pasaron dos personas más que no aprecian tener nada que ver con la misión. Eran dos miembros de los Trailers. Oigami Takao y Kumagai Hotaru. Ambos habían sido capturados por Wizard Breath, y les habían alterado sus recuerdos para convertirlos en estudiantes de la academia y miembros de Wizard Breath, pero ahora, los llevaban con ellos sin haberles dicho absolutamente nada.

—Apresúrense.  —Dijo la directora Shijou. Entonces uno de los magos de Wizard Breath, dio un codazo a Oigami.

—¡Camina!

Oigami y Hotaru, caminaron como prisioneros entre los tres magos de Wizard Breath.

—Cállate, no es necesario que me lo digas. —Respondió Oigami empujándole el hombro al mago que lo golpeó.

—Oigami… ¿Qué sucede? ¿A dónde nos llevan? —Preguntó Hotaru que caminaba a su lado con ansiedad.

—Guarda silencio, Hotaru.

Hotaru se enfurruñó, al ver lo irritado que estaba Oigami.

La directora salió a través de las instalaciones de una estación abandonada hacia una plaza exterior mientras prestaba atención a esos dos. Era la estación de Shibuya, que estaba completamente desolada. Los semáforos ya no funcionaban, varios autobuses se encontraban abandonados, y la mayor parte de las ventanas de los edificios de la zona, estaban rotas, las paredes lucían agrietadas y con abolladuras por todos lados.

En la Tokio del mundo en ruinas, no existía señal de vida más que los magos. Por eso, no se encontraron con nadie en su camino.

—Directora, ¿Realmente vendrá Washizu Kippei? —Preguntó Mimi; una maga de nivel intermedio Wizard Breath que los acompañaba.

Ella era una chica de dieciocho años con una apariencia tranquila. Portaba un uniforme azul marino con un emblema de cinco estrellas de cinco puntas en el pecho. Ese, era el uniforme militar de Wizard Breath. Los dos chicos que iban con ella también portaban el mismo uniforme. Ellos eran parte de un pequeño escuadrón de Wizard Breath, que actuaban bajo las órdenes directas de la directora Shijou. Se hacían llamar: «Team Artist».

La directora asintió ante la pregunta de Mimi y contestó:

—Estoy más que segura de que él aparecerá.

En ese momento, Oigami sonrió como si la platica fuera con él y contestó:

—Si, es seguro que él vendrá. A ese hombre le gustan esta clase de juegos. ¿Tú ya lo sabias verdad?

En ese momento, Issa, uno de los magos que era conocido en Wizard Breath por su enorme tamaño, lanzó una palmada en la parte posterior de la cabeza de Oigami y dijo:

—Te cuidado en cómo le hablas a ella.

—¡Aay!

Issa era alrededor de diez centímetros más alto que el fornido Oigami. Era todo un gigante con más de dos metros de estatura.

El golpe que le dio fue tan fuerte que Oigami incluso se tambaleó hacia adelante. Luego, el tercer mago que se llamaba Jiyou que era un chico escuálido, pateó a Oigami en la rodilla y dijo:

—Si el no viene yo mismo te mataré…

Oigami solo se echó a reír cuando escuchó esa amenaza.  La hostilidad podía sentirse entre esos tres. Y mientras tanto, Hotaru estaba tan asustada que se aferraba fuertemente a su falda. Ella llevaba puesto el uniforme de la academia de magia Subaru.

—Oigami…

A Hotaru también le había alterado sus recuerdos, y le habían hecho creer que quería mucho a Oigami y lo veía como un hermano mayor.

Sus ojos que miraban a Oigami sonreír maliciosamente, tenían el brillo de una niña pura e inocente que acababa de aprender a usar magia. Muy distinta a su naturaleza real como una maga de los Trailers. Oigami por un momento la volteó a mirar y aunque puso un mal gesto, la tranquilizó.

—No te preocupes, Hotaru. Contigo no harán eso, probablemente.

Hotaru curvó su boca hacia abajo, y habló con uno de esos magos.

—¿Por qué hacen esto? ¿¡Acaso no son nuestros compañeros!?

Sin embargo, cuando los tres magos de Wizard Breath escucharon eso, le lanzaron unas miradas de repugnancia y entonces, Oigami se echó a reír.

—¡Ku jaja ja ja! Oye, Hotaru…  Hay algo que debes saber. Ellos no son compañeros nuestros. Nosotros, somos Trailers.

Hotaru se quedó pasmada.

—¿Que… estás diciendo…?

Oigami se encogió de hombros y dijo:

—Aaah… me da escalofríos solo de pensar que yo también decía esas estupideces.

Para Oigami, que ya había recuperado sus recuerdos, ver a Hotaru, era como verse a sí mismo hace unos meses, Así que, una vez más, Oigami se sintió aliviado de recordar todo.

—Maldición, ¿Qué sentido tiene reunirse frente a Hachiko? —Murmuró.

Tal y como Oigami lo había mencionado, todos se detuvieron frente a la estatua del perro que estaba en la plaza. En la Tokio del mundo viviente, ese lugar normalmente estaría muy concurrido de personas, y lo cierto es que no era un buen lugar para encontrarse; era un lugar abierto sin nadie al rededor en donde le frio viento de febrero, soplaba a sus anchas y no había donde cubrirse.

—Cállate. —Murmuró alguien.

Oigami solo soltó un suspiro.

—Directora, ya es hora. —Comentó Nanami, mientras miraba de nuevo su reloj de pulsera.

El reloj, marcaba las diez de la mañana.

—¿Acaso no vendrá? —Murmuró Issa con incomodidad.

Todos excepto Oigami y Hotaru, lucían nerviosos porque no sabían por donde aparecería la persona que esperaban y la atmosfera se volvió inquietante.

—Solo se ha demorado. Es normal. Él nunca usa reloj. —Comentó Oigami, completamente tranquilo mientras sonreía con comodidad.

En ese momento, algo como una explosión sonó desde el oeste.

—Eso fue cerca. —Dijo Jiyou mientras miraba el cielo del oeste.

La directora entrecerró los ojos y contestó:

—Recuerda que aquí también es parte del campo de batalla.

En cualquier momento, podía a parecer algunos magos ya sea de los Trailers o de otras comunidades y podrían desatar una batalla allí mismo. Eso era a lo que ella se refería.

Todos miraban atentamente en dirección oeste, pero de pronto, la directora volvió su mirada hacia el centro de la plaza.

—Parece que ya llegó.

Casi al mismo tiempo en que ella dijo eso, un automóvil apareció de la nada. Era un vehículo Daimler de color negro brillante recubierto de partículas mágicas color carmesí que flotaba a diez metros de altura. También había un círculo mágico de unos dos metros de diámetro flotando justo debajo de la carrocería. Takeshi, Ida y todos los demás con excepción de Hotaru, supieron inmediatamente de quien se trataba.

—¿¡Que tal!? ¿Esperaron mucho?

Washizu Kippei, abrió la puerta del conductor y salió del vehículo hablando amigablemente. Caminaba como si estuviese parado sobre el suelo, pero en realidad, se encontraba flotando en el aire. Del otro lado en el asiento del pasajero, salió Aiba Tsuganashi.

—¡¡Nii-saaan!! —Exclamó Mui en el momento en que lo vio.

Sin embargo, Tsuganashi ni siquiera la volteó a mirar. Él mantenía una mano puesta sobre el sable de su cintura con una mirada completamente vacía.

Muy por el contrario a él, Washizu habló expresamente con Oigami y Hotaru.

—Que bien se ven, Taka, Hotaru…

Sin decir una palabra, Oigami se echó a reír mientras que Hotaru, se quedó completamente estupefacta.

—Así que ojo por ojo ¿Eh? —Comentó Washizu—. Bueno, al fin y al cabo, Wizard Breath y los Trailers, somos cortados con la misma tijera, así que lo entiendo, pero… es repugnante que le hayan hecho eso a los míos.

Mientras Washizu miraba a Hotaru que no recordaba nada, Oigami sacudió la cabeza y replicó:

—Washizu-san. Yo he recuperado mi memoria.

—¿Taka…? Aah, ya veo. Es por tu magia «Banish Cloud«. Por eso es que no funcionó bien contigo.

—Si, pero Hotaru… parece que olvidó todo y hasta disfruta su nueva vida escolar.

En ese momento, tanto Oigami como Washizu, voltearon a ver a Hotaru al mismo tiempo.

—¿Eh? ¿Eh? ¿De que estas hablando?

Ella parpadeaba completamente confundida.

Los dos Trailers se comenzaron a reír de ella, hasta que la directora dio un paso al frente.

—Bueno, es hora de hacer el intercambio de rehenes. —Comentó.

Ella estaba tratando de llevar a cabo la labor por la que habían llegado allí. Misma por la cual Washizu Kippei también había llegado.

La directora, había enviado un mensaje a través de unos camaradas de Wizard Breath infiltrados con los Trailers. Mensaje que Waishizu recibió, y de esa forma se había organizado la reunión.

Escribió una carta en nombre de Shijou Momoka diciendo que esperaría delante de la estatua de Hachiko en la estación de Shibuya a las 10 de la mañana el día 5 de febrero si estaba dispuesto a cambiar a Aiba Tsuganashi por los otros dos subordinados de los Trailers que ellos tenían.

Ella, incluso en el mensaje indicó el número de personas que la acompañarían, el escuadrón al que pertenecían y hasta los nombres de los magos, porque ella ya conocía muy bien a Washizu Kippei.

Él era un mago de los Rango Cinco y bien podría movilizar grandes tropas si quisiera, pero le gustaba actuar solo. Eso sí, era cauteloso y muy inteligente a pesar de su apariencia. Sin embargo, ella sabía que Washizu le creería si ella decía desde un principio que no llevaría a un gran número de personas, ya que Shijou Momoka, no decía mentiras. Aunque eran enemigos, había una confianza mutua que quedó como residuo de una larga relación que tuvieron en el pasado.

La directora no lo odiaba lo suficiente como para traicionarlo y él estaba consciente de ello. Efectivamente, Washizu solo llegó con Tsuganashi, y dos magos más. Era mucha menos gente de la que ella esperaba.

Había muchas cosas que escapaban de las expectativas de la directora incluso sabiendo lo que Washizu Kippei iba a decir, así que se quedó mirándolo fijamente.

—¡Aguarden un segundo! —Exclamó Washizu desde el aire—. No vine aquí solo porque ustedes me lo pidieran. Vine aquí a matar a esa pequeña de allí, porque dijo que venía por su cuenta.

Washizu señaló a la directora.

—Lo sé, conozco la clase de persona que eres.  —Respondió la directora con toda la calma del mundo.

—Entonces, comencemos ya a matarnos el uno al otro. Por mí, no hay problema si lo hacemos aquí y ahora mismo.

—Está bien, pero nos iremos a otro lugar.

Con una cantidad mínima de magia, la directora hizo aparecer un círculo mágico bajo sus pies, y se elevó por los aires.

—Momo-tan… —Murmuró Hyoudo Nanami con una expresión llena de preocupación.

Washizu no le prestó importancia a la directora que ya se había posicionado a la misma altura que él y en lugar de eso, habló con Tsuganashi que seguía parado al otro lado del automóvil.

—Encárgate del resto.

—Como usted diga, Washizu-san. ¿Y qué hago con ellos dos?

Tsuganashi volteó a mirar de reojo a Oigami y a Hotaru. Entonces Washizu sonrió y dijo:

—Taka y Hotaru deben volver vivos con nosotros. Especialmente, no permitas que maten a Hotaru.

Una vez que Tsuganashi asintió, Washizu le hizo un gesto con la mano, y caminó hacia la directora como si saltara por el aire.

—Nanami, te dejo lo demás a ti. —Dijo la directora mientras sacaba su lápiz Aspecto del bolsillo de su pecho.

—Ten cuidado.

Al oír la voz preocupada de Hyoudo Nanami, la directora movió su lápiz y dibujó una puerta con partículas mágicas de color negro.

—¡»BLACK DOOR»!

Como su nombre lo indica, una puerta negra se abrió en el aire, desde la cual, los otros magos pudieron ver el cielo al otro lado de ella. Era el mismo cielo gris de Shibuya.

—Te seguiré a donde sea. Esto va a ser divertido no lo crees, ¿Chibi*-chan? —Dijo Washizu Kippei con una voz muy animada mientras pasaba por la puerta negra detrás de la directora. Luego de haber pasado, la puerta se cerró espontáneamente.

<<Traductor OrenoHonyaku: «Chibi» es un apalabra que en japones significa pequeño o enano. Kippei lo usa como apodo para la directora asi que lo voy a dejar en japonés>>.

 

***

Cuando la directora y Washizu Kippei se marcharon del lugar, la magia que alimentaba el automóvil fue cortada, perdió su flotabilidad y se diplomó en el suelo. Afortunadamente los neumáticos sirvieron como una especie de cojín y no se hizo pedazos, pero Takeshi y los otros miembros de Wizard Breath que estaban cerca, tuvieron que retroceder.  Tsuganashi disipó su magia de levitación y aterrizó suavemente.

—Parece que esta vez voy a arrastrar dos lastres. Qué molesto… —Comentó de manera fría.

Al escuchar eso, Oigami arqueó las cejas y dijo:

—¡Oye, bastardo! No me incluyas a mí. Yo ya recuperé mis recuerdos. No pienso ser un estorbo.

Sin embargo, hubo una persona que lo hizo a un lado y se colocó al frente.

—¡Nii-san! Soy yo, Mui.

Tsuganashi puso una cara de desagrado al ver a Mui.

—Tu otra vez…

—Esta vez sí volverás a mi lado.

Mui desenfundó su pistola y Tsuganahhi dejó escapar un pesado suspiro.

—Eres una chica muy persistente. Inténtalo si quieres. Solo terminaras convertida en una estatua de hielo, porque esta vez… no te perdonaré.

Antes de terminar de hablar, Tsuganashi levantó sus manos portando sus guantes blancos.

—¡“DRIVE”!

Cuando Tsuganashi activó su magia, los demás magos también se pusieron en guardia.

—¡“DRIVE”! —Exclamaron todos al mismo tiempo.

—¡“PROTECTION”!

Solamente Takeshi e Ida que aún no sabían usar ese hechizo, utilizaron magia básica de protección. Los cuerpos de los magos que habían adoptado una postura de combate, se llenaron de partículas mágicas de distintos colores.

Oigami y Hotaru habían sido inhabilitados por una magia de atadura aplicada por la directora para evitar que utilizaran su magia, así que simplemente fueron dejados de lado.

Tsuganashi miró a Takeshi y a Ida con una mirada desdeñosa.

—¿Son esos dos magos de bajo nivel y sus trucos baratos? Los magos que no sabe ni usar magia básica, no deberían salir al mundo en ruinas.

En ese momento, Hyoudou Nanami que era la que había cubierto su cuerpo con más magia que los otros que estaban allí, sujetó un colgante en forma de una estrella azul que llevaba en su pecho, y expulsó un brillante polvo mágico que parecía arena hacia Takeshi e Ida.

—¡“SHELL MEDICATION”!

El cuerpo completo de Takeshi fue cubierto por las partículas mágicas de color azul marino de Nanami. Takeshi se dio cuenta de que ese hechizo que ella les lanzó, era similar al hechizo “Drive”.

Su poder mágico se había incrementado y se sentía muy ligero y con la cabeza clara. Además, habían sido cubiertos por una barrera que superaba al hechizo “Protection” que estaba a unos centímetros de su piel.

—Nosotros somos un equipo —Declaró Nanami a Tsuganashi—. No pienses que estarán luchando solos contra ti.  Ellos tienen algo que hacer, pero yo, seré la mejor asistente que hayan tenido, así que, no importa lo que intentes, no podrás tocarlos.

—Hyoudo-sensei… —Murmuró Takeshi.

—Es Impresionante. Esta señora tiene buena salud.  —Dijo Ida sorprendido.

Sin embargo, había una palabra en específico que estaba de más, así que Nanami volteó a mirar a Ida.

—¿¡A quién llamas señora!?  ¡Mocoso! Yo apenas estoy en mis veinte.

Tsuganashi ignoró por completo aquella vana discusión y dijo:

—En ese caso, Hyoudo Nanami, Veamos si puedes evitar esto.

Tsuganachi extendió su mano al frente.

—¡“WIRE BLIZZARD”!

Aquellos látigos de hielo de la vez pasada, salieron de sus manos. Eran docenas de látigos con un diámetro de unos cinco centímetros que se abalanzaron sobre Nanami.

—¡“SPRING WALL”!

Nanami lanzó un hechizo sujetando nuevamente su colgante en forma de estrella y una gruesa pared de agua surgió del suelo.  Los látigos de hielo golpearon la pared y se disolvieron instantáneamente en el agua.

—La magia de hielo no funciona conmigo. —Declaró Nanami—. Deberías preocuparte más por los otros que te rodean.

Mientras Nanami y Tsuganashi se enfrentaban con su magia, Issa y Jiyou se desplegaron por la izquierda y la derecha, rodando a Tsuganashi en una posición triangular junto a Nanami.

—No hay problema. —Dijo Tsuganashi de manera tranquila.

—¿En serio? ¿Tú que dices Issa? —Dijo Jiyou.

Entonces el enorme Issa, asintió desde el otro lado y contestó:

—Si, primero vamos a inmovilizarlo.

—¡De acuerdo!

Un momento después, una sombra en forma de ojo de cerradura de gran tamaño surgió en el suelo entre Jiyou e Issa.

—¡“SECRET GARDEN”!

Cuando Issa desenfundó una enorme espada plateada que portaba en su cintura, esta se transformó en lo que parecía ser una enorme llave plateada.

—¿Magia Negra? Tengo algo preparado para eso…

Tsuganashi sonrió a pesar de estar rodeado de enemigos.

—¡“DEEP ANCHOR”!

Un ancla de barco de tres metros de alta, hecha de hielo, apareció en el lugar cerca de sus manos extendidas. Luego, movió su brazo ligeramente, y mandó a volar dicha ancla directamente hacia un edificio detrás de él y se incrustó allí. El ancla estaba conectada a la palma de la mano de Tsuganashi a través de lo que parecía ser una fina cuerda hecha también de hielo.

Sin importar la afinidad mágica que tuviera, se requería un alto nivel de habilidad mágica para poder contrarrestar los efectos de un hechizo de magia negra. Esto era debido que la magia negra era distinta a las magias físicas pues esta, se especializaba en interferir con el espacio-tiempo. El ancla de Tsuganashi, evitaba que el fuera arrastrado hacia alguna otra dimensión o espacio por la fuerza.

Mientras tanto, Issa arrojó la enorme llave haciendo que se insertara en la enorme cerradura que había surgido del suelo.

—Es inútil —Dijo Issa—. Tu ya te encuentras al centro de mi jardín.

La llave era controlada de manera remota y giró hacia la derecha según el movimiento de la mano de Issa. Inmediatamente después de eso, el suelo se sacudió violentamente y todos se tambalearon.  La llave abrió una especie de puerta en el suelo que llevaba a un espacio separado en el interior como si fuera la entrada de un abismo.

Tsuganashi intentó usar la magia de levitación para escapar de eso, pero Nanami y Jiyou lo atacaron con un disparo desde dos flancos opuestos con el hechizo “Shot”.

En ese momento, Takeshi sintió algo detrás de él y volvió a mirar.

—¡Aaa! Oigami va a…

Oigami Takao tomó a Hotaru y corrió hacia el interior de la estación por donde habían llegado. Corrió por toda la plaza a toda velocidad intentando llegar a ese lugar.

—¡Mimi! —Exclamó Nanami.

La chica que estaba cerca de Oigami, respondió:

—Lo sé, ¡“NOISE PARASITE”!

Mimi había sacado un silbato que llevaba en un bolso delgado que colgaba diagonalmente en su espalda. Ese silbato era en realidad una flauta plateada trasversal que se llevó al labio inferior y la hizo sonar.

Todos los que estaban allí escucharon un sonido estridente. Sintieron un dolor agudo y pusieron expresiones de dolor. Takeshi e Ida estaban más cerca, así que se taparon los oídos involuntariamente. Las ondas sonoras también alcanzaron a Oigami y a Hotaru durante su huida, pero solo ella intentó cubrirse los oídos ya que en Oigami, no tuvo mucho efecto. Jiyou sacó de su bolsillo algo que parecía ser un pequeño trozo de papel y lo soltó en el aire.

—¡“TRACKING CRANE”!

Era una grulla hecha de origami. La grulla de papel que tenía un tamaño de la palma de una mano, desplegó sus alas y voló instantáneamente hacia Oigami.

Mientras tanto, Nanami logró derretir la cuerda de hielo que conectaba a Tsuganashi con su ancla con su magia de agua, y lo hizo caer en el agujero Inter dimensional de Issa.

Mimi dejó de tocar su flauta y exclamó desde la lejanía.

—¡No funciona! Él es usuario de “Banish Cloud”. Mi magia no lo afecta.

Jiyou que miraba hacia el interior del agujero dijo:

—Déjalo, ya envié mi grulla de papel para que lo rastree.

Takeshi estaba completamente impresionado de ver la aterradora batalla mágica que se había desatado, pero de pronto, pensó en algo con lo que podría ayudar.

—Oigan, iré tras de él.

—¡¡¡¡NO!!!! —Nanami, Mimi, Jiyou y también Issa, lo negaron rotundamente al mismo tiempo.

—Estoy segura que Momo-tan te lo dejó claro desde el principio —Dijo Nanami con un tono severo—. Ustedes dos no deben separase de nosotros sin importar lo que pase.

—Pero él escapó con la chica. —Murmuró Ida mientras los veía alejarse y perderse de su vista.

—No te distraigas con ese mal nacido. —Dijo Issa—. Tengo a Aiba Tsuganashi atrapado en mi jardín. Aquí es donde la verdadera misión inicia. Tenemos que llevárnoslo.

Issa señaló el oscuro agujero bajo sus pies. y entonces, Mui se acercó al borde con la pistola en la mano.

—Yo iré primero —Dijo.

—¿Sabes lo que tenemos que hacer? —Preguntó Issa al ver la firme expresión de Mui,

—Si.

Aunque el objetivo principal de la misión era capturar a Tsuganashi, en la reunión estratégica, se determinó que, en caso de fallar, tendrían que emprender la retirada.

Mui saltó dentro del agujero sin dudarlo. Casi de inmediato, desapareció en la oscuridad.

—Yo también iré —Dijo Mimi, mientras giraba su flauta haciendo piruetas con ella. y luego saltó al interior del agujero.

—Yo me quedaré. —Dijo Nanami—. Tengo que proteger a Issa que está indefenso.

Jiyou sonrió y dijo:

—Yo también me quedo. Me preocupa que Oigami Takao intente hacer algo.

Nanami, Jiyou e Issa que sostenía la llave, se quedaron a esperar afuera. El siguiente en dar un paso al frente fue Ida.

—Bien, entonces aquí voy.

Ida se acercó al espacio mágico hecho con magia negra, pero cuando confirmó que el fondo no era visible, el impulso de Ida se detuvo ligeramente.

—Bi-bien… i-iré. Déjenmelo a mí… —Murmuró mientras deambulaba por el borde del agujero con duda.

Nanami en ese momento, lo pateó con fuerza y lo hizo caer dentro.

—¡Apresurate!

—¡No puede seeeeeer!

Ida cayó al vacío hasta que su voz dejó de oírse.

Takeshi intentó saltar rápidamente antes de que Nanami lo pateara también, sin embargo, a él lo detuvo.

—¡Nanase!

Nanami lo sujetó del brazo y lo hizo voltear hacia ella.

—Nosotros nos encargaremos aquí arriba. Si Aiba Mui pierde los papeles, tú serás el único que pueda detenerla. En caso de que estés plenamente seguro de que fracasaron en la captura de Tsuganashi, retírense de allí cuanto antes.

—Como usted diga, Hyoudo-sensei.

Al escuchar la respuesta firme de Takeshi, Nanami mostró una sonrisa nerviosa y por alguna razón, le puso la mano en la cabeza y le acarició el cabello. Luego lo empujó ligeramente por la espalda.

—Ya me voy.

En ese instante, Takeshi dio un salto desde la plaza de shibuya hacia otra dimensión.

 

***

La pareja flotaba entre las grises nubes y la superficie de un negro mar en invierno. La directora y Washizu Kippei que emergieron de la puerta negra, aparecieron justo por encima del puente Rainbow en la bahía de Tokio donde soplaba un gran viento gélido. Ambos se encaraban mientras usaban su magia para levitar.

—Ahora bien… ha pasado mucho tiempo, Chibi.

Cuando Washizu Kippei habló con una sonrisa, la directora apretó los labios con una expresión infantil que se ajustaba inusualmente bien con su apariencia.

—Te he dicho muchas veces que no me llames así. ¿Acaso no tienes capacidad de entendimiento?

Washizu ladeó la cabeza con curiosidad.

—Pero te he llamado así desde que nos conocimos. Ya me acostumbré bastante.

La directora apartó la mirada y chasqueó la lengua en señal de disgusto.

—Oye Acabas de hacer un mal gesto a tu senpai ¿verdad? —Dijo Washizu.

La directora solo lo miró con asco y respondió:

—Fuiste mi senpai cuando aún no éramos enemigos. Ahora solo eres un rango cinco de los Trailers. Para mí, no eras más que basura ahora.

—¡Oh, santo cielo!

—…

La manera hablar de él, era intencionadamente para provocarla. Esa actitud no había cambiado nada en él y la directora, ya conocía bien la manera de ser de Washizu Kippei.

Hubo un tiempo en que Shijou Momoka y Washizu Kippei asistian a la misma academia de magia, e incluso, una vez se vieron obligados a trabajar en equipo durante unos dos años.  Washizu era cuatro años mayor que ella, pero Shijou Momoka era una usuaria de magia negra muy respetada desde que estaba en la escuela primaria, y no había nadie mejor que ella en esa afinidad.

Luego, cuando ocurrió la primera gran guerra mágica, ambos lucharon entre si varias veces como enemigos. Ahora que se enfrentaban una vez más, la directora se estremecía ligeramente ante el peso de su pasado juntos.

Washizu Kippei ya no era aquel estudiante de preparatoria que ella conocía.  Todo había cambiado después de dieciséis años. Sin embargo, Washizu no parecía estar de acuerdo en eso.

—¿Tratas a tu antiguo compañero de equipo como basura? ¿Dónde quedó aquella pequeña y linda chica de aquel entonces? —Él habló con una actitud juguetona—. Bueno, es cierto que te ves igualita que aquel entonces. Eras una pequeña, inteligente y mal hablada chica que sentía repulsión hacia los hombres vulgares hasta punto de casi vomitar. Eras tan delicada, pero con un sentido de la justicia inquebrantable. Solías ser una chica tsundere y a la vez descarada lo cual era realmente genial.

Washizu elogiaba a la directora con una sonrisa bastante espeluznante, pero ella contestó con repulsión:

—Aprendiste mucho de mi yo de aquella época. Debí haberte matado antes.

Cuando escuchó eso, Washizu sonrió un más ampliamente.

—Que cruel eres, Chibi. Escuché que habías salido muy herida de una batalla, pero veo que ya estas completamente recuperada.

Cuando la conversación cambió, la directora alzó la mirada.

—¿De qué hablas? eso pasó hace mucho tiempo.

Lo más probable es que Washizu se refería a la vez que salió herida durante la misión fallida del C7 en octubre del año pasado. Fue una batalla a gran escala donde los Trailers consiguieron una victoria abrumadora. Dos estudiantes de la academia murieron en esa ocasión, aparte de las bajas que recibieron las demás comunidades. La directora solo iba a encargarse de la logística de Wizard Breath, pero se apresuró a utilizar su “Black Door” para intentar salvar a un estudiante que estaba siendo atacado por el enemigo. Estaba agotada y tuvo que defenderse.

Como el enemigo era uno de los magos de nivel avanzado de los Trailers, se vio obligada a luchar ferozmente y terminó muy herida. Ella no estaba segura si Wahizu lo mencionaba porque estaba preocupado o no, pero sea como sea, sus heridas casi habían sanado por completo.

—Pensé que, si seguías herida, me contendría un poco.

La directora levantó una ceja ante las palabras de consideración de Washizu.

—No necesito que el enemigo que voy a asesinar se preocupe por mí.

Washizu sonrió y se metió ambas manos a los bolsillos de su gabardina.

—¿Tanto quieres matarme? Por cierto ¿Por qué viniste hoy?  Yo no me creo el cuento que solo hayas venido hasta aquí para intercambiar a Aiba Tsuganashi por dos de mis lindos subordinados.

—Ese no es mi único propósito. Tambien vine para ajustar cuentas por lo de Mitaka.

Washizu sacudió la cabeza a las palabras de la directora.

—Olvídalo. Eso fue… creo que en la primavera del año pasado ¿No?

—¿Que lo olvide? ¿Sabes a cuantas personas murieron esa vez?

—Oye… Oye… Corta el rollo ¿Quieres? Esto es una guerra. Es normal que la gente mate y muera. —Washizu distorsionó la boca y se encogió de hombros—. Además, estamos a mano. Ese lugar estaba a cargo de Weasel, y él también murió junto con sus aprendices, así que no hay ninguna cuenta que ajustar.

La directora sabía que Weasel era uno de los rangos cinco y tal como dijo Washizu, él murió en Mitaka.

La directora miró a Washizu con repulsión.

—Quien sabe. hay quienes afirman haberte visto durante la batalla en Mitaka. ¿Qué hacías allí si esa no era tu territorio? ¿Acaso es algo que no puedes decir?

—¡Vaya! qué perspicaz eres.

—No te burles, por favor.

Al ser regañado, Washizu sonrió amargamente y contestó:

—Solo atendía al llamado de Weasel. Pero bueno, llegué tarde. Nuestra comunidad ha tenido mucho trabajo últimamente. Alguien que está a cargo debe saber cuándo renunciar y gracias a ti, mis tropas pudieron volver intactas.

La directora no era tan tonta como para creerse eso.

—¿Acaso no fue tu culpa que casi todo Mitaka resultara incinerado? —Insistió la directora.

Washizu levantó la mano como si realizara un juramento.

—Soy inocente su señoría. Lo juro.

A pesar de sentirse avergonzada de que se burlara de ella, la directora hablaba en serio.

Docenas de magos murieron cuando se desató un incendio de más de dos kilómetros cuadrados en la ciudad de Mitaka durante la primavera del año pasado.

Varios camaradas de Wizard Breath, fueron hechos cenizas y no quedó rastro alguno de ellos.

—¿Tú crees…

La directora apretó su lápiz y este, de inmediato se hizo más grande y se transformó en algo que parecía ser una lanza corta.

—¡¡…que voy a creerte?!!

Washizu esquivó ligeramente la punta cuando esta dio un giro en el aire. y luego, la directora tiró suavemente de la lanza trayéndola hacia su mano. Era una lanza corta de casi dos metros que parecía de juguete. Ya había utilizado el hechizo de liberación previamente para utilizarla contra Washizu.

El aspecto de la directora era un lápiz que tenía una tapa para suprimir su enorme poder mágico, pero ahora, se había transformado en un compás de colores blanco y plateado con un enorme lápiz en su soporte y en la otra punta una hoja afilada que era apta tanto para apuñalar como para cortar. Ella blandió su lanza con ligereza.

Una cadena negra que estaba entrelazada en el mango, se desató de manera natural y colgó en el aire nivelando el peso de la punta.

—A pesar de habértelo jurado…

Washizu sonrió sin sacarse las manos de la gabardina.

—Tu forma de mentir tan descaradamente no ha cambiado nada. —Comentó ella.

Mirando fijamente a la directora, Washizu puso una inusual expresión de ternura y ladeó la cabeza.

—Yo siempre he sido un buen niño…

—Por favor, cierra la boca. Me das asco.

La directora sostuvo su lanza por detrás de ella.

—Ah sí. yo también quiero preguntarte algo. —Dijo Washizu.

—No voy a responder.

Cuando ella se reusó inmediatamente, Washizu se rascó la cabeza.

—Todavía no he dicho nada. Que impulsiva eres.

—Cuanto más hablo contigo, mas ganas de matarte me dan. —Respondió ella.

—Ya veo. en ese caso, tendré que hacer que respondas a mis preguntas…

De repente, la sonrisa que Washizu había mantenido en todo momento, desapareció y el ambiente tuvo un cambio drástico.

—¡“DRIVE”!

Cuando la directora cubrió su cuerpo con partículas mágicas de color negro, Washizu finalmente se sacó las manos de los bolsillos de la gabardina. Buscó en el bolsillo de su pecho, sacó unas gafas y se las puso.

—“LIBERATE”

Lo dijo con una voz muy calmada y sus ojos con las gafas puestas se tornaron de un color carmesí.

—“DRIVE”

La magia de Washizu fue lenta en activarse, de acorde con la calma que sentía. Partículas mágicas del mismo color carmesí de sus ojos, envolvieron su cuerpo formando una barrera protectora perfecta.

La directora tuvo la intención de atacarlo mientras activaba su magia, pero al final, no hizo nada. No pudo encontrar ni una sola abertura en él.

—“OBJECT MARK”

Washizu movió su mirada lentamente y se enfocó en la directora.  Al instante, un símbolo en forma de cruz de color rojo similar a la mira de un rifle de francotirador, apareció en las gafas teniendo a la directora como objetivo. Sin embargo, ese punto de mira no llegó a al directora.

—¡“PAINTING DIA”!

La directora empujó hacia el frente aquella lanza corta en forma de compás que era su Aspecto, y la levantó hacia arriba sin el más mínimo esfuerzo, para dibujar un octaedro en el aire con la punta de lápiz de su lanza el cual se transformó en un escudo sólido.

Al ver eso, Washizu se echó a reír. Al pareceré, la directora sabía bien lo que él iba intentar hacer. Washizu empujó el puente de sus gafas con el dedo medio y mientras miraba a todos lados dijo:

—“STARTUP DISSOLVE”

Las partículas mágicas que emanaban de las gafas se multiplicaron varias docenas de veces.

—“COUNT THIRTEEN”

Las partículas carmesíes de Washizu, se esparcieron por los alrededores como una tormenta de arena, cayendo sobre la directora como una lluvia de polvo muy fino que difícilmente podía ser esquivado. Ella ya conocía ese tipo de magia.

La afinidad de Washizu era la magia destructiva. Su magia se llamaba “Abyss Mercury”, era una habilidad que le permitía convertir en liquido cualquier cosa sólida. El hechizo “Dissolve” de Washizu, derretía las cosas con solo mirarlas. Incluso funcionaba en organismos vivos y objetos en movimiento, lo cual indicaba, que un humano también podía ser afectado. Solamente había una manera de evitarlo. Además, la directora que tenía una forma de niña para suprimir su poder mágico, no le quedaba de otra más que huir, pero esa no era una opción que elegir al apenas comenzar. El numero después de activar el “Count”, indicaba el tiempo que el efecto de derretimiento duraba. Eso quiere decir que durante trece minutos, todo a su alrededor se fundiría como barro. Sin embargo, una magia tan poderosa como esa, era limitada.

—Aquí voy, Chibi-chan.

Washizu sacó una katana del interior de su gabardina.

—Acabemos con esto. —Contestó ella.

La directora preparó su lanza, y fue la primera en saltar al taque. Con la cuchilla, buscó atacar la cabeza de Washizu, y aunque su ataque fue rechazado, ella realizó un movimiento muy fluido para volver al ataque e intentar herirlo. Sin embargo, él se inclinó hacia un lado para esquivar y luego empujó su espada hacia el abdomen de la directora. Ella bloqueó la estocada con la parte céntrica de su lanza en forma de compás donde tenía una especie de escudo del escudo, y en ese momento, comenzó una incesante batalla donde la espada y la lanza chocaban en el aire entre sí, chisporroteando y entrelazándose.

La magia “Float” que estaban utilizando ambos, no solo les permitía moverse hacia atrás o adelante o izquierda y derecha, sino también hacia arriba y hacia abajo. A medida que los pies de Washizu comenzaron a brillar con un color carmesí más intenso, sus movimientos se tornaron más rápidos. Utilizó el hechizo “Flick” bajo sus pies como una especie de propulsor. Washizu apareció justo frente a la directora, pero ella bloqueó el ataque con su lanza y los dos se miraron por un rato mientras empujaban con sus armas entrelazadas. En ese momento, Washizu movió la boca como diciendo algo y extendió la mano que tenía libre hacia la directora. Sin enterarse que clase de hechizo conjuró, la directora retrocedió instintivamente.

—¡…!

Cuando ella finalmente se dio cuenta en medio de un gesto ahogado que el hechizo que iba a recibir en el lado izquierdo de su pecho era un poderoso hechizo de “Shot”, Washizu se echó a reír como a dos metros de distancia esperándola con los brazos abiertos.

Ciertamente que Washizu tenía la ventaja en la pelea cuerpo a cuerpo.

Aunque su peso se reducía con magia, la lanza de la directora era muy grande en comparación con su pequeño cuerpo, y tenía que usar ambas manos para bloquear los ataques de Washizu que tenía más fuerza física que ella. Washizu manejaba su katana con una sola mano mientras que usaba la otra para disparar magia.

El inmenso poder mágico de Washizu, también era una ventaja. Washizu extendió su mano izquierda al frente y comenzó a mover los dedos instando a la directora a que lo atacara, pero la directora no respondió a sus provocaciones.

La directora movió su lanza corta hacia el frente y la comenzó a mover hacia arriba y a hacia abajo, y pronunció un hechizo.

—¡“DARK SLICE”!

Desde la punta del lápiz insertado en el compás, partículas mágicas de color negro comenzaron a reunirse y un rayo negro de energía fue disparado. Aquel rayo oscuro, voló hacia Washizu que lo esquivó por los pelos y este, terminó impactando en el puente que conectaba la bahía.

Inmediatamente después de eso, el puente Raimbow fue partido  y se desplomó con un gran estruendo levantando grandes columnas de agua.

Washizu comenzó a elogiarla.

—Impresiónate poder. Si eso me hubiera dado, me habrías cortado en dos.

Con una mirada llena de amargura la directora murmuró:

—No lo esquives.

—No digas tonterías.

Washizu se quedó mirando felizmente el puente colapsado sin la parte de en medio. El conocía bien la magia de la directora. La magia negra que actuaba sobre el espacio y tiempo.

Lo más probable es que la luz negra emitida como un rayo láser, fue utilizada para dividir el espacio tiempo lo más delgado posible. Dicha brecha, se cerraría naturalmente pero el objeto afectado por eso no regresaba a su estado natural.

Washizu sonrió ampliamente sin poder evitarlo. En las batallas con magos de la comunidad, había algunos que podían usar su magia muy bien, pero difícilmente había batallas individuales.  Las batallas por grupos de magos, se caracterizaban más por los ataques coordinados que por el talento individual y no había forma de que Washizu pudiera encontrar la diversión que él quería.

Mientras reía, Washizu quitó su mirada del puente y miró a la directora.

A pesar de que ella tenía ventaja a esa distancia, la expresión que tenía era de dolor. Y es precisamente eso lo que sentía.

—Si no haces algo pronto, todo lo que hay en esta área se derretirá. Eso te incluye a ti. —Dijo Washizu.

La apariencia de la directora había decaído mucho en apenas unos momentos. Sus mejillas habían comenzado a sangrar. El escudo de Wizard Breath, se le había desprendido y el dobladillo de su falda, se había deshecho y colgaba suelto.

También había comenzado a sangrar por el dorso de sus manos que sujetaban a lanza, la sangre brotaba en un patrón de motas.

—Se ve doloroso —Dijo Washizu son una sonrisa.

—Cállate.

La directora se echó para atrás ignorando su estado y dibujó un pequeño circulo alrededor de sus pies con su lanza compás.

—¡“BLACK DOOR”!

Un portal redondo justo para el tamaño de la directora, se abrió y su silueta se disipó instantáneamente.

Al mismo tiempo, se abrió otro portal redondo con un diámetro de unos treinta centímetros justo detrás de Washizu desde el cual solo surgió la punta de la lanza.

—Lo siento, Chibi, pero ya conozco todos tus movimientos. —Dijo Washizu.

Lugo se dio la vuelta rápidamente y bloqueó el ataque de la lanza que surgió del portal. Sin embargo, la directora ya había aparecido del otro lado.

—Y yo contaba con eso. —Respondió ella.

Mientras Washizu bloqueaba la lanza frente a él, la directora con sus manos vacías la controlaba remotamente desde el otro lado.

—¡“2-M ARSENAL”!

En ese momento, una especie de bóveda con una puerta, surgió bajo los pies de ambos.

—¡¡“SHOT”!!

La lanza salió volando desde el portal de enfrente, y ella disparó su hechizo por detrás.

Washizu intentó escapar volando hacia arriba, pero el control de la directora sobre su lanza era perfecto y la cadena que colgaba de la punta de la empuñadura, se extendió enredándose en los pies de Washizu, y tiró de él conduciéndolo hacia la puerta que había debajo. La puerta se abrió cuando Washizu impactó en ella y terminó cayendo al interior. Casi al mismo tiempo, comenzaron a sonar varios sonidos de explosiones en el interior que dejaron de sonar cuando la puerta desapareció de repente.

—Desafortunadamente para ti, yo sé todo acerca de tu magia. puedes derretir cualquier cosa sólida. —Dijo la directora—. Incluso puedes derretir una bomba antes de que explote. Sin embargo, tu poder tiene una debilidad y es que no puedes hacer nada contra cosas que ya son liquidas o contra explosiones. Además, para que tu magia actúe, tienes que ver el objeto en cuestión.

El hechizo «Arsenal» era literalmente una trampa a la que llamaba «Cuarto de artillería». ningún mago podía escapar de esa bóveda meticulosamente preparada y por supuesto que ella había, preparado su hechizo «2-M Arsenal» especialmente para Washizu Kippei.

Su trampa era una especie de caja de 2 metros cuadrados llena de explosivos que detonaban justo cuando la puerta era abierta.

—Muere allí, completamente solo. —Dijo la directora con una mirada fría. Sin embargo, su voz no llegó a Washizu.

Ella estaba abrumada por su vitoria, pero no tenía ganas de reírse.

Flotando en completa soledad, la directora apretó sus puños y se volvió en dirección de Shibuya. Sin embargo, un dolor repentino la abordó. Su rodilla se acaba de fracturar. Las partes de su piel que habían quedado al descubierto, había seguido derritiéndose al punto de quedar completamente enrojecidas. Por alguna razón, el efecto aun seguía progresando.

—¿Qué? ¡No puede ser! Acaso…

Ella levantó su mirada y voló completamente adolorida sobre la bahía de Tokio hasta detenerse en cierto punto. Allí, se encontraba una boya de color negro nadando sobre la superficie del océano. Mientras ella miraba el mar en silencio, captó un ligero cambio en el patrón del movimiento del agua y voló hacia atrás para alejarse del sitio.

De repente, el nivel del agua subió y una feroz columna de agua se elevó por el aire. El agua brotó a borbollones como un geiser empapando a la directora. Ella se mordió el labio, porque su frustración superó al dolor que sentía. Cuando el agua finalmente cayó de nuevo, dejó a la vista al presuntamente muerto Washizu Kippei que flotaba en el lugar.

—Aah, esto en verdad duele mucho. Casi muero…

—Washizu…

Él no estaba ileso, pero, aun así, estaba en mejores condiciones que la directora. El hombre se rio mientras se rascaba el cabello chamuscado.

—Gracias por haberme mostrado es ebonita habitación, Chibisuke. Funcionaba a la perfección.

—No pensé que vivirías lo suficiente como para romper las paredes. —Contestó la directora con furia.

—No me quedó de otra. Tenía que salir. —Contestó Washizu.

—Es una imprudencia. No sabias qué había fuera de la caja.

Mientras la directora lo miraba fijamente, Washizu se echó a reír.

—Lo tuve contemplado. Así como tu conoces mi magia, yo también conozco la tuya. Solo puedes crear portales hacia lugares fisicos. Además, ya que tienes esa apariencia de niña porque has suprimido tus poderes, tienes un límite en cuanto a la distancia de los lugares que puedes interconectar. Tu fuiste la que escogió este lugar. Así que deduzco que el único lugar donde podías plantar tu caja, era la bahía de Tokio. Ya que plantaste esa trampa para mí, el material que rodeaba la caja tenía que ser algo que yo no pudiera derretir, lo cual solo podía ser agua ya que, si estuviera metida bajo tierra en algún lugar de una montaña, fácilmente podría derretir el suelo hasta salir.

La explicación de Washizu era totalmente acertada. La furia y frustración de la directora era grande así que no afirmó ni negó nada.

—La bahía de Tokio es bastante profunda. ¿No pensaste en que pudiste haber muerto aplastado por la presión del agua?

En ese momento, Washizu abrió los ojos completamente sorprendido.

—No pensé en eso…

—Jaaa…

Ya sea que hubiese sido algo estúpido o muy brillante, la directora igualmente dejó escapar un suspiro. Mientras tanto, su cuerpo ya estaba al límite. La mayor parte de su ropa estaba llena de agujeros y sus medias negras se habían deshecho hasta dejar sus piernas blancas como la nieve, totalmente al descubierto.

—Hasta ahora sigo estando un paso por delante de ti —Dijo Washizu con felicidad.

—Por cierto, preferiría arrancarle las medias a una mujer adulta porque, hacerlo con una niña, me hace sentir realmente culpable.

Mirando la adolorida apariencia de la directora, él sonrió desde lo más profundo de su corazón.

—Entonces te enviaré a un lugar del cual no podrás salir.

La directora tomó su lanza y se preparó para pelear nuevamente. Sin embargo…

—Ya es tarde… Han pasado ocho minutos.

Justo cuando Washizu dijo eso, la directora comenzó a colapsar.

—¡Guuuh…! ¡¡¡Gajaah!!!

Ella se arrodilló sobre el circulo mágico en sus pies, y ya no pudo seguir sosteniendo su lanza.

—Creo que tu carne ya comenzó a derretirse hasta tus huesos. La verdad no quiero verte morir de una manera tan deplorable. Puedes rendirte si quieres.

—Wa… washizu…

Washizu la miró con lastima, pero ella le devolvió una mirada repleta de odio.

—Soy tu senpai, ¿Recuerdas, Chibi? Debes respetar a tus mayores.

—Te mataré…

Washizu sacudió sus hombros en una risa al oír la persistencia de ella. Luego entrecerró los ojos y dijo:

—Oye, Shijou… ¿Acaso te apresuraste venir aquí solo a morir, porque sabes que Kazuma despertará pronto?

—…

Esa pregunta, fue suficiente para quebrar el espíritu de lucha de la directora.

—Fue lo mismo que hiciste en Mitaka. Estás tratando de huir de esta guerra. En aquella batalla casi mueres intentando salvar a un estudiante que la verdad ni te importaba.

—Claro que me importaba. Era un estudiante de la academia y yo soy la directora.

—En aquel tiempo, tu no habrías hecho nada. Podías deshacerte de tus aliados solo por el bien del futuro. Era imposible para ti elegir morir salvando a estudiantes como Kazu.

Ella agachó su mirada y negó con la cabeza.

—Ya no soy como antes.

—No has cambiado. Sigues siendo la misma. Sabes que, si Kazuma despierta, todas esas cosas que hiciste se sabrán y a eso es a lo que le temes…

Ella sabía a qué se refería Washizu. En un mundo donde a los ganadores se toman como los que están en lo correcto, se suele tomar siempre a los perdedores como los que están equivocados, aunque realmente no lo estén.  Los principios de los Trailers, parecían ser contrarios a los valores de Wizard Breath, pero en esencia, eran los mismos. Los primeros buscaban el bienestar de los magos mientras que los otros, querían preservar el mundo mágico.

La pregunta de Washizu quería hacer desde un principio era ¿Qué tan lejos fue Shijou Momoka con tal de ganar la guerra? Ella no quiso responder a eso, pero ambos conocían perfectamente la verdad y no había necesidad de verificarla.

—Es gracioso ver cómo los tipos de las otras comunidades, le temen tanto al despertar de Kazuma. —Dijo Washizu—. ¿Quién es el que está en lo correcto realmente? Hasta entonces lo veremos…

Él quería reavivar el pasado y obtener justicia para los Trailers. La directora sacudió su cabeza suavemente.

—No lo entiendes… Nosotros… Solo queremos acabar con esto de una vez por todas…

—¡¡No seas cobarde!! Por allí deberías empezar.

Cuando Washizu la intimido, Ella alzó su rostro y lo miró fijamente. Él era un senpai que tenía una actitud inusualmente feroz, pero que en algún momento llegó a admirar. Washizu Kippei, el que ahora era un rango cinco de los Trailers.

Ella de nuevo negó con la cabeza flojamente y dijo:

—¿Qué sentido tiene matarnos los unos a los otros? Mira a tu al rededor. Solo hay la mitad de magos que solía haber antes.

Washizu se rio de las palabras de la directora.

—Eso puedo verlo. He visto morir a la escoria desde lo alto. Pero cuando Kazuma despierte, todo cambiará. Únete a mi Shijou…

Washizu le extendió su mano, pero ella se quedó consternada.

—Debes estar bromeando…

—No bromeo. Hablo muy en serio.

Creyendo que Washizu era un desvergonzado, la directora lo miró fijamente y dijo:

—Yo no soy como tú.  ¡Tú eres un traidoor!

—No es que yo haya querido traicionarte. Es que, en ese entonces, los Trailers no existían y Wizard Breath era la única comunidad decente para escoger.

Ella no iba a permitir que ese hombre ex miembro de Wizard Breath, la llamara cobarde. Entonces se levantó completamente temblorosa, toda harapienta y con una apariencia muy lamentable.

—Oye, no te pares. La carne podría desprenderse de tu cuerpo.

Ignorando la cara de sorpresa de Washizu, ella arrojó su lanza cielo y lanzó su magia con todas sus fuerzas mientras se caía de espaldas.

—“Cuando las fases de la oscuridad eterna penetren el inquebrantable cielo azul… allí estará mi fortaleza”.

La parte de la cuchilla de la lanza en forma de compas y la parte del soporte del lápiz se separaron formando un ángulo sobre los dos.

—¡Congela! ¡Sofoca! ¡Extingue!

El compás abierto comenzó a girar a gran velocidad.

Las partículas de color negro azabache comenzaron a teñir gradualmente los bordes del circulo que el compás hacia mientras giraba, como si cortaran el cielo y crearan oscuridad. Cuando la directora bajó el brazo, el compás se detuvo de inmediato y el circulo negro formó una depresión en forma de esfera.

—¡“SPACE ARK”!

La intensidad del viento comenzó a aumentar a una velocidad más rápida que cualquier fenómeno natural y de pronto, todo, incluido el mismo aire, comenzó a ser absorbido por la esfera. Ella había abierto un portal que daba al exterior de la atmosfera.

—¿Piensas luchar hasta el final? De acuerdo Chibi. Veamos que ocurre primero… o tú te derrites antes o yo termino absorbido antes.

Washizu se echó a reír mientras fortalecía su magia de levitación “Float”. La directora por su parte, abrió un pequeño portal a sus pies con un poder de succión para contrarrestar el poder de la esfera. Washizu Kippei se sujetó las gafas en medio de una ráfaga de viento.

—“limpia la cobertura de los muros y échala al fondo del abismo”.

Él también comenzó a conjurar un hechizo, y una gran cantidad de partículas mágicas, comenzaron a surgir de sus gafas cubriendo la silueta de Washizu en medio de una especie de neblina carmesí.

—“Aniquila”

Solo su voz podía escucharse en el interior de esa neblina.

—¡“MATERIAL PASTE”!

Inmediatamente después de eso, la directora se volvió incapaz de pensar. Sus ojos se volvieron completamente negros y su cuerpo fue invadido por inusuales calambres. La magia de Washizu derretía todo material desde el interior y a ella, le había comenzado a destruir los vasos sanguíneos, su cerebro y su visión.

«Aaah…. ¿Voy a morir aquí?», reflexionó la directora.

Flotando boca arriba, la directora miró al cielo. El compás aun seguía abierto. Sus ojos ennegrecidos como agujeros negros se quedaron mirando. Ese hechizo era demasiado peligroso como para dejarlo activado. El portal era demasiado grande como para que terminara cerrándose solo.

«No puedo dejar eso abierto…»

En ese momento, escuchó la risa triunfante de Washizu con el poco sentido de la audición que le quedaba. Entonces, la directora comenzó a recitar algo. No eran palabras de resignación, sino que recitaba el hechizo para su siguiente ataque.

—“INFINITE RADIUS”

Activando su magia casi inconsciente, el compás abrió sus patas en un ángulo muy abierto. Cuanto mayor era su abertura, mayor era el poder de succión. Además, ella cedió la mayor parte de su poder mágico a su Aspecto.

La magia de levitación de Washizu terminó completamente abrumada por la magia de la directora y el hombre terminó siendo levantado y terminó siendo atraído por la esfera.

—¡¡Uwaaaaaaaaaaa!!

Su grito ya no pudo ser escuchado por la directora. Ahora ella solo hizo la última labor que le quedaba por hacer y cerró el portal.

—“THE END OF THE LINE”

El compás comenzó lentamente a girar en dirección contraria.

—¡¡“SHOT”!!

Mandándose a volar a sí mismo, Washizu todavía intentó salir del efecto de atracción, pero estaba siendo absorbido tan rápido que no lo logró a tiempo.

—¡Ku…!

Todos los edificios de la zona se estaban desmantelando y convirtiéndose en escombro absorbidos por un enorme agujero que se abrió en el cielo. El espacio ya se estaba cerrando, pero Washizu ya se encontraba a punto de entrar. Si era absorbido por eso, tendría una muerte asegurada.

En ese momento, algo se enganchó al dobladillo de la ropa de Washizu. Era algo que parecía ser un anzuelo conectado a un sedal de pesca que había volado desde el norte.

—“VOLANCE FISHING”

La magia que tuvo lugar desde muchos kilómetros de distancia, sacó a Washizu del área de succión con una gran fuerza y mandó a volar al hombre hacia el cielo en una trayectoria parabólica como un pez sacado del agua.  El sedal se llevó a Washizu en dirección norte a medida que el carrete fue enrollado.

El compás dejó de girar y se quedó en calma después de haber fallado en absorber a Washizu. Pocos segundos después, la directora comenzó a caer y el compás la siguió habiéndose en el agua de la bahía junto a ella. Todo el lugar había quedado devastado. El concreto del puente que se había derretido como lodo, cayó al mar. Grandes barcos que se encontraban allí habían quedado volcados. El techo de una sala de exhibiciones en el parque de Ariake, había sido completamente volado y la estación de trenes de Yurikamome había quedado completamente al descubierto.

Algunas cosas habían sido destruidas y otras, había desaparecido por completo. Lo único que no había cambiado, eran las olas que golpeaban incesantemente los pilares del puente Rainbow que eran lo único que quedaba de él.

 

***

Minutos antes de que la batalla entre la directora y Washizu Kippei finalizara, Oigami Takao habia regresado a la estación de Shibuya.

—Oh ¡Así que allí estaban!

Encontró a Issa y a Jiyou que se habían quedado esperando en la plaza de Shibuya.

—¡¿Oigami Takao?!

—¿Por qué volviste?

Era natural para ambos cuestionar su regreso luego de que huyera con Hotaru hacía unos doce minutos atrás. Sin embargo, Hotaru ya no estaba con él.
Después de escapar, Oigami se había dirigido al área donde los Trailers luchaban contra las otras comunidades. Le pidió a uno de sus camaradas que deshiciera la magia de atadura que la directora les había colocado, y después de que les entregó a Hotaru para que la evacuaran del lugar, se dispuso a volver.

—¿Acaso no es obvio? He venido a aguarles la fiesta. Así que… ¿Dónde están Nanase y los demás?

Issa miró a Oigami que estaba dispuesto a pelear y dijo:

—No tenemos por qué decírtelo.
Oigami observó la sombra en forma de cerradura que había entres Issa y Jiyou.

—Aa, por cierto… estaban usando esa llave para activar esa extraña magia ¿No? Supongo que deben estar metidos en alguna especie de espacio abierto por esa llave. Qué problema. No sé si debería entrar ya que mi “Banish Cloud” se activa automáticamente.

—…

Issa tenía tratado a Tsuganashi con magia negra. Además, Takeshi y los demás, se encontraban luchando en el interior, así que no podía moverse de allí. Jiyou había estado usando una grulla de papel para rastrear a Oigami, pero en cuanto descubrió que él se había juntado con los demás Trailers, la llamó de inmediato. Nunca esperaron que volviera. Hydou Nanami por su parte, debería estar allí, pero en ese momento, se había marchado a otro sitio. Jiyou sostenía en su mano el origami que era su Aspecto y dijo:

—Yo me ocuparé de ti, Oigami.

—¿En serio? Qué divertido…

Oigami Takao se echó a reír y desenvainó su espada de su cintura.

 

***

El jardín se extendía bajo un cielo claro y exuberante que estaba muy lejos de parecerse al que había en el exterior. El aroma de las rosas flotaba en el aire y las mariposas revoloteaban sobre unos campos de flores plantados a cada lado de un pequeño sendero. Al entrar en el espacio mágico creado por Issa, Takeshi y sus aliados se reunieron en un invernadero que estaba en una esquina del basto jardín y a partir de ese punto, comenzaron a buscar a Tsuganashi.

Se toparon con unos muros hechos de hierbas que se extendían como un laberinto, pero no les resultó ninguna dificultar pasar por allí. La vista del lugar era clara y también Issa, ya les había dicho de ante mano que el jardín era simétrico a partir de una fuente que había justo en medio. Cuando Takeshi y sus amigos salieron del invernadero, se dirigieron directo a la fuente. Allí, pudieron ver a Tsuganashi a pesar de que aún estaban lejos porque…

—¡¡Nii-san!!

A unos cien metros de la fuente, Mui gritó y comenzó a correr. Takeshi e Ida también corrieron tras ella. Mimi por su parte, se quedó para revisar especial atención a su entorno. Ida, que había llegado a la escena después de Mui, miró hacia arriba con incredulidad.

—¿Qué es esto? La fuente parece el castillo de la reina de hielo…

No era de extrañarse que Ida dijera eso. Sobre la base de la enorme fuente que tenía como quince metros de diámetro, había sido construido un impresionante castillo de hielo azul claro. Takeshi también se sorprendió de ver esa torre.  Dentro del hielo semitransparente, había una pequeña habitación en la que un hombre sentado en una silla con un gran respaldo de hielo estaba vagamente visible desde el exterior.

—Es un hermoso jardín inglés.  —Dijo Tsuganashi desde el interior.

Mui vagaba por el perímetro buscando alguna entrada, pero no la encontraba así que se encontraba.  Mimi se aproximó al lugar y luego de pararse frente a la silueta de Tsuganashi dijo:

—Te diré algo. Estoy muy familiarizada con tu magia. ¿Sabes cuantas veces hemos luchado codo a codo? Si ya lo olvidaste, para nosotros es mejor.

Entonces, Tsuganashi respondió a las palabras de Mimi:

—¿Y qué con eso? ¿Crees poder hacer algo con ese pedazo de palo que ocupas como silbato?

Ciertamente lo único que Mimi portaba, era su flauta. De repente, una sección de los gruesos muros de hielo comenzó a derretirse dejando libre una brecha donde la figura de Tsuganashi fue claramente visible.

—¡“STAB ROBBIN”!

Sin levantarse de su silla de hielo que más bien parecía un trono, Tsuganashi activó su magia moviendo solo su mano.

Trozos de hielo blanco se desprendieron de la pared de su castillo y volaron de inmediato hacia Mimi, Ida, Takeshi y Mui a una velocidad como si fueran flechas.

—¡“FORTISSIMO”!

Mimi tocó su flauta, y emitió un sonido agudo. Los pájaros de hielo volaron a todas partes como si hubieran perdido su trayectoria, y se estrellaron en el suelo arremolinándose en diferentes direcciones.

La afinidad mágica de Mimi, era la magia destructiva llamada: “Noise Parasite” que le permitía manipular ondas de sonido y afectar objetos con ellas.

Después de haberse encargado de los proyectiles de hielo, Mimi instó a Takeshi, a Ida y a Mui.

—¡Vamos chicos! Sigamos con el plan.

Los tres asintieron al mismo tiempo. Takeshi e Ida se alejaron de Mimi, y comenzaron a correr al rededor del castillo en sentido horario.

Mui por su parte, se alejó del castillo hasta una posición donde le era más fácil lanzar un disparo potente. Entonces Mimi, confrontó directamente a Tsuganashi.

—¡“MAD DISCORD”!

Una cacofonía resonó en la flauta de Mimi, causando grandes grietas en el castillo de hielo y Tsuganashi tuvo que taparse los oídos.

—¡Ku…!

Sin embargo, era difícil evitar completamente ese sonido. Moviendo una mano a como pudo, Tsuganashi expulsó magia, sin embargo, la cacofonía que emanaba de la flauta de Mimi disolvió aquellas partículas de color celeste antes de que llegaran a ella.

Luego, aquel sonido estridente comenzó a incrementarse y las paredes el castillo de hielo no podían soportar la vibración, asique comenzaron a colapsar parcialmente.

Sin embargo, Tsuganashi aprovechó el momento en que Mimi perdió el aliento y lanzó un hechizo a través de los huecos de la pared de hielo.

—¡“SPIKE DEATH CUBE”!

—¡Kyaaaaaaa!

Unos cubos de hielo aparecieron y bloquearon las manos y los pies de Mimi como si fueran grilletes, pero, aparte de eso, esos grilletes tenían picos en su interior que lastimaron sus muñecas y sus tobillos.

—¡Mimi-san! —Exclamó Mui.

Corrió de regreso, y se tiró al suelo para acercarse a Mimi que estaba gateando.

—E-estoy bien…

Mimi sacudió su cabeza indicándole que no abandonara su posición y siguiera con el plan. Entonces, Mui corrió de nuevo a su posición.

—Hay demasiados obstáculos. Tenemos que romperlos primero.

Los murmullos de Mui fueron comprendidos por Takeshi e Ida.  Para que Mui pudiera usar el hechizo de liberación en su arma y disparar directamente a Tsuganashi con su modo rifle, primero tenía que romper aún más las paredes del castillo de hielo.

—¡Ida!

—Lo sé.

Ida atendió rápidamente al llamado de Takeshi mientras rodeaban el castillo.

—¡Miren mis llamas mejoradas con entrenamiento especial!

El anillo con la calavera planteada en la mano de Ida comenzó a brillar de color naranja, y las dos manos de Ida se cubrieron instantáneamente de fuego.

—¡¡Toma!!

Las llamas de fuego que Ida desató abrazaron las paredes del castillo de hielo. Tsuganashi se volteó y se echó a reír.

—Eres el tipo de las llamas. Veo que has mejorado un poco, pero mi hielo, aún está lejos de romperse.

Tsuganashi levantó su dedo índice, activando sus guantes blancos y lanzó su magia haciendo un gesto de disparo hacia Ida.

—¡“BIG HAIL”!

Fragmentos del castillo se levantaron somo espinas que se transformaron en bolas y cayeron sobre Ida y Takeshi como una lluvia de granizo.

Ida se defendió creando un muro de fuego. Sin embargo, no pudo derretir todo el granizo y algunos lograron pasar las llamas golpeando a Ida en el acto. Takeshi por su parte, predijo la trayectoria del granizo gracias a su Strike Vision, y rechazó todos con la ayuda de Twilight.

—¡“LIBERATE”!

Sin perder el tiempo, los círculos mágicos de color purpura aparecieron en los ojos de Takeshi, y vertió su poder mágico en la espada.

Cuando el cartucho de Twilight apareció, Takeshi cargó rápidamente con una bala que Ida había rellenado con su poder mágico con antelación.

—¡“UNION”!

Takeshi puso su dedo sobre el gatillo que acababa de aparecer, y lo presionó sin dudarlo.

—¡“BLAST FOG”!

Inmediatamente aquella espada de simple acero, se convirtió en una espada revestida completamente de llamas de fuego.

Sin embargo, lo que pasó después fue que Twilight se separó bruscamente de su mano y salió volando por el aire mientras Takeshi caía al suelo con la mano adolorida por haberse quemado con el fuego.

—Qu.. ¡¿Eeh?¡

Ida se quedó mirando a Takeshi con una mirada de completa incredulidad.

—Eso fue pésimo. —Dijo Tsuganashi burlándose de ellos.

Mientras se sujetaba el brazo derecho, Takeshi logró reaccionar y vio como Twilight se alejaba volando por el aire. La espada perdió automáticamente el efecto del hechizo de liberación y cayó clavándose en el suelo con su apariencia habitual.

—¿Explotó…?

Esa era la primera vez que pasaba algo así. Mientras intentaba liberarse de los grilletes que la lastimaban, Mimi aconsejó al sorprendido Takeshi.

—Para que puedas usar la magia de alguien más, ambos deben estar en la misma sintonía. no funcionará si están pensando en cosas distintas.

—¡Ah! —Ida exclamó en voz alta al escuchar lo que dijo Mimi.

—¿Qué pasa? ¿A qué te refieres con ese «ah»?  —Preguntó Takeshi con un mal presentimiento.

—Lo siento. Ayer no me quedó mucho tiempo para rellenar la bala. Lo hice con prisa y es posible que mientras lo hacía, estuviera pensando en el almuerzo.

Ida se dio un ligero coscorrón en la cabeza y sacó la lengua guiñando un ojo.

—¡¡Idaaaaaa!!

Takeshi lo fulminó con la mirada, y entonces Ida se estremeció y rápidamente hizo una reverencia.

—¡Lo siento mucho!

Takeshi se resignó y luego sacó otra bala de su bolsillo.

—No te preocupes. Usaré la bala de Mui.

Takeshi comenzó a moverse para ir a recoger a Twilight y cargarla con la bala llena del poder mágico de Mui, pero Tsuganashi agitó su mano desde el interior del castillo de hielo y dijo:

—¿Crees que te permitiré usar eso así por así?

Partículas mágicas de color celeste volaron entre Takeshi e Ida y pasaron de largo.

—¡Twilight ha sido…!

La espada clavada en el suelo, fue cubierta inmediatamente por el hielo de Tsuganashi, y a medida que quedaba atrapada en el hielo, varios carámbanos comenzaron a surgir a su alrededor. Takeshi se quedó perplejo al ver su espada que parecía estar en el interior de un cristal.

En es momento, Mui que debería haberse mantenido a la distancia, lanzó una magia de color dorado y abrió un hueco en el muro del castillo.

—¡Nii-san, ya basta!

Inmediatamente se precipitó al interior del castillo.

—¡¡¿Muuii?!!

Takeshi, Ida y Mimi, se quedaron mirándola. Se suponía que ella daría apoyo disparando desde lejos, pero cuando Tsuganashi la vio entrar, se levantó de su trono de hielo y desenvainó el sable de su cintura.

—¿Así que decidiste venir?

Miró a Mui con su arma en la mano.

—¡Mui! tenemos que seguir el plan. Regresa a tu posición. —Exclamó Takeshi.

Pero ella sacudió su cabeza en negación sin siquiera voltear a ver.

—No lo haré. Solo miren el estado en el que se encuentran…

Mimi, había quedado aprisionada por los grilletes de hielo, las llamas de Ida aun eran impotentes contra el hielo de Tsuganashi y Takeshi, había quedado desarmado. Para Mui, era imposible quedarse a luchar en desde lugar seguro, mientras ellos se encontraban en dificultades. De todas formas, ninguna fase del plan había funcionado hasta el momento.

A parte de los sentimientos de Mui, Takeshi recordó lo que había pasado la vez anterior que pelearon con Tsuganashi. Cuando ella intentó luchar sola contra él, casi termina siendo asesinada.

—¡Olvídate de eso! Solo ve y prepara tu rifle. —Exclamó Takeshi mientras daba patadas al hielo que cubría a Twilight intentando romperlo.

—¡No! —Mui se volvió a negar.

—¡¡Mui!!

Takeshi no podía soportar eso, ya que ella, podría salir lastimada nuevamente. Aunque Mui lo reconociera como su hermano mayor, Tsuganashi no tenia recuerdos de eso y no la trataba como tal. Podía ser completamente despiadado con ella si quisiera.  Mui también lo sabía, pero fingía ignorancia, y Takeshi estaba consciente de todo eso.

Aun sí, también comprendía el deseo de creer en el corazón de Tsuganashi y aferrarse a eso. Lo entendía mejor que cualquiera en el lugar.

«Aun así, hay personas que no puedes alcanzar por más que grites», pensó Takeshi, «Es igual que mi voz que nunca pudo alcanzar a Gekkou».

Takeshi no sabía cuándo ocurrió, pero si estaba consciente que se dio por vencido en algún momento. Incluso abandonó la idea de hablarle a Gekkou, de sonreírle a su madre e incluso, de ver a su padre. Tenía miedo de salir lastimado porque no podía soportar que lo miraran con frialdad.

«¿Habría cambiado algo si hubiera hecho como Mui y no me hubiera rendido?».

En ese momento, Takeshi se quedó mirando la espalda de Mui que prevalecía firme ante Tsuganashi. Mui y Tsuganashi… Él y Gekkou… ciertamente sus situaciones eran distintas. Sin embargo, cuando Takeshi vio la determinación que Mui tenía por su hermano escrita claramente en su espalda, sintió que la única cosa que había estado guardando en el fondo de su corazón desaparecía.

No es que ella no tuviera miedo, ya que podía verse claramente que ella temblaba mientras apuntaba a su hermano con su pistola y Takeshi, no podía negar ese hecho.

«Mui tenía razón… no debí haberme dado por vencido con Gekkou. Después de todo, él es mi hermano menor».

Aunque Gekkou no lo aceptase, él tenía que aceptarse a sí mismo. Entonces se dio cuenta de algo, y era que en realidad no se odiaban el uno al otro.

«Era yo el que odiaba a Gekkou. En algún lugar de mi corazón, estaba guardando rencor hacia mi familia. Todo este tiempo solo estuve enojado».

Takeshi se mordió el labio y pasó su mano sobre el hielo que cubría a Twilight.

«Lo que tengo que hacer ahora, no es detener a Mui».

Dándose cuenta de lo que tenía que hacer, Takeshi comenzó a arrancar el hielo que cubría a Twilight para poder pelear junto a Mui. Ida en ese momento no sabía si apoyar a Mui, o ir a ayudar a Takeshi. Sin embargo, según su criterio, Mui no sería atacada tan pronto y corrió en dirección de Twilight atrapada en el hielo.

Takeshi ya había comenzado a liberar a Twilight arrancando por la fuerza el hielo con sus manos llenas de sangre. Intentaba liberar a Twilight lo más rápido posible para correr al lado de Mui.

Ida rápidamente activó sus llamas en sus manos y comenzó a derretir los carámbanos de hielo uno por uno.

En el interior del castillo de hielo, Mui y Tsuganashi se encontraban uno frente al otro.  Tsuganashi miró a los ojos negros de Mui que se parecían mucho a los suyos con aquella mirada desdeñosa.

Sin importar cuantas veces intentara persuadir a Tsuganashi, él no la escuchaba. Hubo momentos en los que casi se da por vencida al pensar que los Trailers habían borrado todos los recuerdos de su pasado cuando alteraron su mente.

Sin embargo, en la última pelea que tuvieron, Mui se dio cuenta que su hermano aún conservaba vagos recuerdos. Sus recuerdos no habían sido borrados en realidad.

Así que, mientras transformaba su pistola silenciosamente en un garrote adaptado para el combate cuerpo a cuerpo, Mui dijo:

—Nii-san… ¿Estás bien con todo esto? ¿El lugar en el que estás ahora está realmente donde quieres estar?

—¡¿De qué estás hablando?! —Exclamó Tsuganashi.

Él seguía lanzándole una mirada de repugnancia que ella jamás había visto.

—¿Eres feliz siendo Aiba Tsuganashi el mago de los Trailers? Siempre sonreías cuando estabas conmigo y nuestros compañeros de Wizard Breath. Aunque eras tímido y torpe de palabras, la gente que te conocía sabía que eras muy amable. Allí donde estás, ¿Tienes a alguien con quien reír y pasar un buen momento? ¿Alguien a quien le guardas cariño?

—…

—Yo me quedé sin mi hermano mayor…

Mui agachó la mirada y su cara se empezó a distorsionar. Entonces, un cambio comenzó a suceder en el rostro de Tsuganashi.

—Basta…

Tsuganashi no quería saber por qué le había comenzado a conmover la tristeza en la expresión de esa chica que debería ser su enemiga. Mui levantó su rostro y dijo:

—Me siento tan sola sin ti…

Incapaz de seguir escuchando la quebrada voz de Mui, Tsuganashi extendió su mano al frente.

—¡¡Ya deja de hablarme!!

Una gran cantidad de partículas mágicas salió de sus guantes blancos y una delgada red de hielo cayó sobre Mui.

—¡Kyaaa!

—Ver tu cara me da me disgusta. Es incómodo.

Mui había quedado cubierta de una especie de película de hielo e intentó liberarse, pero estaba muy bien aferrada a su cuerpo.

La delgada red de hielo comenzó a restringir sus movimientos a medida que comenzaba a engrosarse más y más.

—Ni-Nii-san…

Mientras ella se retorcía intentando liberarse, Tsuganashi se acercó y la miró despiadadamente.

—Es tu fin…

—Ni…

—¡Congélate por completo! «CRISTAL BLOOD».

Ante la asustada y atrapada Mui, Tsuganashi desató una magia que la convertiría en una estatua de hielo. Sin embargo, eso no sucedió.

—¡¡Detente!!

Takeshi saltó al interior del castillo justo a tiempo y lanzó un corte lateral con Twilight.  Tsuganashi lo esquivó por los pelos y tomó distancia de unos metros de Mui y Takeshi.

—Q—haces…?

Mui se había preparado para morir, hasta que escucho un murmullo que la hizo reaccionar

—Oye…

Takeshi se paró justo frente a Mui que yacía tirada en el suelo.

—¡¡¿Qué crees que haces?!!

Mui se estremeció en el suelo al escuchar el grito furioso de Takeshi.

—Aunque seas su hermano, ¡¡No puedes tratarla así!!

—¿Takeshi… kun…?

—Como hermano mayo que eres, ¡¡No deberías hacerla llorar!!

En su interior, Mui estaba completamente abrumada por la furia de Takeshi.

—Oye… eso es lo que yo pensaba a decir… —Dijo Ida.

Luego de haber ayudado a quitar el hielo que cubría a Twilight, Ida se las arregló para derretir parte del muro del castillo y entró arrastrándose por un agujero justo después de Takeshi.

Mui no tenía idea de lo que estaba pasando, solo trataba de mirarlos.  Sin embargo, la silueta de ambos se le tornaba borrosa y no podía ver bien. Sus ojos y su pecho estaban tan caliente que no podía soportarlo, así que se puso de pie con la pistola en su mano y rompió parte de la fina película de hielo que la cubría. Se paró detrás de Takeshi e Ida y dijo:

—Nii-san… Mi deseo siempre ha sido verte sonreír.

—…

Tsuganashi continuó mirando a los tres con una mirada de repugnancia, pero Mui continuó:

—Quiero estar contigo y me preocupo por ti y por eso…

En ese momento las lágrimas que ella había mantenido en el borde de sus ojos, se derramaron por sus mejillas.

—Por eso… pienso que…

Por alguna razón, Tsuganashi se molestó por las palabras de Mui.

—No me importa donde estés, siempre y cuando seas feliz. Aun si es con lo Trailers, con solo que estés vivo me basta… pero… pero…

Frente a Mui, que lloraba con una sonrisa, Tsuganashi fue atacado por un sentimiento similar a una ansiedad inexplicable de que generaba un nudo en su garganta.

—Ver a mi hermano que solía ser tan gentil, matar gente y reír por eso, es demasiado para mí…

La voz de Mui temblaba y sus lágrimas, derretían la pelicula de hielo que todavía cubría su cuerpo.

—¿Qué significa esto…? —Murmuró Tsuganashi sacudiendo la cabeza.

Mui se dio cuenta de su extraña actitud y lo llamó.

—¿Nii-san?

Incluso ese pequeño llamado, hizo que el corazón de Tsuganashi se estremeciera en ese momento. Y por alguna razón, un rastro cálido recorrió su mejilla. De alguna manera, el sintió que eso era una mala señal, así que intentó acabar con el asunto lo más rápido posible. Comenzó a reunir poder mágico en la mano que sostenía el sable.

—Me aseguraré de que dejes de decir esas cosas absurdas ahora mismo!! —Exclamó Tsuganashi mientras sentía un dolor agudo en su cabeza.

—Que hermano tan terco eres —Dijo Takeshi sujetando a Twilight por delante de él—. Nosotros nos enfrentaremos a ti a partir de ahora.

Ida abrió los ojos como platos al escuchar a Takeshi decir eso con toda seguridad.

—¿Eh? ¿Yo también estoy incluido?

—Ida…

—Era broma.

Con una sonrisa tensa, Ida activó las llamas en sus manos. Pero Tsuganashi, se burló de ellos por ser magos de bajo nivel.

—¿Los tipos que no saben ni usar la magia básica? debe ser una broma.

Takeshi respondió de inmediato:

—Al menos somos mejores que el tipo que hace llorar a su hermana menor.

—Les he dicho muchas veces que esa chica no es mi herma…

—¡Cállate!

Después de interrumpir a Tsuganashi, Takeshi activó el hechizo de liberación.

—¡»LIBERATE»!

Los círculos mágicos de color purpura oscuro aparecieron en sus ojos y la espada comenzó a absorber grandes cantidades de poder mágico.

—¡»UNION»!

Encantes, cargó la bala que contenía el poder mágico de Mui, y presionó el gatillo tan fuerte como pudo.

—¡»GUN LIGHTNING»!

Con la activación de la magia, Twilight se transformó en una espada eléctrica cono un ahoja que parecía un rayo de alto voltaje.

Por un momento, Tsuganashi miró aquello con sorpresa, pero casi de inmediato comenzó a sonreír.

—¿Rayos eléctricos? Veamos si puedes tocarme con eso.

Tsuganashi blandió su sable, y esta al instante se cubrió de hielo.

—¡»ICE SWORD»!

Su sable se transformó en una gran espada de doble filo con una longitud de unos tres metros.

—¡Es enorme! —Exclamó Ida sorprendido.

—¡»FLOAT»!

Después de aplicar magia de levitación para reducir el peso de la espada, Tsuganashi la levantó fácilmente con una sola mano y la blandió.

Takeshi e Ida fueron abrumados solo por la presión del viento que hacía al moverse. Pero, aun así, Takeshi saltó hacia Tsuganashi. Twilight y la espada de hielo chocaron entre sí.

—¡Ku…!

A pesar de que el calor de la electricidad derretía ligeramente la espada de hielo, esta era muy grande como para rechazarla. Entonces Ida, disparó sus llamas directo a la espada de Tsuganashi.

—Mierda… No logro derretirla.

La espada de Tsuganashi era más resistente, porque el hielo contenía una mezcla de sus partículas mágicas. Takeshi e Ida, comenzaron a atacar de manera alternada. Tsuganashi se defendió hábilmente blandiendo su espada y a veces atacaba.

En ese momento, Mui sintió algo detrás de su espalda y volteó a mirar.

—¡Mimi-san!

Mimi había logrado liberarse de los grilletes de hielo y había llegado a ayudarlos. Sin embargo, al ver lo herida que estaba, no pudo evitar jadear. La sangre se derramaba de sus muñecas y tobillos sin parar y había llegado casi arrastrándose

—Mui… ¿Estás bien?

—Mimi-san, tu era la que está peor. Por favor, ya no te muevas.

Mui corrió hacia Mimi, y comenzó a aplicarle magia curativa a pesar de no ser muy buena en eso.

—Es posible que Issa, ya no pueda más. —Dijo Mimi repentinamente.

—¿¡Eh!?

Cuando Mui levantó su mirada, Mimi colocó sus manos ensangrentadas para detener la magia curativa. Luego tomó a Mui del hombro e hizo que se acercara a ella.

—La magia del jardín se está disipando. Ya no nos queda mucho tiempo. Quiero que escuches esto, Mui…

Tal como Mimi se lo pidió, Mui escuchó lo que ella pronunció.

—»CRADLE SONG»

Mimi se puso a silbar, y un ligero tono de marcha sonó en el aire. Mui comenzó a sentir como su poder mágico comenzó a aumentar y la concentración requerida para disparar, también fue fortalecida.

Mimi no se había aplicado magia curativa a sí misma y llegó arrastrándose hasta allí, porque quería darle el poder mágico que le quedaba a Mui.

—Tendrás un solo intento… —Murmuró Mimi.

Mui asintió fuertemente al haber recibido la fuerza de Mimi.

 

***

La espada de hielo de Tsuganashi no parecía estarse derritiendo y había comenzado a jugar con Takeshi e Ida.

—Será mejor que se rindan. —Dijo Tsuganashi mientras blandía su enorme espada de hielo.

—¡Es mejor que tu despiertes! —Contestó Takeshi

Twilight emitía silbidos y dejaba chispas eléctricas en el aire mientras era blandida.

Takeshi dio un paso a tras para esquivar la espada de Tsuganashi y entonces Ida dio un paso al frente.

—Siente el poder de mi asombroso ¡“FLAME KNUCKLE”!

Partículas mágicas de color naranja se concentraron envolviendo en llamas el puño de Ida.

—Te lo advierto, es muy poderoso.

En una pelea muy pareja, Ida golpeó la espada de hielo de Tsuganashi por la parte plana, y logró hacerle una abolladura, pero no hasta el punto de que esta pudiera romperse. Entonces Tsuganashi sonrió y dijo:

—Es hora de acabar con esto.

Tsuganashi extendió su mano activando sus guantes blancos para lanzar otro hechizo.

—¡“THOUSAND FANG”!

Los muros del castillo de hielo que los rodeaba, se derrumbaron de inmediato y se transformaron en carámbanos de hielo que comenzaron a surgir del suelo como pilares empujando hacia arriba, justo bajo sus pies.

Takeshi esquivó a tiempo con la ayuda de su “Strike Vision”, pero Ida, utilizó su puño envuelto en llamas para romper los carámbanos que surgían cerca de él.

—¡¡Qué molesto!!

El problema fue, que por más que rompía los carámbanos, uno tras otro, estos continuaban creciendo como si no tuvieran fin.

—¡¡Uoooo!!

Al ver a Ida romper el hielo con mucho afán, Takeshi pensó en algo.

—¡Ida!

—¡¿Qué quieres?!

Acercándose a Ida mientras esquivaba los carámbanos, Takeshi habló con él en voz baja para que Tsuganashi no pudiera escucharlos.

—Bueno… eso podría funcionar. Supongo…

—¿Verdad?

—¡Entonces vamos a hacerlo!

Ida asintió ante la sugerencia de Takeshi, y en en ese momento, comenzó a actuar de manera más agresiva.

—¡Estorbaan! ¡¡Vengan a mí!!

Mientras se aproximaba a Tsuganashi comenzó a romper cada carámbano que surgía del suelo. Tsuganashi pensó que los dos estaban tramando algo, pero levantó una ceja al ver que el patrón de ataque de Ida no cambió en absoluto. Entonces, lanzó un hechizo para intentar deshacerse de Ida.

—“WIRE BLIZZARD”

Docenas de látigos de hielos salieron disparados hacia Ida que ya se había acercado a unos cinco metros de Tsuganashi. Pero él, inmediatamente agitó su puño con todas sus fuerzas.

—¡¡Arrásaloooo! ¡¡“DESTROY FIRE”!!

Las llamas de color naranja brillante en el puño de Ida, de pronto se volvieron de color rojo y salieron disparadas hacia Tsuganashi. Las llamas rojas tomaron una forma similar a la de los látigos de hielo, pero era solo uno. Sin embargo, destrozó la magia de Tsuganashi a una velocidad sorprendente e incluso llegó hasta sus pies deslizándose a través del suelo.

—¡¿Sus llamas se han fortalecido?!

Era obvio que su magia acababa de ser inutilizada y Tsuganashi distorsionó su rostro al ver que sus látigos de hielo se derritieron dejando solo un rastro de agua que llegaba hasta sus pies.

—¡Perfecto! ¡Es tu turno, Nanase! —Exclamó Ida inclinándose hacia atrás.

Alzando su vista, Tsuganashi pudo ver que Takeshi se encontraba justo detrás de Ida. Flotando en el aire con la magia de levitación. Takeshi se encontraba sosteniendo su espada de color amarillo que emitía corrientes eléctricas.

—¡¡Toma estooo!!

Al ver la luz amarilla emitida por la espada. Tsuganashi tuvo claro que cometió un error.

—¡¡Electricidad!!

No podía usar su magia de levitación para esquivarlo, así que la corriente llegó hacia el rastro de agua de lo látigos de hielo derretidos y alcanzó sus pies. Como los tenía ligeramente empapados, fue golpeado por una corriente eléctrica que recorrió todo su cuerpo.

—¡Gu…!

La espada de hielo cayó de la mano de Tsuganashi mientras era electrocutado, pero él estaba resistiéndola ligeramente. Tsuganashi siempre había entrenado magia junto a Mui desde que eran pequeños y por eso, había desarrollado cierta resistencia a las corrientes eléctricas de alto voltaje que otras personas no tenían.

—No te creas mucho…

El Aspecto de Tsuganashi no era el sable militar que se le había caído al suelo, si no el par de guantes blancos que llevaba puestos. Aunque no tuviera su sable, eso no le impedía en lo más mínimo utilizar su magia. Ida vio como Tsuganashi movió su mano hacia él.

—¡“CRISTAL BLOOD”!

Sus terribles partículas celestes fueron expulsadas hacia Ida, llevando un hechizo que utilizaba para convertir a la gente en estatuas de hielo, tratando de congelar cada gota de sangre de su cuerpo. Ida rápidamente levantó una pared de llamas, pero esta, fue disuelta en un instante.

La magia que Tsuganashi desató con todas sus fuerzas, fue amplificada por su ira, llevando consigo el poder de una clase avanzada de magos. Entonces Ida, cerró los ojos con fuerza.

Sin embargo, antes de que el cuerpo de Ida fuera congelado, él sintió un temblor. Cuando abrió sus ojos temerosamente, vio dos grandes pilares de hielo que cayeron incrustados en el suelo entre cruzados frente a él.

—¿Tu?

Tsuganashi volteó a mirar a un lugar donde estaba Takeshi parado con los círculos de magia evasiva de color púrpura oscuro, brillando en sus ojos. Gracias su “Strike vision”, Takeshi había predicho aquel ataque de Tsuganashi y arrojó esos dos carámbanos de hielo frente a Ida.

—El hielo es la mejor forma de contrarrestar el hielo ¿No crees? —Dijo Takeshi.

Tsuganashi distorsionó su expresión y dijo:

—En ese caso, enfréntame.

Tsuganashi extendió sus manos al frente. Sin embargo, Takeshi fue capaz de sentir el siguiente ataque en una fracción de segundo con toda certeza, como una señal eléctrica que chisporroteó en lo profundo de su cerebro.

—¡“STAB ROBBIN”!

Después del que Tsuganashi proclamó su hechizo, la espada de hielo que había quedado tirada detrás de Takeshi se fragmentó en docenas de pedazos que se levantaron y volaron hacia Takeshi como balas al mismo tiempo. Takeshi ni siquiera volteó a mirar. Simplemente activó su magia de levitación y los esquivó con suma facilidad todos y cada uno de los pájaros de hielo. Sin embargo, se llevó la mano a la espalda y atrapó uno de ellos. Uno donde el sable militar estaba introducido a propósito. Con el mismo impulso que llevaba, simplemente corrió su dirección y lo lanzó hacia Tsuganashi. Además de eso, una corriente eléctrica que pasó por su mano derecha a través de Twilight, y aceleró su velocidad dándole otro efecto.

—¡“SHOT”!

La espada voló en un relámpago a una velocidad impresionante que la hizo casi imposible de ver al ojo humano e imposible de esquivar, por lo que terminó perforando el hombro de Tsuganashi como una bala.

—¡¡AAAGH…!!

Tsuganashi se inclinó sosteniéndose el hombre y en ese instante, Takeshi llamó a Mui.

—¡¡Mui!!

Su grito llegó directamente a oídos de ella, que ya se encontraba apuntando su pistola a Tsuganashi. Su arma en forma de rifle temblaba muy ligeramente.

—Nii-san, por favor… vuelve conmigo…

El gatillo de pronto se había puesto duro para ella, pero aun así no se echó para atrás.

—“Despierta y sírveme, dios del relámpago. haz que mi alma resplandezca

Él levantó la vista y se encontró con los ojos de Mui mientras ella extendía su mano sosteniendo el arma con el cañón alargado.

—“Que tu luz me muestre el camino con seguridad” “Llena” “estremece” “perfora”

Su arma alargada comenzó a brillar de un color dorado a causa de las partículas mágicas que había en su interior. El blanco era exactamente la frente de Tsuganashi o de lo contrario, ese hechizo no serviría de nada. Lo que estaba a punto de disparar, era una bala especial que había recibido de parte de la directora, la cual contenía un hechizo de atadura que bloqueaba por completo la magia de una persona. Solo tenía una oportunidad.

—“Atraviesa” ¡“ELECTRIC BLOW”!

 

IMG_7925

Con un solo tiro, ella logró dar justo en la frente de su hermano.

 

***

Unos minutos más tarde, Takeshi y los demás estaban de vuelta en la estación de Shibuya luego de haber vuelto del jardín de Issa.

Normalmente, para romper la magia negra de Issa y salir de allí, primero había que encontrar una llave mágica escondida en algún punto del jardín. Sin embargo, tal y como Mimi temía, Issa ya no pudo mantener su hechizo y cuando este se rompió, todos terminaron expulsados por la fuerza.

Cuando encontraron a Issa y a Jiyou, ambos estaban apoyados sobre la estatua de Hachiko frente a la estación. Takeshi y los demás se acercaron, y descubrieron que habían estado pelando con Oigami, pero como no pudo entrar al jardín de Issa, se dio por vencido y se marchó. Pero como consecuencia, tanto Issa como Jiyou habían quedado muy heridos por ese enfrentamiento.

Sin embargo, finalmente pudieron llevarse a Tsuganashi que estaba débil, de vuelta a la academia Subaru, a pesar de que los seis habían quedado de alguna manera exhaustos y heridos.

Cuando Tsuganashi fue llevado a la enfermería para romper el hechizo de manipulación de la memoria, Mui se quedó con él. Todos los demás, se dirigieron hacia la oficina de la directora. Aunque cuando llegaron, no fue a la directora a la que encontraron allí, si no a Hoyudou Nanami.

—Buen trabajo, chicos.

Nanami había trabajado tanto que tenía la cara pálida.

—¿Qué pasó con la directora Shijou? —Preguntó Mimi.

Nanami puso una extraña sonrisa y respondió:

—No se preocupen. La directora solo estaba un poco cansada y la envié a dormir.

—¿En serio…?

Mimi parecía estar sospechando algo, así que Nanami, cambió rápidamente el tema.

—En general, nuestra operación resultó un éxito. Ya fue acordado con Wizard Breath que Tsuganashi recupere sus recuerdos mañana por la mañana. Lamentablemente tuvimos que prescindir de Oigmai Takao y Kumagai Hotaru, pero ellos en realidad siempre fueron Trailers, así que no nos preocuparemos por eso.

Nanami se quedó mirando a Mimi, Issa, Jiyou, Ida y Takeshi en ese orden. Tomó a Mimi de las manos, luego tocó el hombro de Issa, luego tocó el pecho de Jiyou, el brazo de Ida y por último tomó a Takeshi de la mano. A cada uno de ellos los sanó con su magia curativa. Nanami les sonrió mientras jadeaba tratando de retomar el aliento. Probablemente había usado mucha magia de una sola vez.

—Chicos, espero que descansen bien. Hicieron un buen trabajo hoy. Les agradecemos su ayuda. Mañana, tendremos una charla reflexiva.

Todos hicieron una reverencia en ese momento y se marcharon de la oficina. Takeshi fue el último en buscar la salir, pero no sin antes agradecerle y ella agitó su mano despidiéndose de él. Pero justo antes de cruzar la puerta, Takeshi alcanzó a ver que había otra puerta dentro de la oficina. Pudo verla porque estaba ligeramente abierta, pero esa puerta estaba en una esquina y se mezclaba tan bien con el entorno, que no la había notado antes. Por alguna razón, Takeshi sintió curiosidad por saber qué había allí.

Nanami se le quedó mirando fijamente como esperando que se fuera lo antes posible, asique salió al pasillo con cierto sentimiento de culpa. Cuando la puerta de la oficina de la directora fue cerrada repentinamente, Takeshi se marchó con cierta incomodidad.

 

***

Hyoudou Nanami dejó salir un largo y pesado suspiro.

Cuando fue en busca de la directora durante la misión, la encontró tirada en un muelle entre el concreto derretido que parecía lodo y ya no respiraba.

La trató en el momento, pero le fue muy difícil poder hacer algo. Su ropa estaba casi desecha por completo y su piel expuesta, tenía laceraciones que parecían quemaduras.

Como era una experta en el uso de magia curativa, Hyoudou Nanami logró salvar su vida, pero la directora un se encontraba en condiciones bastante críticas.

Nanami abrió la puerta oculta en la oficina de la directora y entró. Una niña con el cuerpo cubierto de vendajes, yacía en una cama muy grande. No había despertado desde que llegó.

Cuando Nanami se aproximó y le tocó la mejilla, Shijou Momoka comenzó a mover sus pestañas.

—¡¿Momo-tan?!

Cuando escuchó el llamado, la directora habló.

—¿Sigo… viva…?

—¡Tonta! Claro que sigues viva. ¿Crees que iba a dejarte morir?

La directora observó a la desesperada Nanami y se echó a reír.

—Jaja…

Parecía que no podía reírse bien por las vendas que le cubrían la cara así que se detuvo de inmediato.

—Pensé que no iba a lograrlo. Lo siento, Nanami…

Su expresión de culpa también era oculta por los vendajes, pero Nanami podía saberlo a través de su voz entrecortada.

—Es posible que en una próxima vez no pueda ayudarte, Momo-tan. Hay cosas que la magia no puede hacer.

Gracias a que su corazón aún no se había detenido, la magia de Nanami pudo traerla de vuelta. Pero traer de vuelta alguien que ya ha muerto, era imposible incluso para un experto en magia curativa como Nanami.

La directora estaba consciente de todo eso.

—Si, pero a pesar de eso, tengo que hacerlo. Tengo que mermar sus fuerzas antes de que “él” despierte.

La directora quitó su vista de Nanami y miró la entrada de la habitación.

—¿Que ocurrió con los chicos?

Nanami asintió y dijo:

—No te preocupes. Todos están bien, y Tsuganashi está de vuelta.

—Ya veo. Me alegra. Ahora… ¿Me dejas dormir un poco?

Al sentirse tranquila, la directora cerró os ojos.

Nanami también exhalo aliviada, se llevó las manos a la cadera y con una voz más animada dijo:

—Quiero que descanses por un mes, y que te quedes lejos de tu oficina por tres meses.

—Si descanso tanto tiempo, crecerán hongos en mi cuerpo. —Respondió la directora.

Nanami miró a la directora, y se echó a reír con lágrimas en los ojos.

—¿Crees que te van a crecer hongos? No te preocupes. ¡Yo te limpiaré con una toalla mojada! ¡Todos los días! ¡Limpiaré todos, y cada uno de los rincones de tu cuerpo!

Mientras decía eso, Nanami aflojó su cara en una sonrisa espeluznante que la hacía parecer una bestia hambrienta. Y, al ver eso, Momo-tan se estremeció completamente del miedo, sin importar el dolor que sentía.

***

Mui se encontraba apoyada sobre la última cama del fondo de la enfermería y antes de darse cuenta, se quedó dormida. Fue hasta en la mañana muy temprano, que los magos de Wizard Breath llegaron por turnos trabajando en él en varias sesiones y aunque estaba muy agotada, no había dormido nada. No podía hacerlo de todas formas.

En la cama donde estaba apoyada, se encontraba su hermano mayor. Aquel que había estado buscando por tanto tiempo y desde que llegó, no lo había perdido de vista preguntándose si todo se trataba de un sueño.

Los magos especialistas en magia curativa que Wizard Breath había enviado, también se especializaban en romper hechizos de otros.

Poco a poco fueron eliminando los recuerdos innecesarios de Tsuganashi, y lanzaron algunos hechizos que sacaron y afianzaron sus recuerdos originales almacenados en lo más profundo de su mente.

En ese momento, Mui se encontraba sosteniendo fuertemente la mano de su hermano y se había quedado ligeramente dormida. La mano de Tsuganashi sin el guante blanco era cálida. Muy distinta a su magia. Mui estaba soñando.

En su sueño, ella corría desesperadamente a través de una estación de metro detrás de su hermano que la miraba con una frialdad que nunca había visto en él. Había hielo en sus pies y lo último que vio, fue como ese hielo se proliferaba subiendo a través de su cuerpo convirtiéndola en una estatua de hielo.

Los hombros de Mui temblaron y apretó la mano de su hermano inconscientemente. Mientras ella en su sueño se encontraba atrapada en el hielo, pudo escuchar la voz de su hermano que la llamaba.

—¿Mui…? Auch… Mui, me duele… —Dijo Tsuganashi con una voz tranquila.

El hielo que la cubría comenzó a derretirse. Mui volteó lentamente hacia atrás completamente sorprendida y entonces, despertó de su sueño.

Una luz brillante le daba en la cara mientras parpadeaba varias veces. Era la luz del sol que entraba a través de una brecha en la cortina y llegaba justo hacia ella. Girando la cabeza, Mui se dio cuenta que se había quedado dormida apoyada sobre la cama. El futón estaba ligeramente desenrollado.

—Buenos días, Mui.

El rostro sonriente de su hermano apareció a su vista aun borrosa luego de despertar. Mientras sostenía su mano firmemente, Tsuganashi inclinó su cabeza con una mirada de confusión. Tenía el mismo cabello negro que el de Mui, que se agitó una vez completamente desaliñado luego de dormir. Mui se quedó completamente inmóvil mirando a su hermano fijamente como si el tiempo estuviera detenido.

—Mui. esta es… ¿la enfermería? ¿qué hacemos aquí?

Tsuganashi giró su cabeza a su izquierda y derecha moviendo su pelo desaliñado una vez más. Mui se mordió el labio ante el gesto torpe de su hermano. Al parecer, él no había cambiado nada. Actuaba como el mismo hermano que había vivido con ella durante tanto tiempo.

—Nii…san… —Murmuró con una voz quebrada.

Entonces, se aferró fuertemente al cuello de su hermano.

—¡Nii-san! ¡Nii-san! ¡¡Nii-saaaaan!!

Tsuganashi escuchó asombrado a su hermana que lo llamaba una y otra vez.

—¿Que sucede Mui?  ¿Por qué lloras?

Para Tsuganashi era muy natural preguntar eso, pero ella no podía responder algo tan obvio.

—¡Uugh… fuu… ¡¡Fueeeeeee…!!

Mientras lo abrazaba, ella no pudo aguantar más y terminó soltando un gran llanto. Arrojada a los brazos de Tsuganashi, Mui lo abrazó fuertemente como si tratara de evitar que él se fuera a alguna parte y lloró desconsoladamente derramando sus lágrimas sobre él. Mientras lloraba a mares, Mui se preguntaba si alguna vez había estado tan triste, feliz, adolorida y aliviada.

—Ni…Nii-san… ¡¡No quiero que te vayas nunca más!

Mientras Mui se estremecía con su llanto, Tsuganashi le acarició la espalda.

—Tranquila, Mui. No iré a ningún lado.

Pero, aun así, Mui se aferraba fuertemente a él.

—Nii-san… dime que siempre estaremos juntos.

Tsuganashi asintió con la cabeza mientras ella no dejaba de apretarlo.

—Claro. Siempre estaremos juntos así que, ya no llores más, Mui.

 

IMG_7935

Mui sintió la gentil mano de su hermano mientas recordaba todo lo que había hecho hasta ahora. Los días de temor y angustia, habían terminado para ella.

«Finalmente, mi hermano ha regresado».

Mui se alejó lentamente de Tsuganashi y lo miró de frente. Con una cara llorosa, ella sonrió y su hermano también le sonrió. Había tres personas mirándolos en el pasillo mientras ambos se sonreían.

Eran Takeshi, Ida y Kurumi, que habían llegado muy temprano a la enfermería porque estaban preocupados.

Tsuganashi había despertado antes de que ellos pudieran entrar, asique esperaron afuera por si ocurría algún percance, pero al parecer, la magia que influenciaba la mente de Tsuganashi, había sido rota exitosamente.

Takeshi e Ida sonreían al ver la reunión de ese par de hermanos. Sin embargo, Kurumi parecía tener sentimientos encontrados.

Ciertamente se alegraba de que Tsuganashi hubiera vuelto ya que eso significaba que el sufrimiento de Mui había terminado. Kurumi no tenía hermanos, pero comprendía si Tsuganashi pasara por lo mismo, seguramente no se quedaría quieto. Al igual que Mui, iría a donde sea y haría lo que sea para recuperarla.

Pensándolo bien, Kurumi también estaba tan feliz de que el hermano de Mui hubiera recuperado sus recuerdos, estuviera a salvo, y que los dos ahora rieran tan felizmente.

«Pero…».

Su corazón estaba perturbado. Había una cierta sensación de ser ajena a todo lo que había pasado. Kurumi no estuvo cuando Takeshi luchó para recuperar a su hermano.

«Al final, no pude hacer nada».

Ese pensamiento, no la dejaba sonreír de la misma forma Takeshi e Ida. Mientras miraba a los dos hermanos de la misma manera que Takeshi, Kurumi si sonreía, pero detrás de esa sonrisa, ella divagaba en sus pensamientos.

«Ciertamente Tsuganashi ha vuelto. Pero mientras estemos en esta academia, es seguro que estaremos involucrados en otras batallas por una u otra razón».

Ser una maga, estar en una academia en un mundo que se colapsa, la cercanía de Takeshi y Mui y su propia impotencia.  Todas esas cosas se arremolinaban en su cabeza y le provocaban una agonía sin fin. Aun si, se presentaba una nueva ocasión, Kurumi seguía sin saber que hacer para ayudar a Takeshi.

«Por eso, tengo que volverme más fuerte…».

Kurumi metió su mano en el bolsillo de su falda y tocó un objeto duro y frio con las puntas de sus dedos.

Oigami Takao, había estado enseñándole magia, pero ahora, había vuelto con los Trailers. No hubo oportunidad que le enseñara a utilizar el hechizo de liberación, y aquello que Kurumi tenía en su bolsillo, era un botón Concierge de los Trailers que debiera llevarla directamente con Oigami. Podía utilizarlo para verse con él de nuevo. “te enseñaré a usar el hechizo de liberación” fue lo que él le dijo cuando se lo dio.

Kurumi estaba muy consciente de sus debilidades. Sin embargo, no pensaba utilizar ese botón. Pensaba que, si lo hacía, sería como una traición hacia Takeshi y los demás.

—Isoshima, parece que todo está bien ¿Vienes?

Takeshi llamó a Kurumi desde el costado. Ella había estado completamente sumergida en sus pensamientos.

—¿¡Eh!? Claro…

Takeshi e Ida fueron los primeros en marcharse hacia los dormitorios. Kurumi siguió el ejemplo e hizo el intento de marcharse del pasillo frente a la enfermería, pero antes de eso, echó un vistazo en el interior y observó a Mui platicando felizmente con su hermano.

Entonces sintió que sus preocupaciones se aliviaban ligeramente al ver la conmovedora reunión de esos hermanos iluminados por el sol de la mañana.

«Bueno, tampoco es como si no hayamos logrado nada. Bien por ti, Mui…».

Kurumi sonrió con sinceridad, y lentamente comenzó a caminar detrás de Takeshi.


Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.