Un portal se abrió en un espejo del cual salió una persona, haciendo que su superficie ondulara como si el espejo estuviera hecho de agua. Ese lugar era Tokio del mundo viviente, el cual estaba lleno de cosas que en el mundo en ruinas no tenía. Prueba de ello, era la sirena de una ambulancia que en ese momento pasaba frente al edificio en donde acababa de aparecer. Esa persona, era Violet North quien llevaba puesta una capucha la cual retiró dejando al descubierto su rostro. Dejó escapar un suspiro y de dispuso a arreglarse un poco su rubia cabellera. En ese momento, se dispuso a caminar apresuradamente pues antes que nada, quería visitar a una persona que era muy importante para ella la cual se encontraba durmiendo en ese lugar, pero sus pies se detuvieron de golpe antes de llegar a la habitación que buscaba. Violet puso una mueca de completo desagrado al ver que un hombre se aproximaba caminando desde el fondo del pasillo, con sus manos metidas en los bolsillos de su gabardina. Sin embargo, aquel hombre sonrió como siempre lo hacía y la saludo agitando la mano y diciendo:

—¡Hola! Has hecho un buen trabajo. ¿Ahora quién te ha pedido que le hagas alguna predicción esta vez?

En respuesta Violet susurró sin cambiar su expresión de incomodidad:

—Olvida eso, Kippei. Ya me enteré lo que pasó. No fuiste capaz de capturar a Aiba Mui a pesar de que te la entregué en bandeja de plata.

Al escuchar eso Washizu Kippei —el hombre de la gabardina—  se rascó la cabeza y cerró los ojos.

—Si…, me siento avergonzado.

Sin embargo, no lucia como alguien verdaderamente arrepentido. Violet, prosiguió:

—Alguien que es derrotado por su hermana menor es un inútil…

Entonces Washizu alzó la cabeza y miró a Violet.

—Mmmm… En realidad, no fue ella quien lo derrotó en realidad.

Violet frunció el ceño al no saber a qué se refería, entonces Washizu respondió inmediatamente:

—Tsuganashi fue muy descuidado, pero no era de esperar menos de Twilight…

—¡¿Twilight?!

Washizu sonrió al ver la reacción impulsiva de Violet. Ese nombre trajo a la mente de Violet el recuerdo de una persona. Era el rostro de una mujer que creía haber olvidado ya. Sin embargo…

—Ya recuerdo, era esa espada…

Según Violet, no tendría porque haber escuchado mencionar el nombre de esa espada.

«Esa espada debería estar guardada en una bodega de la academia Subaru»,

Mientras Violet ponia cara de sospecha, Washizu dijo:

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—Parece que apareció alguien capaz de usarla. Es interesante, asique no lo mataremos de momento.

—¡¿Quién es?!

En respuesta a la voz de sospecha de Violet, Washizu simplemente dejó caer sus hombros y dijo:

—No tengo idea…

—Kippei, esto es importante, asique no te  andes con rodeos.

—Es en serio, Vi. Yo no sé quién es…

Aunque Violet lo presionaba, Washizu simplemente negó ligeramente con la cabeza y dijo:

—Tengo una idea, no sé quién es, pero bien podría explicarte lo que pude observar…

En ese momento, Washizu parecía un niño al que se le acaba de ocurrir una travesura.

Violet tuvo un mal presentimiento cuando él, de pronto se aproximó a ella y por alguna razón la tomó del brazo.

—¿Qué tal si me das un beso primero? Por supuesto, me refiero a que me lo des con lengua y todo…

Sin embargo, antes de que Washizu hiciera algo, Violet sacó un paquete de su bolsillo, lo abrió y arrojó rápidamente el contenido a su boca.

—Oye, ¿qué es lo que te metiste a la boca? —Preguntó Washizu.

—Son dulces de Melón amargo…

—…

Washizu se quedó callado mientras Violet abrió su boca mostrándole aquellos dulces sobre su lengua.

—Entonces ¿qué dijiste acerca de un beso?

Washizu en ese momento soltó la mano de Violet y negó con la cabeza.

—Nada, olvídalo…

Para Washizu Kippei que odiaba las cosas amargas, agridulces o picantes, habría sido toda una tortura besar a Violet en esas condiciones, asique se dio por vencido bajó los hombros diciendo:

—Ahora que lo recuerdo, tú estás metida en la academia asique pensé que ya sabias esto. ¿No es así, Violet-sensei?

Violet sonrió en el momento que escuchó mencionar a la academia.

—Es cierto. Puedo averiguarlo por mí misma. No necesito preguntarte nada.

Ya habían pasado dos años desde que se infiltró en la academia como profesora de inglés. Así que, podía encontrar muy rápidamente a aquel estudiante que se había vuelto el nuevo usuario de Twilight.

Violet tenía a sus lindos subordinados en secundaria y preparatoria a los cuales utilizar para eso. Nada más estaban a la espera de una orden suya.  Washizu sonrió ampliamente al ver lo confiada que estaba Violet y dijo:

—Será divertido. Entonces, cuando averigües algo, cuéntamelo también a mí.

—Si quieres…

Pasando de Washizu, Violet continuó su camino hacia el lugar a donde se dirigía. Caminó a lo largo del pasillo mientras su cabeza que siempre permanecía ocupada por su amado Ryuusenji Kazuma, se llenaba poco a poco de otro tipo de pensamientos.

«Me agrada eso que escuché. Twilight fue una espada mágica usada durante «La Primera Gran Guerra Mágica». Poseerla será bastante útil. Si sigue igual que antes, valdrá la pena usarla»

De espaldas a Washizu que se supone que aun seguia allí parado, Violet se rió de él a manera de burla y pensó:

«A ti te va mejor como subordinado como aquel frio hombre de hielo»

Violet pensaba que Washizu nunca hizo gran esfuerzo para manipular a Tsuganashi quien pese a haber recibido un lavado mental, siempre lucio sospechoso. A ella no le gustaría para nada tener a Aiba Tsuganashi como subordinado.

Ciertamente que aquellos con capacidad de magia destructiva son valiosos, pero no todo se trata de pelear directamente. Entonces, a Violet se le ocurrió una buena idea:

«Debería acercarme durante el examen de actitudes mágicas, haré que se revele y lo haré mío», Pensó Violet.

Su rostro brillaba vívidamente con una sonrisa mientras planeaba la manera de realizar su cometido.

 


Written By

orenohonyaku

Traductor japonés-español.